Aprovechando este tiempo de recogimiento

…y reflexión de la Semana Santa, uno echa la vista atrás -no mucho atrás tampoco, sólo lo justo y necesario- y se encuentra con algunas respuestas a las graves cuestiones de nuestro tiempo (ésas que parecen difuminadas u ocultadas por el patético bombardeo por TV de cotilleo, sexo basura y fútbol) que vienen a señalar lo que debiera ser evidente por sí mismo a la vista de todos: este Gobierno es culpable, y deben pagar por ello Sánchez y varios de sus ministros.

Así que un año y más de cienmil muertos después -que se dice pronto, aunque los muertos no se cuentan tan rápidamente- tenemos al chulo Dr.Sánchez “El Guapo”, el plagiario, mentiroso y psicopático presunto presidente del Gobierno-simulacro que padecemos los españoles, dispuesto a infringir sus propias leyes para irse de vacaciones como si no hubiera (ciertamente) un mañana, como ya hiciera en verano en lo peor de la “segunda ola” de la pandemia de Covid19.

Entonces decidió -o lo hizo por él el primer pelota del Reino, un tal Redondo- que la culpa sería transferida a los ciudadanos y la responsabilidad a los gobiernos de las comunidades autónomas, elevándose por descontado a sí mismo a una Presidencia irreal de la España republicana y federal que jamás vieron los siglos, todo para significar su poder omnímodo y al par su inocencia irresponsable hasta el final, ¡contradicción insoluble! Todo al cabo para dejar al descubierto involuntariamente la maltrecha situación de este improbable régimen democrático.

No puede ser que el responsable por imprevisión, negligencia y corrupción junto a sus Illa y Simón, Ábalos, Marlaska e Iglesias -que no han hecho otra cosa que mentir, difamar, vetar, perseguir, reprimir, malversar y finalmente abandonar el campo desolado lleno de cadáveres, hogares desintegrados y familias en la ruina-, se vayan de rositas por la cobardía extrema de unos togados serviles, prevaricadores, pagados de sí mismos… que están abonando el desprestigio de la Administración de Justicia hasta niveles africanos.

Los ciudadanos de a pie, que no somos la chusma estúpida que pastorea Iglesias, ni la hez abotargada moral y físicamente que vota PSOE como quien llena el buche de langostinos -antes eran gachas, fíjense en un Ábalos de la vida-, comenzamos a sentir un hartazgo tal que no será ya fácil convencernos de que Sánchez trabaja por otra cosa que no sea mantenerse en el Poder (con su mujer, sus coleguitos del Cole y los adictos de ocasión) así arda el mismo Infierno.

Y, buena es esta hora más que cualquier otra posterior, será cuestión de comenzar a alimentar las fogatas para cuando ese tiempo necesario y purificador se presente: será tal vez en las fallas valencianas de 2022, pero será. Sánchez arderá en efigie junto a varios de los más conspicuos representantes de su Gobierno (ya citados), y esperemos que sea conclusión o al menos preludio de lo que les espera a todos ellos de aquí a muy poco, cuando las urnas hablen precisamente para sofocar los incendios en las calles.

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Bufones, esbirros y lacayos

…de la nueva España que brinda Pedro Sánchez y su sicario asociado, Pablo Iglesias, se nos presentan por doquier; como ese fraudulento “Doctor” Simón que, rijoso perdido, se prodiga cual estrella de rock con disco en promoción por las más variopintas modalidades de “medios de comunicación”, del callejero televisivo a las redes más “sociales” -donde todo lo que no es puro Odio hacia “la Derecha” es buenrrollismo de progres arribistas actualmente en el machito-.

Pero la lista de lacayos en estos mismos medios y redes es larga, sobre todo en estos tiempos críticos, por lo que les veremos repetir encantados las enfermizas consignas de “progreso” y contrarias a la “ultraderecha” que a ciencia cierta no está quemando las calles -si Vox, que sirve para armar el espantajo, tuviera semejante poder de convocatoria para organizar disturbios violentos en Mondragón, Burgos o Barcelona, el Poder ya estaría en sus manos-.

Son los mismos que no se cansan de reiterar que el discurso incendiario de un Trump causa violencia, para justificar básicamente la que de manera generalizada provocan los “antifas” y demás cuerpos de activistas de Extrema Izquierda respaldados allí por lo más granado de los multimillonarios blancos progresistas a quienes les importa una higa que sean saqueados los comercios y las propiedades de sus vecinos más humildes -si hablamos de California, la mayoría de ellos chicanos-.

Como ya se han escrito decenas de miles de folios sobre la apropiación indebida de la violencia por parte de la Izquierda, por lo visto legitimada siempre por alguna causa de orden superior -en consecuencia, irracional- para sus desmanes, al margen y directamente en contra muchas veces del (monopolio exclusivo de la violencia por parte del) Estado, bastará repasar someramente las últimas cuatro décadas de la historia de España para concluir que todos los altercados violentos claramente organizados corresponden a ETA, ERC, CUP, BNG, Podemos, etc.

