El PP es el que más ha blanqueado al PSOE

…después de casi década y media de corrupción ininterrumpida -despilfarro de nuevos ricos y saqueo al por mayor de las cuentas públicas-, cuando el crimen de Estado se instaló en la cúpula del Poder (GAL) y, pese a todo ello, el presidente Aznar que ganó las elecciones con la promesa de la “regeneración democrática” decidió “pasar página” del Felipismo.

Cierto que ya por entonces se podía sospechar que “felipismo” o “felipato” no eran sino otros nombres del Saqueo Institucional coronado por el jefe del Estado, primer comisionista del Reino y máximo responsable del marco generalizado de impunidad en que comenzaron a actuar desde principios de los 80 partidos como PSOE, CiU o PNV.

Hasta tal punto, que lo que se presumía como alternativa a este régimen de corrupción debió parecerles una amenaza tan directa que hubo que desactivarla por las bravas -y si llega a hacer falta, hunden otro Prestige-. Pues a la muerte de Franco, los que estaban en el machito, más los arribistas de la hora, decidieron emplear toda su energía en hacerse inmensamente ricos.

De telón de fondo, o más bien de telón que tapaba todo lo demás, siempre estuvo la ETA con su insidioso terrorismo, cuando en rigor como banda criminal no debía haber sobrevivido al Franquismo y, como movimiento, jamás debió haber gozado de semejante prestigio mediático, repercusión social y relevancia política.

Pero después de cuatro décadas de mentiras sobre éste y otros asuntos, resulta que todo tiene que ver con el reparto de la tarta, que los socialistas y las bandas, facciones y resto de partidas que componen el panorama político actual en la Izquierda creen francamente que es una tarta mágica, pues se divide en cinco o seis partes y hay nueve o diez que reciben un pedazo similar.

Algún día se enterarán los españoles de cómo funciona exactamente El Reparto, y conocerán tal vez entonces las consecuencias de semejante engaño; ello, si no se los ha llevado por delante la esperable quiebra del mal llamado “Estado del Bienestar”. Pues no es necesario ser un sesudo economista para comprobar hasta qué punto el Socialismo nos empobrece día a día.

Los gobiernos de Aznar querían hacerlo bien, seguro; pero se limitaron a parchear los enormes agujeros de la Administración por los que llevan 40 años manando millones de euros en formato coima, mordida, peaje, “pellón” o fondos reservados. Una sangría con su efecto correlativo en desindustrialización, falta de formación, paro y peores servicios públicos.

Mas si ya resulta lamentable que un país como España, que debiera figurar entre las diez primeras potencias del mundo, padezca semejante situación de atraso por culpa de unas élites tan mediocres como mezquinas, lo peor es que ni siquiera cunde en éstas un mínimo espíritu de patriotismo, lo que viene a significar que les da igual vender a plazos la Nación y el territorio.

De lo primero es representativo un Mariano Rajoy que decidió, un tanto a la manera aznarista, hacer “tabula rasa” de los años perversos del Zapaterismo para entregarse, puro en ristre, a la cómoda gestión del Poder, pensando en que las cosas se suceden y solucionan por sí mismas; hasta que fue desalojado fraudulentamente y a traición de La Moncloa.

De lo segundo son máximos responsables los que, viniendo en conjunto del anterior régimen, decidieron representar en el presente una especie de rol neofeudalista, acarlistado, aunque siempre de carácter más hostil hacia la Derecha española que hacia la Izquierda, aliada en el diseño de la nueva división del Poder.

Hoy la Casta de los dirigentes políticos, mediáticos y empresariales más importantes del país es más traidora si cabe que la de la España que fue invadida por Napoleón. Porque nada importa a los miembros de esta chusma de altos vuelos que no sea incrementar su patrimonio, aunque a veces parezca que se ofenden incluso si se les recuerda que no tienen honor, ni verdad, ni futuro.   

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Sin entusiasmo no hay afición

…y cada año que pasa resulta más difícil creer que el PP pueda ser considerado algo así como una alternativa al régimen que el PSOE desea imponer a todos los españoles desde el primer día que se fundó. Lo del reparto de los jueces no es noticia, como tampoco el de los medios o el de los consejos de administración de las grandes empresas públicas y privadas, pero es que tampoco es nuevo el entreguismo del PP a los postulados, al marco mental, del PSOE de ahora y del PSOE de siempre.

