…como sociedad, como opinión pública, como Nación: una sociedad atomizada, de individuos con o sin trabajo atrapados entre los impuestos, el encarecimiento de la cesta de la compra, de las hipotecas y de los servicios públicos, y la dudosa perspectiva del cobro futuro de pensiones correlativas al nivel de vida anterior a la jubilación.
Una opinión pública bombardeada ya de manera permanente por mensajes de todo tipo a través de todo tipo de canales, sin que pueda encontrarse el debido tiempo para la información y la reflexión que la han de distinguir como tal opinión pública, saturada ésta e invadido aquél por el consumo masivo de televisión y otros productos audiovisuales, así como por las mismas redes sociales.
Una Nación -presunta siempre, a juzgar por todos y cada uno de los profesores y catedráticos de Derecho Constitucional del país- cuestionada en primer término por los que debieran guardar y hacer guardar la Ley, en nuestros tiempos la Constitución de 1978 que proclama la unidad de España y la Soberanía Nacional de los españoles -como no puede ser de otro modo desde 1812- como razón primera y última de su promulgación.
¿Cómo hemos llegado a esto? Vivimos en la mentira desde hace 40 años, a causa en buena medida de la estafa intelectual y moral conocida como “antifranquismo” que ha servido básicamente para el medro de lo más ramplón, frívolo y mezquino de nuestra sociedad; que, con asiento en el anterior régimen, se hizo con las riendas del presente prácticamente desde el inicio de la andadura constitucional, si no antes.
Basta con repasar la situación de los partidos políticos actuales, trazando el recorrido histórico de cada uno desde la muerte de Franco, para constatar su protagonismo corruptor de todas las instituciones y contrapesos del régimen democrático, del Parlamento a la Justicia, pasando por la Educación y los dominios de la Cultura, puestos todos al servicio de una clase dirigente devenida en casta autoritaria.
LA CORRUPCIÓN DE LOS PARTIDOS
Sin necesidad de echar la vista atrás, el PSOE es el más acabado modelo de nepotismo y corrupción del régimen, teniendo sometida a la Justicia por la prebenda política -todos esos magistrados reconvertidos en ministros, ahora Delgado y Grande-Marlaska, con Zapatero eran De la Vega y Fernández Bermejo- o por la destrucción personal del independiente (caso de Gómez de Liaño) a cargo de los Villarejos y/o de PRISA.
De ahí que la reciente sentencia condenatoria por los ERE -sí: de lejos el mayor escándalo de corrupción política y económica de España y de toda la UE en el último medio siglo- haya pasado poco menos que desapercibida, llegando a manifestar el Gobierno del PSOE que nada tiene que ver con “este” PSOE cuyos últimos ex presidentes Chaves y Griñán (a los que sucedió Micaela Navarro, ¡también del PSOE andaluz!) conformaban la cabeza de la red clientelar.
Como un solo hombre, los socialistas del Partido (en el partido y en la mayoría de los medios de comunicación) se han lanzado a la campaña de desinformación, que no por burda -se sostiene a la vez que los saqueadores de dinero público no eran del PSOE y que no es tan malo saquear para el PSOE como para uno mismo- dejará de lograr su propósito, habida cuenta del férreo control mediático de que disponen.
Exactamente igual que lo ocurrido con el Pujolismo y el manto de impunidad mediática, política y judicial de que ha gozado hasta recientes fechas, cuando conocer que como familia han superado a diversas mafias italianas en el expolio de recursos públicos y privados debería haber acabado con todos ellos (casi una decena) entre rejas, lo que no es el caso.
De nuevo, prima el sometimiento por soborno o chantaje a un régimen despótico y corrupto que trae ahora consecuencias aparentemente inauditas como la virulencia del movimiento separatista en Cataluña, cuando en rigor el ideólogo máximo del “procés”, Jordi Pujol, ya debió ser apartado de la vida pública a principios de los 80′ cuando se descubrió el saqueo de Banca Catalana.
