El Señor Presidente no tiene quien le tosa

…ni a Izquierda ni a Derecha -Él está por encima de esas desavenencias de temporada (o casual trendies)- porque Él-preside-el-país y así se retrata: en la portada de un diario que también parece presidir, ante la sede del Poder que detenta y de manera tan frenética padece (aunque tampoco mucho) ostentar a todas horas como con miedo a que se fuese a acabar.

No se le espere por el Congreso, ni se crean los periodistas de los medios -prácticamente todos sometidos al diktat de La Moncloa- que les vaya a contestar el Señor Presidente a cualquiera de sus preguntas, absurdas por lo demás en el punto en que nos encontramos salvo aquellas precisamente insidiosas, capaces de mudar el rostro pétreo del Señor Presidente en irascible rictus.

Y de reentrada en el curso Pablo Casado se le ofrece una vez más, le pone el cuello a la espada flamígera del Señor Presidente a cuenta de la reforma del “Poder judicial”, con la coartada habitual de llegar a “pactos de Estado” entre, se supone, “partidos de Estado” como el PP y ¡el PSOE de Sánchez! En rigor, ni PP ni PSOE debieran haber sobrevivido (con tales siglas, al menos) a 2014.

Así que de nuevo al contubernio establecido, a salvar los muebles de la ingente tropa política, funcionarial y “temporal” con ansias de hacerse con el cargo vitalicio; a repartir los fondos de la UE entre los gentlemen recurrentes del Ibex-35 y asociados (medios de comunicación, bufetes de abogados, consultorías de todo tipo y condición); a financiar las “políticas sociales” disparadas cuando no directamente disparatadas.

El Señor Presidente proveerá… hasta que el Estado quiebre. Pero qué cosa pueda ser ello, y por qué debiera inquietar a los españoles de hoy mismo aunque se trate de jubilados, no nos lo podrá explicar ese fino analista político que vicepresidió hasta hace poco lo del Señor Presidente, dado que dejó sentado para los restos que “un Estado no puede quebrar”.

Menudo panorama, todavía.

Anuncio publicitario

La pulsión nihilista

..de nuestra sociedad se evidencia cada vez que salen a la luz los datos sobre natalidad, bastante más indicativos que los de densidad de población para obtener cierta imagen fija de nuestra sociedad: un jubilado de más de 75 años que espera su segunda dosis de la vacuna antiCovid para poder seguir cuidando del único nieto de su descendencia de tres o cuatro hijos.

Claro que ahora mismo la mitad o casi de los hijos de la generación jubilada -pongamos que de 65 a 90 años- se encuentra en ERTE o en el mismo puto paro, tal vez desde hace meses o desde hace un par de años, y sin visos de salir de la estacada; claro que muchos de ellos no necesitan tampoco trabajar, viven de algunas rentas heredadas y propias: invirtieron en ladrillo mucho antes de la crisis…

Así que de no ser liquidada la opción antisistema de Podemos, la grave crisis económica -disfrazada o al fin traducida como “grave crisis sociopolítica”- podría cronificarse, volverse endémica, y suscitar finalmente ese estado especial de convulsión civil -en cada ciudad, calle a calle- que hace imposible la convivencia, incierta hasta la mera coexistencia, y propicia básicamente la erección de caudillos de bandas criminales y facciones violentas como garantes de la seguridad particular.

O sea: lo que se perpetró en el 34 por parte de PSOE-UGT, CNT, ERC y PNV; y lo que devino la tan manoseada como lastimera “II República Española” desde los primeros días del 36 hasta la derrota definitiva (!) del Frente Popular el 39, precisamente después de que los últimos reductos de poder del Frente se enzarzaran entre sí en una auténtica batalla sin cuartel por las calles de Madrid -como antes sucedió en Barcelona entre los estalinistas y los “hitlero-trotskistas” de CNT y POUM-. 

Ahora se trata de trasladar al imaginario público una especie de “Batalla por Madrid” (¿la del 36 o la del 39?), pero no cuaja; la cuestión es mucho más sencilla y se reduce a elegir entre lo bueno conocido en la gestión, que resulta además tolerante con la generalidad, o lo malo asumido como rasgo distintivo por el criminoso caudillejo de Podemos Pablo Iglesias y su chusma adicta de violentos extremistas de todo pelaje. 

El PSOE en el Gobierno está a la espera ansiosa de lo que suceda, aunque vayan quemándose en la campaña de manera tan torpe como innecesaria, y su propio candidato es el convidado de piedra al que todo el mundo hubiera podido invitar como “allegado” en las pasadas fiestas de Navidades sin mayor preocupación… Pero votarlo ya es otra cosa, ya.

