El tiempo de Casado pasó

…y ¿tan breve fue? Efectivamente, tan breve: por sus múltiples errores y la nula confianza que suscita a estas alturas entre propios y ajenos, electores o suegras, columnistas o jugadoras de ajedrez. Ya nadie traga a Pablo Casado, por mezquino, precisamente, por no haberse atrevido a ser el sustituto de Rajoy sino su heredero, pertinaz en la lengua de trapo aunque con otro estilo.

Ya no puede enmendarse Pablo Casado, presidente del PP que nunca se ha creído tal, al parecer, o desde luego nunca se ha comportado como tal, pese a convenciones y faramallas varias, cuando se trataba de constituir una genuina alternativa de Poder, comenzando por el Gobierno, a esta coalición abigarrada de despropósitos y desmanes que perpetra a diario el Ejecutivo de Sánchez, vulgo Sánchez El Ejecutor de despropósitos y desmanes.

En vez de ello, con denuedo digno de mejor causa se ha dedicado a enfrentarse o “confrontar” con Isabel Díaz Ayuso, la que debiera ser su primera baza como alternativa creíble al proyecto de Sánchez, que tiene desde luego un estilo propio y un coraje a prueba de maledicencias y trampas varias, y una imagen ya consolidada de buena gestión que no resulta incompatible con cierta cercanía sentimental, y hasta populachera, con “la gente”.

De hecho, ríete tú y riámonos todos de la “empatía” que se gasta un Pablo Iglesias con esa misma “gente”, pongamos por caso, por no hablar del Casado que se pasa media vida subiendo al tractor y tomándose unos vinitos a media mañana, aunque luego apoye sin mayor esfuerzo las anticonstitucionales medidas de confinamiento y suspensión general de derechos que han desconcertado a todos, empresarios, trabajadores y familias, durante todo este tiempo.

Así ha conseguido Casado reforzar el liderazgo de Ayuso, al dar durante meses la impresión de que hacía optar a todos, cargos de su partido y militantes, votantes y meros opinadores afines al PP, por el dilema “O ella o yo”. Pero los hechos actuales, las acusaciones sin pruebas y los descalificativos aparejados contra Díaz Ayuso no tienen perdón, y no lo conocerán, entre los más acérrimos defensores de lo que debe ser el PP: un partido democrático e integrador.

La partida se les acaba a los tahúres de Génova, pero no al PP, y en esto me muestro en desacuerdo con la mayoría de los comentaristas en la hora actual: tarde o temprano creo que a Casado le harán ver la única salida de aquel “bufete europeo”, porque su crédito está por completo agotado y sería incapaz de ganar unas elecciones aunque fuese el único candidato. La ocasión es más clara que nunca: un congreso para ungir a un candidato de consenso y ya.

Y que Mañueco haga el favor de aceptar el apoyo de Vox de inmediato, o su condenación será similar a la del propio Casado en no mucho tiempo. Amén.

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Isabel Díaz Ayuso, candidata al Gobierno 2023

…a nada que se esmeren los asesores rojiverdes del PP, que puestos a la tarea de encontrar enemigos a batir siempre acaban eligiendo a las mujeres protagonistas de su propio partido: San Gil, Aguirre, Álvarez de Toledo y ahora la presidenta de la Comunidad de Madrid, genuina figura prominente de la Derecha europea que los enanitos a duras penas tratan de aplacar: lo llevan crudo.

Uno piensa en Pablo Casado, con ese suculento puesto “europeo” en una gran empresa internacional, y no ve más allá de la carrera de un niño bien que se prestó a las peores fabulaciones de Rajoy, como portavoz, para después presentarse como alternativa al rajoyismo-sorayismo sin desearlo en realidad, o eso parece ahora.

Alguien, en todo caso, sin vida al margen de unas siglas, las del PP, que parece que les pertenecen a él y a su camarilla por haberse impuesto en unas primarias a la arribista primera del partido, Sáenz de Santamaría, y poco más. Pero ni esto ni aquello: si el PP se mantiene hierático ante las maquinaciones del “aparato” contra sus líderes más populares lo pagará caro.

