Sin entusiasmo no hay afición

…y cada año que pasa resulta más difícil creer que el PP pueda ser considerado algo así como una alternativa al régimen que el PSOE desea imponer a todos los españoles desde el primer día que se fundó. Lo del reparto de los jueces no es noticia, como tampoco el de los medios o el de los consejos de administración de las grandes empresas públicas y privadas, pero es que tampoco es nuevo el entreguismo del PP a los postulados, al marco mental, del PSOE de ahora y del PSOE de siempre.

Es cierto también que “el signo de los tiempos” parece ser el de la burda socialdemocracia que rige los destinos de la UE, al borde de la desintegración, con su inabarcable hipocresía de inmensamente ricos estipulando una y mil regulaciones para hacernos a todos más pobres, a lo que llaman progreso y pintan de verde, de morado y rosa y arcoíris, cuando no son capaces de defender las fronteras ante la masiva inmigración ilegal ni de hacerse respetar ante los acostumbrados matones internacionales que la promueven. ¿Este es el modelo del PP?

De la Educación a la Economía, de la Administración de Justicia al Sistema de Protección Social, nuestros socialistas siempre escogerán el peor modelo, de modo que después de confundirlo y arruinarlo todo se erigirán empero como los salvadores de la situación, “los hombres del nuevo tiempo” nacido de las ruinas del anterior, el que era nuestro por derecho. Ahora que se celebran 40 años de Socialismo rampante, que ha conducido a los españoles a uno de los puntos más críticos de su historia, ya no se quiere recordar ni lo que pasó en 2017 ni en 2004.

Atrapados por la plenitud de la mentira ideológica en la que transcurre la vida política española desde hace lustros, resulta que la Historia de España de la que nos salvó Felipe y su cuadrilla de cuatreros se reduce a dos días: el 18 de julio de 1936 y el 23 de febrero de 1981. Acabáramos. Luego resulta que los dos abuelos de Zapatero lucharon con el bando nacional y que González era el vicepresidente en el “gobierno de concentración” de Armada y el señor X de los GAL, pero qué más da. A fin de cuentas, Sánchez ha vendido el Sáhara de saldo, ¿y qué?

Quiero decir que Feijóo va a tener que elevar algo el tono de la crítica a este estado de cosas, no menos que el tímido Santiago Abascal cuyos misteriosos silenciosos no hacen al caso como los de Quintero el Loco, que en paz descanse. Aunque ya sabía Hamlet que, rodeado de traidores por todas partes, hacerse el loco podía ser el único medio de salvar la vida y, con ella, la posibilidad de su proyectada venganza. A toda esta gente le falta un poco de arte, me da a mí.

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Hacia la Democracia Orgánica

…y el Gobierno Corporativo -es decir, el Fascismo- nos encamina el Doctor Sánchez como caudillo de “este tiempo nuevo”, ansioso de controlar el CGPJ como de utilizar el TC para continuar con la liquidación del presente régimen, del Estado constitucional y de la misma Soberanía Nacional, motivo fundamental por el que debiera ser juzgado como traidor de lesa patria. “Lo justo es lo que es justo para Alemania”, que dijo Hitler -que podría decir Putin respecto a Rusia- y que podría decir Sánchez respecto a su persona, a falta de un mínimo de patriotismo.

Pero buena parte de las sociedades occidentales respiran un aire similar, con unas castas políticas enfeudadas a las oligarquías mediático-financieras, a su vez entregada a las coimas públicas que les brindan nuestros gobernantes, mientras se acusa de “populismo” a los que critican semejante diversión de la gestión política hacia el mero Saqueo Institucionalizado con las coartadas dispares de “la lucha contra el cambio climático” o “la lucha contra Putin”.

Nuestras sociedades ya no parecen democráticas porque hace tiempo que entregaron sus libertades a cambio de la protección mafiosa de los gestores “del Bienestar”, que harto aburridos de su vida muelle gracias al soborno de las masas han invertido sus mayores esfuerzos a la caída del Muro en expandir sus intereses y negociados por todo el globo, de ahí que China roce la hegemonía mundial mientras Putin aspirar a recuperar la de la URSS.

¿Qué tienen enfrente estos dos colosos? Unas dirigencias cada vez más desconectadas de sus gobernados, a su vez cada vez menos implicados en las cuestiones públicas que les atañen por culpa del bombardeo masivo de imágenes irrelevantes y falsos discursos, aparte de por una molicie estimulada desde el Poder con su ideología sustitutiva de las religiones tradicionales, ese Socialismo pedestre que se impone a todos por cobardía y mera falta de educación política.

