Entre el 8 y el 11 de marzo

…se decantan los hechos de imprevisibles consecuencias, posiblemente más a largo que a corto plazo, que las pasadas elecciones catalanas del 14 de febrero no han hecho más que poner sobre el tablero: Cs es un partido zombi, que a derecha y/o a izquierda busca apoyo y orientación para su existencia; la estrategia de dominio de Sánchez (Producciones Redondo) no cuenta más que con un PP jibarizado y un Vox cada vez más fuerte; Casado no se entera de nada.

Pero Isabel Díaz Ayuso, único personaje relevante que le queda al PP con permiso del alcalde Almeida a nivel nacional -Feijóo, a fuerza de galle(gue)ar, a veces parece nomás un Revilla-, ha debido ver muy claro que la jugada ensayada en Murcia (con incierto resultado, ojo) apuntaba más bien a su jaque mate, con el beneplácito de Arrimadas y Casados -pues no en vano ambas “primeras figuras” de Cs y PP respectivamente se ven de continuo rebajados por la presencia emergente o la emergencia en presente continuo que representa la presidente de Madrid-.

Ahora que “El Guapo” Dr.Sánchez no tiene cosa mejor que hacer hasta pasada la Semana Santa, su Goebbels de Donosti le ha de preparar juegos circenses y fuegos de artificio en la suficiente cuantía como para conducir al personal surfeando la “cuarta ola” de la Covid19 desde hoy hasta lo más profundo de julio -total, las Cortes seguirán sin actividad permanente-, cuando sus señorías, entre bostezos, marcharán a sus vacaciones pagadas con la vista puesta en septiembre.

Entonces comenzará la precampaña, con los despojos de Podemos y de Cs y del propio PP acudiendo a la cita electoral sin programa, ni actitud ni posición respecto a nada ni a nadie -Gobierno o Pueblo, electorado o Poder, España o  “la demanda social”-, frente a un Sánchez crecido ante la adversidad, como acostumbra, y empujado por la mejora de casi todos los indicadores -porque peor que ahora no los puede tener-, de manera casi idéntica que Abascal y Vox (aunque por motivos diametralmente opuestos).

Nuevas perspectivas de cambio, que sin duda serán bien recibidas por el común porque esclarecerán en buena medida el oscuro panorama político actual -con esa multitud de siglas minoritarias que no acaban de encontrar acomodo o sentido en la dimensión nacional-; pero que arrojarán probablemente una incertidumbre mayor de aquí a medio plazo, al menos en el interior de un PP ya abiertamente dividido entre la consolidación de un poder regional mínimo o la apuesta por un proyecto nacional.

PSOE y Vox, a su manera, tienen una “idea de España”, cosa de la que el Podemos de Pablo Iglesias o el Cs de Rivera, primero, y Arrimadas, después, han carecido siempre: ahí están los resultados de Cataluña. Pero en el PP, como acostumbran, siguen sin enterarse -menos Isabel Díaz Ayuso, claro; por descontado-.

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A Sánchez lo puso ETA en el Poder

…a través del apoyo a su fraudulenta moción de censura contra Rajoy, de la que lo más pérfido y notorio (por lo extraño) no es la morcilla introducida por el juez De Prada -acólito de Garzón, ex juez multiprevaricador y actual abogado de los testaferros de Maduro, o sea del Narco- acusando al entonces presidente de “falta de credibilidad”, sino el respaldo cerrado del partido de la ETA o de la misma ERC.

Un apoyo abortado en primera instancia por ERC (con ocasión de la aprobación de los PGE), a manera de simulacro, antes del definitivo abrazo Sánchez-Iglesias después de los resultados electorales del 10-N de 2019; pero que se mantiene en la actualidad por cuenta del vicepresidente segundo Pablo Iglesias, además de por las múltiples vías establecidas por los socialistas con los etarras en tiempos del “proceso de paz”, muchas de ellas por supuesto favorecidas desde las instancias controladas por el PNV.