Uno piensa en Isabel Díaz Ayuso, que se ha tenido que reinventar en varias ocasiones no sólo como presidenta de Madrid, sino incluso antes de entrar en política, y ve el camino esforzado de una mujer que no se arredra, que parece hasta obstinada en la manera de llevar sus decisiones hasta la realización final, hasta su cumplimiento definitivo, que no le encuentra igual.

Y frente a un liderazgo arrollador -ideas claras y distintas (vulgo “convicciones”), coraje y proyección carismática- los petimetres peperianos de la Escuela de Control de Daños de Arriola, que sólo sirven para desactivar iniciativas singulares, obstruir carreras emergentes y anular todo tipo de oposición radical al Gobierno… por parte de los compañeros de partido.

Esto lleva siendo así dos décadas, siguiendo el criterio de selección de lo peor y más sumiso, para lo cual el mejor modelo político sigue siendo el PSOE, como para todo lo malo, que el PP asume dócilmente como lo más “in”, u “on”, o “plus”, que lo mismo da. Esta gente es tan incapaz de articular discursos morales como apta para desatar campañas de calumnias contra los propios.

Y a fin de cuentas, habiéndose cargado ya la relación con el líder de Vox, Santiago Abascal, y con el mejor activo parlamentario -político, discursivo, ejemplarizante- del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, ¿qué se podía esperar de Pablo Casado? Pero que este niñato ponga en almoneda la alternativa radical al despótico Doctor Sánchez sólo por presumir de “sentido de Estado”…

No habrá tal posibilidad, ni desde el Gobierno ni, por supuesto, desde la Oposición: si Casado mantiene el pulso contra Ayuso con la intención de derrotarla y humillarla, cuando ella arrase en las primarias madrileñas el que se verá definitivamente derrotado y humillado será él, aparte del tontolaba Martínez Almeida y del escupe-aceitunas García Egea. ¿Y entonces, qué?

La IDA, como una flamenca desabrida por el desengaño, aún podrá decir “Dejarme sola” y luego concurrir por Vox, pero… ¿qué le quedará entonces al PP de cara a las Generales? El órdago de Casado ha sido de órdiga, pero sus cartas son muy malas.

Convencionales siempre

…estos señoritos del PP, que han sumado a su tradicional capacidad para la organización de saraos -en ocasiones vanamente interesada (recuérdese de qué va lo de “la Gürtel”)- la sofisticada vacua cursilería de los incorporados desde Cs, quienes, evidentemente, viniendo de donde vienen, sólo creen en las encuestas y el márketin soft; o sea: para qué hablar con la gente si ya disponemos de estadísticas, estadísticos y estadístiques.

Fue precisamente esta “falta de calle” un factor decisivo en el derrumbe de Cs y en la desaparición de UPyD, cosa que no caracteriza al PP en Galicia desde los tiempos de Fraga, ni por lo general al de Castilla y León, ni desde luego al de Madrid desde tiempos de Álvarez del Manzano en adelante, con Esperanza Aguirre y ahora Isabel Díaz Ayuso y Martínez-Almeida. Por el contrario, en Andalucía fueron siempre vistos como señoritos, y en Cataluña, desde la defenestración de Vidal-Quadras, como inanes.

No del todo en balde, Cs fue fundado estrictamente para darle el relevo en el discurso al bienhumorado Alejo, quien se dedicó a los asuntos europeos antes de su traspiés como candidato de Vox y su postrer paso en falso al solicitar el voto para Cs. Después de su intervención en la presente convención contra las tesis de Edurne Uriarte -ex del ministro Wert, convencido de la necesidad de “españolizar” a los niños catalanes-, yo creo que lo suyo, consecuente como es él, es que Vidal-Quadras pida el voto para Vox ¡y la disolución de la UE!

Pero peor es lo de sacar a pasear a Mari Mar Blanco, sempiterna colocada del PP por la cuota vasca, que nunca ha valido como representante público, ni siquiera de las víctimas del terrorismo, y que (recuérdese) vino a ser la nueva coartada o escudo moral tras el que guarecerse los que liquidaron a María San Gil -los Alonso y Oyarzábal y Maroto (estos dos, ahí siguen), Sémper y demás enanitos-, todos ellos a las órdenes del memo primordial, Mariano Rajoy.