Ahora bien, la onerosa factura del cambalache la pagamos los ciudadanos con sociedades cada vez más asustadas, incapaces de compromiso, de asumir riesgos o de cumplir con los más elementales de sus deberes, lo que sólo puede degenerar en más paro, mayor empobrecimiento general, crisis demográfica y definitiva quiebra del Estado asistencial: véanse los casos de Venezuela y Argentina, donde el exilio masivo sustituye a la baja natalidad de los países europeos como factor deletéreo para el país.

Lo más chocante es que esta enorme transformación política y económica (“social”) se esté produciendo ante los ojos que miran el mundo entero a través de las pantallas de la tele, del ordenador o del móvil, y no parezca surgir por ningún sitio un fuerte movimiento de verdadera contestación a este estado de cosas, embarrado al par el terreno de la opinión pública por todo ese guirigay de presuntos derechos y la orgía del revisionismo histórico “antidiscriminación”.

Tanto que da la impresión de que algunos, da lo mismo que sean de “los de arriba” o de “los de abajo”, van a despertarse cualquier día sin saber realmente si lo hacen en el mundo virtual del Multiverso o en el no menos aparentemente irreal que nos deparan los agendados a 2030: “No tendrás nada y serás feliz”. O sea: como un uigur después de las debidas clases de reeducación.

 Un futuro feliz en un mundo irreconocible, gobernado por el Partido Global y con sus gestores corporativos al frente de los estaditos multiculturales dedicados a tiempo completo a la extracción de materias primas para que La Máquina nunca se detenga. Es casi el modelo perfecto de totalitarismo, pero es que ¿acaso ha dejado de perfeccionarse desde hace ya más de un siglo?

Hace tiempo que ya no es un secreto

…que el PSOE de Felipe González fue una creación de la CIA junto con los sindicatos alemanes y la “extrema derecha” del mismo país para acabar con la hegemonía del PCE de Santiago Carrillo, como tampoco es secreto que fue el Gobierno de aquél el que organizó los GAL, o que éste fue el peor criminal de guerra, junto a Lluis Companys, de la Guerra Civil del 36.

Como tampoco es un secreto que el rey Juan Carlos I fue el principal inductor del golpe de estado del 23-F, que en un nuevo cambiazo de las tornas sirvió para relegitimar al sucesor directo de Franco en la Jefatura del Estado, propiciando de paso el reparto amigable del Poder entre PSOE, CiU y PNV, con los negocios para la Derecha pastueña o pastoreable.

Pero llegó Zapatero al Poder, mediante la mentira manifiesta sobre sus intenciones, vía masacre terrorista del 11-M, e hizo saltar todos los consensos del Reparto o Saqueo Institucionalizado -recuérdese que Aznar decidió “pasar página” de los crímenes del Felipato (de la corrupción al asesinato)- para relegitimar a la ETA y al Frente Popular frente a la Derecha.

No es un secreto que a través del “proceso de paz” se estipularon las condiciones para salvar a la organización criminal de su extinción real (sociopolítica, cultural, económica), en aras de tantear incluso la posibilidad de una alternativa al PNV similar a la del tripartito en Cataluña como pretendida alternativa al Pujolismo; total para cambiar la corrupción por una similar o mayor corrupción acompañada de un delirio ideológico, si cabe, superior al de PNV y CiU.

Tampoco debiera parecernos exactamente un secreto que la Constitución, tergiversada a gusto de los nuevos capitostes del PSOE y de su otrora sección del PSC -ahora es el PSOE una sección del PSC-, no pueda considerarse un texto constitucional al uso, sino más bien una carta otorgada; o que no pueda entenderse por democracia aquel sistema donde no existe la separación de poderes más elemental, que es la que se establece entre Ejecutivo y Legislativo.

Por eso padecemos una dictadura de los partidos o Partitocracia, devenidas sus más conspicuas élites en casta parasitaria de todas las instituciones públicas y de gran parte de las privadas, mientras el servilismo de la mayoría de los jueces -el lucro y el falso prestigio “social” es su divisa- rivaliza con el de los periodistas que expiden los carnets de demócrata cuando desconocen sus más elementales pilares.

LO DE LA ETA TAMPOCO ES UN SECRETO

No puede entonces sorprender a nadie que la ETA esté en el ajo con Pedro Sánchez y sus memorias particulares y secretos inconfesables, pues por ejemplo tal vez no conviene ahora que se sepa que son los responsables del atentado contra el Hotel Corona de Aragón, o los más que probables asesinos de “Pertur”, por no hablar de lo que podría derivarse de conocer las informaciones del CNI respecto al 11-M.

