Un Gobierno de la Mentira

…o que no titubea a la hora de recurrir a la mentira como uno de sus recursos fundamentales para sostenerse corre el riesgo cierto de ser percibido como una mentira de Gobierno, puro simulacro, después de algún tiempo en que su mentirosa acción política ha quedado al descubierto como tal en uno otro trance, en este o en otro momento.

Y ello pese al denodado esfuerzo por aparentar -la producción y proyección de eslóganes y  futuros seriados para cada cual- que el Gobierno tiene un programa de progreso para el bienestar generalizado de los ciudadanos, cuando obviamente los damnificados se multiplican por las cesiones constantes que debe hacer un individuo a todos sus acreedores políticos para retener el Poder…

Así con Sánchez y su ministra de Sanidad ahora que por fin parecen querer coordinar las medidas para enfrentar la pandemia de Covid19, a unas alturas en que ya no se les necesita ni se les demanda apenas nada por parte de los ciudadanos y/o de los gobiernos regionales: que simplemente deje hacer; que el Gobierno no se inmiscuya en ningún ámbito; que nos deje en paz por favor.

Es lógico en consecuencia el tono desabrido del Gobierno Sánchez, desde el punto de vista de que la percepción generalizada entre los españoles es que la vacunación transcurre a su ritmo pero sin pausa, gracias no al Gobierno sino a su pesar -su confusionismo, su inhibición y su intervención a partes iguales, pero siempre a destiempo, mal, de manera tan improvisada como intempestiva-.

Por lo que ya no queda sino llegar a septiembre, mirar en derredor los decrecientes estragos del “virus chino” y tratar de recomenzar la vida normal con el nuevo curso, que se prevé aciago para los más aunque el Gobierno ya prepare nuevos escándalos (propios y ajenos), crisis políticas y persecuciones a los disidentes como no se vieron en siglos por estos lares.

A fin de cuentas, hablamos de esa banda de bribones liderada por un tal Sánchez, armario de luna y tonto con ventanas a la calle que en cualquier película clásica de cine negro no pasaría de segundo o tercer escolta-matón del peligroso capo de turno. Pero aquí resulta que no sale Edward G.Robinson, sino Ábalos, o Redondo, y ambos como subalternos, lo cual es decididamente como para echarse a temblar.

Como recordatorio, baste indicar que el susodicho presidente del Gobierno se pasó por el Memorial de las Víctimas del Terrorismo y visitó la recreación del “zulo” de Ortega Lara, presidente a su vez de un partido como Vox al que Sánchez considera peor que a los representantes de sus secuestradores, gracias a los cuales se hizo con el Poder este mentiroso patológico.  

Sin embargo nada de esto podría importar ya -¡a estas alturas de junio!- cuando los españoles nos hemos vuelto a ir de vacaciones (como el año pasado por estas mismas fechas) sin que nada más importe. ¿O será tal vez que llevamos más de cuarenta años de “vacaciones democráticas” pagadas a escote o por el Estado?

La clave del despotismo de Sánchez (y de la casta política en general) radica exactamente ahí: en el escapismo voluntario de los ciudadanos.

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Aprovechando este tiempo de recogimiento

…y reflexión de la Semana Santa, uno echa la vista atrás -no mucho atrás tampoco, sólo lo justo y necesario- y se encuentra con algunas respuestas a las graves cuestiones de nuestro tiempo (ésas que parecen difuminadas u ocultadas por el patético bombardeo por TV de cotilleo, sexo basura y fútbol) que vienen a señalar lo que debiera ser evidente por sí mismo a la vista de todos: este Gobierno es culpable, y deben pagar por ello Sánchez y varios de sus ministros.

Así que un año y más de cienmil muertos después -que se dice pronto, aunque los muertos no se cuentan tan rápidamente- tenemos al chulo Dr.Sánchez “El Guapo”, el plagiario, mentiroso y psicopático presunto presidente del Gobierno-simulacro que padecemos los españoles, dispuesto a infringir sus propias leyes para irse de vacaciones como si no hubiera (ciertamente) un mañana, como ya hiciera en verano en lo peor de la “segunda ola” de la pandemia de Covid19.

