El argumento de que Rusia es víctima

…resulta chocante, cuando se habla del expansionismo de la OTAN -Pío Moa, entre nosotros-, porque basta echar un vistazo al mapa, sobre todo si es esférico, para comprobar que difícilmente puede ser rodeado por la OTAN el país más inmenso del mundo, con multitud de bases navales con salida a los principales océanos del planeta, aun si se diera el caso de bloqueo turco hacia el Mediterráneo y quedara asimismo cerrado el Báltico -¿pero no es acaso Rusia desde siempre, antes de la URSS, la que ha amenazado a las naciones bálticas y a Finlandia?-.

Pues Rusia por el Este tiene acceso al Pacífico por el Ártico y por el Mar del Japón, que no resulta una amenaza para nadie desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Al sureste limita con China -¿acaso es su enemigo declarado?- y al sur con unas repúblicas centroasiáticas en las que se mantiene la esfera de influencia de tiempos soviéticos, como Kazajstán; su acceso al Mediterráneo podría obtenerlo gracias a su alianza de facto con Siria, ¿pero acaso la Turquía de Erdogan le ha supuesto algún tipo de amenaza a Putin hasta la fecha?

Pretender que Ucrania es el agresor por una política gubernamental “antirrusa” es plagiar los argumentos del tirano Putin, que no es que sea presentado así por la “propaganda USA”, es que se ha comportado así desde que llegó al Kremlin, y no en vano los asesinatos perpetrados desde entonces contra periodistas, opositores y activistas de los derechos humanos se han convertido en moneda corriente con la que paga el exKGB a los “traidores” y “vendidos”.

¿Pero vendidos a quién, si puede saberse? Navalni fue envenenado a instancias de Putin, como Skripal o Litvinenko, sólo que aquél no era un espía disidente al que otro camarada le ajustaba las cuentas, sino el líder de un partido político democrático que también promete lo mejor para Rusia, pero no a través de alimentar los peores sentimientos y rencores xenófobos, victimismos de los que se retroalimenta Putin revestido de sus particulares galas zaristo-estalinistas.

HISTORIA A LA CARTA

Porque ha sido Putin el que no ha perdido la oportunidad de conmemorar a la soviética el papel triunfal de una URSS dirigida con puño de hierro por Stalin, porque derrotó finalmente a los nazis, mientras enlaza con naturalidad la epopeya medieval del Rus de Kiev -fundado por vikingos Varegos, ¡luego suecos!- con las grandes gestas antinapoleónicas y la Guerra de Liberación para la que Stalin no dudó en apelar a los nobles sentimientos por la “Madre Rusia”.

Ahora resulta que hay que deslindar ciertos horrores de la Historia reciente, como el Holodomor perpetrado por ese mismo Stalin que glorifica Putin, según la ideología -¡fueron los comunistas, no los rusos!- y no la nacionalidad, pero entonces cabe admitir que los ucranianos “antirrusos” hagan lo mismo pero a la inversa -¡fueron los rusos, no los comunistas!-, aunque les valga también la síntesis: “fueron comunistas, rusos y ucranianos”. Sobre todo frente a Putin.

Porque a fin de cuentas las afinidades sentimentales son claras, cuando los ucranianos tachados de “nazis” quieren entrar en la Unión Europea, y los nazis “internacionalistas” (¡antiglobalización!) de medio mundo quieren liquidarla -y se encuentran a gusto con Putin-, y los “prorrusos” en Ucrania, ya sea por “antinazismo” -“no son antirrusos, son pronazis“- o por nostalgia de los tiempos comunistas, quieren volver al seno de la Gran Madre Soviética.

Que obviamente siempre fue Rusia, la sucesora del anterior Estado zarista, extendido por doquier con el recurso esencial a la Policía política asimismo heredada del antiguo régimen. Sin Rusia, el más terrible Imperialismo que haya conocido la Historia no hubiera sido posible, porque no hubiera existido siquiera la URSS. Desde Rusia se extendió su pestífera esencia por todo el mundo, como un virus, gracias a los adelantos introducidos por Lenin, Trotsky y otros.

