El tiempo de Casado pasó

…y ¿tan breve fue? Efectivamente, tan breve: por sus múltiples errores y la nula confianza que suscita a estas alturas entre propios y ajenos, electores o suegras, columnistas o jugadoras de ajedrez. Ya nadie traga a Pablo Casado, por mezquino, precisamente, por no haberse atrevido a ser el sustituto de Rajoy sino su heredero, pertinaz en la lengua de trapo aunque con otro estilo.

Ya no puede enmendarse Pablo Casado, presidente del PP que nunca se ha creído tal, al parecer, o desde luego nunca se ha comportado como tal, pese a convenciones y faramallas varias, cuando se trataba de constituir una genuina alternativa de Poder, comenzando por el Gobierno, a esta coalición abigarrada de despropósitos y desmanes que perpetra a diario el Ejecutivo de Sánchez, vulgo Sánchez El Ejecutor de despropósitos y desmanes.

En vez de ello, con denuedo digno de mejor causa se ha dedicado a enfrentarse o “confrontar” con Isabel Díaz Ayuso, la que debiera ser su primera baza como alternativa creíble al proyecto de Sánchez, que tiene desde luego un estilo propio y un coraje a prueba de maledicencias y trampas varias, y una imagen ya consolidada de buena gestión que no resulta incompatible con cierta cercanía sentimental, y hasta populachera, con “la gente”.

De hecho, ríete tú y riámonos todos de la “empatía” que se gasta un Pablo Iglesias con esa misma “gente”, pongamos por caso, por no hablar del Casado que se pasa media vida subiendo al tractor y tomándose unos vinitos a media mañana, aunque luego apoye sin mayor esfuerzo las anticonstitucionales medidas de confinamiento y suspensión general de derechos que han desconcertado a todos, empresarios, trabajadores y familias, durante todo este tiempo.

Así ha conseguido Casado reforzar el liderazgo de Ayuso, al dar durante meses la impresión de que hacía optar a todos, cargos de su partido y militantes, votantes y meros opinadores afines al PP, por el dilema “O ella o yo”. Pero los hechos actuales, las acusaciones sin pruebas y los descalificativos aparejados contra Díaz Ayuso no tienen perdón, y no lo conocerán, entre los más acérrimos defensores de lo que debe ser el PP: un partido democrático e integrador.

La partida se les acaba a los tahúres de Génova, pero no al PP, y en esto me muestro en desacuerdo con la mayoría de los comentaristas en la hora actual: tarde o temprano creo que a Casado le harán ver la única salida de aquel “bufete europeo”, porque su crédito está por completo agotado y sería incapaz de ganar unas elecciones aunque fuese el único candidato. La ocasión es más clara que nunca: un congreso para ungir a un candidato de consenso y ya.

Y que Mañueco haga el favor de aceptar el apoyo de Vox de inmediato, o su condenación será similar a la del propio Casado en no mucho tiempo. Amén.

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El “diálogo social” muestra sus tripas

…en la escabechina por los fondos europeos en que se ha convertido la política española al completo, pues las empresas o los proyectos dependen del Dr.Fraude, al cabo, y de Presidencia para abajo de los distintos niveles de la Administración Pública -como se sabrá a estas alturas, parasitada por decenas de partidos políticos, sindicatos y organizaciones amigas-.

De ahí que al esperpento en el Congreso mientras se trataba de aprobar una reforma laboral aceptable para las autoridades de la UE le siga otra medida netamente agresiva contra el empleo, como es elevar una vez más el Salario Mínimo Interprofesional, medida que se calcula que ha destruido durante la legislatura unos 100.000 empleos.

Ahora celebrarán Sánchez y Díaz no sé qué cosas, con tres millones de parados fijos y las tasas de paro juvenil más altas de Occidente, pues que el “diálogo social” para ellos, como durante el Fascismo italiano y el Franquismo, consiste básicamente en hacer como que Patronal y Sindicatos (verticales/paraestatales) se ponen de acuerdo en firmar “la paz social”.

A diferencia de aquellos regímenes -ambos dictaduras paliadas por la corrupción, como dijo aquél-, en que a veces se les torcía el brazo a los industriales, y otras a los obreros y sus representantes, en el vigente sistema y desde la defenestración de Redondo Urbieta el Gobierno, cuando es del PSOE, se vale de UGT y CCOO para imponer sus demagógicos planes.

Pero el PP, jugando a que respeta “los consensos democráticos básicos”, no acaba de llevar a cabo en esta materia ni siquiera su programa de mínimos, tal vez porque prefiere también él descargar la responsabilidad del acuerdo por la citada “paz social” en los “agentes sociales” o sospechosos habituales desde principios de la Transición: CEOE, por un lado, y UGT y CCOO.

A estas alturas de la crisis pandémica, cuando decenas de miles de pymes atacadas directamente por las restricciones o han cerrado ya, o están a punto de quebrar, o se encuentran con la tremenda dificultad de levantar ERTEs y devolver créditos, y no acaban de ver un solo euro de los fondos porque Sánchez los quiere distribuir entre quienes puedan servirle mejor…

PROSIGUE LA COMPRA DE VOLUNTADES CON EL AMÉN GENERALIZADO DE LOS MEDIOS

Con la luz disparada por negligencia y corrupción de políticos y gestores de las empresas energéticas en su coyunda manifiesta e ininterrumpida desde las privatizaciones de los años Aznar, más todas las tasas de unos ayuntamientos que perviven en su sobredimensionado tamaño gracias a las rentas del suelo que no dejan de encarecer la vivienda y el alquiler comercial…

Que así y todo nos tengan durante días y semanas con las monsergas consabidas de la “seguridad” y la “estabilidad” en el empleo, o con los episodios chuscos de errores en la votación, o “transfuguismo”, o chalaneo de apoyos, tratándose del Dr.Fraude y sus chapuzas de cara a la galería UE, indica bien a las claras la cierta conjunción de intereses por el despiste de la opinión pública.