Precisamente son estos vínculos, a medias secretos y a medias desvelados a la opinión pública -para que en ningún caso se pierda de vista cuál es el marco del consenso esencial que procura la entente PSOE-Podemos-, los que debieran ser puestos en conocimiento de las autoridades europeas; y no sólo para restringir en lo posible la discrecionalidad de los fondos UE a cargo del Gobierno, cuestionada por el propio Consejo de Estado, sino por lo que revelan del mismo.

Pues Sánchez como presidente se mantiene sin rechazar el apoyo de quienes no condenan el terrorismo etarra, o el de quienes siguen en el golpismo separatista, o el de los que jalean a regímenes represivos como los de Cuba o Venezuela: prácticamente no parece ni de lejos un gobernante europeo, occidental, aunque “El Guapo” se considere a sí mismo un “estadista” por encima de “presidentes de gobierno” como los que dirigen las CCAA, los más de ellos unos genuinos mindundis.

Y en esta especie de ficción creada a mayor gloria del Presidente por el vendedor de burras Iván Redondo no falta siquiera el poli malo y corrupto -¡el tuerto Villarejo, que ahora dice que va a cantar!-, ni el viejo y cansado y regio villano -«El Emérito»- con sus conspiraciones para retornar al hogar usurpado, ni el malévolo Lenin -«El Coletas»- al acecho. Lo malo es que ni él sabe cómo acabará la película, dados los giros cada vez más perversos que ha decidido imprimir al guión.

Si en farsa, será de nuevo Sánchez presidente con un programa a la derecha del PP (y puede que con sus votos); si en tragedia, aunque ya sólo parezca quedar un héroe trágico en España -tal es el caso del rey Felipe VI-, puede que los españoles todavía hayamos de pagar con sangre nuestra tibia conformidad con todos los desmanes, todas las corrupciones, todas las humillaciones e injurias a nuestros compatriotas caídos y a nuestra propia inteligencia.

Entre errores y terrores

…transcurrió el pleno de moción de censura de Vox contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez -el único que parecía distraído durante las dos jornadas, como si la cosa no fuera con él-, que al cabo “sólo” deparó un frustrado intento por parte del PP de volar todos los puentes… con Vox, que le sostiene en los gobiernos de Madrid, Andalucía y Murcia sin los cuales Pablo Casado ya hubiera marchado a UEropa hace tiempo.

Al respecto, y ya que no parece convencerle el CV de su ex compañero (y ya ex amigo) Santiago Abascal, cabría preguntarle acerca de su propia formación más allá de ese presunto fraude en el Máster -y, ¿ qué Máster no es un fraude en sí cuando sólo sirve para engalanar el CV de un cachorro de la casta política?: exactamente acerca de las relaciones que le habrían franqueado las puertas giratorias a la empresa privada al que jamás trabajó fuera del PP.

Luego resulta que Casado lanza denuestos contra el discurso de la identidad de Vox -que, si es de Vox, es poco menos que “discurso del Odio”, lo que no rige por lo visto para juzgar los discursos de Podemos, PNV o ERC-, pero es que el suyo no deja de ser un nítido discurso corporativista, así que es poco creíble cuando asevera que su patria no es el PP sino España -hasta salivaba rajoyanamente en algunos apartes de su soflama-. A Pablo Casado sólo le importa el PP… de Pablo Casado.

Uno puede comprender las discrepancias y el tono más agrio, pero Casado se transfiguró este jueves en un pérfido acólito de esa comodidad intelectual conocida como “equidistancia”, que recuerda a la posición habitual del PNV (desde Zapatero asimismo la del PSOE) “entre ETA y el PP”, que supongo que hace no tanto laceraba por igual a Casado que a Abascal, pues que hasta ahora daba la impresión de que estaban en el mismo bando.