Son los esbirros del movimiento antisistema que acampan en Barcelona desde los 90’, ahora bien representados por la “activista” Colau y cuates como Pisarello; o las CUP del chófer del terrorista Arnaldo Otegi, siempre juntos en la lucha contra el “Estado español opresor” aunque ahora puntales y valladares del Gobierno de ese mismo Estado; aunque pretendan vivir del mismo para los restos; aunque sean responsables de irreparables daños humanos, morales y económicos al conjunto de la sociedad española.

Luego resulta que el nuevo morroi del PP en el País Vasco, un tal Mikel Lezama -un Corominas o Sémper de la vida, para entendernos- presenta a la formación política de la ETA (considerada así en sentencia firme por el Tribunal Supremo) como “legal”, en oposición precisamente a Vox, al que al parecer cabría ilegalizar o acordonar como se pretende -y lo pretende el PP de Carlos Iturgaiz, que ya mismo podría dimitir e irse a su casa- con la única parlamentaria del partido de Abascal en la cámara vasca.

¿El mundo al revés? Es que el PP hace mucho tiempo (¿ya desde la victoria de Aznar en el 96’, cuando apareció Soraya en Génova con su CV entre los dientes?) que no es más que mera agencia de colocación de los niños bonitos -vulgo “hijos tontos de”- que merodean por los alrededores de la Casta para llevar el tren de vida que consideran que se merecen (lo que les pete hacer en cada momento).

Habría que mandarlos a todos a Telecinco de tronistas, triunfitos o tertulianos; como a los de Cs. Ya que no tienen escrúpulo alguno ni vergüenza, odian a la gente real empezando por sus propios (ex)votantes y se consideran algo así como privilegiados por derecho propio -contradicción en los términos y a la vez no-, se nos ahorraría el bochorno y la indignación ante el papelón de mequetrefes que finalmente les ha tocado representar en el “nuevo tiempo”.

En realidad, a mí no me extraña: ya era para ellos un “enemigo de la Paz” hace 12 años…

Este Gobierno es un puro simulacro

…de gobierno -de “gobernanza”, como se dice ahora para seguir diciendo nada-, lo que explica que se base única y exclusivamente en la mentira, que no existiera ninguna “comisión de expertos” sobre la epidemia del coronavirus que justificase las decisiones del (simulacro de) Gobierno Sánchez-Iglesias, sólo dispuesto y preparado para organizar y difundir la Gran Mentira del Gobierno: que este Gobierno gobierna.

Pero aunque la Nación se encuentre inerme, todo el tinglado podría desmoronarse según arrecia la nueva ola de Covid19, si no fuera por la actitud sumisa, más que sospechosa, de los presuntos partidos de Oposición PP y (sobre todo) Cs a los designios del (simulacro de) presidente del Gobierno, un hombre desabrido e incapaz de comunicar nada que no sea su (simulacro de) voluntad de gestionar la grave crisis española de la mejor manera posible.

¿Pero cuál es su plan, cuál su estrategia -la de Redondo u otros- para sacar al país del atolladero, para recomenzar el curso escolar y universitario con garantías básicas, salvar a cientos de miles de autónomos de la quiebra y afrontar cifras de paro nunca antes vistas? No hay Plan -ni puede que simulacro de plan, estrategia, proyecto- que no pase en la mentalidad del (simulacro de) Doctor Sánchez por hacerse fuerte en La Moncloa -incluso a la manera allendista, en los delirios compartidos de esta Izquierda de esnobs del radicalismo-.

Así que el Otoño se cierne con toda la brutal incertidumbre que depara una pandemia para la que no ofrece soluciones claras la comunidad científica mundial, mientras la Prensa nos aburre a estas alturas con homenajes a etarras decrépitos, el desagradable 11-S de los tribalistas que pastorea un tal Torra, (simulacro de) presidente de Cataluña -inhabilitado ¿de manera simulada? para el cargo-, o con todas esas insulsas triquiñuelas de los partidos o partidas en que se han convertido PP y (sobre todo) Cs, siguiendo con años de retraso a todos los demás.

Todo para no perder posiciones, cargos, relaciones sociales de (simulacro de) poder… reducido todo a este Consenso de las Facciones que deshace el Estado aunque presente una especie de “diálogo multilateral” como mejor forma de “cohesionar España”, cuando el PSOE aspira a una hegemonía indiscutida en el marasmo institucional producto directo de sus alianzas con el conglomerado de formaciones antisistema -y Vox que decidió dormirla hasta septiembre, cuando para entonces igual ya los han confinado a todos en un CETI por “extremistas”-.

Ineptos para hacer política -idear, decidir y ejecutar-, la mayoría de nuestros representantes políticos y cargos públicos asumen su irresponsabilidad factual -lo superfluo de su función, de su misma presencia en el (simulacro de) puesto de trabajo- por la vía de la adhesión a lo que determine la cadena de mando -con sus manidos argumentarios pastosos, que cortapegarán perezosamente los “periodistas” para rellenar los huecos que dejó la publicidad privada en los diarios-.