Aun y todo, nada es descartable en esta España debido a la citada pulsión nihilista de sus gentes, que parecen vivir como si no hubiera un mañana ni delante ni -lo que es peor- detrás de sí mismas, lo que no redunda fácilmente en la asunción de valores y virtudes como el compromiso, la honradez, la templanza, la previsión ahorradora o la ética del (y en el) trabajo; ¡como para tratar de asuntos como el sacrificio, la disciplina, la urbanidad o la exigencia de responsabilidades a nuestros representantes!

Nos hemos acostumbrado quizás a esperar que nada puede durar demasiado -ni el mal español de los últimos quinientos o mil años, ni los males de nuestra joven (cuarentona ya) democracia, ni la crítica situación económica de los jóvenes, de los parados de larga duración, de las pequeñas empresas, de la misma Administración…-, porque de lo contrario no se comprende tanto hartazgo sofocado, tanta paciencia nerviosa, ¡tan pocas ganas ya hasta de hablar mal de nosotros mismos!

O tal vez se trate de mero senequismo, ¡más cornadas da el hambre! Si lo sabrán los del gremio…

Aprovechando este tiempo de recogimiento

…y reflexión de la Semana Santa, uno echa la vista atrás -no mucho atrás tampoco, sólo lo justo y necesario- y se encuentra con algunas respuestas a las graves cuestiones de nuestro tiempo (ésas que parecen difuminadas u ocultadas por el patético bombardeo por TV de cotilleo, sexo basura y fútbol) que vienen a señalar lo que debiera ser evidente por sí mismo a la vista de todos: este Gobierno es culpable, y deben pagar por ello Sánchez y varios de sus ministros.

Así que un año y más de cienmil muertos después -que se dice pronto, aunque los muertos no se cuentan tan rápidamente- tenemos al chulo Dr.Sánchez “El Guapo”, el plagiario, mentiroso y psicopático presunto presidente del Gobierno-simulacro que padecemos los españoles, dispuesto a infringir sus propias leyes para irse de vacaciones como si no hubiera (ciertamente) un mañana, como ya hiciera en verano en lo peor de la “segunda ola” de la pandemia de Covid19.

Entonces decidió -o lo hizo por él el primer pelota del Reino, un tal Redondo- que la culpa sería transferida a los ciudadanos y la responsabilidad a los gobiernos de las comunidades autónomas, elevándose por descontado a sí mismo a una Presidencia irreal de la España republicana y federal que jamás vieron los siglos, todo para significar su poder omnímodo y al par su inocencia irresponsable hasta el final, ¡contradicción insoluble! Todo al cabo para dejar al descubierto involuntariamente la maltrecha situación de este improbable régimen democrático.

No puede ser que el responsable por imprevisión, negligencia y corrupción junto a sus Illa y Simón, Ábalos, Marlaska e Iglesias -que no han hecho otra cosa que mentir, difamar, vetar, perseguir, reprimir, malversar y finalmente abandonar el campo desolado lleno de cadáveres, hogares desintegrados y familias en la ruina-, se vayan de rositas por la cobardía extrema de unos togados serviles, prevaricadores, pagados de sí mismos… que están abonando el desprestigio de la Administración de Justicia hasta niveles africanos.

Los ciudadanos de a pie, que no somos la chusma estúpida que pastorea Iglesias, ni la hez abotargada moral y físicamente que vota PSOE como quien llena el buche de langostinos -antes eran gachas, fíjense en un Ábalos de la vida-, comenzamos a sentir un hartazgo tal que no será ya fácil convencernos de que Sánchez trabaja por otra cosa que no sea mantenerse en el Poder (con su mujer, sus coleguitos del Cole y los adictos de ocasión) así arda el mismo Infierno.

Y, buena es esta hora más que cualquier otra posterior, será cuestión de comenzar a alimentar las fogatas para cuando ese tiempo necesario y purificador se presente: será tal vez en las fallas valencianas de 2022, pero será. Sánchez arderá en efigie junto a varios de los más conspicuos representantes de su Gobierno (ya citados), y esperemos que sea conclusión o al menos preludio de lo que les espera a todos ellos de aquí a muy poco, cuando las urnas hablen precisamente para sofocar los incendios en las calles.

El resentimiento es mutuo

…entre la clase política española y la ciudadanía, sobre todo a partir de la profunda crisis económica mundial de 2007-8, crisis de la que no hemos llegado a recuperarnos los españoles -ni otros países de la UE- ni en tiempos de Rajoy con los indicadores más optimistas y las perspectivas más halagüeñas.