Entonces decidió -o lo hizo por él el primer pelota del Reino, un tal Redondo- que la culpa sería transferida a los ciudadanos y la responsabilidad a los gobiernos de las comunidades autónomas, elevándose por descontado a sí mismo a una Presidencia irreal de la España republicana y federal que jamás vieron los siglos, todo para significar su poder omnímodo y al par su inocencia irresponsable hasta el final, ¡contradicción insoluble! Todo al cabo para dejar al descubierto involuntariamente la maltrecha situación de este improbable régimen democrático.

No puede ser que el responsable por imprevisión, negligencia y corrupción junto a sus Illa y Simón, Ábalos, Marlaska e Iglesias -que no han hecho otra cosa que mentir, difamar, vetar, perseguir, reprimir, malversar y finalmente abandonar el campo desolado lleno de cadáveres, hogares desintegrados y familias en la ruina-, se vayan de rositas por la cobardía extrema de unos togados serviles, prevaricadores, pagados de sí mismos… que están abonando el desprestigio de la Administración de Justicia hasta niveles africanos.

Los ciudadanos de a pie, que no somos la chusma estúpida que pastorea Iglesias, ni la hez abotargada moral y físicamente que vota PSOE como quien llena el buche de langostinos -antes eran gachas, fíjense en un Ábalos de la vida-, comenzamos a sentir un hartazgo tal que no será ya fácil convencernos de que Sánchez trabaja por otra cosa que no sea mantenerse en el Poder (con su mujer, sus coleguitos del Cole y los adictos de ocasión) así arda el mismo Infierno.

Y, buena es esta hora más que cualquier otra posterior, será cuestión de comenzar a alimentar las fogatas para cuando ese tiempo necesario y purificador se presente: será tal vez en las fallas valencianas de 2022, pero será. Sánchez arderá en efigie junto a varios de los más conspicuos representantes de su Gobierno (ya citados), y esperemos que sea conclusión o al menos preludio de lo que les espera a todos ellos de aquí a muy poco, cuando las urnas hablen precisamente para sofocar los incendios en las calles.

Una sociedad inerme

…ante el desgobierno, zombificada (antes, durante y después del colapso), que parece seguir por inercia lo mismo las recomendaciones generales de las distintas administraciones -varias y plurales- frente al coronavirus que las consignas más obscenas del Gobierno Sánchez-Iglesias respecto a la Corona, la Guerra Civil o la unidad de España.

Ahora resulta que vamos a tener a Pedro Sánchez ocho años más (¡lo mínimo!) porque lo han debido de planificar mientras jugaban al póker unos “agentes” de los diversos estamentos del país, que a riesgo de ser asemejados a una especie de seres mitológicos resulta que agasajan al Señor Presidente en la Casa de América, y beben los vientos por él (por su magnanimidad…).

Pero no puede ser magnánimo quien ni siquiera ha vencido, quien no considera la realidad de los gobernados (por total falta de empatía) y se limita a la guerra de posiciones contra el (presunto) principal partido de la Oposición… Sánchez únicamente busca investirse de una autoridad por encima de lo político, para verlas venir y dejarlas ir… sin que nada le afecte.

Así que no es frívolo añadir que ahora mismo no hay Gobierno de la Nación, o ha devenido ilegítimo por su mero ejercicio -con todas sus mentiras, su negligencia criminal en la gestión de la pandemia por su nula capacidad de prevención y supervisión, las corruptelas asociadas a las compras de material sanitario…- en apenas tres trimestres de ejecutoria.

Y ¿cuál es la solución, la alternativa; de qué disponemos los españoles en la hora actual para afrontar tanto la gestión sanitaria de la pandemia como la grave crisis económica que ya padecemos hondamente; cómo canalizamos o encauzamos nuestro malestar (¿los medios de comunicación, los sindicatos, los partidos políticos?)…

Si algo vivimos en pleno primer cuarto del siglo XXI es la escisión entre los ciudadanos (“la gente”, “la sociedad”, “la Nación”) y nuestros presuntos representantes políticos, “sociales” y “culturales”. Con un perfil psicopático tan marcado como el de Pedro Sánchez y sus dos pelotas testiculares, Iván Redondo y Pablo Iglesias, las tornas parecen haber cambiado.