Para que los españoles no nos demos cuenta de la gran estafa y del intenso saqueo institucionalizado que siguen perpetrando desde el Poder los que mandan, ahora mismo el PSOE con Sánchez a la cabeza, con los que se reparten el botín a la carta, visitadores a La Moncloa de grupos de comunicación, banca, aerolíneas, energéticas renovables…

Entre eso y el negociado mismo entre partidos, escasamente transparente y, por ende, dudosamente democrático, que tiene ahora mismo en el Consenso sobre el Saqueo a todo el arco parlamentario -incluidos PP, UPN y Cs (“Navarra Suma”)- salvo Vox, igual resulta que a los ciudadanos de Castilla y León no les importa tanto el agro como su futuro como españoles.

Vamos, se me ocurre a mí.  

Las expectativas decrecientes del Gobierno Sánchez

…para 2022 guardan relación con su incapacidad manifiesta para gestionar los asuntos públicos a fin de darles solución, o al menos salida, unida a la facilidad con la que, sobre todo la cuota podémica del Ejecutivo, se mete en charcos insondables por la única razón de que sienten que si no salen en TV desaparecen del mapa.

Luego están los socios, que oscilan entre comportarse como auténticos maltratadores, recurriendo al chantaje permanente ante los ojos de todos, propios y extraños, y presentarse como los garantes de la gobernabilidad del Estado, papel este último que ni a ERC -formación separatista, racista y golpista- ni a Bildu -pantalla política de la ETA- les va lo más mínimo.

Con las encuestas avanzando el desplome de la coalición gubernamental, ante un año que rubricará triunfos del PP en comunidades como Castilla y León y Andalucía, el PSOE lo tiene difícil a la hora de recuperar pulso para mantenerse como primera fuerza en intención de voto, mientras Podemos queda al albur del cuestionable “efecto Yolanda Díaz”.

Los indicadores económicos acompañarán lo justo el discurso, si no triunfalista, de optimismo del presidente Sánchez, a quien ya no parece quedarle un solo as en la manga pese a haber logrado la aprobación de los Presupuestos y, previsiblemente, la de “su” reforma laboral, que en la práctica queda al descubierto que no es tal porque la UE retendría los codiciados fondos.

No es que, ciertamente, el Doctor Fraude no pueda volver a engañar a parte del electorado que se dice de Izquierda presentando un programa incluso a la Derecha del PP, habida cuenta de que a Sánchez sólo le importa Sánchez y de cualquier tipo de ideología anda más bien escaso, el hombre; es que ni aun así logrará convencer a muchos de su buena gestión económica.

Por no hablar del hartazgo creciente, que ahora tiene en Vox a su más cualificado portavoz -precisamente por no haber renunciado, como el PP, a dar todas las batallas necesarias en todos los campos-, de una ciudadanía que rechaza de plano las espurias divisiones entre “fachas” y “rojos”, “machirulos” y “LGTBs”, “negacionistas” y “concienciados”, etc.

Ya no parecen contar, pese a la abrumadora unanimidad mediática frente a estas cuestiones, con esa impostada legitimidad moral y política que les brindara antaño tantos réditos, comenzando por la ventaja que les suponía autoerigirse en poco menos que fundadores de nuestro presente régimen constitucional.

No es que la situación política española sea una balsa de aceite, con el Estado asediado en buena parte del territorio nacional donde la Ley ya no se cumple, pero al menos da la impresión de que las expectativas de cambio aumentan a cada día que esta Izquierda antiprogresista incide en sus vicios -corrupción-, prejuicios -autoodio identitario- y fatales errores -puritanismo ñoño-.

Pero sabemos por experiencia cómo se las gastan al final del trayecto, cuando sienten verdadero pavor a perder el Poder y regresar a su estado habitual de cesantes sin porvenir alguno, por lo que no estaría de más que PP y Vox se prepararan para lo que viene, incluido en este aspecto la posible firma de un “pacto de no agresión” entre los que han de gobernar España.

El futuro de la Nación se lo demanda, como así lo espera una mayoría (absoluta) de españoles que no pueden seguir soportando la degradación institucional constante y la depredación impune de los recursos del país y de las rentas de los ciudadanos.

Nochevieja con la ETA sentada a la mesa

…para variar, desde hace ya más de medio siglo, por la sencilla razón de que “el proceso de construcción nacional” demanda bastante más del Terror que de los mensajes navideños del siempre cariacontecido Iñigo Urkullu, lehendakari con el apoyo de menos de una quinta parte de los vascos.

Así las cosas, resulta de lo más burdo a estas alturas de la película que PSOE y PP mantengan que a la organización criminal del separatismo vasco (más bien, abertzale) se la derrotó con la Ley en la mano gracias a las Fuerzas de Seguridad del Estado, cuando lo cierto es que al ir a darse esta oportunidad de liquidación decisiva del terrorismo alguien decidió organizar y ejecutar la masacre del 11-M en 2004 y desde entonces “todos los días son 11-M”.

Ahora mismo parece sorprender o molestar que la ETA mantenga mando en plaza, parapetada tras las siglas de Sortu y Bildu y la denominación genérica de “izquierda abertzale”, aprobándole los presupuestos al PNV en la CAV y al PSOE en Navarra, extendiendo su programa ideológico por escuelas y facultades, medios de comunicación públicos y privados, actividades culturales, festivas, deportivas…

Pero hasta aquí nos han conducido con la coartada de “la Paz” el PSOE y el PNV, a los que se sumó el PP de Mariano Rajoy (que es el realmente existente a día de hoy), tres formaciones más preocupadas por acordonar a Vox que a la ETA, y en esto, desengáñese el último de los engañados, son prácticamente indistintas, y buscan proteger con ello lo mismo: sus diversos privilegios de carácter cuasi estamental en los varios niveles de la Administración española.