Y, siendo todo genuinamente mentira en la vida pública (¡politica!) de nuestros días -simulacro de España, de democracia, de libertades e igualdad-, ¿acaso no habrá entre tantos cientos de miles de cargos políticos (¡públicos!) quienes defiendan una mera y sostenida estrategia por la Verdad? Cabría empezar por pedir -y van…- el procesamiento de Sánchez, Iglesias, Illa y Simón, más el de Torra y sus esbirros también, por descontado; la convocatoria de nuevas elecciones; la ilegalización de Podemos, ERC, Bildu y CUP (al menos); la solicitud de un rescate a fondo perdido…

Pero en vez de ello, con el silencio de los borregos, (simulacro de) servidores públicos tanto como (simulacro de) Pueblo nos aprestamos a asistir en los siguientes meses y años al Nuevo Apaño para que este (simulacro de) Estado aguante, ¡España es la gallina de los huevos de oro, se entiende! Y lo más curioso es habernos percatado con el tiempo de la paciente (y aún bovina) observancia de nuestra situación por parte de las principales autoridades de la UE y de los “países de nuestro entorno”.

Que parece que nos miran como al alumno revoltoso, un poco corto de miras y entendederas, que no es mal chico después de todo -aunque se puede entrever que nunca llegará a nada…-. Y es que a todos en (el simulacro de) la UE les viene mejor a su vez el simulacro nacional practicado por las castas dirigentes (políticas, económicas y culturales) de cada país, ya que oculta o difiere el conocimiento de su propia realidad disimulada -la pandemia de Covid19 ha sido definitivamente esclarecedora al respecto de la “unidad” y la “política común” europea, por cierto-.

La gran manipulación

…es el título con el que Jano García (Valencia, 1989) ajusta cuentas con el sistema mediático español de la hora por su entreguismo a las tesis manifiestas del Poder no menos que por su endogamia, su vulgaridad y su fanatismo. Un sistema que tiene a las cadenas de TV como baluarte en la creación de la “nueva normalidad” desde años antes de la expansión coronavírica.

Al respecto, se remonta el autor a la década de los 20’ del siglo pasado con el ascenso al Poder de comunistas bolcheviques y fascistas, como habla de Goebbels durante el nazismo y del Libro Rojo de Mao y su “Revolución cultural”, en un intento de recordar que las técnicas de manipulación las crearon hace tiempo los caudillos de los movimientos totalitarios.

Pero la parte más meritoria de la obra en sin duda la dedicada a la cronología de los hechos de la pandemia que tiene a España con los peores índices mundiales de respuesta en todos los ámbitos (sanitario, económico y también político en relación con las medidas agresivas adoptadas por el Gobierno Sánchez-Iglesias, lesivas para las libertades y derechos individuales).

Hechos que son datos: desde alarmas de la OMS con sus fechas, pasando por los avisos que llegaban de China, luego desde Italia y la UE, etc. Avisos y alertas que el Gobierno desestimó a conciencia, por lo que no es de extrañar que el subtítulo del libro rece «Cómo la desinformación convirtió a España en el paraíso del coronavirus».

Unos hechos y datos que son puestos en su contexto por García, que va intercalando declaraciones de políticos, periodistas, tertulianos que contribuyeron a la gran manipulación que da título al trabajo, impidiendo así que se tomaran las medidas decisivas en el momento adecuado y, peor aún, justificando la actuación gubernamental con una serie de mentiras encadenadas durante los últimos meses.

SARTORI CABALGA DE NUEVO

Siguiendo a grandes rasgos las tesis del brillante politólogo italiano Giovanni Sartori en su esclarecedor Homo videns -reseñado hace meses en este mismo sitio-, García apunta:

“Ningún medio ha tenido un impacto tan significativo como la televisión en la historia de la humanidad. La diferencia entre la televisión y la radio es considerable. La ventaja de la imagen visual sobre la transmisión radiofónica es que lo audible se convierte en una imagen visual con la ayuda de la imaginación del individuo que la recibe, pero no es posible mantener bajo control lo que puede llegar a imaginar el oyente. Con la televisión, la imaginación deja de existir. Lo que ves es la realidad, o al menos así lo capta tu cerebro. La televisión fue ganando fuerza y entrando en todos los hogares de los países desarrollados con el transcurso de los años.”

De hecho, ciñéndose a informes de la consultora Barlovento Comunicación a partir de los datos de medición de Kantar y Comscore, García señala que “el 70,7% de la población española ve cada día la televisión con un consumo medio de 3 horas y 56 minutos por persona al día”, y añade que pese a lo que se piense actualmente, las redes sociales distan de ejercer una influencia similar en cantidad y calidad sobre el público como la de las cadenas de TV.

“Teniendo en cuenta las cifras tan elevadas de audiencia, es evidente que la televisión es la herramienta óptima para la manipulación de masas. El debate social lo marcan los medios de comunicación. En todos los países sin excepción, los temas de interés, las discusiones políticas, económicas, sociales, culturales, etc., son aquellos que deciden los mass media.”

