La noción democrática es contraria al Socialismo

…porque no ofrece una fórmula mágica -ni siquiera científica- para todos y cada uno de los problemas que se le presenten al individuo o a la sociedad (conjunto de individuos) ahora o en el día de mañana. Todo lo contrario: el gobierno democrático responde a la asunción de que la mejor forma de resolver los problemas es a través de la deliberación entre iguales que piensan diferente, a su vez meros representantes de distintos cuerpos, segmentos o grupos dentro de la sociedad.

La democracia establece el conflicto político, frente a las muy urbanas maneras de los déspotas ilustrados del Antiguo Régimen tanto como frente a los consensos totalitarios del Socialismo de los pretendidos “ilustrados” posteriores a la Revolución de 1789 , llámense comunistas, anarquistas, fascistas, socialistas revolucionarios, nazis, socialdemócratas… El Socialismo es el problema porque no tiene la solución a nada: crea primero los problemas y luego impone siempre la misma solución nociva de la dictadura de “los que saben”.

Y por descontado estos sabelotodo no paran en barras a la hora de liquidar a cuerpos enteros de la sociedad para conseguir sus fines, así como no se conoce de sociedad que no haya sido degradada moralmente por las políticas socialistas (que llaman “sociales”) antes de ser arruinada hasta la miseria, mientras del caos se erige la casta de los intelectuales del Partido que no sabrían llevar un colmado ni hacer una declaración de la renta, pero pretenden conocer las ilimitadas condiciones de los mercados con sus propias variables de fijación de precios.

No es menester citar la Corea del Norte regida por el nieto de quien se autoproclamó monarca de una república comunista, ni la Cuba de los Castro (“Patria o Muerte”, que de todas-todas parece un lema fascista) o la Venezuela de Maduro, porque ahí al Sur existe todavía un país conocido como Argentina en el que la única política real que se da es la del expolio sistemático de todas las clases productivas para mantener a la casta narcosocialista de la Cristina Fernández, como otrora a los cientos de miles de arrebatacapas peronistas (luego fascistas).

En España, hasta ahora, derrotada por Franco en 1939 la Revolución organizada por el PSOE desde 1934 contra el legítimo gobierno de la II República, no se había experimentado con tanta saña un nuevo asalto al Poder hasta la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno -vía moción de censura apoyada por los terroristas de la ETA y los golpistas de ERC y demás “catalanistas”-, si bien ya desde el guerracivilismo del presidente Zapatero, ahora testaferro de la dictadura narcosocialista de Venezuela en Europa, se venía preparando el terreno para lo que hay ahora.

Por tanto, parece ocioso reiterar la necesidad no sólo de expulsar a Sánchez del Poder, sino de revertir todas sus políticas y no únicamente en materia económica, amén de profundizar en una liberación genuinamente política de todas aquellas instituciones sometidas al Socialismo de cuarenta años o más a nuestros días, desde la pretendida “protección social” -que a nadie protege a estas alturas, más que a los que la gestionan- hasta los medios de comunicación, la industria cultural, los centros educativos, los sindicatos y las grandes empresas nacionales.

Pues, pese a los diversos mantras que todavía pretende difundir entre nosotros, el modelo socialista no responde más que a la necesidad del Saqueo Institucionalizado, con sus varias persecuciones a discrepantes, generadores de riqueza y disidentes naturales a un sistema basado en la represión de la persona, en coherencia con una visión del mundo y del hombre que atenta contra la lógica, el bienestar real de las sociedades y la propia dignidad humana.

Anuncio publicitario

Pedro Sánchez es un déspota

…que como tal gobierna y pretenderá seguir gobernando, mientras el PP con Feijóo a la cabeza realiza estudios sobre expectativas de a cuánto le dejará la UE esta vez elevar el déficit anual al nuevo presumible Gobierno del PP. Claro que ésta no es la cuestión, sino el síntoma ahora más evidente de 40 años de Saqueo Institucional -esto es: perpetrado desde las instituciones- para copar todo el Poder y con ello su propia impunidad.