La ETA nació en un seminario, cosa bastante conocida aunque nunca se hayan dado los nombres exactos de los instructores ideológicos de los pistoleros; pero lo peor es que, habiendo podido ser liquidada antes de Franco, cumplida su misión de acabar con Carrero Blanco, parte de los servicios secretos del régimen decidieron que su continuidad terrorista podía corresponder a su propia continuidad en los aparatos del Estado.

Lo cuenta un tal “Teo” Uriarte en sus memorias, como que años después alguien como el máximo dirigente del PNV Javier Arzalluz trataba de convencer a los “polimilis” (ETA-pm) de que no lo dejaran, ¡tantos réditos sacaba el recién estrenado régimen abertzale del Terror impuesto a los discrepantes y críticos de su hegemonía! El exterminio público de la Derecha españolista vasca fue el precio a pagar por la aquiescencia jeltzale al nuevo régimen.

Algo que, entre otras cosas, explica bien a las claras el silencio cómplice del PNV ante los desmanes antiterroristas del GAL, como explica su reacción ante el verdadero levantamiento popular contra la ETA y sus cómplices institucionales a consecuencia del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco: el PNV vio en peligro su hegemonía y diseñó el Frente Abertzale de Estella con la ETA para conservar el Poder.

De aquí derivó a su vez la subsiguiente estrategia del Gobierno de Aznar con Mayor Oreja en Interior, que por vez primera en tres décadas trató a la organización criminal únicamente como tal, y no como a ese “agente político” con pretendida licencia para asesinar. Una política traicionada por el PSOE de Zapatero y Rubalcaba desde el primer minuto, y posteriormente abortada –atentados del 11-M mediante, cabe reiterar- y sustituida por el “proceso de paz”.

MEJOR HACER COMO SI NO

No es ningún secreto que el Pueblo español es en su mayoría gente ignorante de estos hechos y de la consecuente degradación del sistema, básicamente porque carece de la más elemental educación política, pero también por la inmensa pereza que le produce la mera noción de “asuntos públicos” o “cuestiones de Estado”. Pero una democracia sin demócratas es un imposible, a lo sumo un mausoleo de leyes y reglamentos que no se han de cumplir jamás.

Y qué duda cabe, porque tampoco es que sea un secreto, que una democracia en la que no existe -no se da, no se permite apenas- la libertad política no es una democracia, sino una dictadura más o menos encubierta. Claro que además podría ser peor con un caudillo del Socialismo rampante y saqueador al frente del Gobierno, o sea: justo lo que tenemos ahora. (Mejor quedarse muy quietos, entonces, y con la mascarilla puesta por si sirviera de algo.)

La noción democrática es contraria al Socialismo

…porque no ofrece una fórmula mágica -ni siquiera científica- para todos y cada uno de los problemas que se le presenten al individuo o a la sociedad (conjunto de individuos) ahora o en el día de mañana. Todo lo contrario: el gobierno democrático responde a la asunción de que la mejor forma de resolver los problemas es a través de la deliberación entre iguales que piensan diferente, a su vez meros representantes de distintos cuerpos, segmentos o grupos dentro de la sociedad.

La democracia establece el conflicto político, frente a las muy urbanas maneras de los déspotas ilustrados del Antiguo Régimen tanto como frente a los consensos totalitarios del Socialismo de los pretendidos “ilustrados” posteriores a la Revolución de 1789 , llámense comunistas, anarquistas, fascistas, socialistas revolucionarios, nazis, socialdemócratas… El Socialismo es el problema porque no tiene la solución a nada: crea primero los problemas y luego impone siempre la misma solución nociva de la dictadura de “los que saben”.

Y por descontado estos sabelotodo no paran en barras a la hora de liquidar a cuerpos enteros de la sociedad para conseguir sus fines, así como no se conoce de sociedad que no haya sido degradada moralmente por las políticas socialistas (que llaman “sociales”) antes de ser arruinada hasta la miseria, mientras del caos se erige la casta de los intelectuales del Partido que no sabrían llevar un colmado ni hacer una declaración de la renta, pero pretenden conocer las ilimitadas condiciones de los mercados con sus propias variables de fijación de precios.

No es menester citar la Corea del Norte regida por el nieto de quien se autoproclamó monarca de una república comunista, ni la Cuba de los Castro (“Patria o Muerte”, que de todas-todas parece un lema fascista) o la Venezuela de Maduro, porque ahí al Sur existe todavía un país conocido como Argentina en el que la única política real que se da es la del expolio sistemático de todas las clases productivas para mantener a la casta narcosocialista de la Cristina Fernández, como otrora a los cientos de miles de arrebatacapas peronistas (luego fascistas).