Pero es que el PP fue liquidado en el congreso de Valencia de 2008 por la corrupta camarilla de un Rajoy demediado después de perder dos veces contra el “bobo de solemnidad” José Luis Rodríguez Zapatero -tan mentiroso como Sánchez, pero mucho menos bruto-, con el objeto de consolidarse en el nuevo “régimen del 11-M” que pasaba por aceptar el negociado con los terroristas (“proceso de paz”) y su derivada catalana con una autonomía a la carta. “Quiero hacer de CiU y PNV mis socios fiables”, decía ya con mayoría absoluta el impresentable del Arahy.

Así que puede que Casado fuera el jueves el que siempre fue -ahora con el pelo de malote aparte de la barba- y que durante todo este tiempo se haya limitado a representar el papel que él mismo consideraba que su votante medio demandaba, teniendo que entonces se lo disputaban tanto Cs como Vox. Neutralizada la competencia de los naranjas -sin duda por la instrumentación de Cayetana y su “España Suma”, que dejó a Rivera descolocado-, ahora puede marcar distancias con Vox, pero ¿cree que su acritud le ayudará a recuperar votantes?

FUERA PARTIDOS DEL ESTADO

Lamentablemente, pese a todos los guasones de la Prensa “liberal” que se han quedado sin Cs (ese partido tan moderno y pulcro), si en el PP piensan que volverán al Gobierno por el supuesto “pragmatismo” del votante de la Derecha -que preferiría que ganaran los suyos a consolidar un discurso de fiera oposición al hegemónico en nuestros días- igual se encuentran con que todavía algunos recuerdan que eso (y sólo eso) fue lo que condujo a Rajoy a su inmensa mayoría absoluta.

Como, efectivamente, según llegó al Poder hizo todo lo contrario de lo que hasta entonces defendía el PP, ¿pará que va a preferir nadie que gobierne la Derecha si luego se dedica a prolongar y ahondar en las ideas y regulaciones falsamente progresistas de la Izquierda y sus aliados separatistas y antidemocráticos?

Para eso es mejor que gobierne siempre la Izquierda: provoca menos confusión y mucha menos indignación entre los que quisieran una auténtica democracia liberal y no este simulacro de facciones ideológicas, oligarquías mediático-financieras y proveedores de subsidios masivos para la adicción y la dependencia.

Con el Estado prácticamente en default, vamos a ver de todos modos una curiosa evolución en este patriotismo de partido que distingue básicamente a los miembros de PSOE y PP. Que no digan cuando lleguen “los hombres de negro” que lo que más les importa es España -para lucrarse, debe de ser- cuando sólo fungen de “fuerzas de Estado” para blindarse judicialmente.

Al menos, Vox propone erradicar la financiación pública de partidos y sindicatos.

Si este Gobierno no merece censura

…es que las tragaderas de la opinión pública española se han agigantado después de haberse visto obligada a engullir decenas de miles de muertos por la Covid-19 (y los que quedan), pero como millones de ciudadanos esperan ver en el banquillo a los máximos responsables del Ejecutivo Sánchez parece que los que siguen sin enterarse de nada son los señoritingos del PP -especie a extinguir-.

Resulta hasta patético que el presunto líder del PP Pablo Casado diga que la moción de censura de Vox no sirve para nada y no le interesa a nadie, cuando el español medio no quiere otra cosa que un cambio drástico en este estado de cosas que (sobre la corrupción y el envilecimiento de lo público) nos depara la ruina económica, el enfrentamiento civil y el agravamiento de la ya de por sí grave situación sanitaria a causa de la pandemia.

Y como siempre resulta lo mismo con el PP -no se sabe bien si la moderación es cobardía disfrazada de interés o es que el cobarde interés se disfraza de moderación (pero de aquí no salen)-, lo suyo es que Santiago Abascal avance con todo en su objetivo final por cambiar las cosas, puesto que los que volaron todos los puentes son los socialistas de Sánchez con el resto de sus antidemocráticos aliados.