RUSIA SE EXPANDE DESDE HACE MIL AÑOS

Pero mientras que a Alemania se le ha cargado el Holocausto de manera inmisericorde -y con muy justas razones- desde hace ocho décadas, a la implosión de la URSS no siguió ningún Núremberg, por lo que no es de extrañar que Rusia, o la sociedad rusa que otorgó el Poder a Putin y ha decidido mantenerlo en él hasta la fecha, decidiera que lo mejor para mirar al futuro era convertir a Rusia en la principal víctima de la URSS, limpia de polvo y paja.

En todo caso, por mucho que haya quienes entiendan/entendamos cierto sentimiento de humillación de una importante parte de los rusos por lo que juzgan una incomprensión algo injusta de la Rusia postsoviética por parte de Occidente, la única política de Putin desde que llegó a la Presidencia en 1999 ha sido la de expandir las zonas de influencia de Rusia, más allá incluso de los límites anteriores a la Gran Guerra.

Primero se ocupó Putin de Chechenia, cuya capital Grozni fue objeto de bombardeos contra la población civil como ahora Kiev y las demás ciudades ucranianas, aparte de la política criminal de guerra que incluía la tortura y la violación de civiles. Luego siguieron Ingushetia y Daguestán, repúblicas caucásicas, antes de la intervención militar rusa en Georgia, todo ello para 2009. ¿De verdad en todo este tiempo la OTAN ha representado una amenaza para Putin?

Y de nuevo, si echamos una mirada al globo, comprobaremos que la política de alianzas de la Rusia de Putin desde 1999 a hoy no ha sido precisamente prooccidental, sino de refuerzo de sus antaño aliados de la hora soviética: de Irán a Siria, de Cuba a Venezuela, con ejercicios militares conjuntos cada tanto con China, que tiene su propio plan de expansión imperialista aunque tal vez, y por culpa de la agresión de Putin, ahora sea a largo, cuando convenga, con paciencia confuciana.

CONCLUSIÓN: PUTIN ES CULPABLE

El régimen de Putin es culpable como agresor de una potencia sin mediar amenaza bélica alguna por parte de ésta, y así ha de ser considerado por la ONU y por el conjunto de las naciones soberanas del mundo. Pero, ¿hasta qué punto es Rusia culpable ahora mismo de los dislates despóticos de su “presidente electo”? Para los que entienden/entendemos que Putin es un tirano, la heroicidad requerida en Rusia para plantarle cara raya en la conducta suicida.

Pero, ¿qué hay de los que piensan que este nuevo Napoleón eslavo viene a la Cruzada por los Eternos Valores Morales de la Familia, la Patria y la Religión? ¿De veras entienden ellos que el pueblo ruso o la sociedad rusa está con la política del caudillo imperialista Putin? ¿De qué entonces la necesidad de reprimir por miles a los propios ciudadanos rusos que se manifiestan por las calles?

¿Qué entienden algunos, exactamente, con lo de que “Rusia es la víctima” o “Rusia está amenazada”, exactamente? ¿Qué Rusia: sus gentes o la imagen de estampita que tienen algunos de las patrias? Y en cuanto a Putin, que no está loco: ¿qué tiene para ofrecer a los rusos si pierde la guerra? Nada. ¿Y si gana? Nada, o muy poco. Luego como la rata, de verse él -no Rusia, sino su tirano- acorralado, es cuando más peligroso se tornará.

El momento es tremendamente delicado, y se trata de algo de lo que se podría hablar durante años -si tuviéramos tanto tiempo-, porque a fin de cuentas es el fin definitivo del Orden nacido de la Alianza de USA y URSS contra Alemania y Japón durante la SGM a lo que nos enfrentamos, y que sólo la Guerra parece capaz de simplificar decisivamente. Ahora bien, si no cabe encontrarle salida a Putin, deberá quedar claro que sí la hay para Rusia. Pese a todo.

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El Fascismo es Socialismo darwinista

…si bien el Socialismo marxista es darwinista en sí, lo que da una idea de lo imbuida que quedó la intelligentsia europea a lo largo del siglo XIX (e incluso después) de las teorías de Charles Darwin sobre el origen y evolución de las especies, ampliamente tergiversadas por unos y otros para dar pie a disparatadas cosmovisiones ideológicas como las de Lenin, Mussolini o Hitler.