Por eso no cabe lamentarse, ni siquiera con la voz de Teresa Jiménez Becerril -que no se ha apeado de la política en dos décadas, siempre a favor de un PP que funciona como ningún otro partido para el blanqueamiento definitivo de “la izquierda abertzale” (vulgo euskonazis)-, de que la ETA siga cautivando a buena parte de la sociedad vasca, y sus marcas y símbolos distintivos fascinando a las nuevas generaciones vasconavarras.

Es que la gente comprende, todos comprendemos, el agotamiento de un sistema de gobierno podrido, que se viene abajo como el vertedero aquél que sepultó a dos personas pero ni de lejos la gigantesca vergüenza de este estado euskadiano de las cosas, ni la inmensa corrupción que aquí se produce de 20 en 20 millones de euros cada vez, a repartir entre los de siempre. ¿Cómo no va a estar la juventud vasca en contra de estos saqueadores tan severos y trajeados?

Juega además contra el PNV el hecho de que sus medidas restrictivas vuelven a colocarlo, pese a los denodados esfuerzos de PRISA y Vocento por hacer del partido de Ortúzar una especie de formación libero-gay (o poco más o menos), en “la Derecha”, estigma que el vasco medio que lleva votando al Partido de Dios durante cuarenta años -antes, venía de apoyar a Franco- quiere ahorrarse “ahora que ETA ya no mata” y somos todos vecinos de nuevo.

Pero, obviamente, si hay “izquierda abertzale” será como oposición a la “derecha abertzale”, motete éste que valdría como definición política neutra si los plumillas de los grandes medios de Prensa no se comportaran todos los días del año como esbirros de la nueva Internacional roja, verde y morada que prescribe el término “extrema derecha” para Vox, Orban y Trump, pero no para los racistas antiespañoles, los ayatolás iraníes o el régimen genocida de Xi Jinping.

UNA RAZA SUPERIOR DE SEÑORITOS MANTENIDOS

Luego, más que alternativa, se podría dar la alternancia entre fuerzas hegemónicas abertzales, apoyadas ora por PSE y Podemos, ora por PSE y PP, sin otro proyecto que no sea seguir parasitando las cuentas públicas, tal como consagra la malhadada Constitución de 1978 -aunque Cayetana se haga la loca-, a pesar de que la gangrena de la sociedad vasca siga extendiéndose mientras sus expectativas demográficas no hacen otra cosa que menguar.

O, dicho de otro modo, ¿quién va a querer ser vasco o vivir aquí sometido a la permanente mentira, el discurso odioso y odiante del etarrismo ambiente, con cada vez menos oportunidades laborales, en este yermo de la Kultura Waska, sometidos al pago del chantaje constante de los terroristas que dicen “lamentar el daño causado” y al par reconocen que era “necesario” y a la vez no ocultan que “lo volverían a hacer”?

Ni a izquierda ni a derecha se revela/rebela nadie, ningún partido o medio o plataforma civil. El futuro pasa por la consunción progresiva del “conflicto vasco”, de no tolerarse la ruptura total entre “Euskadi” y el resto de España o de no alcanzar el punto, que sería de justicia, en que los demás españoles decidan dejar de mantener el balneario abertzale con el fruto de su trabajo y los impuestos aparejados.

Las pensiones de la Raza de los Señores que las pague la Kutxa, o qué.

La entente PNVSETASUNA

…data al menos desde las misas negras de Loyola (2006) y no opera tal cual en las instituciones, pese a acuerdos puntuales, sino en el ámbito extraparlamentario en el que rige el “cordón sanitario” contra todos aquellos opuestos al “proceso de paz” o la derogación de facto de la Constitución Española tanto en la CAV como en Cataluña.

Antes se podía considerar al PP como objeto de este “cordón sanitario”, pero, habiendo sabido por declaraciones de ese menor de edad llamado Mariano Rajoy que él estaba al cabo de la calle del negociado de Zapatero con los terroristas, sólo cabe concluir que fueron únicamente unas cuantas personas, en la política como en los medios, las que se pretendía excluir.

Por eso cada día que pasa es más bochornoso e impresentable el papel de Carlos Iturgaiz al frente del actual PP vasco, que sirve estrictamente para “acordonar” a Vox en el parlamento vasco ¡de la mano de la entente PNVSETASUNA más los lerdos de Podemos, favorables a las carlistadas de los sacrosantos “derechos históricos” de los vascos y sus instituciones forales!

Todos los partidos en uno, pues, salvo Vox -Cs se coaligó con el PP, ya es casualidad, sólo en las provincias forales vascas y Navarra-, todos a favor de la relegitimación de ETA que es la relegitimación del movimiento abertzale que es la relegitimación del engendro institucional y delirantemente racista conocido como “Euskadi” (“Basque culinary nation” o “Nación foral”).

Francamente, el margen es amplio para la oposición y no sólo para la disidencia, que, como no está remunerada, apenas se da, la verdad, a diferencia de la bien pagada patota de comunistas, peronistas (fascistas), euskonazis, racistas catalanistas, etc. Todos ellos en el Poder, pastando del presupuesto y al par dispuestos a quemar las calles a la mínima ocasión.

Pero, ¿es el PP oposición a este estado de cosas? Y no me refiero ya al PP vasco, que no, sino al PP en general, el de Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo, el de Feijóo y el de Ayuso… Pues Rajoy liquidó a María San Gil y a la docena de cargos que aún creían en la derrota de ETA “sin pagar precio político” y también… que el PP de Rajoy les respaldaba en su postura.