Concretamente, en el caso de España, el autor se pregunta:

“¿Qué papel tuvo la televisión para que España se convirtiera en el país más afectado por la pandemia del Covid-19 (sic)? La negligencia política es también responsable desde luego, pero imaginen que las televisiones hubiesen comenzado a abordar día tras día en febrero la verdad del nuevo coronavirus. Es innegable que la presión mediática y el efecto generado en la población hubiera obligado al Gobierno a actuar de forma distinta. Nadie es capaz de resistir la presión mediática en un régimen democrático o, mejor dicho, en un régimen en el cual la masa social es la que quita y pone gobiernos.”

Pero apunta también que lo más grave y dramático del caso español es “la fusión entre el poder político y el poder mediático”, cuando “las televisiones decidieron obedecer el mensaje institucional”, y comienzan a desfilar por las páginas de La gran manipulación los habituales del compadreo y del sectarismo de nuestros días, significadamente Xabier Fortes (luego destituido) y Lorenzo Milá desde TVE, Susana Griso desde Antena 3, Jorge Javier Vázquez desde Telecinco, e Iñaki López y Antonio García Ferreras desde La Sexta y algunos de sus más conspicuos acólitos -comenzando por su mujer Ana Pastor al frente de esa presunta agencia de verificación de bulos llamada Newtral, que básicamente se dedica a esparcirlos-, o los “contactados” como Iñaki Gabilondo, Cristina Almeida y otros.

EL GOBIERNO SE HIZO EL SORDO

No sólo se había empezado a temer lo peor en enero respecto al nuevo coronavirus de origen chino, sino que para los responsables políticos de los países limítrofes con la potencia asiática aquello se tornó en la principal cuestión a atender, habida cuenta de los antecedentes de la “gripe aviar”. Por el contrario, en España el ministro de Sanidad Salvador Illa y el infame director del Centro de Coordinación de Alertas y Alarmas Sanitarias Fernando Simón comenzaron su particular tour de force por rebajar lo máximo posible la gravedad del problema.

Dos ejemplos de entre los muchos que recoge la cronología aportada por Jano García lo muestran de manera descarnada. Así, el mismo 30 de enero, cuando la propia OMS decide declarar la emergencia sanitaria internacional después de la detección de los primeros casos en Italia, y una vez que China ya había procedido a recluir a decenas de millones de habitantes de varias ciudades del país, Salvador Illa declara lo siguiente:

“No minizamos nada, no hay ningún caso en estos momentos en España. Está preparado nuestro sistema para hacer frente a estas situaciones y las seguimos a diario con transparencia informativa.”

A su vez, el Dr.Simón sentencia al día siguiente (en una de sus más recordadas intervenciones a la postre):

“Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado. Esperemos que no haya transmisión local. Si la hay, será transmisión muy limitada y muy controlada. Hay indicios de que esta enfermedad sigue sin ser excesivamente transmisible. Sigue habiendo una sola zona, una sola provincia de China con transmisión comunitaria real, en otras zonas hay una transmisión limitada y controlada, y por lo tanto parece, además con el número de casos nuevos que van notificándose día a día, que la epidemia tiene posibilidades de empezar a remitir.”

Obviamente, no fue el caso ni en España ni en ninguno de los países de su entorno, caso de Italia o Francia, luego Gran Bretaña y más allá Estados Unidos como ejemplos de los que se vieron gravemente afectados por la pandemia. Pero lejos de rectificar y enmendarse a medida que se expandía el virus, el Gobierno Sánchez-Iglesias se aprestó a lanzar una campaña de acoso y descrédito de todos aquellos expertos, médicos o meros periodistas que alertaban de la gravedad tanto como de la inminencia de la crisis sanitaria en España.

LA RESPONSABILIDAD DE LA OMS

García no se olvida tampoco del nefasto papel representado por la Organización Mundial de la Salud en todo el trance, en cuanto que presidida por un hombre de paja de China se ha comportado durante la crisis más como un embajador de la buena voluntad del Partido Comunista de Xi Jinping que como una auténtica agencia sanitaria.

“Tedros Adhanom pertenece al Frente de Liberación Popular de Tigray, un partido etíope de ideología marxista. El Gobierno etíope, a la sazón dirigido por Hailemariam Desalegn, presidente señalado continuamente por Human Rights (sic) por hostigar a la población e implantar un régimen autoritario y sobre el que pesan delitos contra la humanidad, nombró a Tedros Adhanom como ministro de Sanidad en el año 2005, cargo que ocupó hasta el 2012. Posteriormente fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores hasta el año 2016. Mientras él estaba en el gobierno etíope, tres brotes de cólera asolaron el país llevándose por delante la vida de miles de personas. Sin embargo, cuando era ministro de salud, decidió ocultarlo y llamarlo “AWD” (diarrea acuosa aguda).”