Básicamente, la concepción paneslavista de los nihilistas finiseculares entendía que a la vanguardia del pueblo ruso, durante siglos oprimido por el Zar y la Iglesia ortodoxa, debían situarse los intelectuales, artistas y hombres de ciencia, cuyos privilegios sólo eran posibles debido al sacrificio histórico de las clases bajas, especialmente el campesinado por representar a la gran masa servil de la Santa Madre Rusia.

Su darwinismo, por tanto, concebía que un selecto grupo de hombres (y mujeres) avanzados podían y debían sacrificarse, incluso físicamente -a través del terrorismo ciertamente suicida que practicaban contra el Zar y sus próximos-, por mor de redimirse de su culpa y redimir también al ignorante y servil Pueblo de su condena impuesta por el oscurantismo del régimen.

LA SELECCIÓN NATURAL DE LAS NACIONES

Una visión que Lenin despreciará, en un desplazamiento de esta cosmovisión en buena medida romántica a fin de abrazar el “socialismo científico” de Marx, que desde luego el mismo Vladimir Ílich Uliánov se encargaría de adaptar a cada circunstancia de su singular trayectoria vital y moral hasta alcanzar el Poder en la Rusia de los Soviets. El marxismo-leninismo es, por tanto, específicamente un Socialismo darwinista.

Mussolini a su vez aprovecha lo que aprovecha de los bolcheviques: su audacia violenta o su violencia audaz; pero constante, persistente, parte esencial de todo lo que articula la estrategia y permite actuar y hacerse presente y expansivo al movimiento, que nunca se detiene en pos de alcanzar sus objetivos -hoy son fórmulas tan manidas entre los profesionales de la Publicidad (medios, márketing) que no reparamos en su chirriante originalidad fascista: “Vamos a ganar la batalla contra el coronavirus”, por ejemplo, eslogan propio de un Musso-.

Y tiene la teoría de que las Naciones -cada Nación como un todo orgánico pero único- han de luchar o competir entre ellas para demostrar su condición, su superioridad, lo que representa un movimiento natural de la especie humana en pos de allanar el futuro para su propia prole. Queda por tanto excluida la “lucha de clases”, aunque cabría matizarlo en el caso de Mussolini, de vocación socialista, que instaura -y se trata del rasgo más representativo y sintomático del Fascismo, aparte de su desprecio a las instituciones y formas democráticas- el “diálogo social” como forma de solucionar las disputas entre patrones y trabajadores.

Y no le fue mal al caudillo italiano, verdadero padre de la Italia que conocemos, pues gobernó sin mayores traumas durante dos décadas que le brindaron el favor de la opinión pública en general (de Churchill a Miguel Primo de Rivera, pasando por Baroja o Valle-Inclán), en toda Europa, de Izquierda a Derecha… hasta que se dejó arrastrar por Hitler a la Segunda Guerra Mundial en una nefasta decisión producto del rechazo británico a su mediación con propuestas de paz.

EL NAZISMO OSCURECE LA COMPRENSIÓN DEL COMUNISMO

Pese a que Lenin y Hitler pueden (y deberían) ser considerados gemelos morales, cuando en rigor sus similares fines eugenésicos han quedado expresados en multitud de documentos, actos registrados, leyes ad hoc y un sinfín de declaraciones públicas y privadas -muy recomendable al respecto consultar el segundo y tercer volumen de la trilogía Los enemigos del comercio de Antonio Escohotado-, los nazis quedarán siempre estigmatizados por el Mal frente a los comunistas, en gran medida por la victoria inapelable de la URSS en la IIGM, en parte porque se vanagloriaban de la perversidad que como superhombres podían permitirse respecto a sus víctimas.