El Reparto del Presupuesto por los dos Partidos del Turno -PSOE y PP- en comandita con “los garantes de la estabilidad institucional” -el dicho Saqueo- que fueron hasta finales del siglo XX la catalanista CiU y el PNV abertzale, siempre hegemónicos en sus respectivos “ámbitos de decisión” gracias a las numerosas y consecutivas traiciones de los socialistas, pareció terminarse con la llegada al Gobierno de Zapatero, pero luego se vio que con Rajoy la cosa continuaba como siempre.

Hasta que llegó Sánchez y ya no es que no haya qué repartir, es que el déspota de La Moncloa lo quiere todo para sí y los suyos, que van variando según las necesidades del Caudillo socialista, izquierdista o “populista”, como se quiera: siempre intransigente en sus determinaciones, hasta que se le vuelven en contra; siempre demagógico, y tan mentiroso como para seguir mintiendo una vez que ya han sido puestas al descubierto sus mentiras.

¿O no ocultó a Ibrahim Galli, no ha trastocado la postura española sobre el Sahara, no prometió ayudar a los ucranianos y sancionar a Putin, no se erige como máximo impulsor de la OTAN el que pensaba suprimir el Ministerio de Defensa? Claro que prometió mucho cuando era Pedro Sánchez, no EL PRESIDENTE, tan feliz él de encontrarse en la Jefatura del Gobierno como odiado por todos los damnificados por su rastrera y torpísima ejecutoria -a estas alturas, mayoría absoluta de españoles-.

Este sujeto irresponsable, sin escrúpulos, psicopático, tosco y a la vez cursi, como casi todos los que le acompañaron en tan vertiginoso viaje al asalto del Poder, no debe llegar a Navidades, o las consecuencias de sus cada vez más extremosos actos -guiados por los pagos al contado de las deudas contraídas con sus diabólicos partenaires de la ETA y los golpistas de ERC más lo que resta de Podemos- excederán con mucho las previsiones más pesimistas de los críticos de la hora.

El permanente show del Estado descompuesto

…nos tiene a todos mirando, entretenidos, cómo el ex jefe del Estado arrastra los últimos jirones del prestigio que le quedaba por este Reino de España instaurado por Franco, que venció a la Revolución, mientras el Gobierno compuesto instrumentaliza su visita al país para atacar al Rey, en el caso del PSOE, y a la Monarquía, en el caso de todos sus socios.

Asistimos asimismo abochornados al cortés trato que dispensa el Doctor Sánchez a golpistas y terroristas, ofendidos a su vez porque el CNI los procura tener controlados, cuando sus formaciones debieran ser disueltas con la Ley de Partidos en la mano, hoy como hace veinte años, mientras por el contrario lo que se impone son sus directrices sobre Enseñanza y Financiación.

Pero parece que el dinero público “de nadie”, que tiende cuando gobiernan los socialistas y sus semejantes a quedarse en sus bolsillos, va a estar más caro a partir de junio debido a las nuevas medidas anticrisis que pretende adoptar el BCE. Y entonces qué: ¿40.000 funcionarios más? Para echar al triple en menos de un año. ¿Indexación al IPC de las pensiones y los sueldos públicos? Sea… para recortarlos después en un 20 o un 30%, a la vista está.

Hablamos de un Estado insostenible, sobre ser injusto, que es tan antiespañol como inviable, lo que ha de quedar reflejado no sólo en una nueva mayoría parlamentaria que brinde un Gobierno estable, sino en una auténtica alternativa a la descomposición acelerada del Estado para impedir la consecuente desintegración nacional.

De lo contrario, el día menos pensado, pese a la espesa capa de engaño y amnesia que cubre la vida de la sociedad española, nos podríamos ver envueltos en algo más grave que una mera dificultad para colocar la Deuda. A punto estuvo de verse ya en Cataluña, donde ya se vio bastante, un conflicto violento y abierto que habría podido devenir en un baño de sangre.