Otra biografía catalana de la impunidad es la de Narcís Serra (PSOE), ministro de Defensa en los tiempos del GAL y el hombre que dejó un agujero mayor al de las cajas todas de Bankia en Caixa Catalunya -la conocida como “caixa B” de los negociados en la región a la sombra del Pujolismo y sus esbirros del PSC: una “sociovergencia” tan apreciada (por poco violenta, quizás), que ahora da paso a la descarnada insurrección golpista como única salida al horizonte penal de tanto corrupto-. Fue absuelto hace unos meses.
LA INHIBICIÓN ANTE LA MENTIRA
Pero si presentar al catalanismo político como “moderado” ha sido una de las grandes mentiras que se nos han impuesto del 78 a nuestros días, cabe señalar que sólo ha sido posible gracias al PP y a todos esos tontos provincianos de Madrid que se creyeron las galas con que se vestía “lo catalán”: de lo honrado a lo profesional, de lo innovador a lo artístico, de lo abierto y lo tolerante a lo de buena gestión.
Quebrada la administración catalana desde hace 7 años, con un gasto público desatado a semejanza de las regiones más endeudadas de España, huida de empresas y populismo fiscal, lo cierto es que el clima irrespirable para la creación y la atracción de empresas, artistas o investigadores depara un negro futuro para toda la región, incluida Barcelona, de la que tantos (profesores, periodistas, escritores) han salido desde hace 40 años y siguen saliendo a día de hoy, cuando hasta jueces y policías piden traslado.
Algo similar se podría aseverar de las derechas en general con respecto a “Euskadi”, el delirio racista de un Sabino Arana, fundador del PNV al que todavía rinden homenaje unos dirigentes que califican de “supremacista” a Vox, al par que celebran la existencia de una raza vasca distinta por sangre, idioma y tradición al resto de españoles y de europeos. Una raza pura, sin mácula: la mentira esencial que tan felices hace a los que no tienen ni un par de abuelos nacidos en las provincias vascas.
Por lo demás, una mentira aún más grande del PNV, casi más que la de su falta de concordancia con los objetivos de ETA -hija de aquél, o más concretamente del matrimonio morganático entre Iglesia y Marxismo-, es su recién adquirida condición de “fuerza de Progreso”; ¡el Partido de Dios y las Leyes Viejas, precisamente! El de los fueros de limpieza de sangre y las sacrosantas tradiciones de anteiglesia carlistona.
Y de nuevo, ¿qué ha dicho el PP en todo este tiempo: verdad o mentira? Verdad y mentira desde la UCD hasta nuestros días, mentiras asumidas por Cs desde siempre -aunque nunca por UPyD- y verdades escasamente destacadas, como que el Abertzalismo es un racismo atávico, o que la lengua de todos los vascos es el español y castellano desde hace siglos (antes era el latín) no siendo el eusquera más que un fenómeno minoritario, fragmentado y de antigüedad más reciente de lo que se miente reiteradamente.
Pero en vez de plantear una serie de verdades en la pugna política del día a día, aparte de lo que ETA ha servido en bandeja al PNV al liquidar su competencia natural sobre el terreno, la Derecha ha preferido siempre comprar la mercancía averiada de “lo vasco como alcaloide de lo español” que se estilaba decir en el Franquismo -régimen vasquista donde los haya en la Historia de España-. Así, la mentira fundacional de los Poza y Garibay se arrastra desde hace cuatro siglos y emponzoña nuestra convivencia.
ETA CONTRA LOS “ENEMIGOS DE LA PAZ”
Puede que la más significativa muestra de la radical inversión moral y política operada por el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero sea el “proceso de paz” entablado con los terroristas, producto del cual resultó la definitiva hegemonía sociopolítica del abertzalismo en la CAV, al que se premió decisivamente con el relato del “conflicto” -y, por tanto, con el reconocimiento de la legitimidad de las pistolas para hacer política-, mientras se convertía en “enemigos de la Paz” a los discrepantes, ya fueran víctimas del terrorismo de ETA o meros políticos, periodistas, profesores…
De una década atrás a nuestros días, prevaricación mediante del Tribunal Constitucional que relegalizó a los partidos políticos de la ETA, resulta que Bildu es más “constitucionalista” que Vox, que el jefe y portavoz de terroristas Arnaldo Otegui es un “hombre de paz” frente a Santiago Abascal, como “Josu Ternera” es un “facilitador” frente a Mayor Oreja o Aznar, obstruccionistas de los “nuevos tiempos” del consenso PSOE-PNV-ETA-Podemos-ERC-JpCat… “ahora que ETA ya no mata”.