Por esto, y estando tan reciente el escarnio último de la ETA a las víctimas del terrorismo en Mondragón, conviene insistir en que abrir convenciones con Rajoy, o posar delante del rótulo de una calle de Valladolid (aunque se llame “Avenida de Miguel Ángel Blanco”), poco puede hacer por Pablo Casado si lo que desea es allegarse a los desencantados con la política antiterrorista del PP en sus últimos gobiernos, que además coinciden a grandes rasgos (si no son los mismos) con los que jamás perdonarán al PP lo que dejó crecer en Cataluña hasta el 1-0.

Como da la casualidad de que la demente chusma que ocupa la Generalidad de Cataluña no se ha movido un ápice desde dicha fecha de 2017 hasta ahora, que han pasado cuatro años de delirio institucionalizado, uno tendría que hacer muchos esfuerzos para interpretar el rechazo del “populismo” como rechazo total y absoluto a pactar con partidos como los sucesores de CiU y el mismo PNV, “socios fiables” de Rajoy según Rajoy, el bobo de solemnidad que perdió dos veces consecutivas las Generales contra el pérfido oligofrénico de José Luis Rodríguez Zapatero.

Vamos, que Casado lo tiene fácil para disputarle a Vox la primogenitura en la única Derecha que puede ser -la que se oponga radicalmente a este deprimente estado de cosas que amenaza con desintegrar el Estado y la Nación-, ya que basta con hacer literalmente lo justo contrario de lo que diga (y de lo que hizo) Mariano Rajoy en lugares como País Vasco y Cataluña para lograr crecer en las encuestas y, con una adecuada presencia de líderes locales tanto como nacionales, volver con fuerza a participar en el discurso y en el mismo espacio público.

Cosa inimaginable a día de hoy, donde la marginalidad del PP en ambas comunidades veta de entrada su acceso a una gran mayoría, por supuesto a la mayoría absoluta, y refuerza paradójicamente al siempre tapado Feijóo, que reivindica lo suyo como clave del éxito -no tan lejana a ciertos de sus postulados se halla Díaz Ayuso, por cierto- como si la defensa cerrada de la unidad de España y de la igualdad de todos los españoles fuera el motivo del fracaso electoral.

Se equivoca Feijóo, pero a su favor. No es el caso de Casado, que si se deja tentar por los gurús de la mercadotecnia y los sondeos volverá a perder la oportunidad de constituir Gobierno; para él, la definitiva. Y todavía le (nos) queda por ver cómo ha de acabar de enredarlo el otro ex presidente de su partido, José María Aznar. ¿Para qué demonios, a fin de cuentas, necesitaba Pablo Casado esta convención? Da la impresión de que ni él lo sabe.

Por no hablar de Cataluña

…ni mucho menos del País Vasco (o de Valencia, o de Baleares, ¡o de Galicia!), el PP de Pablo Casado se ha puesto a hablar de Madrid, donde arrasa… Díaz Ayuso, del PP -¿del “PP de Pablo Casado”? Esta es la cuestión… para Pablo Casado, pero no para los demás dirigentes, militantes y simpatizantes de la formación-. ¿De veras vuelve la caza de brujas rajoyana al PP?

Hay una mayoría clara de ciudadanos españoles dispuestos -casi diría que preparados a conciencia, a lo Savater- a votar por las candidaturas de PP y Vox para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa y poder con ello retomar, aun a trancas y barrancas, la senda de las reformas democráticas de la que la Nación -“concepto discutido y discutible”- fue desviada por el perverso Zapatero desde 2004.