Por el momento, se ha cronificado la división. De no atajar bruscamente la trayectoria de Sánchez, con el PSOE y sus socios espoleándole, la desafección de todas las partes no hará sino crecer, hasta llegar al punto de no retorno que nos abocará decididamente al fin de este régimen; sin atisbar, siquiera, las personas necesarias y las instituciones que podrían servir para configurar el que ha de sustituirle.

Las expectativas decrecientes del Gobierno Sánchez

…para 2022 guardan relación con su incapacidad manifiesta para gestionar los asuntos públicos a fin de darles solución, o al menos salida, unida a la facilidad con la que, sobre todo la cuota podémica del Ejecutivo, se mete en charcos insondables por la única razón de que sienten que si no salen en TV desaparecen del mapa.

Luego están los socios, que oscilan entre comportarse como auténticos maltratadores, recurriendo al chantaje permanente ante los ojos de todos, propios y extraños, y presentarse como los garantes de la gobernabilidad del Estado, papel este último que ni a ERC -formación separatista, racista y golpista- ni a Bildu -pantalla política de la ETA- les va lo más mínimo.

Con las encuestas avanzando el desplome de la coalición gubernamental, ante un año que rubricará triunfos del PP en comunidades como Castilla y León y Andalucía, el PSOE lo tiene difícil a la hora de recuperar pulso para mantenerse como primera fuerza en intención de voto, mientras Podemos queda al albur del cuestionable “efecto Yolanda Díaz”.

Los indicadores económicos acompañarán lo justo el discurso, si no triunfalista, de optimismo del presidente Sánchez, a quien ya no parece quedarle un solo as en la manga pese a haber logrado la aprobación de los Presupuestos y, previsiblemente, la de “su” reforma laboral, que en la práctica queda al descubierto que no es tal porque la UE retendría los codiciados fondos.

No es que, ciertamente, el Doctor Fraude no pueda volver a engañar a parte del electorado que se dice de Izquierda presentando un programa incluso a la Derecha del PP, habida cuenta de que a Sánchez sólo le importa Sánchez y de cualquier tipo de ideología anda más bien escaso, el hombre; es que ni aun así logrará convencer a muchos de su buena gestión económica.

Por no hablar del hartazgo creciente, que ahora tiene en Vox a su más cualificado portavoz -precisamente por no haber renunciado, como el PP, a dar todas las batallas necesarias en todos los campos-, de una ciudadanía que rechaza de plano las espurias divisiones entre “fachas” y “rojos”, “machirulos” y “LGTBs”, “negacionistas” y “concienciados”, etc.

Ya no parecen contar, pese a la abrumadora unanimidad mediática frente a estas cuestiones, con esa impostada legitimidad moral y política que les brindara antaño tantos réditos, comenzando por la ventaja que les suponía autoerigirse en poco menos que fundadores de nuestro presente régimen constitucional.

No es que la situación política española sea una balsa de aceite, con el Estado asediado en buena parte del territorio nacional donde la Ley ya no se cumple, pero al menos da la impresión de que las expectativas de cambio aumentan a cada día que esta Izquierda antiprogresista incide en sus vicios -corrupción-, prejuicios -autoodio identitario- y fatales errores -puritanismo ñoño-.

Pero sabemos por experiencia cómo se las gastan al final del trayecto, cuando sienten verdadero pavor a perder el Poder y regresar a su estado habitual de cesantes sin porvenir alguno, por lo que no estaría de más que PP y Vox se prepararan para lo que viene, incluido en este aspecto la posible firma de un “pacto de no agresión” entre los que han de gobernar España.

El futuro de la Nación se lo demanda, como así lo espera una mayoría (absoluta) de españoles que no pueden seguir soportando la degradación institucional constante y la depredación impune de los recursos del país y de las rentas de los ciudadanos.

La mascarada no tiene fin

…y por eso, dos años después del inicio de la pandemia coronavírica que los negacionistas del Gobierno se empeñaron en ignorar hasta que ya fue demasiado tarde, nos quieren de nuevo embozados, amordazados, a instancias de los socios separatistas del Ejecutivo del fraudulento Doctor Sánchez, ERC y PNV, que no saben qué hacer con sus competencias ahora que por vez primera tenían la oportunidad de comportarse como un gobierno de verdad.