Es cierto también que “el signo de los tiempos” parece ser el de la burda socialdemocracia que rige los destinos de la UE, al borde de la desintegración, con su inabarcable hipocresía de inmensamente ricos estipulando una y mil regulaciones para hacernos a todos más pobres, a lo que llaman progreso y pintan de verde, de morado y rosa y arcoíris, cuando no son capaces de defender las fronteras ante la masiva inmigración ilegal ni de hacerse respetar ante los acostumbrados matones internacionales que la promueven. ¿Este es el modelo del PP?

De la Educación a la Economía, de la Administración de Justicia al Sistema de Protección Social, nuestros socialistas siempre escogerán el peor modelo, de modo que después de confundirlo y arruinarlo todo se erigirán empero como los salvadores de la situación, “los hombres del nuevo tiempo” nacido de las ruinas del anterior, el que era nuestro por derecho. Ahora que se celebran 40 años de Socialismo rampante, que ha conducido a los españoles a uno de los puntos más críticos de su historia, ya no se quiere recordar ni lo que pasó en 2017 ni en 2004.

Atrapados por la plenitud de la mentira ideológica en la que transcurre la vida política española desde hace lustros, resulta que la Historia de España de la que nos salvó Felipe y su cuadrilla de cuatreros se reduce a dos días: el 18 de julio de 1936 y el 23 de febrero de 1981. Acabáramos. Luego resulta que los dos abuelos de Zapatero lucharon con el bando nacional y que González era el vicepresidente en el “gobierno de concentración” de Armada y el señor X de los GAL, pero qué más da. A fin de cuentas, Sánchez ha vendido el Sáhara de saldo, ¿y qué?

Quiero decir que Feijóo va a tener que elevar algo el tono de la crítica a este estado de cosas, no menos que el tímido Santiago Abascal cuyos misteriosos silenciosos no hacen al caso como los de Quintero el Loco, que en paz descanse. Aunque ya sabía Hamlet que, rodeado de traidores por todas partes, hacerse el loco podía ser el único medio de salvar la vida y, con ella, la posibilidad de su proyectada venganza. A toda esta gente le falta un poco de arte, me da a mí.

La cuestión con el PP vasco

…es que va ya para 15 años que Rajoy decidió traicionar a sus bases sumándose descaradamente al “proceso de paz” emprendido por Zapatero con la ETA -algo que se les pasa habitualmente por alto a Teresa Jiménez-Becerril y Mari Mar Blanco, plañideras-coartada del PP para que parezca que defiende a las víctimas del terrorismo y “lucha” contra la ETA-.

Ahora que Iturgaiz preside el PP vasco, y con motivo de la nueva agresión a su propio hijo, me da por recordar que el primer sustituto de María San Gil -símbolo local e incluso nacional de la política antiterrorista de Aznar-Mayor Oreja-, un tal Antonio Basagoiti, decidió marcharse al extranjero harto de las agresiones e insultos que recibían tanto él como sus familiares.

Toda una denuncia de la mentira más gorda del “proceso” que habla de “derrota de ETA” cuando sus víctimas no han podido recuperar la tranquilidad, ni mucho menos la calle, porque se mantiene el acoso euskonazi que, para más escarnio, juega ambiguamente en varias ligas, como acostumbra, y bajo numerosas siglas distintas: Ernai o GKS, cuestión de grado… de momento.

Pero es que Basagoiti, con los Alonso y Oyarzábal, Maroto y Sémper y otros mindundis del “nuevo tiempo” que decían se abría ante los vascos “ahora que ETA ya no mata”, se mostraba convencido de que había llegado la hora de “hacer política”, algo que por lo visto no hacían antes, pese al persistente terrorismo en su contra, los esforzados cargos populares liderados por Iturgaiz y luego por San Gil.

Hasta celebraron encantados que la oficialidad local -del PNV y la propia ETA a la SER y los diarios de Vocento que tanto colaboraron en la imposición de la mentira del “proceso”- reconociera la existencia de “las cuatro familias” políticas vascas: PNV, PSE, ETA-Bildu y PP. Luego se produjo la inexplicable irrupción de Podemos en unas Generales y el PP pasó a ser de nuevo el bastardo al que cualquier día echan de casa.