En España, hasta ahora, derrotada por Franco en 1939 la Revolución organizada por el PSOE desde 1934 contra el legítimo gobierno de la II República, no se había experimentado con tanta saña un nuevo asalto al Poder hasta la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno -vía moción de censura apoyada por los terroristas de la ETA y los golpistas de ERC y demás “catalanistas”-, si bien ya desde el guerracivilismo del presidente Zapatero, ahora testaferro de la dictadura narcosocialista de Venezuela en Europa, se venía preparando el terreno para lo que hay ahora.

Por tanto, parece ocioso reiterar la necesidad no sólo de expulsar a Sánchez del Poder, sino de revertir todas sus políticas y no únicamente en materia económica, amén de profundizar en una liberación genuinamente política de todas aquellas instituciones sometidas al Socialismo de cuarenta años o más a nuestros días, desde la pretendida “protección social” -que a nadie protege a estas alturas, más que a los que la gestionan- hasta los medios de comunicación, la industria cultural, los centros educativos, los sindicatos y las grandes empresas nacionales.

Pues, pese a los diversos mantras que todavía pretende difundir entre nosotros, el modelo socialista no responde más que a la necesidad del Saqueo Institucionalizado, con sus varias persecuciones a discrepantes, generadores de riqueza y disidentes naturales a un sistema basado en la represión de la persona, en coherencia con una visión del mundo y del hombre que atenta contra la lógica, el bienestar real de las sociedades y la propia dignidad humana.

Ni la Verdad ni la Memoria se imponen

…a no ser despóticamente, desde luego no por mayoría simple pero tampoco por mayoría cualificada, y eso es lo que pretende y pretenderá cualquier llamada Ley de Memoria o Ley de Verdad Histórica, pues que la memoria es particular de cada cuál o de un grupo reducido, por cuanto cuando se amplía el número de los implicados sólo algunas verdades generales, si no directamente abstractas, siguen pareciendo tales a ojos de todos.

La Historia, o el relato de los hechos verídicos y comprobables del decurso humano, funciona por elaboración de conceptos, imágenes y visiones del pasado a partir de fuentes dispares, luego resulta sin duda un producto de la imaginación abstracta más aún que de la erudición, sin que ello signifique que se puede hacer tabula rasa de los mismos datos, de los estudios anteriores, de las anteriores filosofías de la Historia.

La Memoria, por el contrario, corresponde a cada uno según factores que nadie controla a priori, como la tradición familiar -de antepasados y sus costumbres tanto como de sus relaciones actuales- o como el entorno de los iguales a uno en edad -caso de la escuela y los equipos deportivos, las cuadrillas y grupos de amigos, etc.-, dándose el contraste generacional entre lo asimilado en el seno familiar y lo que uno descubre por sí junto a sus pares.

Nada de esto es tomado en consideración, por descontado, por los últimos beneficiarios de este régimen infausto de partidos dedicados al Saqueo Institucional no menos que al Adoctrinamiento Ideológico, que les reporta pingües beneficios no sólo en forma de réditos políticos sino asimismo a través de subvenciones a sus plataformas “sociales” o “culturales” o “verdes”, medios de comunicación, productoras de TV y así hasta el infinito y hasta la náusea.

De forma que el Antifranquismo a día de hoy es prácticamente una industria, con decenas de miles de trepas haciendo de maquis de la Información y de la Cultura con sus bodrios -fanzines, libros, pelis, documentales, ponencias, conferencias y demás- cuando a duras penas conocen de la Guerra Civil que comenzó en 1936 y terminó en 1939, y dudosamente atinarían con la fecha de la muerte de Franco, o con la edad a la que murió.

Pero todo da igual cuando se trata de crear apartados, aparatos, departamentos, comités y consejas, con muchísimas mujeres por todas partes, para impulsar de corrido la imposición de esta Verdad y esta Memoria a todos los españoles, con su propia Gestapo para multar y amedrentar a los que no se sometan al Discurso Oficial del Progreso, de hace décadas enarbolado por los del PSOE hasta que, de tanto progresar, han ido a coincidir en fondo y forma con la ETA.

Los días de Pedro Sánchez en el Poder están contados. Queda por ver ahora si habrá algo más de reacción por parte de los pretendidos defensores de la Nación y de la Constitución que la que se ha dado en las dos últimas décadas ante los desmanes de todo tipo que el PSOE, en comandita no sólo con la ETA sino con ésta liderando la entente con el PNV y con los otros separatistas -de la extinta CiU o PdCAT a ERC-, ha perpetrado contra la integridad de España y de sus instituciones.

De nuevo, y más allá de cualquier cálculo mezquino, el PP con Feijóo al frente debe estar preparado para gobernar… con el apoyo de Vox y un programa amplio, capaz de suscitar adhesiones entre lo que aún quede de Izquierda nacional entre los diputados del PSOE; pero sin perder de vista en ningún caso que este régimen que tanto parece querer sostener la Derecha no es sostenible ni un solo día más contra semejante amenaza a nuestras libertades.