Nos quieren con el barbijo aunque sea de babero, después de que no haya habido restricción ninguna al acabar el verano y se hayan sucedido conciertos masivos, maratones de miles de participantes, puentes festivos y los partidos incesantes de la Liga, con los estadios sin límite de aforo, aunque de nuevo haya que insistir en que los contagios se producen mayoritariamente en el puesto de trabajo o en el seno del propio hogar.

Para el caso da igual, dan lo mismo los altos índices de vacunación en España, porque se trata de aparentar que hacen algo por nuestro bien los partidos que, viniendo de celebrar mítines multitudinarios este fin de semana, ahora abogan por prohibirnos la reunión de más de diez personas. Ciertamente, en muy poco deben considerar a sus simpatizantes y afiliados: cualquiera de nosotros vale por cientos de los suyos, a juzgar por las cifras y las proporciones.

Pero se trata de prohibir, no sólo de aparentar: Apariencia y Poder como origen y producto todo del Gobierno Sánchez y de sus adláteres, que se muestran dispuestos a aplicar las medidas más extremas siempre que se ejecuten en nombre de otro, por ejemplo “Madrid” (por no mentar España), y todo para “luchar contra un virus” invisible y todavía no del todo comprendido por los científicos en sus fases y grados de mutación.

Contra lo que no les compete, porque sin información adecuada ninguna de sus medidas restrictivas resulta útil, desde luego se muestran tremendamente concernidos nuestros trasuntos de gobernantes, pero contra lo que de verdad debieran imponer su autoridad y la aplicación rigurosa de las leyes se muestran inermes, indiferentes, tibios o directamente cómplices: desde las algaradas de los separatistas catalanes a las asechanzas de los etarras.

Un bozal es lo que preferirían ponernos, no sé si a todos, para que no sigamos refiriendo las peripecias ridículas pero criminales de este Gobierno del PSOE con el Doctor Fraude a la cabeza, más sus socios bolivarianos de Podemos, apoyado por la ETA, los golpistas catalanes y el demediado PNV del mustio Urkullu, que pacta presupuestos -luego parte de su proyecto político- con los tradicionales representantes de los asesinos (todos ellos, al cabo, abertzales).

Todo vale para este Gobierno, porque todo le da igual a Sánchez: mascarillas lo mismo contra el coronavirus que contra el hedor a cadaverina que desprenden sus pactos, todos ellos encaminados al asesinato de los principios constitucionales y de la misma Nación que se supone que ordenan, todo ello para encaramarse al Poder como última ratio, todo ello de la mano de los enemigos de España, de sus gentes y de la democracia.

Ojalá 2022 sea la tumba del Sanchismo.

Los que justifican el terrorismo son socios del Gobierno

…y esta es una verdad inapelable, en cuanto que llevan una década vendiendo a sus congéneres que gracias a ETA, a su “militancia”, a sus medios criminales en suma, se ha alcanzado lo que la autodenominada “izquierda abertzale” entiende como suculentos objetivos políticos; ergo: el terrorismo no ha sido en balde, aunque haya que (aparentar) “lamentar el daño causado”.

Del mismo modo, los que persiguen el castellano en media España también son socios del Gobierno, especialmente las formaciones despóticas y despilfarradoras que han dejado Cataluña en quiebra económica, cultural, moral y política, mientras a ojos de todos se devanan únicamente en las escaramuzas por los sillones y la gestión de las cuentas del Saqueo.

Asimismo, por si no fuera ya mucho, tanto unos como otros vehiculan sus apoyos al Gobierno a través de terceros, incrustados en el mismo consejo de ministros, que lo mismo sirven para justificar las narcodictaduras bolivarianas, a sus patrocinadores castristas y a sus cortacabezas en el continente tipo FARC, que para armarla gorda con el Polisario o ponerse a los pies de Irán.