En realidad, no conviene al relato de la mentira oficial de PNV-PSE sobre los apaños con la ETA que la desaparición del PP se produzca, no tanto porque el hueco (ahora estrechísimo) podría venir a cubrirlo Vox -¿ya tiene Vox un discurso o un relato o un mero eslogan sobre “Euskadi” o el mismo “proceso”?-, sino porque en un determinado momento les puede servir de marca B a los JELtzales.

De hecho, ante la tesitura de una entente Bildu-PSE para arrebatarle el Poder, el PNV no renunciará a la muleta que un PP “moderado” por Feijóo podría ofrecerle para “mantener la estabilidad” y evitar un gobierno vasco dirigido por “los herederos” de la ETA, cosa que hasta Iturgaiz podría intentar tragarse, so pena de volver a quedarse fuera del cotarro otra vez.

FEIJÓO, COLÓCANOS A TODOS

Para el caso, todo este tinglado euskadiano montado por el régimen abertzale desde hace cuatro décadas es la auténtica herencia de la ETA, que nadie se atreve a cuestionar radicalmente porque además parece que todo lo consagra la presunta Constitución Española. Pero los de Bildu no heredan nada, pues junto con los asesinos contribuyeron decisivamente a crear, mantener y difundir su legado.

Con Feijóo más preocupado por la grave crisis económica y el permanente desafío separatista en Cataluña, y tratándose de quien ha descubierto con éxito el método de compra de voluntades a través de la política lingüística, podremos ver en un par de años como sí que Urkullu y él se llevan a partir un piñón. Y aquí paz, mucha paz, y después gloria y festejos a los “gudaris” de la ETA.  

Feijóo, efectivamente, vendrá cada par de meses a “visitar una empresa importante” de Guipúzcoa o Vizcaya, como adelanta la secretaria general del PP vasco en una entrevista de este lunes en el DV; porque, ya se sabe, “la economía lo es todo”, que dijo el referente de toda esta tropa, el simpar bufón Rajoy, uno de los peores traidores a España y a la democracia de lo que va de siglo.

Hace tiempo que ya no es un secreto

…que el PSOE de Felipe González fue una creación de la CIA junto con los sindicatos alemanes y la “extrema derecha” del mismo país para acabar con la hegemonía del PCE de Santiago Carrillo, como tampoco es secreto que fue el Gobierno de aquél el que organizó los GAL, o que éste fue el peor criminal de guerra, junto a Lluis Companys, de la Guerra Civil del 36.

Como tampoco es un secreto que el rey Juan Carlos I fue el principal inductor del golpe de estado del 23-F, que en un nuevo cambiazo de las tornas sirvió para relegitimar al sucesor directo de Franco en la Jefatura del Estado, propiciando de paso el reparto amigable del Poder entre PSOE, CiU y PNV, con los negocios para la Derecha pastueña o pastoreable.

Pero llegó Zapatero al Poder, mediante la mentira manifiesta sobre sus intenciones, vía masacre terrorista del 11-M, e hizo saltar todos los consensos del Reparto o Saqueo Institucionalizado -recuérdese que Aznar decidió “pasar página” de los crímenes del Felipato (de la corrupción al asesinato)- para relegitimar a la ETA y al Frente Popular frente a la Derecha.

No es un secreto que a través del “proceso de paz” se estipularon las condiciones para salvar a la organización criminal de su extinción real (sociopolítica, cultural, económica), en aras de tantear incluso la posibilidad de una alternativa al PNV similar a la del tripartito en Cataluña como pretendida alternativa al Pujolismo; total para cambiar la corrupción por una similar o mayor corrupción acompañada de un delirio ideológico, si cabe, superior al de PNV y CiU.

Tampoco debiera parecernos exactamente un secreto que la Constitución, tergiversada a gusto de los nuevos capitostes del PSOE y de su otrora sección del PSC -ahora es el PSOE una sección del PSC-, no pueda considerarse un texto constitucional al uso, sino más bien una carta otorgada; o que no pueda entenderse por democracia aquel sistema donde no existe la separación de poderes más elemental, que es la que se establece entre Ejecutivo y Legislativo.

Por eso padecemos una dictadura de los partidos o Partitocracia, devenidas sus más conspicuas élites en casta parasitaria de todas las instituciones públicas y de gran parte de las privadas, mientras el servilismo de la mayoría de los jueces -el lucro y el falso prestigio “social” es su divisa- rivaliza con el de los periodistas que expiden los carnets de demócrata cuando desconocen sus más elementales pilares.