Luego pasaron los Basagoiti, Quiroga, Alonso, antes de volver Iturgaiz, pero siempre fue Alfonso Alonso con Oyarzábal, Maroto y Sémper los que dirigieron ese abrazo al consenso que Joseba Egibar, jeltzale plus de Guipúzcoa durante las últimas cuatro décadas de diálogos en la oscuridad con la ETA -el Eguiguren del PNV, vaya-, saludó diciendo aquello de “el PP ha pasado de no existir a existir”: de los 17 escaños conseguidos en 2005 a los 6 de ahora de PP+Cs.

Era Sémper el que decía, en entrevista muy chic publicada por la sesuda Jot Down, que había que “construir el futuro con Bildu”, que ya sabemos lo que son y lo que pretenden, sobre todo después de escucharle a Arnaldo Otegi explicar cómo iban a pactar “presos por presupuestos” después de haber simulado apenas horas antes que lamentaba el “daño causado” a las víctimas de ETA.

ESPERANDO A GODOT

Ciertamente, sostiene al respecto Sémper diez años después -la actualidad manda- de celebrar esa presunta renuncia de ETA al Terror que “hay que pasar de la exigencia de las palabras a las exigencias de los hechos”, es decir: fuoh. La lengua de madera de que hace gala la mitad de los tertulianos televisivos, sino las tres cuartas partes de ellos: la nada con sifón.

Algo así podrían haber dicho (y de hecho dijeron) Zapatero o Rubalcaba, Rajoy, Alonso, Eguiguren, Urkullu, Egibar y cualquier día de éstos Pedro Sánchez -pero en este último caso el Doctor Fraude lo dirá no como reproche, sino para que le aprueben alguna otra cosa (decretos, leyes, vetos, sus mentiras habituales en el Parlamento) que necesite en un momento dado-.

Es tan claro, tan obscenamente idílico el panorama de Konsenso radical en el “ámbito de decisión vasco” -del que llegó a hablar el propio Alonso con respecto a “Madrid” (en realidad, Génova)-, que sólo consuela el hecho de que al menos los principales traidores de la trama están políticamente muertos, pero ¿pretenderá resucitarlos Pablo Casado? Quién sabe.

De momento, Iturgaiz parece recién salido de la tumba, remedando torpemente un discurso de hace cuarto de siglo. Y Mayor Oreja, de romería: puede que sea mejor así. Abascal es alavés, el único rasgo relacionado vagamente con el “conflicto vasco” que se conoce de Vox. Y todo en este plan.

Parece que habrá que esperar a que entre Cayetana y Rosa Díez pergeñen un nuevo fiasco “constitucionalista”, convencidas de que la fuerza de la Razón hará mella en esta sociedad decrépita de racistas de toda laya, estómagos agradecidos, señoritismo espurio y privilegios institucionalizados. Pero como siguen pensando que el problema es el “nacionalismo”, pues ná’.

Sánchez quiere quedarse para siempre

…pero para ello debe sopesar si le conviene un adelanto electoral, lo que no es una decisión fácil en este momento de profusión de datos, promesas de reforma, avisos de la UE, recomposición interna de sus socios en el Gobierno, incertidumbre de las finanzas públicas, precariedad del suministro energético a cuenta en parte de antiguas rivalidades geoestratégicas…

Obviamente, el Doctor puede seguir actuando como si nada de lo que pasara en España o en el resto del mundo fuese con él, volcado como está el hombre en auspiciar “el Cambio” a nivel global, en todos los órdenes, de arriba abajo, mientras se pasea en Falcon siempre que puede para preservar la imagen que tiene de las personas reales, allá abajo, tan pequeñitas.

Otra cosa es que la Realidad le deje plantado cualquiera de estos días, o sus mentados socios podemitas en dura pugna por disgregarse en decenas de marcas con sus coloristas lidercillos, o la gente rara y siniestra de ERC, a su vez en perpetua guerra de desgaste con sus aliados separatistas al par que enemigos feroces por el negociado de la Generalidad, o el mismo y taimado PNV cuando la ocasión así lo demande.

Con estas bazas, mal que bien, ha ido tirando Sánchez toda la exigua legislatura y parte de los años precedentes a partir de la moción de censura contra Rajoy, y aspira de hecho a continuar con los mismos socios que imposibilitan el Gobierno aunque se les contente con el Reparto del Saqueo. Parece labor de equilibrista, pero ya saludé como “transformista” el extraño pacto PSOE-Podemos para arramblar con el Poder; un pacto nacido de la pura y urgente necesidad.

Ahora bien, sean cuando sean las elecciones, todo el variopinto entramado que sustenta al Ejecutivo del Doctor deberá deshacerse y acudir al encontronazo fácil para hacer ver a sus respectivos electorados y bases que el PSOE no les tiene cogido por los bajos, sino que es al revés. Y la cuestión entonces es cuándo se producirá esa artificiosa ruptura del Frente que apoya a Sánchez y le permite gobernar, si durante una votación presupuestaria o en cualquier otro momento.

Hasta entonces, sólo queda esperar por si alguien cabal queda en el PP con suficiente autoridad como para enmendar a Casado de su yerro esencial, que es pretenderse alternativa en solitario al otro supuesto “partido de Estado” (el PSOE, ¡ja!) en vez de asumir de una vez por todas que el Bipartidismo está felizmente enterrado, entre otras cosas porque el PSOE no desea alternarse en el Poder con ningún otro partido de ámbito nacional.

Definitivamente, la Oposición tampoco parece tener las ideas muy claras, ni la estrategia ni puede que, en el caso del PP, el discurso, cuando viene de hecho de negociar entre bambalinas la designación de una serie de cargos institucionales que vuelve a dejar en agua de borrajas sus promesas todas de “regeneración democrática”, precisamente en el peor momento posible para ello.