Entre dichas reformas, por descontado, el nuevo Gobierno debiera resolver con arreglo a la Constitución la elección de los jueces, el establecimiento de un sistema educativo nacional digno de este nombre y exigente en pos de la excelencia, la implantación de una tarjeta sanitaria para todos los españoles de uso en cualquier lugar del territorio nacional…

Pero en el PP no parecen del todo dispuestos a hacerse cargo de semejante responsabilidad -decisiva para el porvenir de España y de los españoles en las próximas dos o tres décadas-, y de ahí su constante distanciamiento de las posturas de Vox, no hace tanto defendidas con ilusión y hasta coraje por buena parte de los simpatizantes, militantes y dirigentes del PP.

A estas alturas de la legislatura (y del embrollo) que comanda el psicopático mádelman que se pretende Presidente, reiterar que Casado sólo alcanzará el Gobierno con el apoyo de Vox -porque de lo contrario, de apoyarse en un PSOE de Sánchez semiderrotado, llevaría a la definitiva quiebra moral (¡y política también!) al PP- no sirve, en rigor, de nada.

En el PP debieran ser perfectamente conscientes de ello, habida cuenta de la situación estrictamente política en comunidades como Andalucía, Castilla y León y Murcia -donde sus gobernantes dependen del apoyo de la formación de Santiago Abascal- no menos que en otras como el País Vasco o Cataluña, donde los “populares” se encuentran al borde de la extinción.

Más aún, de atender a las encuestas que tanta coartada habitual les proporcionan para no hacer nada a los gerifaltes de Génova, los ciudadanos dan por descontado esa mayoría de PP y Vox, que además entienden que debe alcanzar el rango de absoluta para, precisamente, llevar a cabo sin dilación y con firmeza las reformas democráticas antedichas y otras tantas en consonancia con ellas.

Y algunos, por no hablar de “lo de Cataluña”, barajando los nombres de una Camins o de un Martínez-Almeida para presidir el partido de Isabel Díaz Ayuso. Déjà vu?

Después de la resaca de la Ayusada

…debiéramos repensar los “libres e iguales” el proyecto de renacionalización de España que es tan necesario en regiones enteras como el Levante (Cataluña, Baleares, Valencia) o el Norte (País Vasco, Navarra, Cantabria, Asturias, Galicia), una vez que parecen o deben ser salvadas –elecciones mediante- Andalucía y Murcia; salvadas efectivamente del asalto dirigido desde La Moncloa con todos sus aliados antiespañoles.

Lo bueno de los resultados electorales de Isabel Díaz Ayuso en Madrid es que insuflan ánimo a todos los descreídos de una alternativa al Sanchismo, porque ella exhala por todos sus poros una alegría por el triunfo capaz de contagiar a otros líderes de la Derecha que ahora apenas se vislumbra en las agotadas canteras de PSOE y Podemos, PNV, ERC y demás.

Todo un logro añadido, aunque nunca faltaron en el PP los aspirantes juveniles, ni en Madrid ni en otras partes de España, y bien pudiera ser el momento de reorganizar a nivel interno los medios de promoción y selección de candidatos a cargo público en el que se mantiene aún como “gran partido del centro derecha español”; ganarían ellos para empezar, y con ellos los ciudadanos exigentes de excelencia en la gestión pública.

Pero, ¿cuál es el proyecto nacional del PP? Se desconoce; y ello hace difícil que los buenos resultados matritenses se puedan proyectar o basten para la candidatura de Pablo Casado a la Presidencia del Gobierno tras unas próximas Elecciones Generales: quedan como siempre pendientes los escaños de País Vasco y Cataluña, con Valencia en medio y Madrid y Andalucía aparentemente ganadas para la Derecha.

Queda, más aún, resolver la “cuestión catalana” de la única manera posible a estas alturas: suspender todas las instituciones en las que se ha enquistado el separatismo después de décadas de inoperancia del Estado; liquidar la financiación de sus grupos de operaciones y medios de comunicación; deslegitimar por todos los medios sus ardides en el exterior y refutar todos sus asertos mentirosos de cualquier índole: histórica, literaria, política o económica.