LO DE LA ETA TAMPOCO ES UN SECRETO

No puede entonces sorprender a nadie que la ETA esté en el ajo con Pedro Sánchez y sus memorias particulares y secretos inconfesables, pues por ejemplo tal vez no conviene ahora que se sepa que son los responsables del atentado contra el Hotel Corona de Aragón, o los más que probables asesinos de “Pertur”, por no hablar de lo que podría derivarse de conocer las informaciones del CNI respecto al 11-M.

La ETA nació en un seminario, cosa bastante conocida aunque nunca se hayan dado los nombres exactos de los instructores ideológicos de los pistoleros; pero lo peor es que, habiendo podido ser liquidada antes de Franco, cumplida su misión de acabar con Carrero Blanco, parte de los servicios secretos del régimen decidieron que su continuidad terrorista podía corresponder a su propia continuidad en los aparatos del Estado.

Lo cuenta un tal “Teo” Uriarte en sus memorias, como que años después alguien como el máximo dirigente del PNV Javier Arzalluz trataba de convencer a los “polimilis” (ETA-pm) de que no lo dejaran, ¡tantos réditos sacaba el recién estrenado régimen abertzale del Terror impuesto a los discrepantes y críticos de su hegemonía! El exterminio público de la Derecha españolista vasca fue el precio a pagar por la aquiescencia jeltzale al nuevo régimen.

Algo que, entre otras cosas, explica bien a las claras el silencio cómplice del PNV ante los desmanes antiterroristas del GAL, como explica su reacción ante el verdadero levantamiento popular contra la ETA y sus cómplices institucionales a consecuencia del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco: el PNV vio en peligro su hegemonía y diseñó el Frente Abertzale de Estella con la ETA para conservar el Poder.

De aquí derivó a su vez la subsiguiente estrategia del Gobierno de Aznar con Mayor Oreja en Interior, que por vez primera en tres décadas trató a la organización criminal únicamente como tal, y no como a ese “agente político” con pretendida licencia para asesinar. Una política traicionada por el PSOE de Zapatero y Rubalcaba desde el primer minuto, y posteriormente abortada –atentados del 11-M mediante, cabe reiterar- y sustituida por el “proceso de paz”.

MEJOR HACER COMO SI NO

No es ningún secreto que el Pueblo español es en su mayoría gente ignorante de estos hechos y de la consecuente degradación del sistema, básicamente porque carece de la más elemental educación política, pero también por la inmensa pereza que le produce la mera noción de “asuntos públicos” o “cuestiones de Estado”. Pero una democracia sin demócratas es un imposible, a lo sumo un mausoleo de leyes y reglamentos que no se han de cumplir jamás.

Y qué duda cabe, porque tampoco es que sea un secreto, que una democracia en la que no existe -no se da, no se permite apenas- la libertad política no es una democracia, sino una dictadura más o menos encubierta. Claro que además podría ser peor con un caudillo del Socialismo rampante y saqueador al frente del Gobierno, o sea: justo lo que tenemos ahora. (Mejor quedarse muy quietos, entonces, y con la mascarilla puesta por si sirviera de algo.)

La noción democrática es contraria al Socialismo

…porque no ofrece una fórmula mágica -ni siquiera científica- para todos y cada uno de los problemas que se le presenten al individuo o a la sociedad (conjunto de individuos) ahora o en el día de mañana. Todo lo contrario: el gobierno democrático responde a la asunción de que la mejor forma de resolver los problemas es a través de la deliberación entre iguales que piensan diferente, a su vez meros representantes de distintos cuerpos, segmentos o grupos dentro de la sociedad.

La democracia establece el conflicto político, frente a las muy urbanas maneras de los déspotas ilustrados del Antiguo Régimen tanto como frente a los consensos totalitarios del Socialismo de los pretendidos “ilustrados” posteriores a la Revolución de 1789 , llámense comunistas, anarquistas, fascistas, socialistas revolucionarios, nazis, socialdemócratas… El Socialismo es el problema porque no tiene la solución a nada: crea primero los problemas y luego impone siempre la misma solución nociva de la dictadura de “los que saben”.

Y por descontado estos sabelotodo no paran en barras a la hora de liquidar a cuerpos enteros de la sociedad para conseguir sus fines, así como no se conoce de sociedad que no haya sido degradada moralmente por las políticas socialistas (que llaman “sociales”) antes de ser arruinada hasta la miseria, mientras del caos se erige la casta de los intelectuales del Partido que no sabrían llevar un colmado ni hacer una declaración de la renta, pero pretenden conocer las ilimitadas condiciones de los mercados con sus propias variables de fijación de precios.