Lo cierto es que el PP vuelve a parecer un partido poco fiable para gran parte del electorado de la Derecha, pero tampoco Vox da la impresión de ser del todo capaz de imponer un liderazgo propio y distinto como alternativa al Frente de la Izquierda, así que la inminencia o no de las elecciones no altera sustancialmente el hecho de que Sánchez quiere quedarse para siempre en el Poder, y Casado y Abascal siguen sin hacer la suficiente mella en las pretensiones del Doctor.

Isabel Díaz Ayuso, candidata al Gobierno 2023

…a nada que se esmeren los asesores rojiverdes del PP, que puestos a la tarea de encontrar enemigos a batir siempre acaban eligiendo a las mujeres protagonistas de su propio partido: San Gil, Aguirre, Álvarez de Toledo y ahora la presidenta de la Comunidad de Madrid, genuina figura prominente de la Derecha europea que los enanitos a duras penas tratan de aplacar: lo llevan crudo.

Uno piensa en Pablo Casado, con ese suculento puesto “europeo” en una gran empresa internacional, y no ve más allá de la carrera de un niño bien que se prestó a las peores fabulaciones de Rajoy, como portavoz, para después presentarse como alternativa al rajoyismo-sorayismo sin desearlo en realidad, o eso parece ahora.

Alguien, en todo caso, sin vida al margen de unas siglas, las del PP, que parece que les pertenecen a él y a su camarilla por haberse impuesto en unas primarias a la arribista primera del partido, Sáenz de Santamaría, y poco más. Pero ni esto ni aquello: si el PP se mantiene hierático ante las maquinaciones del “aparato” contra sus líderes más populares lo pagará caro.

Uno piensa en Isabel Díaz Ayuso, que se ha tenido que reinventar en varias ocasiones no sólo como presidenta de Madrid, sino incluso antes de entrar en política, y ve el camino esforzado de una mujer que no se arredra, que parece hasta obstinada en la manera de llevar sus decisiones hasta la realización final, hasta su cumplimiento definitivo, que no le encuentra igual.

Y frente a un liderazgo arrollador -ideas claras y distintas (vulgo “convicciones”), coraje y proyección carismática- los petimetres peperianos de la Escuela de Control de Daños de Arriola, que sólo sirven para desactivar iniciativas singulares, obstruir carreras emergentes y anular todo tipo de oposición radical al Gobierno… por parte de los compañeros de partido.

Esto lleva siendo así dos décadas, siguiendo el criterio de selección de lo peor y más sumiso, para lo cual el mejor modelo político sigue siendo el PSOE, como para todo lo malo, que el PP asume dócilmente como lo más “in”, u “on”, o “plus”, que lo mismo da. Esta gente es tan incapaz de articular discursos morales como apta para desatar campañas de calumnias contra los propios.

Y a fin de cuentas, habiéndose cargado ya la relación con el líder de Vox, Santiago Abascal, y con el mejor activo parlamentario -político, discursivo, ejemplarizante- del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, ¿qué se podía esperar de Pablo Casado? Pero que este niñato ponga en almoneda la alternativa radical al despótico Doctor Sánchez sólo por presumir de “sentido de Estado”…

No habrá tal posibilidad, ni desde el Gobierno ni, por supuesto, desde la Oposición: si Casado mantiene el pulso contra Ayuso con la intención de derrotarla y humillarla, cuando ella arrase en las primarias madrileñas el que se verá definitivamente derrotado y humillado será él, aparte del tontolaba Martínez Almeida y del escupe-aceitunas García Egea. ¿Y entonces, qué?

La IDA, como una flamenca desabrida por el desengaño, aún podrá decir “Dejarme sola” y luego concurrir por Vox, pero… ¿qué le quedará entonces al PP de cara a las Generales? El órdago de Casado ha sido de órdiga, pero sus cartas son muy malas.

La connivencia mediática con el “proceso de paz”

…queda más patente si cabe en el “décimo aniversario” de la pantomima proetarra de Ayete, como quedan al descubierto las demás connivencias, no por sangrantes menos verdaderas, del PP de Mariano Rajoy en sus años de oposición (2004-2011) tanto como después, ya en el Gobierno de España con Jorge Fernández Díaz en Interior (2011-2016) haciendo de contacto de José Luis Rodríguez Zapatero para continuar con la “hoja de ruta” pactada por el PSOE directamente con los terroristas.

En el caso de los medios, este miércoles se atreve El Diario Vasco (del grupo Vocento, dueño también del ABC) a titular en su portada “El día que Euskadi renació” para saludar el 20 de octubre de 2011, y si se refiere a que el proyecto de ETA no murió aquel día, sino que renació, entonces sí, por supuesto: es la tesis de Mayor Oreja en un artículo también publicado este miércoles en El Mundo.

Porque parece mentira que la escenificación del “desarme” y de la presunta disolución de ETA con “mediadores internacionales” -todos ellos desprestigiados comisionistas de “la Paz”, empezando por el nefasto Kofi Annan- pueda ser celebrada por quienes no pueden haber olvidado de la noche a la mañana las campañas terroristas contra los medios de comunicación no abertzales, con asesinatos incluidos.

¿Se trataba de miedo, o sólo de negocios? En el caso de El Diario Vasco, ambas cosas o la sublimación de ambas: se trataba y se trata de quedar bien ante los lectores, a los que se supone de entrada amnésicos o conformistas, una vez madurados durante dos décadas en las bondades de “la Paz” con una mafia etasuna en vías de liquidación por el Estado español. Un auténtico lavado de cerebro buenista que nadie como El Diario Vasco acometió con tanta decisión -con, por ejemplo, un Alberto Surio recompensado más tarde con la dirección de la EiTB (2009-2013)-.

Pero no se puede hablar con toda probabilidad de decisión independiente, dado que desde la llegada al Gobierno de Zapatero en 2004 el grupo Vocento se puso a disposición de sus grandes mantras, tanto en lo relativo a la negociación con terroristas como con respecto a la aprobación del inconstitucional Estatut(o) de Cataluña, en lo pertinente a silenciar las verdaderas investigaciones sobre el 11-M tachándolas de conspiranoicas, etc.