Pero precisamente por esto el comunismo es más dañino y por tanto más peligroso que el nazismo, a cuyos adeptos se les ve por lo general venir a kilómetros de distancia: porque el Comunismo dice representar el Bien de la comunión fraterna de todos los hombres en esta vida y en este mundo, renunciando de antemano a la Promesa del Paraíso, una vez superada la sociedad clasista y desaparecido el mismo Estado; mientras que los nazis proclaman la inevitabilidad de un Imperio mundial dirigido por los más aptos de “la Raza de los Señores”, que gobernarían a la especie humana con un riguroso manual de jerarquía racista.

Bolcheviques (esto es, leninistas: como nuestro vicepresidente Pablo Iglesias), fascistas mussolinianos (dudosamente Trump, o Abascal) y nazis (los abertzales etarras, sin ir más lejos) comparten esas raíces intelectuales producto de una mala digestión de Darwin, Marx y Nietzsche, para dar al fin con el decantado de lo que hoy día denominamos Totalitarismo.

Sólo que persiste la errónea creencia de que los regímenes totalitarios son producto a su vez del Estado asaltado por los totalitarios cuando, en realidad, se fundan y cimentan en una sociedad ya entregada a la ideología totalitaria que permite fácilmente -porque la legitima- la toma del Poder incluso violenta (nunca democrática) de los defensores del Socialismo darwinista en cualquiera de sus múltiples variantes.

TODO ESPAÑOL ES FACHA

Todo Fascismo es de Izquierda, en cuanto que se trata de otro Socialismo (darwinista) más, que apela al Colectivo (nacional, en su caso) y pretende del Estado que sea la herramienta de “construcción” o proyección de la totalidad social, en liza con los demás estados de las demás naciones. Como comunistas o nazis, los fascistas parten de uno y diversos victimismos para justificar sus demandas iracundas, sus exigencias (universales, eternas) de reparación, su sed de Justicia y prontamente de sangre.

Por supuesto, en España se emplea el método victimista para denigrar a la Derecha o el mero españolismo, a través de la eviterna, omnímoda y omnipresente acusación de “facha” -que según qué provincias es sinónimo estricto de “español”-. Pero la verdad es que son los autodenominados “Antifascistas” los que son nazis, fascistas y/o comunistas; los socialistas darwinistas que aspiran a gobernar como “Vanguardia (intelectual, moral, política, ¡económica!) del oprimido Pueblo” a sus conciudadanos, a los que pretenderán pronto marcar como ganado antes de decidir sobre su suerte.

Ahora tenemos elecciones al parlamento-farsa que sólo existe para justificar a su vez un “gobierno vasco” o “de Euskadi”, cuando cada provincia tiene su propio parlamento con gobierno y hasta Hacienda Foral incluida -lo que cuenta-; un parlamento de 75 miembros a tercio de ellos por provincia, como si esto pudiera ser en cualquier circunstancia tomado por algo remotamente democrático; un parlamento donde lo usual en los últimos años es el Consenso para aprobar los presupuestos -y que el dinero fluya a los acostumbrados beneficiarios del régimen del PNV-.

Y pretenden que la Amenaza se llama Vox, la “Extrema Derecha”, los “herederos del Franquismo” y de aquellos que, según la candidata de la ETA institucionalizada, Maddi Iriarte, “nos arrebataron nuestros derechos como Pueblo” -sintagma que tantas veces pronunció Hitler cuando lo suyo, en distintos grados de histerismo-. Por un momento, al leer sus declaraciones, he pensado que se refería a los navarros que se bajaron a Guipúzcoa y Vizcaya a liberar la Sagrada Tierra Vasca de las hordas rojas del Frente Popular.

CONCLUSIÓN

Pero claro, esto sería tanto como reconocer que los “enemigos del Pueblo” son los bisabuelos y abuelos de todos los abertzales de la hora y de la inmensa mayoría del resto de los vascos… y el Fascismo se sustenta sobra la liquidación de las contradicciones para imponer el retrato del Enemigo contra el que movilizar al Pueblo; así como el Marxismo postula -y ¡cómo se jactan sus seguidores de ello!- “desatar todas las contradicciones” en el Enemigo -como el Fascismo, el Marxismo no conoce adversarios y no toma rehenes-.