Ciertamente, la hora es grave, pero a fuerza de repetirlo no va a pasar más deprisa. Es como si de hecho España toda, y por extensión la UE misma, estuviera en punto muerto respecto a muchísimos de los grandes problemas que ante sí tiene, a punto de comenzar a descender una cuesta a velocidad vertiginosa pero sin motor, ni frenos, ni dirección, ni volante.

Un estado de confusión total, de crisis radical pero sin liderazgos en claro, de Argentina a Canadá, de España a Ucrania, mientras enfrente se crece una alianza no escrita de regímenes cada vez más represivos y descarnadamente antioccidentales, fundamentalmente la Rusia de Putin y la China de Xi Jinping. Y la balanza está a punto de decantarse.

En el interior, las fuerzas más extremistas del último medio siglo español se conjuntan con los que aún se dicen defensores del sistema o incluso de la Constitución (“constitucionalistas”), tal que el PSOE en el Gobierno, cuando en rigor su fin es la destrucción del Estado para desintegrar la Nación Española y quedarse con las regiones que reivindican como propias.

Para el PSOE, quedaría el exiguo botín de una España dividida y miserable, con poco que explotar en realidad, pero su importante posición geoestratégica haría del territorio una cabeza de puente en Europa para cualquier Estado canalla y cualesquiera organizaciones criminales, de cualquier parte del mundo y para cualquier tipo de tráfico: de personas, de drogas, de armas, de información…

Por aquí los medios venden en el entretiempo los importantes “avances” que hacen desde el mundo de ETA para, en principio (no por principios), evitar soliviantar a las víctimas del terrorismo, cuando en rigor se trata de ayudar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a blanquearse a sí mismo después de tanto estrechar, él y sus compañeros del PSOE, tantas manos manchadas de sangre desde hace tanto tiempo.

La sociedad dividida

…es el modelo que consagra el Izquierdismo ideológico cuando se encuentra en el Poder, prevaliéndose de todos los recursos públicos y yugulando parte de los privados con el fin de hacer ver a los propios que todo es necesario en pos de la victoria sobre los otros, pues se trata de victoria o muerte (políticamente hablando), victoria o derrota, pero en todos los órdenes de la vida.

Porque para la casta política la lucha por el Poder es la Vida, y a esa visión del mundo deben someterse los gobernados en todo tiempo y lugar, pues de ahí viene su presunción de legitimidad, de cierta infalibilidad, de necesidad misma para que la Política pueda simplemente existir, no digamos ya un sistema democrático como tal, con su pugna entre las distintas facciones o formaciones de representantes en una sociedad plural.

Pero, ¿es que esto es así? ¿No es la corrupción moral de los partidos la que se extiende por todo el Estado en que se han enquistado desde los inicios del régimen del 78? ¿No es su omnipresencia la que asfixia el Presupuesto, a las empresas y a los particulares? ¿No es su falta de escrúpulos y su evasión de responsabilidades las que tienen la Hacienda a punto de quebrar, comenzando por el insostenible sistema público de pensiones?

Partidos ahora mismo que no acatan la Ley, partidos que proceden del terrorismo, al que en su día sirvieron de pantalla, todos ellos socios en el Gobierno de un partido de historial criminal como el PSOE, que durante un tiempo se presumió liberado de las ataduras de su pasado revolucionario y antidemocrático, básicamente durante los años de Felipe González al frente del partido y del Gobierno de España.

Mas después sólo ha mantenido ciertas trazas de liberalismo democrático para disimular en tiempos de oposición, como en el caso de Zapatero y luego de Sánchez, ambos implicados hasta el cuello, a la hora de la verdad, en otorgar soluciones “de prestigio” a los problemas rarunos de los separatistas de la ETA, ERC, Junts, las CUP y demás ralea -como en el 34, al PSOE todo aliado extremista le parece poco, habiendo fijado ya el objetivo a batir como enemigo.

Por eso ahora, como prácticamente desde el momento en que Pedro Sánchez asaltó el Poder mediante la moción de censura -con el apoyo ya entonces de Podemos, ERC y Bildu-, sólo queda recordar una vez más a las formaciones de oposición, PP y Vox sobre todo, que así como sólo de manera conjunta podrán constituirse en alternativa y echar al Doctor Fraude de La Moncloa, para el Frente de la Izquierda ambos representan un todo que hay que dividir y finalmente liquidar.