La desconexión con las élites es total

…en una sociedad donde los trámites burocráticos indispensables se han vuelto cada vez más arduos, pese al desfasado incremento de plantillas -de suyo desfasadas, obsoletas prácticamente a los pocos años por falta de estándares básicos de promoción vía adecuación al puesto de trabajo, más la existencia de cientos de miles de parásitos enchufados sin tareas concretar a desarrollar-, y pese a las jacarandosas declaraciones favorables a la automatización de los servicios en una denominada “sociedad de servicios” donde la Administración es la primera que no cumple con lo que predica.

Pero hablamos de la misma dirigencia de socialistas de todos los partidos en la mayoría de los gobiernos europeos donde, a la Caída del Muro, decidieron lucrarse ilimitadamente a cuenta de los cuentos verdes de diversas pseudociencias, así que viniéndose abajo la permanente campaña de “lucha contra el hambre” en África, donde hay tanto que seguir saqueando entre todos -USA, China, Rusia, Francia, etc.-, les ha dado por la “lucha contra el cambio climático” pese a las onerosas consecuencias de renunciar a la energía nuclear, quedando subyugados por el contrario a los potentados exportadores de combustibles fósiles, ¡menudo progreso!

Debe de tratarse de un entreguismo voluntario a las tesis comunistas y a su fracasado modelo en Corea del Norte y Cuba, como en Rusia y la misma China, ese fenómeno mediático que mantiene campos de concentración donde encierra a millones, mientras experimenta con la población urbana a través de esos confinamientos tan extraños, cuando no ha acabado de esclarecer el origen del SARS-Cov-2 y se dedica a una agresiva expansión militarista por el Océano Pacífico. Pero qué duda cabe de que el Partido Comunista Chino cuenta con recursos de sobra para sobornar a decenas de miles de políticos europeos, sobre todo si carecen de honor y patriotismo.

En éstas estamos, absortos contemplando el dedo de la invasión rusa en Ucrania, cuando son nuestros propios dirigentes los que no han cesado de poner en almoneda la seguridad y el bienestar de sus gobernados, se llamen Schroeder o Merkel, Scholz o Macron, sean los cobardes dirigentes de países como Holanda o Bélgica, los negligentes de los países escandinavos o los sinvergüenzas de España o Italia. Vendidos al oro persa, tratando de renegociar con Putin sus comisiones, sus prebendas, sobre la sangre de decenas de miles de muertos ucranianos y millones de damnificados. Ésa es la catadura moral de los líderes de la UE.

Y lo cierto a estas alturas es que aún cabría pedir como español, dado lo razonable del empeño, que nuestro país volviera a ser soberano, neutral e independiente, alejado de esas brumas de la Historia reciente de Europa que nos pillan tan al Este, que son la base conjetural de la misma existencia de la UE, que han quedado ahora despejadas nuevamente con el Brexit y con la invasión rusa de Ucrania, sobre todo después de haber asistido a las reacciones principales de los dirigentes citados y varios otros en estos últimos cinco meses. A mí me da vergüenza que se me pueda considerar “ciudadano europeo”. Claro que hace mucho, muchísimo tiempo, décadas incluso, que se hace bastante duro también ser “ciudadano español”.

Cada día que pasa se legitima la invasión de Ucrania

…por el Ejército ruso de Putin, dedicado por entero a afianzar sus posiciones estratégicas en torno al Mar de Azov y el propio corredor norte del Mar Negro, bien que Odesa resiste y la flota rusa parece haber desistido por el momento de una embestida anfibia contra el enclave. En el Donbás, la ofensiva por la ocupación total no ha hecho más que recomenzar, y conviene preguntarse cuáles son las expectativas y más bien los objetivos de Occidente respecto a la resistencia ucraniana y el fin de las masacres de civiles, ¿de nuevo van a insistir en el posibilismo y la mediación con el agresor que ha violado todas las leyes internacionales del último siglo?

Algunos países, dentro y fuera de la UE, han elegido ya armar fuertemente a los ucranianos, así como no impiden la incorporación de voluntarios a las fuerzas defensoras de Ucrania, pero otros mantienen la errática política de pensar que con Putin habrá que entenderse después de la guerra, mientras otros tantos no actúan por miedo a su debilitamiento interno, a la exposición real a los ataques rusos o a su mero y espurio interés económico o político, razón por la cual ninguna de las metáforas o remembranzas del presidente ucraniano Zelenski servirá para desentumecer el cuerpo abandonado a la molicie de esta casta política UEropea que comercia con los cadáveres ajenos de los que todavía tienen ideas y valores distintivos.