Con el mal fario del Gobierno Sánchez-Iglesias a las puertas de una pandemia que ha acabado por arrasar lo que quedaba estable y próspero -el sector terciario en general, el vinculado a servicios turísticos al extranjero en particular; más la hostelería-, las perspectivas actuales para la sociedad española parecen directamente cegadas.

Pese a todo, las maniobras del pérfido caudillo de Podemos no lograrán ocultar la estrecha relación de sus socios del PSOE sanchista en el Ejecutivo de España con el Madurato venezolano -de tal forma que de allí llegaron unas cuarenta maletas traídas por una jerifalta del régimen matarife que tiene prohibido pisar suelo de la UE, ¿dónde están ahora, Ábalos?-.

Lo que necesariamente ha de redundar en un mayor celo por parte de las autoridades competentes de las que depende librar los fondos europeos para reanimar la exhausta economía nacional, fundamentalmente la de pymes y autónomos, mientras el Ejecutivo PSOE-Podemos pretende arruinarlos para hacerlos dependientes de su Poder.

Hasta ahora -desde la caída de Zapatero a la de Rajoy-, bastaba al PSOE y sus agitadores de la Extrema avivar ese indeleble resentimiento popular contra la Derecha (“los fachas”, “los ricos”) en las calles, las redacciones y los platós, quedando vacíos para la protesta una vez los suyos alcanzaban el Poder (ante el remanso de buen rollo e indudable progresismo a fuer de subvención).

Pero en el momento en que se quiebra de manera general la confianza en la clase política, en sus prácticas habituales y en los modos que tienen sus miembros de relacionarse -reducido todo de pronto a tejemanejes de corrupción política y económica, entreverados con ambiciosos afanes o vanidades delirantes-, todo torna a volverse incierto… electoralmente.

A su vez, también los políticos parecen haber perdido el respeto por las formas democráticas, no ya respecto a los adversarios partidistas: respecto a los mismos electores. Y es que hace mucho en verdad que recurren a sondeos y estadísticas, que prefieren a comunicarse directamente con sus bases y los posibles votantes en general -aquéllos por lo visto dicen siempre la verdad, cuando éstos se dedican a hacer preguntas y a demandar explicaciones-.

Es el triunfo de la vídeopolítica o política/dictadura de la Imagen, socavada únicamente por el masivo y deletéreo abuso de las redes sociales por parte del común y, paradójicamente, por la manipulación perpetrada en ellas de continuo por los propios agentes que sirven al establishment de lo políticamente correcto para la estabulación social.

Definitivamente enrocados en sus comités a puerta cerrada y sus ejecutivas blindadas contra la crítica de propios y ajenos, los partidos españoles que aún se mantienen sobre la lona parecen destinados a lanzar golpes a diestro y siniestro por si alguno suelto lograra noquear al adversario, cuando el peor adversario es ahora el público que abuchea a ambos -así la TVE (o Atresmedia o Mediaset) quite el sonido o vaya a fundido en negro-.

Al menos ya se comienza a conocer los nombres de los principales valedores del Saqueo -Mediapro, Abengoa, Duro Felguera, Globalia…- así como el tipo de aviones (compañía Air Plus Ultra) en que habrán de salir algunos con sus maletas rumbo al Caribe y más allá cualquier día de estos, casi de manera inopinada, por una serie de condenas judiciales en cadena. A ver.

Madrid será la tumba de Podemos

…o de lo que deje tras de sí el-amado-líder Pablo Iglesias, tan aburrido de su actual papel inoperante e irrelevante como vicepresidente segundo del Dr.Sánchez como dispuesto a embarrar el campo de aquí al 4 de mayo (fecha de las elecciones madrileñas), que es en definitiva lo que a él le gusta, porque es básicamente lo único que se le da bien -aparte de las conspiraciones para decapitar a los que le llevan la contraria en su (ejem) partido-.

Pero aparte de su tradicional (y desaforado) interés por acaparar los focos (“¡A mí dame la TVE y quédate con lo demás!”) con astucia oportunista -dado que Isabel Díaz Ayuso es ahora mismo, y por buenos motivos, la auténtica bestia negra de esta Izquierda corrupta y fascistoide, más incluso que Abascal y una vez liquidada Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del PP-, más que para enfrentar el “enorme peligro” de un gobierno de Madrid del PP con Vox da la impresión de que se quiere cargar a su otrora íntimo amigo Iñigo “Errejín” Errejón, que no en vano le montó Más Madrid.