Que impere la unidad, entonces; y a por ellos.

Sánchez quiere quedarse para siempre

…pero para ello debe sopesar si le conviene un adelanto electoral, lo que no es una decisión fácil en este momento de profusión de datos, promesas de reforma, avisos de la UE, recomposición interna de sus socios en el Gobierno, incertidumbre de las finanzas públicas, precariedad del suministro energético a cuenta en parte de antiguas rivalidades geoestratégicas…

Obviamente, el Doctor puede seguir actuando como si nada de lo que pasara en España o en el resto del mundo fuese con él, volcado como está el hombre en auspiciar “el Cambio” a nivel global, en todos los órdenes, de arriba abajo, mientras se pasea en Falcon siempre que puede para preservar la imagen que tiene de las personas reales, allá abajo, tan pequeñitas.

Otra cosa es que la Realidad le deje plantado cualquiera de estos días, o sus mentados socios podemitas en dura pugna por disgregarse en decenas de marcas con sus coloristas lidercillos, o la gente rara y siniestra de ERC, a su vez en perpetua guerra de desgaste con sus aliados separatistas al par que enemigos feroces por el negociado de la Generalidad, o el mismo y taimado PNV cuando la ocasión así lo demande.

Con estas bazas, mal que bien, ha ido tirando Sánchez toda la exigua legislatura y parte de los años precedentes a partir de la moción de censura contra Rajoy, y aspira de hecho a continuar con los mismos socios que imposibilitan el Gobierno aunque se les contente con el Reparto del Saqueo. Parece labor de equilibrista, pero ya saludé como “transformista” el extraño pacto PSOE-Podemos para arramblar con el Poder; un pacto nacido de la pura y urgente necesidad.

Ahora bien, sean cuando sean las elecciones, todo el variopinto entramado que sustenta al Ejecutivo del Doctor deberá deshacerse y acudir al encontronazo fácil para hacer ver a sus respectivos electorados y bases que el PSOE no les tiene cogido por los bajos, sino que es al revés. Y la cuestión entonces es cuándo se producirá esa artificiosa ruptura del Frente que apoya a Sánchez y le permite gobernar, si durante una votación presupuestaria o en cualquier otro momento.

Hasta entonces, sólo queda esperar por si alguien cabal queda en el PP con suficiente autoridad como para enmendar a Casado de su yerro esencial, que es pretenderse alternativa en solitario al otro supuesto “partido de Estado” (el PSOE, ¡ja!) en vez de asumir de una vez por todas que el Bipartidismo está felizmente enterrado, entre otras cosas porque el PSOE no desea alternarse en el Poder con ningún otro partido de ámbito nacional.

Definitivamente, la Oposición tampoco parece tener las ideas muy claras, ni la estrategia ni puede que, en el caso del PP, el discurso, cuando viene de hecho de negociar entre bambalinas la designación de una serie de cargos institucionales que vuelve a dejar en agua de borrajas sus promesas todas de “regeneración democrática”, precisamente en el peor momento posible para ello.

Lo cierto es que el PP vuelve a parecer un partido poco fiable para gran parte del electorado de la Derecha, pero tampoco Vox da la impresión de ser del todo capaz de imponer un liderazgo propio y distinto como alternativa al Frente de la Izquierda, así que la inminencia o no de las elecciones no altera sustancialmente el hecho de que Sánchez quiere quedarse para siempre en el Poder, y Casado y Abascal siguen sin hacer la suficiente mella en las pretensiones del Doctor.

Las ideologías furiosas

…son impulsadas en todo tiempo y lugar por aquellos megalómanos que, como el Diablo, cuando se aburren mucho se ponen a pensar en cómo perjudicar al hombre corriente, al que ven pasar todos los días por delante y al que no soportan, en su afán poco común por salvar a la Humanidad de sí misma y atribuirse después el mérito.