El asunto viene de lejos; el error, a más de ser contumaz, se extiende en el tiempo desde hace ya tanto que forzosamente tiene que ser considerado costumbre, mala costumbre, vicio o directa depravación. No sólo tiene que ver con esa “mala conciencia europea” que sirve para continuar como siempre, pero de manera soterrada, haciendo negocios de la peor especie con todo tipo de regímenes criminales, sino también con la fatua pretensión de que a la hora de la verdad somos los únicos garantes de que se vela por los derechos humanos, porque somos los únicos -los occidentales, digo- que conservamos a estas alturas de la Historia algo de legitimidad moral.

No es verdad, por supuesto; y cada vez lo es menos. Pero además se pretende olvidar que toda esa especie de aura de la legitimidad política y moral de Occidente vino siempre acompañada, y de hecho precedida, por el hecho de la superioridad militar, o cuando menos de una capacidad militar igual a la de los mayores imperios de la época: desde los Griegos a los Aliados que arrasaron con bombas nucleares las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Pues la Historia también muestra que nunca las causas justas y racionales se impusieron por sí mismas.

Cuando la realpolitik no garantiza ni los propios intereses

…ni mucho menos los derechos humanos, y ni siquiera parece poder garantizar la mínima seguridad de sus ciudadanos -y esto es tan válido ahora para varias naciones europeas ante la amenaza rusa, que de momento se ceba en Ucrania, como para España a corto plazo si no aprende a cuidarse mejor de la explosiva situación en que se encuentra el Magreb, de Marruecos a Egipto, con las injerencias varias de rusos, turcos, useños, británicos y franceses-, entonces es que conviene cambiar de juego.

En realidad, ¿a qué ha estado jugando la UE desde la Caída del Muro? Lo que surgió como un conglomerado germano-francés para constituir la Comunidad Económica del Carbón y el Acero ha devenido en un balneario-geriátrico para millonarios cansados de ser occidentales, tal vez ansiosos de experiencias más fuertes que las vividas, que en detrimento de acción al menos obtienen el placebo del “Bienestar” verde y reciclable y (presuntamente) autogestionario. Las nuevas generaciones, a su vez, se evaden en mundos virtuales mientras esperan la paga y el finde.

Pero en la vida real, donde un poderoso Ejército que está dejando miles de bajas propias -mientras no pierde la oportunidad de masacrar a la población civil y causar el mayor número de destrucción material y saqueo generalizado- para asentar su posición en el tablero del siglo XXI podría lanzar ataques con armas de destrucción masiva sobre ciudades escandinavas, de Alemania o de Polonia, no parece que la UE pueda seguir estirando el chicle de la hostilidad contra Putin sin llegar, literalmente, a las manos. Que es la justificación que, por supuesto, éste espera.

¿Se trata entonces de no jugar a lo que quiere el tirano ruso? Se trata lisa y llanamente, como nos enseñan tantas lecciones históricas, de entender por lo menos que, de manera no precisamente velada, la guerra ya les ha sido declarada a todas esas naciones sobre las que Putin desea ejercer una hegemonía recuperada, con la misma o parecida coartada que la empleada para invadir Ucrania, y se trata de cerca de una docena de ellas, de Rumanía a Finlandia. Puede que uno no elija a sus enemigos, pero al menos debiera ser consciente de quiénes son y de cuándo vienen a por uno.

El objetivo de Putin es la hegemonía

…aun compartida con los EEUU y China, por lo que no parece que la invasión de Ucrania haya sido una mera opción por “jugar fuerte” y contar con las mejores bazas para una posterior negociación. En rigor, da la impresión de que ambas partes contendientes, y negociadoras, esperan ganar tiempo o más bien perderlo, dilatar en el tiempo una posible solución pacífica al actual escenario bélico.

En el caso del gobierno ucraniano, a la espera básicamente de que las sanciones contra el régimen ruso castiguen lo suficiente el esfuerzo de guerra de Putin, y a la propia población sometida a sus dictados, como para lograr que éste afloje su yugo o directamente desista de su empeño. Por parte de los invasores, a la expectativa de los movimientos de la OTAN que podrían obstaculizar la consecución de sus próximos objetivos: del Báltico a los Balcanes.

Se ha hablado mucho de cómo en la mentalidad de Putin, asumiendo en sí la conciencia toda de la Madre Rusia, pesa como ninguna otra razón para la actual ofensiva la sensación mantenida de humillación de la otrora potencia soviética a manos de Occidente, concretamente a partir de lo sucedido en la Guerra de los Balcanes a principios de los 90, cuando la agresiva Serbia de Milosevic fue derrotada por la OTAN ante la inacción rusa.