Porque pretende entablar con este partido negociaciones para una candidatura única, y con ello vuelve la burra podemita al trigo de esta pareja de arribistas fanáticos, ¿pues no andan desde 2014 Iglesias y Errejón jugando a presentar al otro como el “traidor” y “divisor de la Izquierda”, casi como única estrategia para ganarse la confianza de los suyos? Y encima resulta que la posible candidata de Podemos en Madrid, Isa Serra, todavía podría acabar inhabilitada al haber sido condenada por insultar y agredir a una agente de la Policía.

Así que el-amado-líder cree poder matar varios pájaros de un tiro, comenzando por su marginación de hecho en el Gobierno Sánchez-Iglesias, continuando por su falta de presencia diaria en los medios y sobre todo en la TV, pasando por la necesidad de relevar a Serra en una plaza tan sensible como Madrid (también a nivel organizativo interno de Podemos) y culminando con la posibilidad de poder enfrentarse a su bienodiado Iñigo, “el Niño” que le robó la merienda con la ayuda de la abuelita Carmena.

Todo en orden, pues; menos lo esencial: Pablo Iglesias difícilmente logrará que los seguidores de Errejón le entreguen la cabeza de éste, puesto que no les va tan mal ahora mismo y se ven libres de la tutela jerárquica (verdadera dictadura del Coletariado) de la pareja del chalet en Galapagar; ¿cómo habrían de querer una lista única con el-amado-líder de salida en el primer puesto, monopolizador de seres y évoles y alcachofas, ferreras y ondas catódicas, cintoras y grisos y demás, sólo Él, “VUELVE», Pablemos y Pablemos y Pablemos al cabo?

Por otro lado, uno ve el vídeo en que justifica su decisión y sólo cabe concluir una vez más que el caudillo de esta banda de iluminados complutenses no sólo nos toma por idiotas, sino que se pasa largamente de listo: ¿pues no se atreve a hablar de corrupción el que gobierna con el PSOE (el partido más corrupto de la Historia de España y de Europa), y alarma contra la “ultraderecha” a los madrileños que llevan votando lo mismo más de tres décadas, y encima de la manita de sus amigachos de la ERC y las CUP (golpistas separatistas y antisistema) y de Bildu (ETA)?

Como estos de Podemos -que a veces parece que de la Guerra Civil sólo se conocen unas pelis, cuatro fotos y dos carteles- no saben mucho de la Historia, me imagino a el-amado-lider Iglesias lanzando su primer mitin bajo una pancarta del “No pasarán. El fascismo quiere conquistar Madrid. Madrid será la tumba del fascismo”, si bien en la presentación “formal” -¿en verdad resultará telegénico este sujeto con semejantes pintas de pirata malayo?- de este lunes aparecía sentado delante de las banderas de España (¡la Patria!) y la Unión Europea (¡la Pasta!).

Ya que no parece (o no lo creo) capaz de haber evolucionado ideológicamente tanto en año y poco de pertenencia al Ejecutivo, tal vez haya que explicar la escenificación por el contexto -los deterministas históricos como él hablarían de “signo de los tiempos” y de reconocer “la clave histórica del momento”, cuando lo que les pasa en rigor es que su proyecto se desintegra y tienen que aparentar formalidad y buenas maneras-, que en resumidas cuentas, y si hablamos de Madrid, tiene que ver con que ni Sánchez ni Iglesias pueden salir a dar una vuelta sin que les abucheen los ciudadanos, esa «gente» (¿o vuelve a ser «lumpen»?) y esos trabajadores (o más bien parados) a los que dicen representar y defender.

Al cabo, confrontando su proyecto -si no común con el del PSOE, vinculados por el Gobierno- al de Díaz Ayuso, nada bueno depararán a Podemos las próximas elecciones en la comunidad madrileña, aunque proclamen ser “la Izquierda transformadora” que defiende a los trabajadores y a las minorías, y prometan pan y vivienda y dignidad si hace al caso. Que en este último año de ruina económica y desastre social y sanitario los madrileños (y el resto de los españoles, también) ya han tenido tiempo de sobra para conocer el percal de quien vela por sus intereses.   

Por esto mismo, reitero, Sánchez es abucheado e Iglesias se encuentra como sitiado en su propio chalet-fortaleza, mientras Almeida y Ayuso (pero también Abascal) salen a la calle -en Madrid como en Barcelona como en Murcia- y la gente se les echa encima… para darles las gracias o un abrazo, para hacerse selfis y hasta para recomendarles pareja a los dos primeros. ¡Como para que el-amado-líder pretenda ganar Madrid para la causa antifascista! Simplemente, no pasará.