Y frente a esto, la nada del PP que decidió liquidar toda oposición a CiU o a PNV en tiempos de Rajoy, quien los declarara (para más escarnio de las bases sociológicas del partido en ambas comunidades) como “socios fiables”… como ya se vio: la facción de los Pujol le deparó un referéndum ilegal con Mas, una proclamación de secesión en la cámara catalana con Puigdemont y un nuevo simulacro de votación a modo de demostración de fuerza “pacífica y democrática”… mientras el PNV lo expulsaba del poder votando a favor de la moción de censura en su contra.
Ahora pretenden vender un “Vascos suman” con los restos de los exiguos apoyos a Cs, y en paralelo continúan ofreciéndose al PNV allá donde haga falta con el objetivo único de regresar a parlamentos forales y autonómicos, ayuntamientos, órganos de poder en sociedades, asociaciones, empresas públicas y privadas… en dura competencia con el PSE de Idoia Mendia, que proclama ufana que la suya es la única alternativa “no nacionalista” al PNV con el que los socialistas cogobiernan en ayuntamientos, en diputaciones y en el mismísimo ejecutivo de la CAV.
No va a quedarse solo el PNV, desde luego; aunque ya no tenga mayoría absoluta ni con el PSE. Porque también Podemos, sorpresiva primera fuerza vasca en las elecciones generales de hace 4 años, pretende aprobarle los presupuestos al PNV para que sean más “sociales”. Si total, para cuadrar las cuentas ya proveerá el Gobierno de turno en Madrid en partidas encubiertas de traspasos competenciales o a calzón quitado, que es lo propio de Sánchez -presidente fraudulento, plagiario y mentiroso como no se recuerda otro-.
A TAL PUEBLO, TAL GOBERNANTE
Los españoles nos hemos acostumbrado a vivir en la mentira, desde hace ya 40 años. Sin sentido del patriotismo ni del honor, con el lucro personal prácticamente como único objetivo vital, ¿a quién puede extrañar la calidad y condición de la corrupta casta que gobierna la Nación, emanación imperfecta pero aproximadamente democrática de la opinión política del país?
No sólo ha mentido el presidente Pedro Sánchez -nunca elegido democráticamente por los españoles, recuérdese- sobre su fraudulento y plagiado doctorado, sino que intentó amañar los votos en las primarias de su partido, mintió sobre la convocatoria de elecciones nada más echar a Rajoy con la moción de censura, mintió también a Cs en su primera intentona de ser investido (tenía pactado el apoyo de Podemos y ERC), y ha mentido antes y después de las elecciones del 28-A y antes y después de las del 10-N sobre sus intenciones, planes y pactos postelectorales -ahí queda el pacto de Pedralbes con los golpistas, con Pablo Iglesias yendo a negociar a la cárcel el apoyo de Junqueras a los primeros Presupuestos de Sánchez, fallidamente-.
Todo en Sánchez es fraude, puro fake, aunque parece que la epidemia, como la realista y a la vez profética sentencia de Revel «la primera fuerza que mueve el mundo es la mentira», sea global, generalizada: desde los bots de Putin a los tuits de Trump (y la injerencia cibernética de ambas potencias, as usual), a la masiva propaganda de economistas y politólogos para hacer de China un modelo y un nuevo campeón del «libre comercio», pasando por el oscurantismo «verde», la inquisición «morada» y otras tesis del nuevo pensamiento correcto que han reducido el debate público a un mero intercambio de falacias y dicterios.
Vivimos en la mentira -y hay quienes creen, no sólo políticos, que es lo mejor para todos…