De ahí que muchos (en partidos, en medios, en asociaciones, a título particular) ya no puedan condenar las acciones etarras contra representantes elegidos democráticamente por los ciudadanos, caso de los de Vox, puesto que sería tanto como romper solidariamente el “cordón sanitario contra la extrema derecha” que es básicamente la razón de ser (legitimadora) del actual Ejecutivo Divisivo, aunque bastante dividido, de Pedro Sánchez y sus cuates: una banda de fascistas, comunistas y nazis amparados turbiamente a la sombra del marbete “Antifascista”.

La gente normal no sabe que todo es posible

…es probablemente la sentencia más célebre de David Rousset -resistente antinazi francés autor de El universo concentracionario, testimonio de su paso por el campo de Buchenwald-, que de manera errónea se ha utilizado como lema de la exposición en homenaje al político donostiarra Gregorio Ordóñez (asesinado por ETA en 1995) queriendo dar a entender que Goyo demostró a una sociedad aterrorizada que se podía y se debía ser libre para lograr cambiar las cosas.

Pero lo que Rousset pretendía significar con tan breve como firme declaración es que la gente, por lo común, es incapaz de asumir que el Mal existe y cobra forma en sujetos de semejante locura homicida -Lenin o Hitler o Mao, por señalar a los más recientes de entre los peores especímenes de la Humanidad- como para abocar al caos y a la destrucción al entero género humano, un concepto de maldad no incompatible con el que describió la pensadora Hannah Arendt al respecto del gris funcionario Eichmann en La banalidad del mal.

En la actualidad, ante la pavorosa pandemia desatada por el virus SARS-cov2 (causante de la enfermedad denominada Covid19), son variadas las teorías que hablan de una conspiración del Partido Comunista Chino para crear un arma biológica de inmensa letalidad, aunque no parece lógico que la mafia dirigente de aquel país decidiera dispararse en el pie de tal modo, habida cuenta de que lo que más ansía es preservar su poder sobre la población china para continuar el expolio y hacerse inmensamente rica, gozando para ello de la credulidad y la complicidad a partes iguales de buena parte del mundo occidental.

CHINA, EJEMPLO DE LO PEOR

Lo que sí resulta patente es que las primeras denuncias de casos sospechosos por parte de médicos locales fueron silenciadas con amenazas primero y luego con reclusión carcelaria, caso del oftalmólogo Li Wenliang y no menos de ocho colegas suyos, con el pretexto de que resultaban alarmistas y no eran más que rumores infundados. De hecho, Wenliang falleció el pasado 7 de febrero a causa de la Covid19, de la que informó el 30 de diciembre de 2019 al ser liberado. Al día siguiente, China alertaba a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la existencia de este nuevo virus.

En consecuencia, Reporteros sin Fronteras (RSF) no duda en achacar a la censura del régimen comunista la falta de medidas drásticas como la reclusión obligatoria -que ahora tantos aplauden, empezando por la OMS- cuando lo cierto es que RSF alude a un primer posible caso de infección el 17 de noviembre, y sobre todo informa de que para el 20 de diciembre las autoridades chinas ya conocían la existencia de 60 casos identificados como Covid19 en la ciudad de Wuhan, varios de ellos con origen en un mercado de mariscos donde se habría traficado con serpientes o pangolines infectados por murciélagos, sin que ello les condujera a adoptar otras medidas que el ocultamiento de la situación y la censura a los médicos y por ende a los medios.

Más aún, la rápida expansión del virus no impidió el aplazamiento de medidas hasta el 23 de enero del presente 2020, cuando se impuso el aislamiento de la población de Wuhan (cerca de 12 millones), donde se identificó el primer foco de la epidemia, mientras la provincia de Hubei (en torno a los 60 millones) fue aislada el 25 de enero y ya levantó las restricciones el pasado 25 de marzo, mientras en Wuhan lo hicieron este miércoles 8 de abril.

EL CASO DE ITALIA

Dentro de las fronteras de la UE, el primer caso diagnosticado en Italia se remonta al 30 de enero -en Alemania, el primero se detectó el día 27- cuando una pareja de turistas chinos procedentes de Wuhan vía Pekín fueron ingresados en un hospital para infecciosos en Roma. Ese mismo día, la OMS declaraba oficialmente la emergencia internacional por la epidemia de coronavirus, aunque no la calificó como “pandemia” hasta el 11 de marzo. El 31 de enero el Gobierno italiano declaraba el estado de alarma sanitaria siguiendo a la OMS.