A Sánchez lo puso ETA en el Poder

…a través del apoyo a su fraudulenta moción de censura contra Rajoy, de la que lo más pérfido y notorio (por lo extraño) no es la morcilla introducida por el juez De Prada -acólito de Garzón, ex juez multiprevaricador y actual abogado de los testaferros de Maduro, o sea del Narco- acusando al entonces presidente de “falta de credibilidad”, sino el respaldo cerrado del partido de la ETA o de la misma ERC.

Un apoyo abortado en primera instancia por ERC (con ocasión de la aprobación de los PGE), a manera de simulacro, antes del definitivo abrazo Sánchez-Iglesias después de los resultados electorales del 10-N de 2019; pero que se mantiene en la actualidad por cuenta del vicepresidente segundo Pablo Iglesias, además de por las múltiples vías establecidas por los socialistas con los etarras en tiempos del “proceso de paz”, muchas de ellas por supuesto favorecidas desde las instancias controladas por el PNV.

Precisamente son estos vínculos, a medias secretos y a medias desvelados a la opinión pública -para que en ningún caso se pierda de vista cuál es el marco del consenso esencial que procura la entente PSOE-Podemos-, los que debieran ser puestos en conocimiento de las autoridades europeas; y no sólo para restringir en lo posible la discrecionalidad de los fondos UE a cargo del Gobierno, cuestionada por el propio Consejo de Estado, sino por lo que revelan del mismo.

Pues Sánchez como presidente se mantiene sin rechazar el apoyo de quienes no condenan el terrorismo etarra, o el de quienes siguen en el golpismo separatista, o el de los que jalean a regímenes represivos como los de Cuba o Venezuela: prácticamente no parece ni de lejos un gobernante europeo, occidental, aunque “El Guapo” se considere a sí mismo un “estadista” por encima de “presidentes de gobierno” como los que dirigen las CCAA, los más de ellos unos genuinos mindundis.

Y en esta especie de ficción creada a mayor gloria del Presidente por el vendedor de burras Iván Redondo no falta siquiera el poli malo y corrupto -¡el tuerto Villarejo, que ahora dice que va a cantar!-, ni el viejo y cansado y regio villano -«El Emérito»- con sus conspiraciones para retornar al hogar usurpado, ni el malévolo Lenin -«El Coletas»- al acecho. Lo malo es que ni él sabe cómo acabará la película, dados los giros cada vez más perversos que ha decidido imprimir al guión.

Si en farsa, será de nuevo Sánchez presidente con un programa a la derecha del PP (y puede que con sus votos); si en tragedia, aunque ya sólo parezca quedar un héroe trágico en España -tal es el caso del rey Felipe VI-, puede que los españoles todavía hayamos de pagar con sangre nuestra tibia conformidad con todos los desmanes, todas las corrupciones, todas las humillaciones e injurias a nuestros compatriotas caídos y a nuestra propia inteligencia.

Hacia el primer aniversario de la masacre

…por la Covid19 en nuestro país encaminamos nuestros días pesarosos, habida cuenta de que, lejos de haber resultado procesado el Gobierno en la figura de varios de sus más conspicuos ministros (desde el presidente Sánchez al vicepresidente Iglesias, pasando por Illa, Ábalos y Grande Marlaska), los tenemos todavía dando lecciones de moral y buenas prácticas aunque no hayan valido hasta la fecha ni para prevenir y preservar, ni para curar y remediar.

Tenemos a uno de los gobiernos más ineficaces, nepotistas e incompetentes del mundo entero, cosa probada en la nefasta -de negligencia criminal son los cargos- gestión de la pandemia en España, y de sus repercusiones económicas, y todavía les sobra tiempo para continuar con su proyecto ideológico de leyes “de género”, puramente voluntaristas, aparejadas al maná de las subvenciones a lo “integrador”, “multicultural”, “trans”, “ecológico” y “digital”.

Todo very smart fandango, aunque no resulte serio para ningún sistema democrático erigido sobre la convicción de una media intelectual de la ciudadanía lo suficientemente elevada como para hacerse cargo de lo que es cierto y de lo que no pasa de farsa o carnaval, como el nuevo 8-M que preparan las que debieran haber sido también imputadas por su responsabilidad criminal en la expansión mortífera del coronavirus en Madrid y otras ciudades españolas.

Esta chusma sectaria y despótica de Podemos, que no deja de ser equiparable a la de sus socios socialistas en el Gobierno de la Nación, por mucho que Calviño o Robles conserven aún la facultad señoritista de hacer respingos con la nariz o con el tono de voz, hace mucho tiempo que debiera haber sido acallada por sus pares de los otros partidos aunque fuera menester una larga tanda de bofetadas.

