Cierto etarrismo ambiente

…es lo que reflejan esas fotos de ertzainas apostados en las esquinas de las calles de la Parte Vieja, como una reminiscencia de lo que fue, con esos colores -incluso- como de otro tiempo: cascos rojos, uniforme y verduguillos negros, también capuchas negras por la otra parte y las luces naranjas de las farolas lanzando sus destellos sobre las calles mojadas. Casi podrían parecernos postales brillantes de un tiempo ajado.

Pero, por si acaso (adelantándose a la Prensa «de Madrid»), sale el mismo presidente del PNV Andoni Ortúzar a recordar a la parroquia que estas «juventudes» son, de hecho, muy actuales, y como tal bautiza su nueva causa como mozkorra borroka -«lucha de borrachos» o «lucha de la borrachera» por «lucha callejera»-, cuando lo propio de los encuadrados por el Fascio etarra es la subversión y la insurgencia… hasta la victoria final: la conquista del Poder.

Ello explica que mientras el Gara aplaude el terrorismo de todos los grupúsculos actuantes contra los intereses occidentales y los regímenes que los defienden (en Europa como en América, en Asia como en África) luego justifique la represión de las protestas antiPutin en Rusia, donde en apenas unas jornadas de manifestaciones no violentas el saldo de detenidos se eleva por encima de los 4.000.

Como en «Euskadi» después de «otra noche de enfrentamientos» entre «unos 200 jóvenes» y la Policía local, con un detenido de 15 años -seguro que el dispositivo era el adecuado para evitar mayor violencia, ¡y mayor repercusión de la represión del ejecutivo autónomo de Urkullu contra «la Juventud vasca»: los euskonazis de Ernai, antes Jarrai, luego ETA-Batasuna y ahora Bildu (Euskal Herritarrok)-Sortu!-.

Pero es sólo que deben ensayar, entrenarse, no perder la forma ni el ritmo del movimiento: hay que estar (hacerse) presentes. Y qué mejor que este simulacro (cada vez más realista, eso sí) de estado de excepción encubierto en que parecen querernos instalar para años nuestras autoridades responsables para que «la Juventud» haga sus pinitos y recupere parte de su legitimidad perdida con el abandono de la violencia.

Porque no en mucho tiempo se multiplicarán las protestas, las manifestaciones ruidosas y las algaradas en paralelo. Y como ha logrado Podemos durante varios años en buena parte de las ciudades capitales españolas, tendrá el etarrismo subyacente que disponerse a encauzar hacia sus propios fines cualquier tipo de espontánea organización o corriente crítica del gobierno vasco o del de Sánchez-Iglesias.

Así que por de pronto se hacen notar -que están ahí, protestando; aunque la suya ahora mismo parezca una muy difusa reivindicación de libertades personales contra arbitrarias restricciones políticas-; ya más tarde propondrán sus recetas, cuando el tiempo esté maduro y las frutas podridas, de cara a una nueva cita electoral siempre y cuando se mantenga la entente PSOE-Podemos en el Gobierno central.

Acechan no precisamente en la sombra quienes pretenden hacerse con el Poder en la CAV de la mano de Podemos y del mismo PSOE, si se tercia y se dan las circunstancias antedichas. Y el PNV, en su doble juego de siempre para que no se le enfade ninguna abuela proetarra, pidiéndole a Bildu que sujete a sus perros ¡perdón! a sus chicos…

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