Ahora es de nuevo el Poder, incluso en “democracia”, el que está decidido a ajustarle las cuentas a la realidad de una sociedad que no les gusta a estos dementes “hijos del régimen del 78” -casi todos los dirigentes de la hora nacieron en aquella década-, y me parece ya tiempo de que se sea consciente de ello, plenamente. O las consecuencias serán devastadoras para todos.

Covid19: algunas reflexiones clínicas, políticas, económicas y morales

…que es necesario realizar en estos momentos de crisis sanitaria para tratar de esclarecer las principales cuestiones en torno a la pandemia que recorre el mundo y que devasta fundamentalmente a aquellos países cuyos gobiernos la gestionan radicalmente mal, caso del de España con el PSOE y Podemos que está haciendo exactamente lo contrario de lo que han hecho aquellos que han logrado impedir las peores consecuencias del coronavirus.

En primer lugar, se debe exigir a los responsables políticos encargados de afrontar la crisis que conozcan perfectamente a qué nos enfrentamos, antes de actuar y comunicar con transparencia a fin de lograr que la población sea consciente de cómo actúa el virus y pueda en consecuencia autoprotegerse como es debido frente al contagio y, en caso de albergar la sospecha de haberse contagiado, tomar las medidas necesarias para evitar su transmisión a terceros.

En este sentido, sabemos que el virus es débil en el aire, que a través de tos o estornudos no afecta a más de dos metros porque enseguida cae al suelo, por lo que conviene dejar orear los zapatos una vez que llegamos a casa; que en grandes superficies es suficiente con guardar la distancia de seguridad, pero que en pequeños establecimientos debe ser prácticamente obligatorio el uso de mascarillas para aquellos, al menos, sospechosos de estar infectados.

También sabemos que, no obstante, cuando hablamos de gritos o cánticos (sobre todo en espacios cerrados), o incluso de conversaciones a voz en cuello, el virus expulsado a través de gotículas puede solidificarse y permanecer horas en el estado aéreo, lo cual explica por qué las manifestaciones o las grandes concentraciones en conciertos y estadios -y, más aún, en bares y calles en el entorno de los estadios, como en el Valencia-Atalanta jugado a puerta cerrada- son susceptibles de expandir el coronavirus a máxima velocidad entre la muchedumbre.

Sabemos que los niños se contagian de continuo entre ellos, se transmiten por ejemplo piojos con gran facilidad por su proximidad en las aulas, lo que viene a ser igual para los estudiantes adolescentes y universitarios, pero si se les mandó a casa hace un mes, ¿por qué no han de salir por separado a dar un paseo diario? ¿Es que acaso son más contagiosos individualmente que los adultos?

Cada vez que se ve un niño por la calle se le mira con recelo, en lo que da la impresión de instaurarse como una nueva superstición de nuestro tiempo; cuando lo cierto es que si los niños no generan ahora las debidas defensas morirán de jóvenes por cosas tan poco letales como la gripe o infecciones del todo ordinarias entre nosotros desde hace décadas e incluso siglos.

Con respecto a los guantes y las mascarillas, es menester señalar la idoneidad de que los contagiados usen éstas para no infectar a terceros, como es costumbre en los países asiáticos de referencia como Corea del Sur, Japón, Taiwán, Singapur, etc. Funcionan allí como señal de respeto y precaución, porque no dejan de ir al trabajo pese a estar enfermos, lo cual no es costumbre entre nosotros -ir a trabajar enfermos, digo, cuando sobre todo los empleados públicos se dan de baja al menor dolor de cabeza-.