Puedo hablar largo y tendido sobre el particular porque fui testigo directo de ello, ya que mientras el hoy cariacontecido José Antonio Zarzalejos se alineaba con la estrategia zapaterista en estos tres asuntos cuando dirigía el ABC por segunda vez (2005-2008), el nuevo proyecto del grupo editorial para coordinar la información de las ediciones digitales de sus distintas cabeceras regionales -proyecto conocido como “Redacción Central” (RC)- fue encargado a… gente procedente de Prisa.

Habida cuenta de que El País y la Ser -Polanco, Cebrián, Felipe González- se encargaron de defenestrar a Redondo Terreros (2001) para aupar a Patxi López -es decir: pilotaron la entrega del PSE al PNV de Ibarretxe y a sus propios apaños con la ETA desde el Pacto de Estella (1998)-, no es de extrañar que con un nuevo presidente del Gobierno decidido a seguir la línea de Jesús Eguiguren de salida negociada para los etarras el mejor modelo (des)informativo para llevarse bien con los que mandan fuera aquél.

Y, efectivamente, conocido el anuncio del primer “alto el fuego” (2006) mis compañeros de RC avanzaron un especial titulado “ETA da el primer paso hacia la paz”, donde ya quedó fijada la línea discursiva para el entreguismo de Vocento a la causa “pacifista”. Desde aquel momento, las víctimas del terrorismo pasaron a resultar sospechosas a la inmensa mayoría de la Prensa patria, porque al parecer ellas eran “parte del problema” o “parte” a secas, “parte interesada” -por cierto, no había pasado un año cuando, pese a los fervientes deseos de paz de los gerifaltes vocentinos y prisaicos, ETA hizo explosionar la terminal 4 de Barajas asesinando a dos personas-.

PARTE DEL PROBLEMA Y NO DE LA SOLUCIÓN

Evidentemente, las víctimas no podían tener mayor interés que apelar a la Justicia para la resolución de los crímenes sin esclarecer y las causas pendientes, el cumplimiento íntegro de las condenas, etc. Pero se las decidió demonizar sibilinamente porque querían tener voz en el “proceso”, un proceso de liquidación gradual de los hechos para sustituirlos por buenas intenciones al que estaban invitados los asesinos, sus portavoces y los habituales recogenueces del PNV y, en esta ocasión, y desde entonces a hoy, también los del PSOE… de Zapatero. O sea: las misas negras de Loyola (2006).

El mismo Alfredo Pérez Rubalcaba, siniestro muñidor de complots y encubridor a tiempo completo de crímenes varios, por entonces ministro del Interior (2006-2011), señalaba como condición indispensable para que fructificase el “proceso” la discreción de los medios de comunicación, a lo que en este país la mayoría de los periodistas se prestó sin dilación, algunos con fruición -como si pensaran de sí mismos que así contribuían a “escribir la Historia”, y encima con “altura de miras”-.

La consecuencia directa de ello fueron brutales campañas de acoso para silenciar a las voces contrarias al negociado político con los terroristas, significativamente las víctimas de ETA, como al por entonces (2004-2008) presidente de la AVT Francisco José Alcaraz, siempre combativo por la Verdad, Justicia, Memoria y Dignidad para sus representados -ahora que es senador por Vox, tercer partido en importancia de España, harían bien los plumillas y flautistas del “proceso” en reconocer que no pudo estar tan mal que la ETA se dedicara a asesinar a “militantes de la extrema derecha”, por ejemplo, que es lo que muchos piensan en su ínterin, después de todo-.

Total, “si quieren la independencia, que se la den”, como sostenía uno de mis citados compañeros “progresistas”, que gracias a su relativismo epistemológico -“todo es relativo”- logró al salir de Vocento la subdirección (2012-2018) y postrer dirección (2018-2021) de uno de esos diarios web -la edición española del Huffington Post- que lee la gente que se considera muy inteligente y progresista, antes de resultar recientemente recompensado por los servicios prestados con un alto cargo en la SER, ¡el de director de Informativos! Efectivamente, se trata de Guillermo Rodríguez Díaz.

De la jefa del equipo de RC, Guiomar del Ser, qué decir: actualmente tiene un alto cargo en El País como responsable de “estrategias y desarrollos” o cosa por el estilo -un comisariado ideológico, supongo, por los antecedentes-. Un diario donde sigue escribiendo el “mensajero de la paz” Luis Rodríguez Aizpeolea, un asiduo de la sede socialista de San Sebastián donde por lo visto escribía libros y otras cosas a cuatro manos con “Txusito”, el dealer del “proceso de paz”, y que este miércoles abre portada con el titular “10 años sin ETA: distensión en Euskadi, bronca en el Congreso”. El relato era esto.

Así que con la práctica totalidad de los medios de entonces embridados -salvo El Mundo, la Cope (hasta 2009), Libertad Digital…-, con las televisiones por descontado en su función única (las 24 horas del día, salvo la publicidad) de reproductoras de la “imagen” o imágenes producidas y servidas por el Poder (a través de la agencia EFE, por ejemplo, ¡o las series de TV!), el “proceso” ha continuado hasta nuestros días porque los que otrora colaboraron, o callaron o se inhibieron, ahora difícilmente van a poder restañar todo el daño causado a la credibilidad de la Prensa, a las víctimas del terrorismo y a las mismas libertades públicas.

NO HAY PEORES CIEGOS

El problema en sí es que la violencia política goza de gran predicamento o buena prensa entre nuestros periodistas españoles y, por lo general, occidentales. Será por aquello de Johnny Rotten de que “el sexo y la violencia son las dos cosas que más venden en este mundo” (de ahí Sex Pistols), lo que vale para el rock y para el cine, para el TV y la Prensa, la Literatura o el Arte.