Son los medios de comunicación asentados los que demandan “moderación” al PP, dado que estiman que “moderado” (informativamente hablando) es lo único que los ciudadanos pueden consumir y digerir en asuntos políticos, entendiendo por tal el pensamiento único falsamente progresista que abastece a cada cual de derechos a la carta: desde el aborto a la eutanasia, pasando por el “derecho” a odiar a Franco o al Rey, a la Iglesia o a los Conquistadores, a la Administración de Justicia o a la misma Prensa.

Así que Vox es “ultra derecha” y el PP no puede dejarse llevar por los “cantos de sirena del populismo”, cuando el Gobierno del PSOE es ultra sólo por la presidencia de Sánchez, para colmo de males aliado con los etarras de Bildu (antiguos y no tan antiguos terroristas), los criminales de ERC y otras facciones separatistas (criminales por su participación en el reciente golpe de Estado de 2017), los racistas del PNV, JxCat, etc.; y los fascistas/comunistas de Podemos.

Tal vez sea que Casado considera coherente denigrar el chavismo bolivariano y acceder a pactar con el plagiario y psicopático Dr.Sánchez la reforma del órgano de gobierno de los jueces (CGPJ); o criticar la connivencia abertzale con el terrorismo pero avenirse a ser sostén de fueros, conciertos y políticas lingüísticas en “Euskadi”; o manifestar su radical oposición al confinamiento general de la población y apoyar todos los sucesivos “estados de alarma” decretados arbitrariamente por el Gobierno.

Pero al que ya no pudo soportar la extrema velocidad del giro de la veleta de un tal Albert Rivera (de un partido que se llamaba Ciutadans, Cs), ¿qué le ofrece este PP “moderado” y fuerza “de Estado” que no tiene siquiera un planteamiento nacional coherente y sólo se jacta de su “gestión” viniendo del nefasto gobierno económico de los Rajoy y Montoro (que lo dejaron todo casi como estaba: en mantillas, con remaches y parches chapuceros para ir tirando)?

El PP no puede presumir ya de nada, y nada parece querer demostrar ante Sánchez aunque aparente crecerse ante Vox -¡aunque mande al rincón a Cayetana!-, porque debe de pensar Casado que esta vida es tan fácil para la gente como para él, otro niño bonito que podría hacer carrera en empresas multinacionales en UEropa -por lo visto hace falta mucho muñeco de traje y corbata en estas empresas para al final terminar dependiendo del burócrata de turno-.

Pero como la hora es grave, la democracia se encuentra asediada y la patria amenazada por esos con quienes pretende alinearse el PP en contra de Vox para hacer como que no ha perdido “la moderación”, mejor harían Casado y sus melifluos acompañantes en echarse a un lado y no musitar ni una leve protesta, o acabarán perdiendo hasta su último escaño a la menor oportunidad que tenga el votante para desalojar a los tibios de vida fácil de los puestos que tan mal -de manera tan fútil- ocupan.

Este Gobierno es un puro simulacro

…de gobierno -de “gobernanza”, como se dice ahora para seguir diciendo nada-, lo que explica que se base única y exclusivamente en la mentira, que no existiera ninguna “comisión de expertos” sobre la epidemia del coronavirus que justificase las decisiones del (simulacro de) Gobierno Sánchez-Iglesias, sólo dispuesto y preparado para organizar y difundir la Gran Mentira del Gobierno: que este Gobierno gobierna.

Pero aunque la Nación se encuentre inerme, todo el tinglado podría desmoronarse según arrecia la nueva ola de Covid19, si no fuera por la actitud sumisa, más que sospechosa, de los presuntos partidos de Oposición PP y (sobre todo) Cs a los designios del (simulacro de) presidente del Gobierno, un hombre desabrido e incapaz de comunicar nada que no sea su (simulacro de) voluntad de gestionar la grave crisis española de la mejor manera posible.