Pero no se les verá con guantes, porque las manos basta con tenerlas limpias para no contagiarse, y sólo debe protegerse del contacto las mucosas de ojos, boca y narices. De hecho, resulta un tanto absurdo desinfectar los móviles que nos llevamos a la oreja, a no ser que los tengamos tan sucios que del contacto con nuestras manos (que luego nos sirven para tocarnos los ojos o hurgarnos la nariz o fumar un cigarrillo que nos llevamos a la boca) puedan servir de vehículo infeccioso -aunque también es cierto que hay quienes hablan tan de cerca a su móvil que pudieran infectarse por el rebote de sus gotículas en la pantalla-.

CUANDO LA POLÍTICA ES MERA IDEOLOGÍA (PROPAGANDA Y TERROR)

En el caso español, cuando al Estado de Excepción encubierto de “estado de alarma” se le añaden las peregrinas ideas de los ineptos de la Izquierda Extrema, tenemos que se pretende no sólo la reclusión forzosa general, sino el confinamiento específico de los asintomáticos, doble despropósito anticonstitucional en cuanto que, como no se realizan apenas tests entre la población, es prácticamente imposible identificar a ese 20% que se calcula que debe de haber entre la población contagiada. Pero es que además el que no presenta síntomas (tos y estornudos) no puede contagiar a nadie a no ser mediante besos o relaciones sexuales o contacto estrecho con terceros en espacios cerrados o en el propio hogar, donde las debidas medidas para el común rigen también para ellos.

Son tantos los errores cometidos por el Gobierno PSOE-Podemos, hasta el punto de que se caracterizan por hacer en cada momento exactamente lo contrario de lo que se debe, que mucho me temo que es deliberada su acción de producir el terror entre la población recluida manteniéndola a oscuras informativamente, entre la ignorancia y la superstición inducidas por una TV que nunca antes había dejado tan patente su total falta de utilidad para informar y su fin más adecuado, que es el de heterodirigir (o teledirigir) la opinión pública a través de las técnicas habituales de manipulación, el circo permanente -a falta de fútbol, la basura de Jorge Javier Vázquez, los Bardem y Wyoming y Ferreras, las sempiternas Blanco y Casado y Mateo y Escario…- y el aliento al odio y la delación del que se muestra crítico contra sus varias censuras y su Mentira básica integral: “Nadie podía prever que”.

LA DESTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA QUE PERSIGUE SÁNCHEZ CON LA PODEMIA

Al margen del horror nazi protagonizado por las mal llamadas autoridades de Cataluña, que han pretendido una eutanasia generalizada entre mayores de 80 años como la perpetrada por Hitler con su Ley del 1 de septiembre de 1939 -aprobada, para disimular, el mismo día en que Alemania invadió Polonia dando inicio a la Segunda Guerra Mundial-, tenemos que otros socios del Gobierno PSOE-Podemos como PRC, CC y (sobre todo) PNV han comenzado a recular para no verse precisamente asociados a este desmán de Ejecutivo capaz incluso sin pretenderlo -aunque lo pretende- de empeorar las peores cifras económicas de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero juntos.

No se sabe todavía si era el propósito del presidente Sánchez, pero sí cabe colegir que es el de su vicepresidente Pablo Iglesias, encantado con una situación que le permitiría ofrecer todo el Presupuesto y las promesas de un maná de “coronabonos” (que no ha de llover sobre España) a esa famélica legión que sueña coreando su nombre a grito pelado con el puñito izquierdo en alto. Antes de eso será asaltado su chalé y se le colgará por la coleta de un árbol, pero parece incapaz de verlo, entre otras cosas, porque sólo acostumbra a enfrentarse a los Casados y Arrimadas de turno, aparte de a los propios Alfeñiques, Peseteros y Rejines de su partido, con lo cual ni siquiera atisba el peligro -no en vano ahora se cree jefe único del Servicio Secreto-.

Pero el PSOE (Partido del Servicio Oficial del Estado) tiene aún algunas cartas ocultas en la manga que ni sospecha el otro petimetre de la situación, Iván Redondo, experto sólo en lemas vacuos y control mercadotécnico de medios y encuestas como las del CIS -que ya nadie considera siquiera-.