 Ahora bien, nunca acabé de conocer si se trataba y se trata, en los casos que me ocupan, más de ignorancia algo fanatizada, de interiorizado rechazo básico a la discrepancia -por ser conflictiva o por miedo a la propia automarginación del grupo-, o de connivencia total con los radicalismos, extremismos, terrorismos -sobre todo si son fenómenos recurrentes en sistemas democráticos-, o de mero aventurerismo intelectual al que son muy dados, precisamente, los calientasillas de 40 horas a la semana que al parecer admiran las gestas criminales de los Che Guevara del mundo.

En todo caso, ahora ya es muy tarde para recomponer la realidad -más que fragmentada, hecha añicos- a través de informaciones cualesquiera. Arnaldo Otegi podría llegar a lehendakari en un par de años porque la Justicia doblegada por el PSOE de Zapatero, con el consentimiento del PP de Rajoy, decidió a pesar de las pruebas que no era uno de los “jefes” de ETA, aunque ETA le encargara a él reconstituir su “brazo político” -o sea: el “caso Bateragune”- el año 2008.

Y a la gente le parece bien, claro; a la gente le parece todo bien, o no, pero qué más da, si total… El PNV vende en inglés la marca “Nación Gastronómica Vasca” (Basque Culinary Nation, ¿es en serio?) y en español la “Nación foral” de Urkullu -esto es: la constitucionalización del estamento vasco, privilegiado respecto a la ciudadanía común- y en esto están ya todos más o menos de acuerdo por aquí, por “Euskadi”, de la ETA al PP.

Todos menos Vox, ojo -y el que tenga ojos para ver, que vea: a la mayoría se los sacaron los medios con las mentiras inherentes al “proceso de paz”.  

Pacificar sin desnazificar

…la sociedad vasca es lo que pretendieron (hace diez años ahora) los “mediadores internacionales” que tantas veces se cubrieron de gloria a las puertas del Palacio de Ayete -reconvertido por el entonces alcalde Odón Elorza en “Casa de la Paz”-, siendo por supuesto todos ellos de parte: de la del movimiento abertzale con el PNV a la cabeza acompañado por los tontos útiles del socialismo patrio.

Cabe recordar que la ETA estaba al borde de su extinción operativa antes de la masacre terrorista del 11 de marzo de 2004, en gran medida por la falta de financiación aparejada a la ilegalización de la mayoría de sus organizaciones y empresas pantalla, incluidas (sobre todo) sus formaciones políticas, que ingresaban millones de euros de su presencia en ayuntamientos y parlamentos (forales y autonómicos) de la CAV y la CAN, así como en el propio Congreso.

Por eso resulta tan absurdo como hiriente que uno de los negociadores -de la negopolitik o política de mediación para obtener pingües beneficios, ¡las negociaciones de paz como negocio!- o más bien realizadores de la fraudulenta película “ETA por la Paz”, el británico Jonathan Powell, arguya entrevistado en El Diario Vasco que hay que dialogar con terroristas, pero no con todos, sino con los que “tienen un importante apoyo político detrás”.

En rigor, Powell justifica así todos y cada uno de los terrorismos -también el yihadismo, por supuesto-, en vez de deslegitimar el uso de la violencia para hacer política, porque obviamente el terrorismo no es un fin en sí mismo sino el medio y el modo en que grupos en principio minoritarios pretenden hacerse oír y participar en el espacio público, ya se trate de democracias (donde queda al descubierto su auténtico respaldo político) o de dictaduras.

Que su apoyo social sea grande o pequeño no hace a la cuestión de si es legítimo entablar negociaciones de igual a igual entre el Estado y los terroristas, sobre todo si dichas negociaciones incluyen aspectos políticos y no meramente penales, y eso es tan cierto para el caso de ETA como de las facciones criminales del Ulster o las FARC, por citar los ejemplos que menciona Powell en la entrevista.

De hecho, él mismo asegura que por ejemplo no negociaría con los “escisionistas del IRA” (¿y si fueran el grupo mayoritario a la postre?) o la Baader-Meinhof, por lo que es de suponer que al GRAPO tampoco le daría ni agua. En resumidas cuentas, el pragmatismo mal entendido de Powell alimenta por el contrario el recurso a la violencia que pretende desactivar, porque si el terrorismo es rentable políticamente (¡electoralmente!) qué mejor razón para no dejarlo.

Pero ni siquiera era ésa la situación de la ETA en el siglo XXI, sino la contraria e inversa: la ilegalización de sus pantallas políticas redujo gran parte de su poder y su hegemonía social, así como la unión (rota por el PSOE de Zapatero) de los dos grandes partidos nacionales puso contra las cuerdas no sólo a los terroristas, sino a un PNV en el gobierno vasco que había pactado con los criminales asesinos la creación de un Frente Abertzale por la secesión apenas un lustro antes.

A su vez, el actual portavoz de la ETA institucional, Arnaldo Otegi, antiguo secuestrador reconvertido gracias a Zapatero y su cohorte de mediadores en el “Mandela vasco” -pese a que el proyecto ideológico que defiende sea el de la Supremacía del Euskaldún (antes, de la Raza Vasca, según el padre de todos ellos, que sigue siendo Sabino Arana)-, declara que “hace diez años yo estaba en la cárcel porque los enemigos de la paz buscaban evitar que pasara lo que aquí pasó”.

Efectivamente, los “enemigos de la paz” queríamos al criminal entre rejas, a la ETA disuelta y no en las instituciones como segunda fuerza vasca, y sobre todo el fin de la hegemonía abertzale apoyada en la represión terrorista. En vez de ello, PNV y PSE se aprestaron a hacer todo lo posible por evitar, precisamente, la foto de “la derrota de ETA”, porque a ninguno les convenía ese “relato” -y por lo que se vio después con el Gobierno Rajoy y los dirigentes de los restos del PP vasco, tampoco a éstos-.