Pero no sólo fue China la que aupó a semejante sujeto a la presidencia de la OMS, ya que “Barack Obama también apoyó su nombramiento porque suponía que Tedros sería el primer africano de la historia en dirigir la organización internacional. Propaganda al poder”, en otra de esas decisiones del malhadado ex presidente de los EEUU que reúne todos sus principales defectos: la soberbia ignorante, el racismo disfrazado de antirracismo, el progresismo “liberal” que le hacía preterir los principios y la responsabilidad del papel exterior de los USA en pos del “Multilaterismo”, que ha dejado sumidas en el caos zonas enteras del planeta ya desde antes de la llegada del coronavirus.

En España, la encargada de ejercer de embajadora de las buenas intenciones chinas fue María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS y, por momentos, colaboradora tertuliana asidua al programa Al rojo vivo de García Ferreras, foco principal de las distintas infecciones informativas que padece la opinión pública española desde el 11 de marzo de 2004, cuando el ínclito periodista trabajaba (manipulando) para la SER.

Aunque sería en una entrevista en La Sexta el 16 de febrero con su mujer, Ana Pastor, cuando Neira declaró a cuenta de la cancelación del World Mobile Congress que se iba a celebrar en Barcelona:

“La OMS desde el principio ha dicho que no haya restricciones ni de viajes ni de comercio ni de intercambios. (…) Nosotros no podemos juzgar a nadie que tome esas decisiones, lo que sí es cierto es que nosotros no hemos dado ese tipo de criterios para que se haga gestión de riesgo y se llegue a esa conclusión. Nosotros hemos dicho que no es necesario ni cancelar, ni evitar la movilidad ni el comercio.”

CASO DE NEGLIGENCIA CRIMINAL

Pese a la alarmante situación en Italia a finales de febrero, todavía tuvo Salvador Illa arrestos para continuar con el mensaje falsamente tranquilizador -los españoles se lanzaron a proveerse de mascarillas, cuya demanda aumentó un 10.000% según los datos de García-, concretamente el 25 de febrero, cuando ya parecía claro que decenas de aficionados del Valencia que viajaron a Italia a ver el partido contra el Atalanta habían regresado infectados a España:

“No hay transmisión comunitaria acreditada hasta el momento en nuestro país y por tanto seguimos pensando que estamos en un escenario de contención del coronavirus en España. No hay una prohibición decretada por parte de las autoridades internacionales ni por parte de las autoridades españolas de viajar a ninguna parte. Hago un llamamiento a la ciudadanía para que no caigamos en el alarmismo. (…) En todas las comunidades autónomas hay capacidad de hacer test y con una solvencia total. El sistema sanitario está preparado para hacer frente a la situación.”

Ese mismo día el impresentable portavoz de Podemos, Pablo Echenique, se lanzó con su degradado sentido del humor a apoyar las tesis gubernamentales:

“En las portadas y en las tertulias, el coronavirus corre desbocado y es una peligrosísima pandemia que causa pavor. En el mundo real, el coronavirus está absolutamente controlado en España.”

Y como remate, el inevitable Dr.Simón, que todavía comparece públicamente en vez de haber sido procesado por tratarse de uno de los principales culpables de la expansión y grave afectación del coronavirus en la población española, característicamente entre los miembros del personal sanitario y de residencias y farmacias:

“Lo cierto es que en las zonas donde no se han identificado casos, no hay ningún riesgo. Por lo tanto, yo creo que la población tiene que entender los riesgos a los que se expone, los riesgos reales, no los ficticios a los que se exponen y ahí yo creo que sí que hay detalles que nos pueden ayudar para ir normalizando la situación, allí donde hay que normalizarla y donde se tienen que hacer medidas extras, no se preocupen que Salud Pública de cada comunidad autónoma las hará. El uso de las mascarillas sí que puede ser interesante en los pacientes con sintomatología. Pero no tiene sentido que la población ahora mismo esté preocupada por si tiene o no tiene mascarillas en casa. ¡Ninguno! Por tanto, es importante que la población no asuma mecanismos de protección que pueden no tener sentido. España, yo creo que ya se lo hemos dicho en múltiples ocasiones, no recomienda medidas de cribado en los aeropuertos.”

Esto es: como ahora mismo en que el Gobierno Sánchez-Iglesias ha decidido que lo mejor es no tomar ya nuevas (o viejas) medidas porque ahora les corresponde a los gobiernos de las CCAA asumir la responsabilidad y, tal vez, compartir la culpabilidad de sus negligentes decisiones con el Ejecutivo “de Progreso”. Pero la seguridad en los aeropuertos, los principales accesos del coronavirus a nuestro país (especialmente los de Barajas y El Prat), ¿a quién compete?

CONCLUSIÓN

Jano García dirige en la actualidad el programa En libertad que se retransmite a través de iVoox y You Tube y cuenta con cientos de miles de seguidores, a los que pudo alertar ya en febrero de la magnitud de la pandemia de coronavirus pese a la hostilidad manifiesta de las fuentes oficiales y sus sicarios en TV e Internet (redes sociales, sobre todo) hacia la verdad de la amenaza y sus consecuencias sanitarias y económicas sobre la población española.