Respecto al “problema vasco”, qué decir que no se haya dicho ya: Bildu es el partido de la ETA y debe ser ilegalizado por no haber condenado hasta la fecha el historial criminal de la organización de la que es pantalla; los medios separatistas financiados con dinero público deben ser cerrados; las competencias de Seguridad, Hacienda y Educación deben ser reasumidas por el Estado central, sin ambages…

…y, ya de paso, la ikurriña –que es bandera de parte o facción, PNV o “movimiento abertzale”, o “euscalerríaco” o “bizkaitarra” o euskadiano (que me viene a dar igual)- debe ser arriada de todos los edificios públicos, porque no deja de ser la enseña de una ideología delirantemente racista en su profundo e inusitado odio antiespañol.

Llegado ese día esplendoroso igual me creo que España es un país libre y democrático donde concurren electoralmente diferentes opciones moderadas en pie de igualdad, alternativas siempre respetuosas con el ordenamiento constitucional que constituyen medios de acceso y de comunicación de los ciudadanos con la política y sus representantes públicos… Y no el campo de facciones saqueadoras que se nos ofrece ahora.

A la espera me encuentro: ¡Pasa chanda!

La farsa electoral

…tiene que ver con que el régimen llame a urnas con el eslogan “comunismo o libertad” (o “democracia o fascismo”) -¡aunque hablemos de circunscripción única, democrática al cabo!-, cuando sostenemos cifras inverosímiles de parados desde hace décadas e importamos cuasi cotizantes de todas las naciones parias de la Tierra para -dicen que- subvenir al mantenimiento de unas pensiones que se pretenden indexadas (por derechos adquiridos de jornada, que parecen de pernada) al IPC.

Padecemos un sistema que nos tiene atados por los machos a los unos con los otros, sin verdadera libertad personal ni posibilidad real de emancipación del común -de la sociedad-, que es algo a lo que no se presta debida atención política cuando en rigor es lo que ha permitido la prosperidad toda y la libertad con mayúsculas en Occidente de un par de siglos atrás a nuestros días: no estar sujetos necesariamente a ningún proyecto colectivo concreto, sino poder elegir nuestro destino en uno.

Ahora que se aprecia claramente la erosión, la verdadera degradación de esta visión de la vida (de estas ideas tan genéricas como acertadas) en los mismos USA que la consagraron como modelo universal de conducta y proyecto moral para todos los hombres, parece que a los madrileños les queda votar por Ayuso como a los ingleses apostar por el Brexit y Johnson y a los franceses elegir a Marine Le Pen como nueva presidenta de la República, pero no obviemos la cuestión principal.

Occidente se ha convertido en un geriátrico o centro de esparcimiento de mentalidades cansadas, sin esperanza o nada que decir al respecto de nada -aunque sólo sea por no ofender demasiado a nadie, a cualquiera- mientras el inmenso resto de la Humanidad que aguarda impaciente a asaltar nuestras fronteras se desenerva a cada nueva muestra de debilidad, de decrepitud, de insolencia propia de vejestorio que muestran unas élites globales tan caducas como soberbiamente descreídas.

Y, a la postre, resulta que el último faro (¡la luz!) susceptible de guiarnos hacia nuevos futuros se encuentra entre nosotros, en nuestra misma mirada crítica hacia las autoridades, los responsables, la dirigencia, la casta de los gestores… Que desde luego se hallan bajo control, y sometidos al escrutinio de la opinión pública, en sociedades maduras (civilizadas) sean más o menos democráticas. Quisiera creer que es el caso de la española; pero prefiero creer que pudiera ser el caso: el 4-M, para mí, será un aperitivo (o mero divertimento); la farsa consumada.

Lo que me interesa ver es lo que vendrá después.

Madrid será la tumba de Podemos

…o de lo que deje tras de sí el-amado-líder Pablo Iglesias, tan aburrido de su actual papel inoperante e irrelevante como vicepresidente segundo del Dr.Sánchez como dispuesto a embarrar el campo de aquí al 4 de mayo (fecha de las elecciones madrileñas), que es en definitiva lo que a él le gusta, porque es básicamente lo único que se le da bien -aparte de las conspiraciones para decapitar a los que le llevan la contraria en su (ejem) partido-.