Ahora este remedo de zar soviético que es Putin, como Milosevic pasara sin solución de continuidad de ser presidente comunista a líder del nacionalismo racista serbio, pretenderá hacer ver a las inermes potencias europeas que la “neutralidad” de Ucrania es el único modelo aceptable por parte de su régimen para la mayoría de las naciones de la UE, incluida con toda probabilidad Alemania, soslayada Francia y descartado por supuesto el Reino Unido británico.

Por todo ello, más allá o más acá de la pertenencia a la UE o la participación en la OTAN, los ciudadanos de las naciones europeas deberían ser plenamente conscientes de que lo que está en juego es la propia soberanía e independencia de las mismas frente al imperialismo ruso, en liza con los que Putin reputa como otros imperialismos similares, de EEUU y Reino Unido a Turquía y China. El viejo juego que viene dándose desde el siglo XIX, al menos.

Razón principal por la que la UE ha de establecer su propia y autónoma Alianza para la Defensa de sus estados miembro, único modo de preservar la democracia en cada uno y de proteger su particular esfera de influencia en el mundo a través del comercio, la cultura y la política.

 Porque, ahora ya a todos debiera parecer claro, sin una capacidad bélica de primer orden capaz de disuadir de aventuras como la presente a rusos, chinos e incluso “atlantistas”, la voz de Europa no se hará jamás escuchar como propia, luego no podrá a la postre influir en nada.

El argumento de que Rusia es víctima

…resulta chocante, cuando se habla del expansionismo de la OTAN -Pío Moa, entre nosotros-, porque basta echar un vistazo al mapa, sobre todo si es esférico, para comprobar que difícilmente puede ser rodeado por la OTAN el país más inmenso del mundo, con multitud de bases navales con salida a los principales océanos del planeta, aun si se diera el caso de bloqueo turco hacia el Mediterráneo y quedara asimismo cerrado el Báltico -¿pero no es acaso Rusia desde siempre, antes de la URSS, la que ha amenazado a las naciones bálticas y a Finlandia?-.

Pues Rusia por el Este tiene acceso al Pacífico por el Ártico y por el Mar del Japón, que no resulta una amenaza para nadie desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Al sureste limita con China -¿acaso es su enemigo declarado?- y al sur con unas repúblicas centroasiáticas en las que se mantiene la esfera de influencia de tiempos soviéticos, como Kazajstán; su acceso al Mediterráneo podría obtenerlo gracias a su alianza de facto con Siria, ¿pero acaso la Turquía de Erdogan le ha supuesto algún tipo de amenaza a Putin hasta la fecha?

Pretender que Ucrania es el agresor por una política gubernamental “antirrusa” es plagiar los argumentos del tirano Putin, que no es que sea presentado así por la “propaganda USA”, es que se ha comportado así desde que llegó al Kremlin, y no en vano los asesinatos perpetrados desde entonces contra periodistas, opositores y activistas de los derechos humanos se han convertido en moneda corriente con la que paga el exKGB a los “traidores” y “vendidos”.

¿Pero vendidos a quién, si puede saberse? Navalni fue envenenado a instancias de Putin, como Skripal o Litvinenko, sólo que aquél no era un espía disidente al que otro camarada le ajustaba las cuentas, sino el líder de un partido político democrático que también promete lo mejor para Rusia, pero no a través de alimentar los peores sentimientos y rencores xenófobos, victimismos de los que se retroalimenta Putin revestido de sus particulares galas zaristo-estalinistas.

HISTORIA A LA CARTA

Porque ha sido Putin el que no ha perdido la oportunidad de conmemorar a la soviética el papel triunfal de una URSS dirigida con puño de hierro por Stalin, porque derrotó finalmente a los nazis, mientras enlaza con naturalidad la epopeya medieval del Rus de Kiev -fundado por vikingos Varegos, ¡luego suecos!- con las grandes gestas antinapoleónicas y la Guerra de Liberación para la que Stalin no dudó en apelar a los nobles sentimientos por la “Madre Rusia”.

Ahora resulta que hay que deslindar ciertos horrores de la Historia reciente, como el Holodomor perpetrado por ese mismo Stalin que glorifica Putin, según la ideología -¡fueron los comunistas, no los rusos!- y no la nacionalidad, pero entonces cabe admitir que los ucranianos “antirrusos” hagan lo mismo pero a la inversa -¡fueron los rusos, no los comunistas!-, aunque les valga también la síntesis: “fueron comunistas, rusos y ucranianos”. Sobre todo frente a Putin.

