Los desfachatados monárquicos antifranquistas

…o “constitucionalistas” -como se gustan llamándose a sí mismos- han puesto con sus mentiras radicales a la propia Monarquía en un brete, dado que no puede denigrarse el Franquismo pero loar ese único aspecto garante de la supervivencia de su legado como es la Instauración (que no restauración) monárquica, hecho sin parangón en el siglo XX.

Por eso no pueden apenas defender su postura cuando el PSOE, al par traidor al régimen del 78 que lo hizo partido –“El Partido”, de hecho- y cínicamente vengativo en la Monarquía a la que básicamente contribuyó a expulsar en el 31, arremete con todo (comunistas revirados, separatistas desorejados y terroristas habituales de los tiempos dicen que democráticos).

No pueden oponer nada porque su misma legitimidad política ha sido socavada por una ignorancia vestida de pudor democrático, mientras que les debe resultar muy cómodo establecer una cesura que les exime aparentemente de pensar el pasado tanto como de hacerlo suyo, ajustar cuentas con él o pedir perdón si hubiera caso por las culpas asumibles de los años precedentes.

De ahí que se haya permitido al cabo la voladura de todas las fuentes de legitimidad del presente régimen -que era “del 78” hasta que Zapatero lo redirigió hacia el horizonte que persiguen ahora los Sánchez-Iglesias, masacre del 11-M mediante-, dado que jamás desde la despedida de Fraga ha habido figura en la Derecha política que haya defendido al menos la continuidad histórica entre los vencedores de la Guerra Civil y la presente democracia (fallida).

Tal vez se podría exceptuar a Jaime Mayor Oreja, en alguna esporádica declaración mediática como reacción al turbulento proyecto de Zapatero, pero como a fin de cuentas ya para entonces había sido apartado “a Europa” por el rajoyismo rampante apenas tuvo incidencia en el debate interno del PP (si lo hubo alguna vez), así que mucho menos pudo repercutir en la opinión pública española, de suyo somnolienta cuando no amnésica.

Llegados a este momento crítico de 2020, uno esperaría un discurso político e histórico tan contundente como rigurosamente lógico y consecuente con la que es la trayectoria real del constitucionalismo, de las formaciones políticas y de las principales corrientes históricas que nos han conducido a los españoles mal que bien hasta nuestro presente.

Y entonces tal vez quepa ser asumido por todos que, habiéndose impuesto “los nacionales” al Frente Popular criminal y sovietizante -redundancia- que destruyó la legalidad republicana, el hecho feliz de salvar al país de la revolución y orientarlo por las vías de desarrollo que ensayaban los demás países europeos es un mérito que corresponde al Franquismo (entendido como régimen político no más que como la sociedad que lo soportó).

De nuevo, por tanto, los españoles nos enfrentamos por causas (y malas artes) ajenas a un dilema histórico crucial: o asumimos nuestra Historia tal como es, mostrando en el acto no más criticismo estéril que gratitud; o nos mantenemos en la mezcla de abulia y fatalismo de los que niegan todo mérito a lo propio -y a quienes nos precedieron- por no tener que tomarse el trabajo y la responsabilidad de estar a su altura y demostrarlo con hechos en el presente, frente a los retos que en verdad nos incumben.

Que la Guerra Civil fue hace casi un siglo y la ganaron “los buenos”. Y a este hecho radical se debe que hoy los españoles tengamos una Monarquía, sólo que no es “de parte” sino “de todos” y así se entendió, aprobó y refrendó en el 78 por la inmensa mayoría del Pueblo Español. Es el PSOE el que está contra la Ley y contra el Pueblo, y los monárquicos antifranquistas no hacen sino añadir confusión y falsos matices al respecto.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s