Pero aparte de su tradicional (y desaforado) interés por acaparar los focos (“¡A mí dame la TVE y quédate con lo demás!”) con astucia oportunista -dado que Isabel Díaz Ayuso es ahora mismo, y por buenos motivos, la auténtica bestia negra de esta Izquierda corrupta y fascistoide, más incluso que Abascal y una vez liquidada Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del PP-, más que para enfrentar el “enorme peligro” de un gobierno de Madrid del PP con Vox da la impresión de que se quiere cargar a su otrora íntimo amigo Iñigo “Errejín” Errejón, que no en vano le montó Más Madrid.

Porque pretende entablar con este partido negociaciones para una candidatura única, y con ello vuelve la burra podemita al trigo de esta pareja de arribistas fanáticos, ¿pues no andan desde 2014 Iglesias y Errejón jugando a presentar al otro como el “traidor” y “divisor de la Izquierda”, casi como única estrategia para ganarse la confianza de los suyos? Y encima resulta que la posible candidata de Podemos en Madrid, Isa Serra, todavía podría acabar inhabilitada al haber sido condenada por insultar y agredir a una agente de la Policía.

Así que el-amado-líder cree poder matar varios pájaros de un tiro, comenzando por su marginación de hecho en el Gobierno Sánchez-Iglesias, continuando por su falta de presencia diaria en los medios y sobre todo en la TV, pasando por la necesidad de relevar a Serra en una plaza tan sensible como Madrid (también a nivel organizativo interno de Podemos) y culminando con la posibilidad de poder enfrentarse a su bienodiado Iñigo, “el Niño” que le robó la merienda con la ayuda de la abuelita Carmena.

Todo en orden, pues; menos lo esencial: Pablo Iglesias difícilmente logrará que los seguidores de Errejón le entreguen la cabeza de éste, puesto que no les va tan mal ahora mismo y se ven libres de la tutela jerárquica (verdadera dictadura del Coletariado) de la pareja del chalet en Galapagar; ¿cómo habrían de querer una lista única con el-amado-líder de salida en el primer puesto, monopolizador de seres y évoles y alcachofas, ferreras y ondas catódicas, cintoras y grisos y demás, sólo Él, “VUELVE», Pablemos y Pablemos y Pablemos al cabo?

Por otro lado, uno ve el vídeo en que justifica su decisión y sólo cabe concluir una vez más que el caudillo de esta banda de iluminados complutenses no sólo nos toma por idiotas, sino que se pasa largamente de listo: ¿pues no se atreve a hablar de corrupción el que gobierna con el PSOE (el partido más corrupto de la Historia de España y de Europa), y alarma contra la “ultraderecha” a los madrileños que llevan votando lo mismo más de tres décadas, y encima de la manita de sus amigachos de la ERC y las CUP (golpistas separatistas y antisistema) y de Bildu (ETA)?

Como estos de Podemos -que a veces parece que de la Guerra Civil sólo se conocen unas pelis, cuatro fotos y dos carteles- no saben mucho de la Historia, me imagino a el-amado-lider Iglesias lanzando su primer mitin bajo una pancarta del “No pasarán. El fascismo quiere conquistar Madrid. Madrid será la tumba del fascismo”, si bien en la presentación “formal” -¿en verdad resultará telegénico este sujeto con semejantes pintas de pirata malayo?- de este lunes aparecía sentado delante de las banderas de España (¡la Patria!) y la Unión Europea (¡la Pasta!).

Ya que no parece (o no lo creo) capaz de haber evolucionado ideológicamente tanto en año y poco de pertenencia al Ejecutivo, tal vez haya que explicar la escenificación por el contexto -los deterministas históricos como él hablarían de “signo de los tiempos” y de reconocer “la clave histórica del momento”, cuando lo que les pasa en rigor es que su proyecto se desintegra y tienen que aparentar formalidad y buenas maneras-, que en resumidas cuentas, y si hablamos de Madrid, tiene que ver con que ni Sánchez ni Iglesias pueden salir a dar una vuelta sin que les abucheen los ciudadanos, esa «gente» (¿o vuelve a ser «lumpen»?) y esos trabajadores (o más bien parados) a los que dicen representar y defender.