Les gusta más, como no dejamos de ver con el PSOE desde 2004 y con el PNV desde hace un siglo y medio, lo de que España es el problema, las víctimas del terrorismo poco menos que una coartada para “el Estado represor” (¡salvo Maixabel!) y la Derecha la enemiga de “la Paz”, pese a haber puesto la inmensa mayoría de los muertos en su lucha democrática y legal contra el terrorismo, su entorno y las legitimaciones varias recibidas desde el Poder político e incluso eclesial.

Hasta el sempiterno vocero del PNV Joseba Egibar, en un alarde de sinceridad (si bien muy a posteriori), sostiene que “la izquierda abertzale tuvo un protagonismo absoluto en Ayete y eso pudo dificultar una lectura crítica sobre ETA”. Vaya, diez años después del “fin de ETA” esa “izquierda abertzale” respalda -si no es que los organiza directamente- los actos de exaltación terrorista en los municipios vascos a que regresan los criminales.

Lugares de los que, por supuesto, la gente decente sigue marchándose desde hace medio siglo debido al etarrismo ambiente, hegemónico gracias al asesinato político, a la connivencia social, clerical y de las mismas instituciones gobernadas por el PNV con el fenómeno de exclusión, y a la incomprensible debilidad o falta de persistencia del Estado que debía proteger a las víctimas del odio abertzale.

Diez años después o medio siglo después, reitero, queda pendiente la desnazificación de “Euskadi”, aunque resulte impensable que la mayoría de la sociedad vasca se acabe dando cuenta en el siglo XXI, o que las máximas autoridades nacionales vayan a hacerse cargo alguna vez del auténtico problema vasco.

Atrapados en “un tiempo nuevo” permanente

…por lo menos desde 2004, los españoles no parecemos querer superar el actual marco de relaciones anquilosadas entre partidos, gran empresa, sindicatos, lobis varios de presión… y los propios ciudadanos, quienes como Caín están dispuestos a vender su primogenitura democrática -¿a quién cabe atribuir la Soberanía Nacional?- por un plato de lentejas que no sólo carece de sacramentos (como en un menú escolar cualquiera), sino que apenas tiene lentejas.

A cambio, el Gobierno Sánchez (gafe, nefasto, horribilis) ofrece récords de gasto público en los Presupuestos, precisamente en el momento de mayor endeudamiento público de la historia de España, con todos los indicadores económicos lanzando avisos preocupantes desde hace ya años -paro crónico y juvenil, inflación, encarecimiento de la energía y de la vivienda, insostenibilidad de las pensiones- sin que ello no parezca preocupar más que a una minoría.

Por el contrario, la ruina de la administración catalana asumida por el Gobierno sin ponerles límites a los que la han provocado, más la extensión de la política degradante (característica de la Generalidad y aledaños desde hace décadas) al conjunto de la Nación, sólo puede deparar un futuro a medio plazo, más que incierto, de pura carestía por falta de inversión, de empleo, de oportunidades reales de medro y progreso para la mayoría de los españoles.

Con los medios de comunicación y la Universidad sometidos al Poder político y económico, ante el que se arrastra miserablemente “el mundo de la Cultura” -y servilmente, además, cuando se trata de un Poder “repartidor” que patrimonializa la Izquierda-, los ciudadanos tienen difícil expresar su descontento porque se han quedado sin intermediarios -partidos, sindicatos, asociaciones empresariales, medios, universidades…-, todos en obscena coyunda como receptores netos de fondos públicos.

Con unas élites tan frívolas como nihilistas, que tanto parecen despreciar a “la gente” o Pueblo Español que es verdadero titular de la Soberanía -no Sánchez, ni el Parlamento ni el Rey-, todavía hay quienes motejan de “populismo” el más mínimo y tímido gesto de regeneración democrática, que nunca fue lo de Podemos sino lo de UPyD, Cs y, ahora mismo, lo de Vox, mientras el PP pareció renunciar de entrada a ello ya en tiempos de Aznar, pactando con el principal corruptor patrio Jordi Pujol mientras decidía “pasar página” a los años criminales del PSOE felipista.

Con un sistema educativo orientado a la liquidación del esfuerzo y de la misma transmisión de conocimientos, los partidos y demás acólitos mencionados del establishment se disponen, una vez más, a practicar el Saqueo Institucionalizado que les ha procurado la hegemonía total sobre la sociedad española sin apenas oposición intelectual, básicamente mediante el recurso al Soborno Público y gracias al control cada vez mayor sobre todo tipo de información crítica fiable.

Lo llamarán “tiempo nuevo” o “nueva normalidad” aprovechando que parece remitir la epidemia de coronavirus, pero aparenta más bien tratarse de los últimos días del mundo conocido y no por los ardores apocalípticos de los agendados para 2030 y 2050, sino porque cuesta imaginar que puedan mantenerse en el Poder los gobernantes más inútiles y delirantes que ha conocido España en su larguísima historia.

Hasta que los echemos, sin embargo, van a aprovechar para llevarse hasta los ceniceros -como han hecho siempre en el pasado-, sobre si todo si el PP se dedica hasta 2023 a deshojar la margarita de si gobernará con Vox o no si con éstos les dieran los números… Cuando para nada debiera ser ésta la cuestión, sino qué están dispuestos a cambiar una vez que alcancen (si lo alcanzan) el Gobierno.

Para más de lo mismo, no acabarán de tener ya más el apoyo electoral suficiente, precisamente porque ahora existe Vox para denunciar su inacción -y ésta es, sin duda, la mayor virtud del partido de Abascal-. A ver si son capaces de asumirlo de una vez y actuar en consecuencia.