No es menester citar la Corea del Norte regida por el nieto de quien se autoproclamó monarca de una república comunista, ni la Cuba de los Castro (“Patria o Muerte”, que de todas-todas parece un lema fascista) o la Venezuela de Maduro, porque ahí al Sur existe todavía un país conocido como Argentina en el que la única política real que se da es la del expolio sistemático de todas las clases productivas para mantener a la casta narcosocialista de la Cristina Fernández, como otrora a los cientos de miles de arrebatacapas peronistas (luego fascistas).

En España, hasta ahora, derrotada por Franco en 1939 la Revolución organizada por el PSOE desde 1934 contra el legítimo gobierno de la II República, no se había experimentado con tanta saña un nuevo asalto al Poder hasta la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno -vía moción de censura apoyada por los terroristas de la ETA y los golpistas de ERC y demás “catalanistas”-, si bien ya desde el guerracivilismo del presidente Zapatero, ahora testaferro de la dictadura narcosocialista de Venezuela en Europa, se venía preparando el terreno para lo que hay ahora.

Por tanto, parece ocioso reiterar la necesidad no sólo de expulsar a Sánchez del Poder, sino de revertir todas sus políticas y no únicamente en materia económica, amén de profundizar en una liberación genuinamente política de todas aquellas instituciones sometidas al Socialismo de cuarenta años o más a nuestros días, desde la pretendida “protección social” -que a nadie protege a estas alturas, más que a los que la gestionan- hasta los medios de comunicación, la industria cultural, los centros educativos, los sindicatos y las grandes empresas nacionales.

Pues, pese a los diversos mantras que todavía pretende difundir entre nosotros, el modelo socialista no responde más que a la necesidad del Saqueo Institucionalizado, con sus varias persecuciones a discrepantes, generadores de riqueza y disidentes naturales a un sistema basado en la represión de la persona, en coherencia con una visión del mundo y del hombre que atenta contra la lógica, el bienestar real de las sociedades y la propia dignidad humana.

España no soportará un segundo rajoyato

…y lo digo, más o menos convencido, en el doble sentido de que no está dispuesta (la Nación) a hacerlo y además tampoco lo resistiría, dado el contexto de grave crisis cronificada (en lo político no menos que en lo económico) que amenaza con devastar la sociedad de relaciones que es una democracia, justo antes o justo después de haber culminado la liquidación institucional.

Pedro Sánchez es el responsable máximo, por lo tanto el culpable principal de la situación; pero el PP de Rajoy y luego de Casado y ahora de Feijóo no le va a la zaga, precisamente, lo que es tan obvio por sus políticas respecto a Cataluña, Baleares, Valencia, País Vasco, Navarra y Galicia, como en lo referido a sus diversas trapacerías con el PSOE para hacerse con todos los recursos y mecanismos del Poder: de la Justicia a la Prensa, del “diálogo social” con el Íbex al CNI.

En rigor, siempre nos parecerá más pulcro un Gobierno del PP que del PSOE a los que conocemos los datos de corrupción, negligencia criminal y despilfarro de cada cual, pero eso viene a encubrir el problema máximo de nuestra democracia, que es la falta absoluta de representatividad NACIONAL de la misma, cuando el viejo juego del “bipartidismo imperfecto” PSOE-PP -que no estaba llamado a ser tal, desde el momento en que los socialistas con Felipe al frente y Polanco dando por detrás aspiraban a convertirse en el PRI- consiste en simular divisiones antagónicas entre ellos que les impedirían otra opción que gobernar con CiU-PNV, como en los viejos buenos tiempos de los 80 y 90, o con esos tripartitos y hasta heptapartitos “de progreso” que tanto le van al viejo y corrupto y menguante PSOE desde los tiempos del malhadado Zapatero a hoy mismo.

Es hora de que un Gobierno de España sea nacional, al menos, en su proyección y representación, o de lo contrario habrá que asistir a una reorganización total de los territorios en la que según las banderías se estará en zona amiga o enemiga, o en zona franca, o no se estará de ninguna de las maneras por alguna especie de traspapeleo burocrático o maldición bíblica que nos hará perder los más elementales derechos de un día para otro.