Al cabo, confrontando su proyecto -si no común con el del PSOE, vinculados por el Gobierno- al de Díaz Ayuso, nada bueno depararán a Podemos las próximas elecciones en la comunidad madrileña, aunque proclamen ser “la Izquierda transformadora” que defiende a los trabajadores y a las minorías, y prometan pan y vivienda y dignidad si hace al caso. Que en este último año de ruina económica y desastre social y sanitario los madrileños (y el resto de los españoles, también) ya han tenido tiempo de sobra para conocer el percal de quien vela por sus intereses.   

Por esto mismo, reitero, Sánchez es abucheado e Iglesias se encuentra como sitiado en su propio chalet-fortaleza, mientras Almeida y Ayuso (pero también Abascal) salen a la calle -en Madrid como en Barcelona como en Murcia- y la gente se les echa encima… para darles las gracias o un abrazo, para hacerse selfis y hasta para recomendarles pareja a los dos primeros. ¡Como para que el-amado-líder pretenda ganar Madrid para la causa antifascista! Simplemente, no pasará.

Entre el 8 y el 11 de marzo

…se decantan los hechos de imprevisibles consecuencias, posiblemente más a largo que a corto plazo, que las pasadas elecciones catalanas del 14 de febrero no han hecho más que poner sobre el tablero: Cs es un partido zombi, que a derecha y/o a izquierda busca apoyo y orientación para su existencia; la estrategia de dominio de Sánchez (Producciones Redondo) no cuenta más que con un PP jibarizado y un Vox cada vez más fuerte; Casado no se entera de nada.

Pero Isabel Díaz Ayuso, único personaje relevante que le queda al PP con permiso del alcalde Almeida a nivel nacional -Feijóo, a fuerza de galle(gue)ar, a veces parece nomás un Revilla-, ha debido ver muy claro que la jugada ensayada en Murcia (con incierto resultado, ojo) apuntaba más bien a su jaque mate, con el beneplácito de Arrimadas y Casados -pues no en vano ambas “primeras figuras” de Cs y PP respectivamente se ven de continuo rebajados por la presencia emergente o la emergencia en presente continuo que representa la presidente de Madrid-.

Ahora que “El Guapo” Dr.Sánchez no tiene cosa mejor que hacer hasta pasada la Semana Santa, su Goebbels de Donosti le ha de preparar juegos circenses y fuegos de artificio en la suficiente cuantía como para conducir al personal surfeando la “cuarta ola” de la Covid19 desde hoy hasta lo más profundo de julio -total, las Cortes seguirán sin actividad permanente-, cuando sus señorías, entre bostezos, marcharán a sus vacaciones pagadas con la vista puesta en septiembre.

Entonces comenzará la precampaña, con los despojos de Podemos y de Cs y del propio PP acudiendo a la cita electoral sin programa, ni actitud ni posición respecto a nada ni a nadie -Gobierno o Pueblo, electorado o Poder, España o  “la demanda social”-, frente a un Sánchez crecido ante la adversidad, como acostumbra, y empujado por la mejora de casi todos los indicadores -porque peor que ahora no los puede tener-, de manera casi idéntica que Abascal y Vox (aunque por motivos diametralmente opuestos).

Nuevas perspectivas de cambio, que sin duda serán bien recibidas por el común porque esclarecerán en buena medida el oscuro panorama político actual -con esa multitud de siglas minoritarias que no acaban de encontrar acomodo o sentido en la dimensión nacional-; pero que arrojarán probablemente una incertidumbre mayor de aquí a medio plazo, al menos en el interior de un PP ya abiertamente dividido entre la consolidación de un poder regional mínimo o la apuesta por un proyecto nacional.

PSOE y Vox, a su manera, tienen una “idea de España”, cosa de la que el Podemos de Pablo Iglesias o el Cs de Rivera, primero, y Arrimadas, después, han carecido siempre: ahí están los resultados de Cataluña. Pero en el PP, como acostumbran, siguen sin enterarse -menos Isabel Díaz Ayuso, claro; por descontado-.