Porque a fin de cuentas las afinidades sentimentales son claras, cuando los ucranianos tachados de “nazis” quieren entrar en la Unión Europea, y los nazis “internacionalistas” (¡antiglobalización!) de medio mundo quieren liquidarla -y se encuentran a gusto con Putin-, y los “prorrusos” en Ucrania, ya sea por “antinazismo” -“no son antirrusos, son pronazis“- o por nostalgia de los tiempos comunistas, quieren volver al seno de la Gran Madre Soviética.

Que obviamente siempre fue Rusia, la sucesora del anterior Estado zarista, extendido por doquier con el recurso esencial a la Policía política asimismo heredada del antiguo régimen. Sin Rusia, el más terrible Imperialismo que haya conocido la Historia no hubiera sido posible, porque no hubiera existido siquiera la URSS. Desde Rusia se extendió su pestífera esencia por todo el mundo, como un virus, gracias a los adelantos introducidos por Lenin, Trotsky y otros.

RUSIA SE EXPANDE DESDE HACE MIL AÑOS

Pero mientras que a Alemania se le ha cargado el Holocausto de manera inmisericorde -y con muy justas razones- desde hace ocho décadas, a la implosión de la URSS no siguió ningún Núremberg, por lo que no es de extrañar que Rusia, o la sociedad rusa que otorgó el Poder a Putin y ha decidido mantenerlo en él hasta la fecha, decidiera que lo mejor para mirar al futuro era convertir a Rusia en la principal víctima de la URSS, limpia de polvo y paja.

En todo caso, por mucho que haya quienes entiendan/entendamos cierto sentimiento de humillación de una importante parte de los rusos por lo que juzgan una incomprensión algo injusta de la Rusia postsoviética por parte de Occidente, la única política de Putin desde que llegó a la Presidencia en 1999 ha sido la de expandir las zonas de influencia de Rusia, más allá incluso de los límites anteriores a la Gran Guerra.

Primero se ocupó Putin de Chechenia, cuya capital Grozni fue objeto de bombardeos contra la población civil como ahora Kiev y las demás ciudades ucranianas, aparte de la política criminal de guerra que incluía la tortura y la violación de civiles. Luego siguieron Ingushetia y Daguestán, repúblicas caucásicas, antes de la intervención militar rusa en Georgia, todo ello para 2009. ¿De verdad en todo este tiempo la OTAN ha representado una amenaza para Putin?

Y de nuevo, si echamos una mirada al globo, comprobaremos que la política de alianzas de la Rusia de Putin desde 1999 a hoy no ha sido precisamente prooccidental, sino de refuerzo de sus antaño aliados de la hora soviética: de Irán a Siria, de Cuba a Venezuela, con ejercicios militares conjuntos cada tanto con China, que tiene su propio plan de expansión imperialista aunque tal vez, y por culpa de la agresión de Putin, ahora sea a largo, cuando convenga, con paciencia confuciana.

CONCLUSIÓN: PUTIN ES CULPABLE

El régimen de Putin es culpable como agresor de una potencia sin mediar amenaza bélica alguna por parte de ésta, y así ha de ser considerado por la ONU y por el conjunto de las naciones soberanas del mundo. Pero, ¿hasta qué punto es Rusia culpable ahora mismo de los dislates despóticos de su “presidente electo”? Para los que entienden/entendemos que Putin es un tirano, la heroicidad requerida en Rusia para plantarle cara raya en la conducta suicida.

Pero, ¿qué hay de los que piensan que este nuevo Napoleón eslavo viene a la Cruzada por los Eternos Valores Morales de la Familia, la Patria y la Religión? ¿De veras entienden ellos que el pueblo ruso o la sociedad rusa está con la política del caudillo imperialista Putin? ¿De qué entonces la necesidad de reprimir por miles a los propios ciudadanos rusos que se manifiestan por las calles?

¿Qué entienden algunos, exactamente, con lo de que “Rusia es la víctima” o “Rusia está amenazada”, exactamente? ¿Qué Rusia: sus gentes o la imagen de estampita que tienen algunos de las patrias? Y en cuanto a Putin, que no está loco: ¿qué tiene para ofrecer a los rusos si pierde la guerra? Nada. ¿Y si gana? Nada, o muy poco. Luego como la rata, de verse él -no Rusia, sino su tirano- acorralado, es cuando más peligroso se tornará.

El momento es tremendamente delicado, y se trata de algo de lo que se podría hablar durante años -si tuviéramos tanto tiempo-, porque a fin de cuentas es el fin definitivo del Orden nacido de la Alianza de USA y URSS contra Alemania y Japón durante la SGM a lo que nos enfrentamos, y que sólo la Guerra parece capaz de simplificar decisivamente. Ahora bien, si no cabe encontrarle salida a Putin, deberá quedar claro que sí la hay para Rusia. Pese a todo.