Lo que antes se hacía con la vista puesta en que los críos no acabasen en el cadalso, vaya; sólo que ahora no hay cadalso sino tribuna pública, bien remunerada además, y si no que se lo cuenten a tanto viejo asesino de la Extrema (ETA, ERC, UPG, FRAP) reciclado como profesor, tertuliano de TV o agitador sindical. Pablo Hasél sólo tendrá que esperar a la primera concesión de la condicional para que lo entreviste Évole, por poner el ejemplo más claro.

Y en éstas estamos y seguiremos mientras parte de la Derecha institucionalizada se dedique a traicionar todos sus principios y a la base electoral que ha permitido durante décadas consolidar una marca y una estructura con miles de empleados y cientos de miles de seguidores. Los tiempos ya cambiaron, en todas partes y de manera radical, para entender que la política es proyecto en acción constantemente retransmitido por TV y redes.

Lo que no obsta para que, a la postre, el mero recuerdo de los datos, los hechos y los nombres, cuando se es persistente y corajudo, y con tenacidad se busca la mejor manera de que todo lo que consideramos como verdadero y mostrable y denunciable salga a la luz, y se difunda y se entienda por el común, sea el fundamento mejor para la mejor política y la mejor ciudadanía, frente a quienes han hecho un escudo de la irresponsabilidad, el frentismo, la mentira y la opacidad.

Porque a un año vista de la emergencia nacional que ha supuesto la pandemia de Covid19, se hace más necesario que nunca pasar revista de los muertos y de los vivos, de los que estuvieron a la altura y de los que se escabulleron de la escena haciendo dejación de sus funciones, de los que cumpliendo con su deber se quedaron por el camino y de los que, por el contrario, rehuyendo el suyo se mantienen aún en el machito gracias a la confusión inducida.

Un discurso contra la violencia

…desde el Gobierno o cualquier otra institución de un Estado democrático queda siempre cojo si no se apoya en el recuerdo, a modo de máxima weberiana, de que el monopolio de la violencia le corresponde a él, al Estado, en cuanto institución surgida del acuerdo entre todos los individuos que componen el cuerpo político para, precisamente, preservar la vida y la propiedad de cada uno de forma pacífica con arreglo a la Ley.

Por descontado, para las lumbreras complutenses de Podemos todo lo anterior no es más que pura abstracción sin reflejo en la realidad “real”, que no es más que simulacro o representación del Poder actualmente detentado por las oscuras fuerzas de la Reacción: de “la Banca” a los partidos “burgueses”, de las multinacionales al imperialismo USA, etc.

De aquí que se haga necesario emplear la violencia legítima como expresión del descontento de “la gente”, una vez cerradas las demás vías de “participación democrática” o de protesta contra lo que consideran un entramado legal deliberadamente represivo de libertades y derechos individuales y colectivos, servido por jueces facinerosos como parte del establishment.

En rigor, lo más asombroso de todo es la invariabilidad de esta pseudocrítica antisistema con ínfulas de originalidad y clarividencia, a pesar de que Podemos sea producto directo de la casta profesoral o establishment parasitario de las instituciones educativas del país, dechados de “liberalismo” sindical y librepensadores al servicio de teocracias como la de Irán o dictaduras militares como las de Venezuela y Cuba.

Más no hay tal contradicción, como también pudimos comprobar en el caso de Bildu cuando se encaramaron -con la debida ayuda de PNV y PSE- a los gobiernos del Ayuntamiento de San Sebastián y de la Diputación de Guipúzcoa hace ahora prácticamente una década: por la mañana ocupaban sus escaños y por la tarde se ponían a la cabecera de las habituales manifestaciones contra el progreso y la prosperidad -contra la inversión en infraestructuras, básicamente-.

El resultado fue que hasta su propia gente les dio de lado en cuanto comenzaron a notar lo oneroso y chapucero de un sistema que, por de pronto, pretendía sustituir la incineración de residuos por su conversión en abono “compostable”. Como hablamos de una de las provincias más industrializadas de España y de Europa, la cosa no cuajó: y eso que la mafia etasuna hizo colgar ganchos para la recogida selectiva (“puerta a puerta”) de la basura hasta en la fachada de la centenaria Universidad de Oñate.

Es como cuando el líder podemita Pablo Iglesias se hace pasar por un concienciado y concienzudo luchador por el “derecho a una vivienda digna” fomentando al socaire de este irrelevante artículo constitucional todo tipo de ocupación ilegal y, a la postre, avanzando su proyecto de expropiaciones a discreción, que es lo que a él como a cualquier caudillejo fascista o comunista -de esos que trata asiduamente en Hispanoamérica, ¡ejem!- más les gusta.