El Gobierno es culpable

…de la actual crisis sanitaria por su sistemática ocultación de los datos reales, por el silenciamiento a que ha sometido a expertos científicos y médicos y a las propias Fuerzas de Seguridad del Estado desde enero, además de por la desprotección a la que ha sometido y somete a profesionales de la Sanidad y miembros de las FSE, personal de residencias y otros empleados y funcionarios públicos que no disponen de los medios de protección adecuados por la incompetencia de responsables como la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, y sus tests chinos a precio de «ganga».

El Gobierno es culpable por alentar a movilizaciones masivas en toda España el 8 de marzo, especialmente en Madrid, más de un mes después de que saltara la alarma internacional no ya por los casos registrados en la China comunista, sino en la misma vecina Italia; pero aún es peor la gestión de comunicación a cargo de un experto como Fernando Simón que ha fungido de mero esbirro y correa de transmisión de las directrices emanadas del Gobierno Sánchez-Iglesias, retardando así la adopción de medidas eficaces y sembrando la confusión y el pánico entre la población.

El Gobierno es culpable por negligente, por tener una banda de sectarios enemigos de España y su Constitución en puestos de responsabilidad, caso del ministro de Sanidad Salvador Illa, que es de cuota del PSC como el ahora desaparecido ministro comunista de Consumo Alberto Garzón es de cuota por la casi extinta IU y la impresentable ministra de Trabajo Yolanda Díaz es de cuota por mujer y por ser miembro de Podemos, como la ministra de Igualdad no es más que una estúpida niñata ascendida al poder por ser la mujer de.

El Gobierno es culpable por mentir de continuo, afectar la actividad sanitaria no menos que la actividad económica, que básicamente pretende destruir para hacer a toda la población dependiente del Estado que pretenden saber gestionar los que jamás han dirigido una plantilla, creado un negocio o pagado una nómina. El Gobierno es culpable de poner en riesgo el conjunto del tejido productivo español, haciendo peligrar así las pensiones de nuestros mayores tanto como el futuro laboral y profesional de nuestros hijos.

El Gobierno es culpable por no haber hecho los debidos ajustes fiscales en todo este tiempo, una vez que parecía consolidada cierta recuperación económica bajo el Gobierno Rajoy, preocupado únicamente por consolidar su poder después de haber asaltado el Gobierno de manera fraudulenta con una moción de censura basada en una sentencia mentirosa que como tal ha sido ya considerada por el Tribunal Supremo.

El Gobierno es culpable por contar con golpistas y terroristas para excluir a la oposición y marginarla, por dedicarse íntegramente a una campaña de imagen permanente con hitos como la exhumación del cadáver de Franco, las nuevas leyes sobre “violencia de género” o laborales, cuando resulta asimismo culpable por no entender la realidad de la pequeña empresa, del sistema financiero o de las grandes industrias exportadoras de España.

El Gobierno es culpable por su deliberada estrategia de echar balones fuera en vez de hacerse al fin responsable de la situación, cargando contra la UE y más aún contra los únicos partidos con sentido de Estado que quedan en España: PP, Vox y Cs. Es culpable por azuzar el odio contra la oposición mientras negocia prebendas y privilegios con sus socios antidemocráticos y antiespañoles, del PdCat al PNV, de ERC a la ETA, mientras habla ahora de solidaridad y cohesión y lealtad, y simultáneamente dirige a través de todos los medios de comunicación (sobre todo las televisiones), sobornados con ingentes cantidades de millones de euros del Presupuesto público, una abyecta campaña de difamación contra el primer gobierno que decidió tomar medidas: el de la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso.

El Gobierno es culpable, responsable de las previsibles decenas de miles de muertos que va a dejar la Covid-19 en nuestro país, y de los millones de trabajadores que van a perderlo todo o casi todo de aquí a unos meses. El Gobierno es culpable y debe ser disuelto y sustituido por un Gobierno de emergencia nacional sin Sánchez ni Iglesias, que han de ser procesados por su responsabilidad criminal en la gestión de la crisis. Pero todavía habremos de ver cómo el español medio entiende que el culpable es Aznar por la Guerra de Irak. Cuánto espero equivocarme a este último respecto…