Escrito como pieza de urgencia para su publicación, adolece por momentos de un estilo descuidado así como de partes que dan la impresión de servir de relleno a la cronología exhaustiva de los hechos, con una mezcolanza entre la exposición bruta de los mismos y el aderezo de sus opiniones sobre la gestión de la crisis que no redunda en la utilidad y valentía de la obra. De hecho, García trata superficialmente algunas cuestiones como la manipulación específica del medio televisivo, o las mismas ideologías totalitarias, que merecen siempre (por su relevancia intrínseca) más precisión conceptual y mayor despliegue de fuentes corroboradoras que las que aporta el autor.

Tal vez se podría haber ahorrado dichas partes, porque para el mes de mayo, cuando el autor remata el libro, ya disponía de material suficiente para continuar apuntalando sus tesis más allá del 14 de marzo, fecha (última de las citadas) en que el Gobierno Sánchez-Iglesias declara el estado de alarma.

En vez de ello, expone sus conclusiones en el último capítulo del libro de modo general:

“España está viviendo un cambio de régimen encubierto por los medios de comunicación, esos embusteros que obedecen al que paga y que son activistas, no periodistas. La crisis económica que vamos a sufrir no tiene parangón. El Gobierno de Sánchez ha decidido que, para conseguir imponer este nuevo modelo en el país, debe eliminar por completo a la clase media y asfixiarla económicamente. Son cientos de miles las empresas que van a desaparecer en España tras esta pandemia. (…) Más allá del terrible resultado en la gestión sanitaria, los números demuestran que el confinamiento generalizado y la paralización masiva de la producción durante tanto tiempo son un error. Pero adviértase que era nuestra única posibilidad para detener la propagación del virus debido a la inacción del Gobierno a la hora de tomar medidas preventivas.”

Y, taxativo, asevera (en una opinión que comparto):

“El estado de alarma no debe volver a ser aplicado por esta pandemia. Los ciudadanos deben ser los que decidan libremente su destino. El miedo a morir no puede acabar con la ilusión de vivir. El estado de alarma se ha utilizado para fines políticos que refuercen la manipulación de masas a través de la eliminación de los contrarios en redes sociales. El aumento del control del contenido en las redes ante el espectacular auge vivido de su uso, como era lógico en una situación de confinamiento para la inmensa mayoría de los ciudadanos, debería ponernos en alerta.”

Aunque su muy negativa opinión de la “masa social” le haga ser pesimista -no seré yo quien le lleve la contraria-, al menos ha publicado un testimonio de indudable valor documental, probablemente el primero en España sobre la específica e incesante manipulación masiva que hemos padecido los ciudadanos a manos de este genuino Gobierno de la Mentira. Sólo por eso, representa un esfuerzo notable y espero que tenga el debido éxito en su difusión.

La gente normal no sabe que todo es posible

…es probablemente la sentencia más célebre de David Rousset -resistente antinazi francés autor de El universo concentracionario, testimonio de su paso por el campo de Buchenwald-, que de manera errónea se ha utilizado como lema de la exposición en homenaje al político donostiarra Gregorio Ordóñez (asesinado por ETA en 1995) queriendo dar a entender que Goyo demostró a una sociedad aterrorizada que se podía y se debía ser libre para lograr cambiar las cosas.

Pero lo que Rousset pretendía significar con tan breve como firme declaración es que la gente, por lo común, es incapaz de asumir que el Mal existe y cobra forma en sujetos de semejante locura homicida -Lenin o Hitler o Mao, por señalar a los más recientes de entre los peores especímenes de la Humanidad- como para abocar al caos y a la destrucción al entero género humano, un concepto de maldad no incompatible con el que describió la pensadora Hannah Arendt al respecto del gris funcionario Eichmann en La banalidad del mal.

En la actualidad, ante la pavorosa pandemia desatada por el virus SARS-cov2 (causante de la enfermedad denominada Covid19), son variadas las teorías que hablan de una conspiración del Partido Comunista Chino para crear un arma biológica de inmensa letalidad, aunque no parece lógico que la mafia dirigente de aquel país decidiera dispararse en el pie de tal modo, habida cuenta de que lo que más ansía es preservar su poder sobre la población china para continuar el expolio y hacerse inmensamente rica, gozando para ello de la credulidad y la complicidad a partes iguales de buena parte del mundo occidental.

CHINA, EJEMPLO DE LO PEOR

Lo que sí resulta patente es que las primeras denuncias de casos sospechosos por parte de médicos locales fueron silenciadas con amenazas primero y luego con reclusión carcelaria, caso del oftalmólogo Li Wenliang y no menos de ocho colegas suyos, con el pretexto de que resultaban alarmistas y no eran más que rumores infundados. De hecho, Wenliang falleció el pasado 7 de febrero a causa de la Covid19, de la que informó el 30 de diciembre de 2019 al ser liberado. Al día siguiente, China alertaba a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la existencia de este nuevo virus.