Porque la arbitrariedad campa desde la cúpula del Estado, con excepción del Rey -que por ello mismo no está precisamente “a salvo”- hasta el último de los portavoces de los partidos, decididamente convertidos en partidas, que no saben hasta qué punto una palabra suya más allá del tiempo indicado puede hacer arder, en lo sucesivo, algo más que las redes sociales.

Lo presumible, aunque Feijóo no se lo quiera creer, es que Vox se halle cerca o incluso supere al PP en próximas elecciones. Si no quiere el nuevo viejo líder del PP asistir a su vez a la debacle de uno de los dos grandes partidos, mejor haría con atender cuidadosamente, con saber escuchar finamente lo que los españoles que jamás votarán Izquierda (no a ésta, desde luego, del PSOE y Podemos) están esperando desde ya del nuevo Gobierno que sustituya al presente.

La guerra no salvará a Sánchez

…de su más que previsible hundimiento electoral -constatable a lo largo del presente 2022 en algunas elecciones autonómicas- porque no queda claro al español medio qué se le ha perdido a España en el conflicto entre Rusia y Estados Unidos, más allá de servir a los intereses de la Alianza Atlántica de la que forma parte, pero irrelevante, siendo además de los países que menos aportan presupuestariamente en relación a su PIB (como ya denunciara Trump en su día).

Queda no obstante por ver si los partidos españoles desarrollarán, al albur de la situación, una orientación estratégica para el Gobierno que pueda calificarse propiamente de “política exterior”, lo cual es más que dudoso, incluso en el caso de Vox. Básicamente, porque la situación geoestratégica de España demanda la protección de la entrada al Mediterráneo, según el eje Mallorca-Gibraltar-Canarias, como no se cansa de reiterar Pío Moa casi a diario.

En consecuencia, debería alterarse la política respecto a Gibraltar, que es un punto de la Defensa estratégicamente indispensable; como reforzar la seguridad en el Mediterráneo con el control del tráfico ilegal de personas, también hacia las Islas Canarias; y reafirmar la españolidad de Ceuta y Melilla con la debida, si es menester, presencia militar naval y terrestre.

O sea: Gran Bretaña, Marruecos, Francia (por su ascendiente sobre Marruecos y Argelia, y su propio interés) y, en segundo término, USA son los obligados interlocutores de cualquier Gobierno de España que pretenda asegurar la Defensa y Seguridad de la Nación; dicho lo cual cabe referirse al agravio comparativo de que, como miembros de la OTAN, ésta no se comprometa a defender la españolidad de las ciudades autónomas citadas ni de las Canarias.

EL PAÍS DEL “NO A LA GUERRA”

En su día, el presidente Aznar ofreció a la OTAN la sede canaria para albergar una especie de submando atlántico, pero cabe recordar que toda política “atlantista” del Gobierno español quedó arrumbada por el asalto del PSOE de Zapatero a las instituciones después del 11-M de 2004, razón por la cual (para llevarnos de vuelta al “corazón de Europa”) no existe desde entonces “política exterior española” que no sea los siniestros comisionados de los Bono, ZP, Monedero … de Guinea a Bolivia y Venezuela.

Cabe recordar al respecto que antes de Aznar tampoco parecía haber una coherente “política exterior” en los gobiernos del Felipismo, aunque con Solana de secretario general de la OTAN se bombardease Belgrado mientras participábamos con fragatas, aviones y legionarios en lo más crudo de la Guerra de los Balcanes -honor por siempre a nuestros aguerridos defensores de Móstar, que evitaron una más que segura masacre genocida-, como antes en la del Golfo.

Así las cosas, más allá de nuestra “tradicional amistad con los países árabes” -que viene del Franquismo, pero que el Juancarlismo convirtió en muy otra cosa-, la “Alianza de Civilizaciones” ha sido el trampantojo utilizado por el Gobierno -con Z, con Rajoy y con el Doctor- para despistar a los españoles, pues a fin de cuentas tanto España como Turquía forman parte de la OTAN a fecha de hoy, pese a todas las desavenencias con Erdogan y los pujos de éste por lograr una posición intermedia entre Rusia y EEUU.

Vamos, que no tiene tan poca razón ese discursito de manual bolchevique que ahora tienen la oportunidad de esgrimir los podemitas -se les ha olvidado aullar el “¡Fuera bases!”-, porque, ciertamente, España es “el país del No a la Guerra” (y del No a la Muerte, No al Machismo, No al Coronavirus y otras obviedades, también). Sólo que entonces cabría haber recordado a su socio bolivariano los aviones que mandó, sin pedir permiso alguno al Congreso, a bombardear la Libia de Gadafi junto a sus amigos de la hora: Cameron, Sarkozy, Berlusconi…

¿HABRÁ SELFI PRESIDENCIAL EN EL INVIERNO UCRANIO?