Que la llamada “cumbre climática” haya deparado al fin el reconocimiento de la energía nuclear como “verde” no debiera sorprender a nadie, pues entre nosotros lo sostiene el joven economista nonagenario Juan Velarde desde hace medio siglo, o más: barata, limpia y segura, lo que necesita precisamente un país como España con su alta demanda energética tanto en temporada de verano como durante el invierno.

Que los crímenes de índole sexual aumenten exponencialmente a la producción legislativa -dislocada, frívola, inútil- de la Izquierda sobre la materia tampoco es de extrañar, porque lejos de tratar de contener el derrame de gasolina lanzan alegremente sobre el vertido sus cerillas encendidas de ilusión y pretendidas buenas intenciones, que desde luego para nada aseguran la protección física de las maltratadas o de las mujeres en general ante las agresiones violentas.

Que la reinserción, precisamente, de criminales sexuales se quiera conjugar con la criminalización del “heteropatriarcado”, como la ocultación de abusos a menores en centros dependientes de administraciones en manos de los autodenominados “progresistas” se realiza en nombre de la salvaguarda de no se sabe bien qué protección de datos, da otra buena muestra de cómo la ideología perniciosa de los que se proclaman “conscientes” engendra monstruos.

 Que toda la zarrapastrosa negociación presupuestaria, con los privilegios a flor de piel en las manos petitorias de los jefes y chamanes tribalistas de las “nacionalidades y regiones”, se resuelva finalmente con la aprobación de leyes que nos vetan nuestros acreedores, a modo de improbables soluciones que en realidad empeorarían los problemas, da buena cuenta de la desfachatez insólita del primer presidente que ha hecho del Gobierno un ente inútil para gobernar.

Pero es que, a fin de cuentas, ni los recitales de la memoria básicamente antifranquista, revanchista, falsaria, o los de la memoria “sobre el conflicto” desencadenado por los terroristas abertzales apadrinados por la Iglesia y el PNV, ni las componendas de buena sociedad parlamentaria en la que el partido del Gobierno ha incurrido con los golpistas de ERC y de Junts, llegando hasta los inconstitucionales indultos que ahora de nuevo salen a la palestra…

Nada de lo que ha realizado el Gobierno Sánchez en comandita con Podemos ha sido bueno para España y para los españoles, sino todo lo contrario, aunque lo traten de encubrir con mentiras, sobornos a los medios y al “mundo de la Cultura”, ayudas presuntamente directas a los necesitados y demás morralla fascistoide. Todo ha ido encaminado a enquistarse en el Poder y desde ahí destruir cualquier alternativa a su política de saqueo y corrupción.

De ahí la necesidad, cada vez más urgente, de someter todo pensamiento crítico a las falsas verdades de las ideologías furiosas, para sofocar la rebelión intelectual y social, política, a todo este desfasado estado de cosas. Nunca como ahora se había mentido tanto y con tal descarnado cinismo a los ciudadanos sobre la situación, sobre los problemas reales y los retos asumibles, sobre la esencia misma de la vida en sociedad, sobre la convivencia y la democracia.

Y con semejante proyecto de sustitución total de lo Real por la Causa ideológica pretenderá una vez más el demediado líder del PP, Pablo Casado, llegar a pactos de Estado “por el futuro de España” -¡el futuro!, la recurrente promesa de las ideologías que, precisamente, surgieron para denunciar por engañosas las teleologías religiosas y sus promesas de una mejor vida más allá de la muerte-.

Estos “progresistas”, al cabo, nos prometen la penuria en vida y la redención futura, nos certifican la ignorancia de nuestros hijos y sus limitadísimas oportunidades laborales y vitales, mientras se dedican esencialmente, en cuerpo y alma, y como siempre han hecho, a la sustracción de todo lo que aún producen los más afortunados y libres, para llevárselo crudo y seguir presumiendo de conciencia social. Ellos son incorregibles, pero ¿y nosotros?