En consecuencia, Reporteros sin Fronteras (RSF) no duda en achacar a la censura del régimen comunista la falta de medidas drásticas como la reclusión obligatoria -que ahora tantos aplauden, empezando por la OMS- cuando lo cierto es que RSF alude a un primer posible caso de infección el 17 de noviembre, y sobre todo informa de que para el 20 de diciembre las autoridades chinas ya conocían la existencia de 60 casos identificados como Covid19 en la ciudad de Wuhan, varios de ellos con origen en un mercado de mariscos donde se habría traficado con serpientes o pangolines infectados por murciélagos, sin que ello les condujera a adoptar otras medidas que el ocultamiento de la situación y la censura a los médicos y por ende a los medios.

Más aún, la rápida expansión del virus no impidió el aplazamiento de medidas hasta el 23 de enero del presente 2020, cuando se impuso el aislamiento de la población de Wuhan (cerca de 12 millones), donde se identificó el primer foco de la epidemia, mientras la provincia de Hubei (en torno a los 60 millones) fue aislada el 25 de enero y ya levantó las restricciones el pasado 25 de marzo, mientras en Wuhan lo hicieron este miércoles 8 de abril.

EL CASO DE ITALIA

Dentro de las fronteras de la UE, el primer caso diagnosticado en Italia se remonta al 30 de enero -en Alemania, el primero se detectó el día 27- cuando una pareja de turistas chinos procedentes de Wuhan vía Pekín fueron ingresados en un hospital para infecciosos en Roma. Ese mismo día, la OMS declaraba oficialmente la emergencia internacional por la epidemia de coronavirus, aunque no la calificó como “pandemia” hasta el 11 de marzo. El 31 de enero el Gobierno italiano declaraba el estado de alarma sanitaria siguiendo a la OMS.

No obstante, las autoridades italianas no decretaron el aislamiento de la entera región de Lombardía (10 millones de población) y otras 14 provincias (en total, unos 16 millones de personas) hasta el domingo 8 de marzo, si bien la norma no entró en vigor hasta horas después de ser anunciada, lo que originó miles de desplazamientos de salida de las zonas afectadas antes de proceder al cierre de la zona. Para el 10 de marzo, Italia declaraba la cuarentena nacional con el parón de todos los servicios no esenciales, aunque desde el día 4 de marzo los colegios estaban cerrados en todo el país.

SINGAPUR, EJEMPLO DE LO MEJOR

A día de hoy, la pandemia de coronavirus ha dejado solamente 6 muertos, de cerca de 1.000 contagiados, en la ciudad-Estado de Singapur (6 millones de habitantes, la mayoría chinos pero con minorías malayas, indonesias e indias), debido a la prontitud con que reaccionaron sus autoridades y a la transparencia con la que se ha informado a los ciudadanos de la emergencia de esta nueva amenaza sanitaria.

Sus métodos han sido seguidos en otros países que han limitado con éxito la expansión epidémica, caso de Corea del Sur -que alcanzó los cerca de 9.000 contagiados, con 111 fallecidos- mediante la masividad del testeo a la población y la trazabilidad de los contagios a través de las nuevas tecnologías (sistemas de geolocalización en dispositivos móviles, básicamente). En ninguno de estos dos países, a diferencia de lo sucedido en España o Italia, se ha optado por encerrar a la población en sus casas, sino por aislar aquellos focos detectados de infección.

LA IDEOLOGÍA MATA MÁS QUE EL SARS-COV2

En España, donde el Gobierno PSOE-Podemos se cerró en banda a adoptar cualquier tipo de medida antes de declarar el estado de alarma el 14 de marzo, a rebufo de la decisión de hacer lo propio por parte del Gobierno de Portugal un día antes y cuando ya la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso había decretado el cierre de los colegios el lunes 9 de marzo, se conocía la amenaza por las cinco alertas emitidas por la OMS desde principios de año.

Aún más, sabemos ahora que desde enero las FSE reclamaron al Gobierno medidas de autoprotección como guantes y mascarillas, sin recibir otra cosa que la callada por respuesta. De hecho, ya el 2 y el 3 de marzo se produjeron cancelaciones de congresos médicos en distintas partes del país, aunque el Ejecutivo de Pedro Sánchez, volcado únicamente en la campaña de destrucción de la oposición, no lo hizo público y continuó alentando la participación en las movilizaciones masivas del 8 de marzo en Madrid y otros puntos de España.

A su sectario servicio, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, se encargó básicamente de rebajar toda alarma aduciendo que él ni siquiera impediría a su propio hijo acudir a la manifestación, cuando hoy es el día en que no sabemos si finalmente asistió a alguna de ellas o se quedó en casa por consejo personal y en privado de su padre.

¡ILLA, ILLA, ILLA… DANOS MASCARILLAS!