No obstante, las autoridades italianas no decretaron el aislamiento de la entera región de Lombardía (10 millones de población) y otras 14 provincias (en total, unos 16 millones de personas) hasta el domingo 8 de marzo, si bien la norma no entró en vigor hasta horas después de ser anunciada, lo que originó miles de desplazamientos de salida de las zonas afectadas antes de proceder al cierre de la zona. Para el 10 de marzo, Italia declaraba la cuarentena nacional con el parón de todos los servicios no esenciales, aunque desde el día 4 de marzo los colegios estaban cerrados en todo el país.

SINGAPUR, EJEMPLO DE LO MEJOR

A día de hoy, la pandemia de coronavirus ha dejado solamente 6 muertos, de cerca de 1.000 contagiados, en la ciudad-Estado de Singapur (6 millones de habitantes, la mayoría chinos pero con minorías malayas, indonesias e indias), debido a la prontitud con que reaccionaron sus autoridades y a la transparencia con la que se ha informado a los ciudadanos de la emergencia de esta nueva amenaza sanitaria.

Sus métodos han sido seguidos en otros países que han limitado con éxito la expansión epidémica, caso de Corea del Sur -que alcanzó los cerca de 9.000 contagiados, con 111 fallecidos- mediante la masividad del testeo a la población y la trazabilidad de los contagios a través de las nuevas tecnologías (sistemas de geolocalización en dispositivos móviles, básicamente). En ninguno de estos dos países, a diferencia de lo sucedido en España o Italia, se ha optado por encerrar a la población en sus casas, sino por aislar aquellos focos detectados de infección.

LA IDEOLOGÍA MATA MÁS QUE EL SARS-COV2

En España, donde el Gobierno PSOE-Podemos se cerró en banda a adoptar cualquier tipo de medida antes de declarar el estado de alarma el 14 de marzo, a rebufo de la decisión de hacer lo propio por parte del Gobierno de Portugal un día antes y cuando ya la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso había decretado el cierre de los colegios el lunes 9 de marzo, se conocía la amenaza por las cinco alertas emitidas por la OMS desde principios de año.

Aún más, sabemos ahora que desde enero las FSE reclamaron al Gobierno medidas de autoprotección como guantes y mascarillas, sin recibir otra cosa que la callada por respuesta. De hecho, ya el 2 y el 3 de marzo se produjeron cancelaciones de congresos médicos en distintas partes del país, aunque el Ejecutivo de Pedro Sánchez, volcado únicamente en la campaña de destrucción de la oposición, no lo hizo público y continuó alentando la participación en las movilizaciones masivas del 8 de marzo en Madrid y otros puntos de España.

A su sectario servicio, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, se encargó básicamente de rebajar toda alarma aduciendo que él ni siquiera impediría a su propio hijo acudir a la manifestación, cuando hoy es el día en que no sabemos si finalmente asistió a alguna de ellas o se quedó en casa por consejo personal y en privado de su padre.

¡ILLA, ILLA, ILLA… DANOS MASCARILLAS!

Todo es mentira y negligencia criminal en el Gobierno Sánchez-Iglesias, con su vicepresidenta Calvo y su vicepresidente Pablo Iglesias implicados, con su ministro de Sanidad Salvador Illa denunciado por el SATSE (Sindicato de Enfermería) ante la OMS por la muerte de 14 sanitarios, con el mismo ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska denunciado por “homicidio imprudente” por los sindicatos de Policía y Guardia Civil, a los que a fecha de hoy obliga todavía a trabajar sin la más mínima protección, mientras se ha producido además el fallecimiento de varios farmacéuticos y empleados de residencias para ancianos, por lo que el Ejecutivo ha decidido emprender una huida hacia delante que puede terminar por el camino con la destrucción del tejido productivo español, la quiebra del Estado y millones de parados en la ya de por sí maltrecha economía española.

