Los que justifican el terrorismo son socios del Gobierno

…y esta es una verdad inapelable, en cuanto que llevan una década vendiendo a sus congéneres que gracias a ETA, a su “militancia”, a sus medios criminales en suma, se ha alcanzado lo que la autodenominada “izquierda abertzale” entiende como suculentos objetivos políticos; ergo: el terrorismo no ha sido en balde, aunque haya que (aparentar) “lamentar el daño causado”.

Del mismo modo, los que persiguen el castellano en media España también son socios del Gobierno, especialmente las formaciones despóticas y despilfarradoras que han dejado Cataluña en quiebra económica, cultural, moral y política, mientras a ojos de todos se devanan únicamente en las escaramuzas por los sillones y la gestión de las cuentas del Saqueo.

Asimismo, por si no fuera ya mucho, tanto unos como otros vehiculan sus apoyos al Gobierno a través de terceros, incrustados en el mismo consejo de ministros, que lo mismo sirven para justificar las narcodictaduras bolivarianas, a sus patrocinadores castristas y a sus cortacabezas en el continente tipo FARC, que para armarla gorda con el Polisario o ponerse a los pies de Irán.

Ciertamente, la hora es grave, pero a fuerza de repetirlo no va a pasar más deprisa. Es como si de hecho España toda, y por extensión la UE misma, estuviera en punto muerto respecto a muchísimos de los grandes problemas que ante sí tiene, a punto de comenzar a descender una cuesta a velocidad vertiginosa pero sin motor, ni frenos, ni dirección, ni volante.

Un estado de confusión total, de crisis radical pero sin liderazgos en claro, de Argentina a Canadá, de España a Ucrania, mientras enfrente se crece una alianza no escrita de regímenes cada vez más represivos y descarnadamente antioccidentales, fundamentalmente la Rusia de Putin y la China de Xi Jinping. Y la balanza está a punto de decantarse.

En el interior, las fuerzas más extremistas del último medio siglo español se conjuntan con los que aún se dicen defensores del sistema o incluso de la Constitución (“constitucionalistas”), tal que el PSOE en el Gobierno, cuando en rigor su fin es la destrucción del Estado para desintegrar la Nación Española y quedarse con las regiones que reivindican como propias.

Para el PSOE, quedaría el exiguo botín de una España dividida y miserable, con poco que explotar en realidad, pero su importante posición geoestratégica haría del territorio una cabeza de puente en Europa para cualquier Estado canalla y cualesquiera organizaciones criminales, de cualquier parte del mundo y para cualquier tipo de tráfico: de personas, de drogas, de armas, de información…

Por aquí los medios venden en el entretiempo los importantes “avances” que hacen desde el mundo de ETA para, en principio (no por principios), evitar soliviantar a las víctimas del terrorismo, cuando en rigor se trata de ayudar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a blanquearse a sí mismo después de tanto estrechar, él y sus compañeros del PSOE, tantas manos manchadas de sangre desde hace tanto tiempo.

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Mondragón o ETA en su contexto

…no es sólo el símbolo de la rendición de la sociedad vasca ante los criminales abertzales, sino de la Nación toda, en cuanto que es el apoyo de Bildu el que permite gobernar (es un decir) al psicopático Dr.Sánchez, años después de consumado el “proceso de paz” -o negociado político con terroristas- iniciado por Zapatero y preservado por Rajoy.

Lo cierto es que la ETA sigue muy presente en la sociedad vasca a través de lo que podríamos denominar su kultur kampf (todo un imaginario propio, sincrético y excluyente a la vez) no menos que por medio de sus organizaciones “sociales” pantalla, como las de presos, abogados, escritores y otros asociados del mundillo cultural euskaldún, más el Gara y la EiTB (radios y TV).

Así las cosas, pretender que los actos del fin de semana han representado triunfo o victoria alguna por parte de las víctimas del terrorismo o de partidos políticos como Vox y PP es hacerse trampas al solitario una vez más -y van…-. Pues los que se quedan en la plaza son los proetarras y los que abandonan el campo (sin apenas representantes en la provincia) los otros.

Y no es de ahora este absoluto abandono de la sociedad, de la misma situación vasca después del genuino proceso de “cancelación” que supuso liquidar la resistencia militantemente democrática de los hombres y mujeres del PSOE y del PP (UPN) en Vascongadas y Navarra. Pero es lo que se determinó después de la mayoría absoluta del PP en el 2000 por parte del nuevo PSOE de Zapatero.

Ahora que “El Pollo” Carvajal está a punto de piar algo sospecho que tal vez puedan aclararse las nunca inciertas relaciones entre la misma ETA, el régimen bolivariano de Chávez (vinculado a Irán no menos que a Cuba) y las FARC colombianas, relaciones más que estrechas y bien documentadas desde hace décadas. Algo que el Gobierno Rajoy tampoco deseó esclarecer.