Aburre tanto lo de Cataluña

…que al lector de periódicos le da a estas alturas por pinzar las páginas diarias dedicadas al asunto, donde salen todos esos tipos feos y vulgares -Aragonès o Borràs, Puigdemont o Puigneró, Jordi tal o Jordi para cual, Junqueras et al-, y pasarlas en conjunto para seguir con la realidad de la actualidad diaria en vez de con los disparates artificiosos de los saqueadores separatistas.

La cuestión al cabo es que esta gente que tanto pretende pintar no tiene un chavo propio que gastarse en nada, que malvive financiada por el Gobierno (éste como el anterior) desde la quiebra de la comunidad autónoma catalana en 2012 -con el sinvergüenza Artur(o) Mas al frente de la Generalidad, testaferro de Pujol con herencia también dudosa pero no en Andorra, sino en Liechtenstein-.

Basta por tanto con cortarles el grifo, ¡pero a todos! Pues políticos, jerarcas empresariales -de la Banca a la Edición de libros y prensa, del “mundo de la Cultura” a las asociaciones y plataformas relacionadas con las causas “de género”, ecologistas, antirracistas…-, avisados del ámbito privado (conseguidores) y público (subvenciones) se trate de sindicatos, universidades, autónomos (pocos) y comerciantes (casi ninguno), todos, como digo, viven del Soborno Institucionalizado.

La respuesta a los permanentes desmanes de la clase dirigente de Cataluña y a las decenas de miles de parásitos que financia -dentro y, por cierto, también fuera de la región- no puede consistir en consecuencia más que en la suspensión de la autonomía, el cierre de todos los medios públicos y la liquidación de cualquier tipo de ayuda a los privados, la intervención de los claustros universitarios para su regeneración democrática, etc.

Todo lo contrario a lo que propusieron ante la crisis de 2017 los partidos Ciudadanos y PSOE, con el acongojado PP de Mariano Rajoy en el Gobierno absolutamente paralizado ante los acontecimientos contundentes que deparó la realidad del 1 de octubre, pese a que los hechos más graves sucedieron a principios de septiembre y ni entonces fueron capaces de responder conjunta y rotundamente los tres partidos citados.

No son en cualquier caso futuribles que se me ocurre imaginar aprovechando que es domingo, sino el programa estricto que deberá desarrollar el nuevo Gobierno que suceda al fatídico Dr.Sánchez, puesto que si algo se puede aseverar a estas alturas de la mala película del “proceso” es que NADA HA CAMBIADO desde el golpe de Estado perpetrado por el disfraz de la corrupta CiU (¿JxCat, PDeCAT?), ERC y CUP, formaciones todas ellas que han de ser ilegalizadas.

Uno comprende que a Pablo Casado (PP) se le puede hacer muy cuesta arriba cumplir las proclamas por las que alcanzó el cargo que actualmente ostenta en el PP; como se comprende asimismo que a Santiago Abascal (Vox), un recién llegado a la política actual -más por la bisoñez de muchos de los miembros de su partido que por su propia trayectoria-, le sobrevendría a buen seguro un ataque de “moderación” de verse finalmente en La Moncloa.

Pero los unos por los otros, los hotros por los hunos, lo único cierto es que La Alternativa a Sánchez no podrá, de querer ser vista como dicha “alternativa”, dejar las cosas como están en casi ningún ámbito, y menos que en ninguno en lo que refiere a Cataluña, región española desde hace más de 2.000 años que se ha convertido por el contrario en el mayor semillero de enemigos fanáticos de la Nación por el racismo de unos, la irresponsabilidad culpable y frívola de otros y las cesiones de mera conveniencia por parte de los de más allá (“¡Matrit!”).

Yo creo que ya va siendo hora de que se acabe esto, de que de una vez por todas cambie la situación -a ser posible a mejor, ¡pero que al menos algo cambie!-; porque “lo de Cataluña” ya sólo genera un aburrimiento infinito entre propios y extraños, sumado a la desconfianza, el resentimiento (que no la envidia ya, desde luego) y el creciente desprecio por todo lo catalán. No lo merecen nuestros compatriotas, tan reiteradamente abandonados por el Poder como en la CAV: ojalá así lo entiendan los llamados a liderar el cambio en toda España.