Por eso digo que, más allá de las críticas oportunistas de Podemos, que le vienen hasta bien para dar algo de imagen de estadista occidental, Sánchez no podrá salvarse gracias al papel de España -al suyo como presidente del Gobierno-, en una guerra que tampoco ha de dar para imágenes vistosas, como tampoco las han brindado los alrededor de 14.000 muertos que desde 2014 ha sembrado en suelo ucraniano.

Podemos entretenernos, pues -como durante la Gran Guerra de la que permanecimos felizmente al margen-, con las especulaciones de expertos y no tanto que estos días inundan los medios/miedos de comunicación, dando pie a múltiples teorías o meras tesis sobre la resolución del conflicto, sus implicaciones y consecuencias, etc. Entre la casta política nacional y la creciente irrelevancia de los medios patrios, precisamente por su falta de credibilidad en tantos momentos cruciales, han logrado conducirnos a esta situación de “espléndido aislamiento”.

Porque no niego que la guerra, cualquier guerra en este mundo actual que es uno solo, podría generar todo tipo de derivadas para España, aunque mucho más en este caso para la Europa oriental -sobre todo si Putin decide, sin ir más lejos, hacer estallar el polvorín balcánico, seguro de que los serbios se dejarán querer-. Lo que pretendo decir es que, dada la ausencia de política exterior del Gobierno, del Estado mismo, a los españoles nos queda mirar los toros desde la barrera, con barcos o sin ellos.

Y eso es todo, por lo que “El Guapo” apenas podrá lucirse aunque pose en el Falcon “con las gafas de puto amo”, como escribió Gistau de la famosa (y ridícula) imagen “a lo Kennedy”. A fin de cuentas, Sánchez sólo controla omnímodamente las teles españolas, lo que a estas alturas ya viene a ser un consuelo. La guerra (o la no-guerra), para enterarnos de algo, la habremos de seguir los españoles por la BBC o la CNN -como en tantas otras ocasiones, dicho sea de paso-.

We will never forget

…fue el lema con que pareció reaccionar la opinión pública de los Estados Unidos de América a la masacre terrorista del 11 de septiembre de 2001 -cuando empieza este siglo- en Nueva York, y la cuestión a estas alturas de la película (y del siglo) es quiénes y hasta qué punto nos vimos comprendidos en ese “We” que prometía vengar la ofensa y a sus (¿nuestros?) muertos.

Pues más allá de las imágenes terribles de niños árabes -no sólo en las calles de ciudades palestinas- celebrando el horror de los atentados, gran parte de la población mundial quedó (lógicamente) al margen del hecho en sí, pese a las imágenes de televisión, mientras los europeos mostraban más estupor ante los hechos que cualquier otra cosa.

Una parálisis que se tradujo casi de inmediato en reticencia a tomar ninguna decisión que fuera interpretada como sometimiento a la estrategia reactiva de los USA, que nominaron como “Justicia infinita” la operación de invasión del Afganistán de los talibanes que refugiaban a Osama Ben Laden, antes de renombrarla como “Libertad duradera”.

Pero finalmente se fue, con la OTAN de entrada y bajo el mismo paraguas de la ONU que finalmente también cubrió la invasión de Irak, aunque a posteriori -dato que en todo caso decidió pasar por alto ese eximio estadista llamado José Luis Rodríguez Zapatero, que antes de Joe Biden ya perpetraba retiradas ignominiosas dejando tirados a sus aliados-.

Ahora se abandona el campo en Afganistán precisamente a terroristas de todo pelaje, talibanes* o “alcadaínos” o “daeshianos”, que tanto monta, porque lo cierto es que cada facción buscará enseñorearse de un terreno donde dedicarse a lo que efectivamente se dedican como parte constitutiva de su manera de vivir: entrenarse para matar infieles.

Así las cosas, uno esperaría que el pueblo americano (USA) honrara su memoria y su propio juramento a los muertos, a los vivos y a los por nacer -“We will never forget”- para no rebajar un ápice la importancia de lo sucedido, para no ceder al relativismo facilón justificado por una mala conciencia que en ningún caso puede olvidar el crimen, ni siquiera perdonar a los asesinos.