Entre tanto, Podemos (sucursal europea del “Socialismo del Siglo XXI” bolivariano) ha llegado al Poder en España de manos del PSOE sanchista que mandó a un tal ministro Ábalos a recoger cuarenta maletas traídas a Barajas por Delcy Rodríguez -a quien la UE tenía prohibido pisar suelo de cualquier país miembro por «crímenes contra los derechos humanos»- antes de partir de nuevo con destino ¿Gaza? ¿Moscú? Pues no: Doha, capital de Qatar (aliado de Irán).

En este contexto, los homenajes a criminales terroristas en algunos municipios vascos nos acercan a la realidad que está a punto de imponerse en más de media Hispanoamérica; y, si nos parece una anomalía allí, qué no tendríamos que pensar de lo que pasa por estos lares. Sin embargo, ninguna mención por parte de los heroicos festivaleros del Cine, para variar: que ellos no se meten en política (ejem).

CUANDO AMBAS PARTES SON DE PARTE

Y, si hace al caso, será “sin partidismos”, “sin odio ni rencor”, a lo Maixabel Lasa, cargo con Ibarretxe como directora de Atención a las Víctimas -cargo en el que siguió después con el López apoyado por el PP, dicho sea de paso-, luego pantalla para el lehendakari que pactó un Frente Abertzale de exclusión con la ETA y demás excrecencias del tronco común aranista, el conocido como “Pacto de Estella” que les iba a traer “la Paz” a los abertzales justo después de la Independentzia.

Pero en el PNV pensaron que Ibarretxe estaba loco (recuérdese) y le montaron una Universidad lejos de aquí (recuérdese también, porque la seguimos pagando), mientras que al Joseba Azkarraga que también fue cargo con Ibarretxe como consejero, así como miembro del “consejo tripartito” o reservado amatorio de Ibarretxe (PNV), Azkarraga (EA) y Madrazo (IU), le dieron un cargo en la todopoderosa constructora Amenábar cuando aquél fue desahuciado, y otro en la red de presos de ETA (Sare), para compensar, y tan contento.

Puertas giratorias, dicen. Y tambores giratorios, y puestos rotatorios, y gestos irrisorios como el de un Urkullu llamando recientemente a la juventud local a respetar unos “valores” -¡a «la Autoridad»!- cuando no ha habido como el PNV fuerza tan dada a desestabilizar la sociedad vasca (y en consecuencia la política española) desde hace un siglo largo.

Ya desde los furibundos escritos antiespañoles del “Padre de la Patria Vasca” Sabino Arana, enfermo mental y resentido social contra la sociedad vasca realmente existente en sus días, pasando por sus dislates durante el resto de la Restauración hasta los protagonizados durante la II República -golpe de Estado revolucionario de 1934 mediante- y culminando en las décadas de Arzalluz a Ibarretxe, que a buen seguro hoy día muchos jeltzales preferirían que no se las recordasen.

EL FIN DE TODO ESTO

Pero aquí estamos, en el año 21 del siglo XXI, con el PNV en el gobierno vasco apoyado en un PSE que dirige la familia López-Gil-Mendía, después de unas elecciones a las que no acudió la mitad de los vascos, presuponiéndose hegemónicos todavía y durante mucho tiempo aunque tengan a la ETA enfrente, con sus “compañeros de viaje” de Podemos y pronto, quién sabe, con los recurrentes “tontos útiles” del socialismo vasco de su parte.

Así que lo más probable es que finalmente todo esto del “conflicto vasco” acabe por consunción, entre la endogamia y la esterilidad, con los avejentados terroristas de vuelta en casa, muchos de ellos con enfermedades crónicas físicas y mentales, y los programas de inserción laboral perfectamente en el euskera batueco (o “euskañol”) de nuestros días -para que se entienda, claro-.

Esta semana ha muerto Joseba Arregui, alguien capaz de imaginar La Nación Vasca posible -título de uno de sus libros- en un arduo desarrollo intelectual que excede lo político para adentrarse prácticamente en lo teológico, sin abandonar en ningún momento la lógica argumentativa racional, quien no perdió de vista jamás la relevancia política de las víctimas de ETA señaladas precisamente por los terroristas para aterrorizar a la sociedad y doblegar al Estado.

Quedan, como en el caso de Mikel Azurmendi, sus obras y el recuerdo de su persona y testimonio, como el de otros veteranos como “Teo” Uriarte, Jon Juaristi, Raúl Guerra Garrido… Pero lo cierto es que de estas tierras parece haber desertado el Estado y sus autoproclamados “servidores públicos”, con las excepciones de rigor -la Guardia Civil, básicamente-, hace ya unas décadas.

Y ahora es que sorprende que Mondragón existe, como Alsasua, y allí se vota mucho a la ETA… aunque no mate.