Todo es mentira y negligencia criminal en el Gobierno Sánchez-Iglesias, con su vicepresidenta Calvo y su vicepresidente Pablo Iglesias implicados, con su ministro de Sanidad Salvador Illa denunciado por el SATSE (Sindicato de Enfermería) ante la OMS por la muerte de 14 sanitarios, con el mismo ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska denunciado por “homicidio imprudente” por los sindicatos de Policía y Guardia Civil, a los que a fecha de hoy obliga todavía a trabajar sin la más mínima protección, mientras se ha producido además el fallecimiento de varios farmacéuticos y empleados de residencias para ancianos, por lo que el Ejecutivo ha decidido emprender una huida hacia delante que puede terminar por el camino con la destrucción del tejido productivo español, la quiebra del Estado y millones de parados en la ya de por sí maltrecha economía española.

Ante semejante panorama penal, Sánchez se aferra al Poder mientras engrasa con hasta 15 millones de euros la maquinaria propagandística del duopolio de Berlusconi y Planeta (T5-Cuatro y A3-La Sexta), utiliza la RTVE pagada por los contribuyentes para cargar contra partidos y medios de oposición, amenaza a funcionarios públicos y asociaciones de empresarios, y pretende encima que su liderazgo ha salvado la situación antes y mejor que en cualquier otro país de la UE, contra la que también carga por no ceder a sus pretensiones de que todas sus graves responsabilidades le sean pignoradas mediante el uso indiscriminado de los llamados “coronabonos”.

PABLO IGLESIAS, APRENDIZ DE LENIN

En esta tesitura, donde dejar el Gobierno resultaría en proceso judicial y condena a prisión, el vicepresidente Pablo Iglesias -adorador y presunto aprendiz de Lenin (personaje no menos infame y homicida que Hitler, aunque la inmensa mayoría del planeta parezca ignorarlo, pero del que el nazi lo aprendió prácticamente todo)- se ha propuesto mantener una especie de Estado de Excepción permanente, una auténtica dictadura policial unipersonal, como único medio para garantizarse sus prebendas, sus privilegios de casta, su omnímodo poder.

Por ello, se presenta a sí mismo como un redentor de los desfavorecidos, proveedor de “ayudas sociales” y garantía de “rentas mínimas” y otros ardides que ocultan su voluntad última de liquidar el sistema democrático y capitalista para hacer a todos los españoles dependientes de su siniestra magnanimidad de cartilla de racionamiento: exactamente igual que el Madurato chavista en Venezuela, al que asesoró durante años junto a sus infames camaradas Monedero y Errejón.

CASADO Y ARRIMADAS DECEPCIONAN UNA VEZ MÁS

Ante esta crítica situación, PP y Cs continúan con una denuncia tibia y mendaz, desdicha por sus actos de apoyo ciego a un Gobierno que no sabe lo que se trae entre manos ni para enderezar la economía ni para lograr parar los estragos de la pandemia, pero que tiene al menos claro quiénes son sus “enemigos” -así considerados por Sánchez y sus Lastras y Calvas y Monteras desde antes incluso de la tan manoseada “foto de Colón”-.

Cs tiene menos remedio aún que futuro, pero Casado debería dimitir ya porque ha demostrado no ser más que otra de esas criaturillas del laboratorio centrista de los Rajoys y Arriolas y Sorayas que han logrado acabar con toda vida inteligente en el PP y con cualquier atisbo de coraje en sus filas.

Así las cosas en estos dos partidos de la oposición, una vez más Vox se queda solo en su reivindicación de transparencia y diligencia por parte del Gobierno, si bien no parece hacerse cargo del todo de la máxima gravedad de la situación, porque de lo contrario ni siquiera acudiría al Congreso a exigir responsabilidades a quienes han decidido proclamarse excepcionales y se consideran en consecuencia exceptuados de rendir cuentas.

EL REY PUEDE Y DEBE ASUMIR PLENOS PODERES

Pues el de este Sánchez-Iglesias no es un poder democrático sino despótico, el Rey en su función arbitral y de moderación de las instituciones, como jefe del Estado y jefe de los Ejércitos, debiera proceder a su disolución y a la constitución de un Gobierno de concentración nacional presidido por la ministra de Defensa Margarita Robles con miembros del PP, Vox y Cs.

De lo contrario, perderá la Corona por no atreverse a violentar la Constitución -cuando la Ley del 78 hace años que se convirtió en papel mojado por culpa del PSOE y sus innúmeros pactos inconfesables con los enemigos de España y de la democracia (de la ETA a Podemos, del PNV a ERC y PdCat)- y será el fin de nuestras libertades tanto como el de la propia Soberanía Nacional.

Es la hora de los valientes, de los liderazgos con ideas, coraje y convicción. Pero, desgraciadamente, cabe constatar como ante el horror soviético o el nazi que “la gente normal no sabe que todo es posible”; o no, al menos, hasta que es demasiado tarde y entonces, por supuesto, no cabe ya la más mínima resistencia u oposición a los designios de los caudillos totalitarios.