¿Pero cuál es su plan, cuál su estrategia -la de Redondo u otros- para sacar al país del atolladero, para recomenzar el curso escolar y universitario con garantías básicas, salvar a cientos de miles de autónomos de la quiebra y afrontar cifras de paro nunca antes vistas? No hay Plan -ni puede que simulacro de plan, estrategia, proyecto- que no pase en la mentalidad del (simulacro de) Doctor Sánchez por hacerse fuerte en La Moncloa -incluso a la manera allendista, en los delirios compartidos de esta Izquierda de esnobs del radicalismo-.

Así que el Otoño se cierne con toda la brutal incertidumbre que depara una pandemia para la que no ofrece soluciones claras la comunidad científica mundial, mientras la Prensa nos aburre a estas alturas con homenajes a etarras decrépitos, el desagradable 11-S de los tribalistas que pastorea un tal Torra, (simulacro de) presidente de Cataluña -inhabilitado ¿de manera simulada? para el cargo-, o con todas esas insulsas triquiñuelas de los partidos o partidas en que se han convertido PP y (sobre todo) Cs, siguiendo con años de retraso a todos los demás.

Todo para no perder posiciones, cargos, relaciones sociales de (simulacro de) poder… reducido todo a este Consenso de las Facciones que deshace el Estado aunque presente una especie de “diálogo multilateral” como mejor forma de “cohesionar España”, cuando el PSOE aspira a una hegemonía indiscutida en el marasmo institucional producto directo de sus alianzas con el conglomerado de formaciones antisistema -y Vox que decidió dormirla hasta septiembre, cuando para entonces igual ya los han confinado a todos en un CETI por “extremistas”-.

Ineptos para hacer política -idear, decidir y ejecutar-, la mayoría de nuestros representantes políticos y cargos públicos asumen su irresponsabilidad factual -lo superfluo de su función, de su misma presencia en el (simulacro de) puesto de trabajo- por la vía de la adhesión a lo que determine la cadena de mando -con sus manidos argumentarios pastosos, que cortapegarán perezosamente los “periodistas” para rellenar los huecos que dejó la publicidad privada en los diarios-.

Y, siendo todo genuinamente mentira en la vida pública (¡politica!) de nuestros días -simulacro de España, de democracia, de libertades e igualdad-, ¿acaso no habrá entre tantos cientos de miles de cargos políticos (¡públicos!) quienes defiendan una mera y sostenida estrategia por la Verdad? Cabría empezar por pedir -y van…- el procesamiento de Sánchez, Iglesias, Illa y Simón, más el de Torra y sus esbirros también, por descontado; la convocatoria de nuevas elecciones; la ilegalización de Podemos, ERC, Bildu y CUP (al menos); la solicitud de un rescate a fondo perdido…

Pero en vez de ello, con el silencio de los borregos, (simulacro de) servidores públicos tanto como (simulacro de) Pueblo nos aprestamos a asistir en los siguientes meses y años al Nuevo Apaño para que este (simulacro de) Estado aguante, ¡España es la gallina de los huevos de oro, se entiende! Y lo más curioso es habernos percatado con el tiempo de la paciente (y aún bovina) observancia de nuestra situación por parte de las principales autoridades de la UE y de los “países de nuestro entorno”.

Que parece que nos miran como al alumno revoltoso, un poco corto de miras y entendederas, que no es mal chico después de todo -aunque se puede entrever que nunca llegará a nada…-. Y es que a todos en (el simulacro de) la UE les viene mejor a su vez el simulacro nacional practicado por las castas dirigentes (políticas, económicas y culturales) de cada país, ya que oculta o difiere el conocimiento de su propia realidad disimulada -la pandemia de Covid19 ha sido definitivamente esclarecedora al respecto de la “unidad” y la “política común” europea, por cierto-.