Aburre tanto lo de Cataluña

…que al lector de periódicos le da a estas alturas por pinzar las páginas diarias dedicadas al asunto, donde salen todos esos tipos feos y vulgares -Aragonès o Borràs, Puigdemont o Puigneró, Jordi tal o Jordi para cual, Junqueras et al-, y pasarlas en conjunto para seguir con la realidad de la actualidad diaria en vez de con los disparates artificiosos de los saqueadores separatistas.

La cuestión al cabo es que esta gente que tanto pretende pintar no tiene un chavo propio que gastarse en nada, que malvive financiada por el Gobierno (éste como el anterior) desde la quiebra de la comunidad autónoma catalana en 2012 -con el sinvergüenza Artur(o) Mas al frente de la Generalidad, testaferro de Pujol con herencia también dudosa pero no en Andorra, sino en Liechtenstein-.

Basta por tanto con cortarles el grifo, ¡pero a todos! Pues políticos, jerarcas empresariales -de la Banca a la Edición de libros y prensa, del “mundo de la Cultura” a las asociaciones y plataformas relacionadas con las causas “de género”, ecologistas, antirracistas…-, avisados del ámbito privado (conseguidores) y público (subvenciones) se trate de sindicatos, universidades, autónomos (pocos) y comerciantes (casi ninguno), todos, como digo, viven del Soborno Institucionalizado.

La respuesta a los permanentes desmanes de la clase dirigente de Cataluña y a las decenas de miles de parásitos que financia -dentro y, por cierto, también fuera de la región- no puede consistir en consecuencia más que en la suspensión de la autonomía, el cierre de todos los medios públicos y la liquidación de cualquier tipo de ayuda a los privados, la intervención de los claustros universitarios para su regeneración democrática, etc.

Todo lo contrario a lo que propusieron ante la crisis de 2017 los partidos Ciudadanos y PSOE, con el acongojado PP de Mariano Rajoy en el Gobierno absolutamente paralizado ante los acontecimientos contundentes que deparó la realidad del 1 de octubre, pese a que los hechos más graves sucedieron a principios de septiembre y ni entonces fueron capaces de responder conjunta y rotundamente los tres partidos citados.

No son en cualquier caso futuribles que se me ocurre imaginar aprovechando que es domingo, sino el programa estricto que deberá desarrollar el nuevo Gobierno que suceda al fatídico Dr.Sánchez, puesto que si algo se puede aseverar a estas alturas de la mala película del “proceso” es que NADA HA CAMBIADO desde el golpe de Estado perpetrado por el disfraz de la corrupta CiU (¿JxCat, PDeCAT?), ERC y CUP, formaciones todas ellas que han de ser ilegalizadas.

Uno comprende que a Pablo Casado (PP) se le puede hacer muy cuesta arriba cumplir las proclamas por las que alcanzó el cargo que actualmente ostenta en el PP; como se comprende asimismo que a Santiago Abascal (Vox), un recién llegado a la política actual -más por la bisoñez de muchos de los miembros de su partido que por su propia trayectoria-, le sobrevendría a buen seguro un ataque de “moderación” de verse finalmente en La Moncloa.

Pero los unos por los otros, los hotros por los hunos, lo único cierto es que La Alternativa a Sánchez no podrá, de querer ser vista como dicha “alternativa”, dejar las cosas como están en casi ningún ámbito, y menos que en ninguno en lo que refiere a Cataluña, región española desde hace más de 2.000 años que se ha convertido por el contrario en el mayor semillero de enemigos fanáticos de la Nación por el racismo de unos, la irresponsabilidad culpable y frívola de otros y las cesiones de mera conveniencia por parte de los de más allá (“¡Matrit!”).

Yo creo que ya va siendo hora de que se acabe esto, de que de una vez por todas cambie la situación -a ser posible a mejor, ¡pero que al menos algo cambie!-; porque “lo de Cataluña” ya sólo genera un aburrimiento infinito entre propios y extraños, sumado a la desconfianza, el resentimiento (que no la envidia ya, desde luego) y el creciente desprecio por todo lo catalán. No lo merecen nuestros compatriotas, tan reiteradamente abandonados por el Poder como en la CAV: ojalá así lo entiendan los llamados a liderar el cambio en toda España.

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No penséis en el burrito gris

…de las elecciones pseudodemocráticas en Cataluña -en rigor, un simulacro para saber cómo proceder ulteriormente en otras citas electorales, como las Generales-, pues sea cual sea el resultado el Gobierno Sánchez-Iglesias maniobrará en consecuencia para estabilizar la situación con sus socios, ampliando así la consolidación de un Poder cuya legitimidad de origen es oscura y de ejercicio, nula (con aún debidas consecuencias penales).

En esta tesitura, Ciudadanos apenas tiene voz para condenar las agresiones a Vox -foco actual de la permanente campaña hostil contra todo lo español en Cataluña (y por ende en toda España)-, y el protagonismo de Pablo Casado se revela tan desabrido como incierto, con mensajes secundarios contra Vox que desdibujan el paisaje de la contienda real, y se llevan los primeros planos, mientras sume en la irrelevancia a las propias siglas y sus candidatos, como sucedió también en el País Vasco.

Al cabo, sólo puede haber dos políticos perdedores la noche del 14-F: uno será Junqueras, con toda probabilidad -lo que no quiere decir que no pueda rehacerse paulatinamente mientras resuelve administrar una nueva relación con el PSOE en el Gobierno-, o bien Puigdemont (dudoso); el otro será sin lugar a dudas Casado, por mucho que Cs también se desmorone: hace ya algún tiempo que Inés se mudó a Madrid y es congresista, al par que su marido apunta la “tercera vía” de un catalanismo nuevamente “moderado” para no salir del todo de allí.

Con esos objetivos de una “nueva relación” Madrid-Barcelona -“España-Cataluña”, entienden algunos-, lo que pase el 14-F tampoco parece que vaya a desanimar a la líder de la fuerza más votada en las últimas autonómicas; ya habrá tiempo de volver si vuelve, y quién sabe si para entonces como candidata al mismo Congreso por el PP, o a presidir la Generalidad… Pero, ¿qué espera sacar Casado de estas elecciones en que sólo destaca Ayuso, y ello porque a los buenos ciudadanos les da envidia la situación en que se encuentra Madrid?

Al menos Vox dará por muy bueno cualquier resultado que les brinde escaños para la representación de sus votantes y de todos aquellos catalanes silenciados por razón de lengua, origen u opiniones políticas; una opción por la representatividad de las ideas de Nación y Ley, sobre las de seguridad y orden y prosperidad que tan de lado han sido dejadas por los procesionarios separatistas, cáncer de Cataluña en riesgo cierto de metástasis por toda España.

Porque Vox tiene intereses nacionales, y su discurso es “igual en todas partes” -hasta la fecha-, a falta de una estrategia nítidamente definida para alcanzar el Gobierno (hacerse con el Poder) que su presidente y fundador, Santiago Abascal, suele relegar con inmoderada modestia como accesoria cuando su vocación de servicio a España le impone ante todo defender los derechos y libertades de los ciudadanos en cualquier punto de su país.

Desde luego habrá que esperar al 14-F para ver cómo celebra él los resultados de su partido, sobre todo después de una campaña tan dura y difícil para sus militantes. No habrá sido de balde.