ESTA SOCIEDAD DE NUEVOS RICOS Y SECTARIOS PROGRESISTAS

Puede que me equivoque como siempre al pretender que los españoles somos todavía un Pueblo merecedor de grandes logros, porque lo cierto es que desde el 11-M de 2004 mi diagnóstico es que esto se ha convertido en un infierno de cobardes, acomodados snobs que se creen que lo que tienen -bienestar material, “calidad de vida”- se lo deben sólo a ellos mismos, o a lo sumo a la UE.

Ya lo pensaba de los vascos desde crío, cuando era la indiferencia la que jalonaba cada atentado de ETA hasta que un buen día los terroristas secuestraron a un tal Aldaya y se puso de moda llevar el lazo azul que jamás portaron los que por lo visto debían considerar como lo más normal del mundo el asesinato de guardias civiles, militares retirados, políticos de la UCD y de todos aquellos que la organización criminal del movimiento abertzale consideraba como desafectos a su Causa, vulgo “enemigos del Pueblo Vasco”.

Ahora que los parados van a seguir en paro sin remedio -¿parará al menos el Saqueo Institucionalizado de Fondos para la Formación que sin descanso han llevado a cabo los sindicatos paraestatales, sobre todo la UGT, rama mamporrera del PSOE?-; ahora que infinidad de pymes (99,98% del tejido productivo español) van a quebrar y, por ende, no va a haber fondos ni para los antiguos ni para los nuevos parados, ni para los pensionistas ni para la Sanidad o la Educación públicas; ahora que ni siquiera parece probable que los equipos españoles de Fútbol vayan a competir en las competiciones europeas, ni el ultrasubvencionado mundo de “la Cultura” o de los Medios de Control Social vayan a ser rescatados…

Todavía quedarán tontos que se crean los desinformativos de La Secta o que, con El País debajo del brazo -ese diario dirigido durante décadas y hasta hace nada por ese sectario mindundi con fondos en paraísos fiscales, que compró plaza en la RAE y que ya era censor cuando jefe de los servicios informativos de la RTVE del Tardofranquismo: Juan Luis Cebrián-, piensen que sólo la chusma desinformada y maleducada puede votar Derecha. Pero sin los habituales Fondos Reservados (del Estado o del mismo Íbex) para seguir sobornando a todo quisque, ¿verdaderamente creen que van a conseguir mantener la tan anhelada “paz social”?

CONCLUSIÓN

“Cuanto todo esto acabe” suena demasiado (mal) a ese “Ahora que ETA ya no mata” que ha proscrito toda verdad y toda dignidad entre nosotros los españoles. Pero aún espero que, pese a todo lo antedicho, algo sea capaz de desenervar definitivamente a este estúpido Pueblo Español que no conoce o no parece querer conocer su auténtico poder, la genuina calidad de una tradición que se remonta a siglos que la mayoría desconoce, y se avergüenza de la misma por lo que desde otras latitudes se ha vertido injusta y mentirosamente sobre nuestros antepasados -a cuyos tobillos el último español que alcanzó en altura fue el general Francisco Franco y con él y siguiendo a su Caudillo nuestros abuelos y bisabuelos, que levantaron la Nación desde el punto más bajo en que se hallaba desde tiempos de la invasión napoleónica-.

Hará falta más humildad de aquí en adelante, desde luego; la suficiente como para hacernos merecedores de una Historia de la que todavía somos deudores, no acreedores. Para ello hará falta conocer nuestra propia Historia, reconocer lo bueno y lo malo del pasado y avanzar en consecuencia con esa carga y ese legado a cuestas: uno de los más grandes de la Humanidad.

Ojalá este bichito microscópico fuera capaz de obrar semejante milagro; lo daría entonces por bienvenido. Pero cuando uno ve tanto miedo repartido por igual entre cuarentañeros y octogenarios, hombres y mujeres que en su mayoría y desde hace casi un siglo no han tenido arrestos para expresar sus ideas y vivir su vida como deseaban -según dicen ahora tantos antifranquistas retrospectivos- , me temo que nada cambiará.