Hablamos de quien dispone, como vicepresidente segundo del desGobierno Sánchez-Iglesias, de tres docenas de guardias civiles para custodiar su chalet de lujo en la próspera vecindad de Galapagar, en las inmediaciones de El Escorial, donde tuvo su residencia física y espiritual el que fuera uno de los más grandes emperadores de la Historia, Felipe II, por cierto uno de los gobernantes españoles, con Franco, más austeros que han conocido los anales.

Casi como el pelanas que mantiene en la Presidencia a un Pedro Sánchez tan impávido ante la realidad como inasequible al desaliento, y que cuenta en su Gobierno con quien ha de acabar con él por las malas si no se lo quita antes de en medio, para lo que cualquier ocasión puede resultar idónea -a ver qué piensa Iván-; sobre todo ahora que tiene en sus manos al PP (descuajeringado, eso sí) y las cenizas de Ciudadanos.

Pero esto le expondría, obviamente, a una guerra total no sólo contra Podemos sino también contra ERC y JxCat, Bildu y las CUP, etc. Y no parece que ahora mismo, si no cuenta con el respaldo total del PP, pueda atreverse a emprender semejante cruzada (que necesariamente habría de ser violenta) y menos después de haber desprestigiado y abandonado sobre la marcha a policías, fiscales y jueces que han plantado cara durante décadas a etarras, separatistas y antisistemas.

El PSOE de Sánchez ha dejado de ser, en este sentido, un “partido de Estado” para revelarse únicamente como otra de las facciones al asalto del Poder, que luego cuartea y subastea, negocia y malbarata con sus puntuales aliados del resto de facciones. Este nefasto y psicopático personaje no comprende qué es un Estado y sobre qué haz de legitimidades reposa su autoridad, ¡cómo para tratar de explicarle lo del “monopolio de la violencia legítima”!

La normalidad democrática

…en España ha sido zarandeada desde el mismo origen del actual régimen del 78, si bien con sobresaltos parecía haberse consolidado con la llegada al Poder de Aznar después de los turbulentos años del Felipismo -una década felicísima en todo el orbe occidental, por otra parte, por lo alegre y próspera que parecía ser ya en su momento-.

Fue con Zapatero y su extraña sucesión de un Aznar de salida, 11-M y bulos mediante, que el “presidente por accidente” decidió ejecutar un arriesgado proyecto de exclusión del PP entregándose a todas las fuerzas antiespañolas de CiU y ERC (Pacto del Tinell) al PNV y ETA (“proceso de paz”), para lo que promovió además un revisionismo panfletario de la Guerra Civil del 36 que justificara sus nuevas relaciones políticas.

Algo que sin apenas pestañear ha decidido asumir nuestro actual caudillo socialista Pedro Sánchez, lleno de ínfulas presidencialistas y de ambiciones de chulo de discoteca, cuando además ha incorporado a su ejecutoria a los que podrían pasar por comisarios y chekistas del PCE estalinista o bien por cenetistas desaforados, si no fuera porque los dirigentes podemitas son criaturas de clase media alta que no han trabajado en su vida más que como profesores (y sólo algunos, y poco).

Pero no se olvide que cuando Pablo Iglesias secunda las insidias de Putin y sus voceros sobre la “anormalidad democrática” de España se refiere al Gobierno de Rajoy y las medidas adoptadas en 2017 contra el golpe separatista, aquél felizmente expulsado del Poder según piensa este Lenin sobrevenido y éstas, aunque en “vías de solución”, todavía características de un “Estado represor” mantenido a día de hoy por culpa del “candado de la Constitución”.

No cabe sorprenderse ni escandalizarse al respecto, puesto que el propio Iglesias prometió liquidar el régimen del 78 en su fulgurante trayectoria electoral al “asalto del Cielo”, allá por 2014 con el acceso al Europarlamento, que tuvo como contrapartida a corto plazo el declive de UPyD -y a la postre, el de Cs- y la radicalización del PSOE, aunque el PP de Rajoy en el Gobierno se obstinara en fomentarlo como la panacea contra toda forma de oposición a sus decisiones.

Los resultados están a la vista, ahora que tantos socialistas de la nueva ola zapaterina y sanchista se hacen los ofendidos por las descalificaciones rusas; pero insisto en que Iglesias sólo pretende desacreditar ciertos usos del pasado vinculándolos sobre todo al PP para conducirnos hacia la “nueva normalidad” superadora del régimen del 78.

Que no será democrática, desde luego; ni tampoco normal: lo vemos todos los días asistiendo desde ya a los desmanes múltiples de la colección de ineptos, serviles y sectarios que tenemos de ministros (y de ahí para abajo en el organigrama) con pocas excepciones, y no precisamente las de los miembros de Podemos y compañía en la Vicepresidencia Segunda, el Ministerio de Igualdad, el de Trabajo, el de Universidades o el de Consumo..