Ante semejante panorama penal, Sánchez se aferra al Poder mientras engrasa con hasta 15 millones de euros la maquinaria propagandística del duopolio de Berlusconi y Planeta (T5-Cuatro y A3-La Sexta), utiliza la RTVE pagada por los contribuyentes para cargar contra partidos y medios de oposición, amenaza a funcionarios públicos y asociaciones de empresarios, y pretende encima que su liderazgo ha salvado la situación antes y mejor que en cualquier otro país de la UE, contra la que también carga por no ceder a sus pretensiones de que todas sus graves responsabilidades le sean pignoradas mediante el uso indiscriminado de los llamados “coronabonos”.

PABLO IGLESIAS, APRENDIZ DE LENIN

En esta tesitura, donde dejar el Gobierno resultaría en proceso judicial y condena a prisión, el vicepresidente Pablo Iglesias -adorador y presunto aprendiz de Lenin (personaje no menos infame y homicida que Hitler, aunque la inmensa mayoría del planeta parezca ignorarlo, pero del que el nazi lo aprendió prácticamente todo)- se ha propuesto mantener una especie de Estado de Excepción permanente, una auténtica dictadura policial unipersonal, como único medio para garantizarse sus prebendas, sus privilegios de casta, su omnímodo poder.

Por ello, se presenta a sí mismo como un redentor de los desfavorecidos, proveedor de “ayudas sociales” y garantía de “rentas mínimas” y otros ardides que ocultan su voluntad última de liquidar el sistema democrático y capitalista para hacer a todos los españoles dependientes de su siniestra magnanimidad de cartilla de racionamiento: exactamente igual que el Madurato chavista en Venezuela, al que asesoró durante años junto a sus infames camaradas Monedero y Errejón.

CASADO Y ARRIMADAS DECEPCIONAN UNA VEZ MÁS

Ante esta crítica situación, PP y Cs continúan con una denuncia tibia y mendaz, desdicha por sus actos de apoyo ciego a un Gobierno que no sabe lo que se trae entre manos ni para enderezar la economía ni para lograr parar los estragos de la pandemia, pero que tiene al menos claro quiénes son sus “enemigos” -así considerados por Sánchez y sus Lastras y Calvas y Monteras desde antes incluso de la tan manoseada “foto de Colón”-.

Cs tiene menos remedio aún que futuro, pero Casado debería dimitir ya porque ha demostrado no ser más que otra de esas criaturillas del laboratorio centrista de los Rajoys y Arriolas y Sorayas que han logrado acabar con toda vida inteligente en el PP y con cualquier atisbo de coraje en sus filas.

Así las cosas en estos dos partidos de la oposición, una vez más Vox se queda solo en su reivindicación de transparencia y diligencia por parte del Gobierno, si bien no parece hacerse cargo del todo de la máxima gravedad de la situación, porque de lo contrario ni siquiera acudiría al Congreso a exigir responsabilidades a quienes han decidido proclamarse excepcionales y se consideran en consecuencia exceptuados de rendir cuentas.

EL REY PUEDE Y DEBE ASUMIR PLENOS PODERES

Pues el de este Sánchez-Iglesias no es un poder democrático sino despótico, el Rey en su función arbitral y de moderación de las instituciones, como jefe del Estado y jefe de los Ejércitos, debiera proceder a su disolución y a la constitución de un Gobierno de concentración nacional presidido por la ministra de Defensa Margarita Robles con miembros del PP, Vox y Cs.

De lo contrario, perderá la Corona por no atreverse a violentar la Constitución -cuando la Ley del 78 hace años que se convirtió en papel mojado por culpa del PSOE y sus innúmeros pactos inconfesables con los enemigos de España y de la democracia (de la ETA a Podemos, del PNV a ERC y PdCat)- y será el fin de nuestras libertades tanto como el de la propia Soberanía Nacional.

Es la hora de los valientes, de los liderazgos con ideas, coraje y convicción. Pero, desgraciadamente, cabe constatar como ante el horror soviético o el nazi que “la gente normal no sabe que todo es posible”; o no, al menos, hasta que es demasiado tarde y entonces, por supuesto, no cabe ya la más mínima resistencia u oposición a los designios de los caudillos totalitarios.