Porque pese a las aspiraciones ilustradas (universalistas) de los europeos -reducidas en nuestros días a esa especie de buenismo informe ecosostenible que no es capaz de resistir una fatua islámica escupida a la cara-, el Islam se difunde por el mundo y no siempre de buenas maneras: desde Arabia se expande hacia África y Asia mediante proselitismo, terrorismo y petrodólares.

Conviene tenerlo presente cuando USA y sus tibios aliados se retiran del frente afgano, puesto que si en veinte años la situación no ha devenido “insostenible” en nuestras propias ciudades europeas se debe básicamente al sacrificio de vidas, tiempo y dinero realizado por esos “yanquis” que tanto son despreciados por estos lares -puede que por sentir, humillados, que nos rebajan como hombres (¡como mujeres también!)-.

A ellos va dedicado este artículo en el aniversario de fecha tan negra, crucial e imprescriptible.

*Nota: “talibanes” es el plural formado en castellano de manera natural y espontánea por todos los que asumimos “talibán” (“los estudiantes”) como singular, en vez de talib, que en todo caso formaría en castellano el plural “talibes” y no “talibán”, que no es desde luego ningún plural en castellano (aunque siempre se den excepciones).

La política de baja estofa

…del Ejecutivo Sánchez obra al fin en su contra, hasta el punto de que pospuesta -más que resuelta- la crisis pandémica no han cesado de aflorar todos esos casos con los que nos entreteníamos en vísperas del confinamiento forzoso: de Villarejo a Delcy y su mafia narcobolivariana, y de los separatistas catalanes que apoyan al Gobierno a la misma ETA.

Así aparece ahora desnudo el Presidente y su consiglieri de ideas redondas, recibiendo los insultos y golpes de los que hasta anteayer callaban, con el inaudito esfuerzo de autodefensa que supone tener que ser apoyados por el ex presidente -y prácticamente ex ciudadano- José Luis Rodríguez Zapatero, ministro plenipotenciario de Venezuela para Asuntos Europeos.

Y ante los propios compañeros de partido, los periodistas caídos del guindo perenne del “constitucionalismo” del PSOE, jueces y empresarios, amas de casa y pensionistas y desempleados y agricultores y pequeños comerciantes, la farsa de este Gobierno simulacro no puede durar mucho más si no fuera por la informe situación de los que se encuentran en frente.

Ahora van de nuevo PP, Vox y Cs a concentrarse en Colón, pero no porque lo hayan concertado como hasta cierto punto sucedió en la anterior cita en Madrid, sino porque los convoca una Unión 78 que de nuevo es el impulso activista de los consabidos Díez y Savater y otros como ellos -esto es: la Izquierda (o el PSOE que pudiere ser algún día) “constitucionalista”-.

Y entonces, ¿ya va a servir para algo? Esto es: ¿saldrá articulada de semejante encuentro una alternativa con una estrategia clara para echar a Sánchez y su camarilla del Poder? Obviamente, se busca relanzar la contestación contra el Ejecutivo que pareció suspenderse después de las dos citas electorales consecutivas de 2019, pero ¿qué se sigue de ello?

Escribí en su momento a cuenta del acto de Colón que las manifestaciones de domingo servían básicamente para exhibir músculo político, como genuina demostración de fuerza y poder político por parte de una oposición en funciones de alternativa al Gobierno; pero bastó la convocatoria de elecciones para que Casado, el primero, y Rivera y Abascal después fuesen única y exclusivamente a lo suyo.

Las consecuencias quedaron patentes apenas medio año después de «la foto de Colón», pero ahora que el papel que puede jugar Cs es nimio, convendría al menos que de esta nueva reunión en la Capital que espero que sea masiva surgiera el “espíritu de concordia” que tanto reivindican los autoproclamados “constitucionalistas” y que el Dr. Sánchez no ha dudado en tergiversar -para variar- y en apropiarse para sus espurios fines.

A fin de cuentas, Savater ya apadrinó en su día la entente Redondo Terreros-Mayor Oreja (precisamente Redondo y Oreja, nada menos), como María San Gil puede ser reivindicada por PP y Vox aunque no haya querido proseguir su carrera en ninguno de ambos, puede que para acabar convocando a un acto el próximo 13 de junio al que debieran ir de la mano Casado y Abascal.