 A fin de cuentas, si en España tuviéramos una democracia “normal” el plagiario presidente Sánchez (también muñidor de fraude electoral en las primarias de su partido y de la fraudulenta moción de censura contra Rajoy) habría sido expulsado del PSOE, que tampoco existiría con esas siglas -como tampoco PNV o ERC-, EH Bildu y todas las marcas separatistas estarían fuera de la Ley y las instituciones catalanas suspendidas hasta nueva orden.

En vez de ello, el travestido hijo del frapero se dedica a ver series de TV y a descalificar puerilmente la Monarquía, mientras el falso Doctor sólo está para lanzar de cuando en cuando melifluos discursos vacíos sobre “el Progreso” con las morcillas habituales de “transición ecológica”, “gobernanza”, “empoderamiento” y demás. En rigor, la consecuencia de una clase dirigente anormal (y con tantísimo poder en sus manos) es la “anormalidad democrática”, que diría Perogrullo. Pero así es y así nos tienen: “en vías de normalización”, ¡como si toda España fuera “Euskadi”!

Cierto etarrismo ambiente

…es lo que reflejan esas fotos de ertzainas apostados en las esquinas de las calles de la Parte Vieja, como una reminiscencia de lo que fue, con esos colores -incluso- como de otro tiempo: cascos rojos, uniforme y verduguillos negros, también capuchas negras por la otra parte y las luces naranjas de las farolas lanzando sus destellos sobre las calles mojadas. Casi podrían parecernos postales brillantes de un tiempo ajado.

Pero, por si acaso (adelantándose a la Prensa «de Madrid»), sale el mismo presidente del PNV Andoni Ortúzar a recordar a la parroquia que estas «juventudes» son, de hecho, muy actuales, y como tal bautiza su nueva causa como mozkorra borroka -«lucha de borrachos» o «lucha de la borrachera» por «lucha callejera»-, cuando lo propio de los encuadrados por el Fascio etarra es la subversión y la insurgencia… hasta la victoria final: la conquista del Poder.

Ello explica que mientras el Gara aplaude el terrorismo de todos los grupúsculos actuantes contra los intereses occidentales y los regímenes que los defienden (en Europa como en América, en Asia como en África) luego justifique la represión de las protestas antiPutin en Rusia, donde en apenas unas jornadas de manifestaciones no violentas el saldo de detenidos se eleva por encima de los 4.000.

Como en «Euskadi» después de «otra noche de enfrentamientos» entre «unos 200 jóvenes» y la Policía local, con un detenido de 15 años -seguro que el dispositivo era el adecuado para evitar mayor violencia, ¡y mayor repercusión de la represión del ejecutivo autónomo de Urkullu contra «la Juventud vasca»: los euskonazis de Ernai, antes Jarrai, luego ETA-Batasuna y ahora Bildu (Euskal Herritarrok)-Sortu!-.

Pero es sólo que deben ensayar, entrenarse, no perder la forma ni el ritmo del movimiento: hay que estar (hacerse) presentes. Y qué mejor que este simulacro (cada vez más realista, eso sí) de estado de excepción encubierto en que parecen querernos instalar para años nuestras autoridades responsables para que «la Juventud» haga sus pinitos y recupere parte de su legitimidad perdida con el abandono de la violencia.

Porque no en mucho tiempo se multiplicarán las protestas, las manifestaciones ruidosas y las algaradas en paralelo. Y como ha logrado Podemos durante varios años en buena parte de las ciudades capitales españolas, tendrá el etarrismo subyacente que disponerse a encauzar hacia sus propios fines cualquier tipo de espontánea organización o corriente crítica del gobierno vasco o del de Sánchez-Iglesias.

Así que por de pronto se hacen notar -que están ahí, protestando; aunque la suya ahora mismo parezca una muy difusa reivindicación de libertades personales contra arbitrarias restricciones políticas-; ya más tarde propondrán sus recetas, cuando el tiempo esté maduro y las frutas podridas, de cara a una nueva cita electoral siempre y cuando se mantenga la entente PSOE-Podemos en el Gobierno central.

Acechan no precisamente en la sombra quienes pretenden hacerse con el Poder en la CAV de la mano de Podemos y del mismo PSOE, si se tercia y se dan las circunstancias antedichas. Y el PNV, en su doble juego de siempre para que no se le enfade ninguna abuela proetarra, pidiéndole a Bildu que sujete a sus perros ¡perdón! a sus chicos…