Preparando el fin del régimen del 78

…se le ha ido la legislatura al indocto Doctor Sánchez, pero aun y todo me parece excesivo que desde finales de septiembre la Casta haya decidido que ahora lo importante son las elecciones municipales de mayo, ¿no piensan entonces hacer nada a derechas en dos cuatrimestres consecutivos? De momento, ya han aprobado unos Presupuestos irreales, fraudulentos, inmorales… que buscan únicamente sostenerse en el Consenso cuando ya no hay definitivamente de dónde sacar (o saquear) antes del colapso cantado de las cuentas públicas.

Así, vendrán los hombres de negro de la UE y tendrán los ojos claros: no pueden permitir según qué expansiones españolas en un momento tan drástico como el actual, teniendo en cuenta las dificultades del propio Euro y del sistema financiero en general, por lo que procederán a la única e insoslayable reforma posible a estas alturas del siglo XXI: el recorte, que será de dos dígitos, en las pensiones y en los subsidios al desempleo de los españoles.

Habrá entonces crujido de huesos y rechinar de dientes, cuando la sola noción de la enorme estafa piramidal que desde hace décadas supone la Seguridad Social debiera haber promovido, como este mismo jueves apuntaba Arcadi Espada, una genuina insurrección de los paganos de todo este cambalache; pero es que, de nuevo cabe insistir en la idea, a estas alturas del siglo XXI hasta eso llegaría muy tarde, porque de hecho resulta imposible.

Se han turnado en el Poder el PSOE y el PP, con CiU y PNV de muletas permanentes, hasta que todo ha comenzado a hacer aguas básicamente por “la insostenibilidad de las cuentas públicas”, sintagma que en nuestro país se podría traducir como “imposibilidad de continuar con el Saqueo institucionalizado” a las clases productivas para mantener todo el gigantesco momio de partidos, sindicatos, asociaciones de carácter solidario-extractivo y demás gremios del parasitismo patrio.

Y esto no es de ahora, claro: hasta yo escribí hace una década sobre el riesgo de argentinización de España. Pues en ésas estamos. Ya advirtió en la primera legislatura de Aznar un tal profesor Barea, desde la Oficina Económica del Gobierno, de la insostenibilidad de las pensiones, que de hecho Aznar pudo pagar gracias a la concesión de un crédito porque, después de 13 años de Felipismo y Socialismo cañí, resulta que no quedaba un duro en la caja.

A Barea lo mandaron a casa, por descontado. Y desde la crisis financiera de 2008, y sobre todo en tiempos de Rajoy, toda leve molestia al respecto del enorme gasto comprometido exclusivamente en el pago de las pensiones se ha solucionado modélicamente: echando paladas al que todos los beneficiarios pretenden, como un Pablo Iglesias cualquiera, saco sin fondo de la Deuda Pública. Pues va a resultar que no es así, y lo comprobaremos pronto.

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La mascarada no tiene fin

…y por eso, dos años después del inicio de la pandemia coronavírica que los negacionistas del Gobierno se empeñaron en ignorar hasta que ya fue demasiado tarde, nos quieren de nuevo embozados, amordazados, a instancias de los socios separatistas del Ejecutivo del fraudulento Doctor Sánchez, ERC y PNV, que no saben qué hacer con sus competencias ahora que por vez primera tenían la oportunidad de comportarse como un gobierno de verdad.

Nos quieren con el barbijo aunque sea de babero, después de que no haya habido restricción ninguna al acabar el verano y se hayan sucedido conciertos masivos, maratones de miles de participantes, puentes festivos y los partidos incesantes de la Liga, con los estadios sin límite de aforo, aunque de nuevo haya que insistir en que los contagios se producen mayoritariamente en el puesto de trabajo o en el seno del propio hogar.

Para el caso da igual, dan lo mismo los altos índices de vacunación en España, porque se trata de aparentar que hacen algo por nuestro bien los partidos que, viniendo de celebrar mítines multitudinarios este fin de semana, ahora abogan por prohibirnos la reunión de más de diez personas. Ciertamente, en muy poco deben considerar a sus simpatizantes y afiliados: cualquiera de nosotros vale por cientos de los suyos, a juzgar por las cifras y las proporciones.

Pero se trata de prohibir, no sólo de aparentar: Apariencia y Poder como origen y producto todo del Gobierno Sánchez y de sus adláteres, que se muestran dispuestos a aplicar las medidas más extremas siempre que se ejecuten en nombre de otro, por ejemplo “Madrid” (por no mentar España), y todo para “luchar contra un virus” invisible y todavía no del todo comprendido por los científicos en sus fases y grados de mutación.

Contra lo que no les compete, porque sin información adecuada ninguna de sus medidas restrictivas resulta útil, desde luego se muestran tremendamente concernidos nuestros trasuntos de gobernantes, pero contra lo que de verdad debieran imponer su autoridad y la aplicación rigurosa de las leyes se muestran inermes, indiferentes, tibios o directamente cómplices: desde las algaradas de los separatistas catalanes a las asechanzas de los etarras.

Un bozal es lo que preferirían ponernos, no sé si a todos, para que no sigamos refiriendo las peripecias ridículas pero criminales de este Gobierno del PSOE con el Doctor Fraude a la cabeza, más sus socios bolivarianos de Podemos, apoyado por la ETA, los golpistas catalanes y el demediado PNV del mustio Urkullu, que pacta presupuestos -luego parte de su proyecto político- con los tradicionales representantes de los asesinos (todos ellos, al cabo, abertzales).

Todo vale para este Gobierno, porque todo le da igual a Sánchez: mascarillas lo mismo contra el coronavirus que contra el hedor a cadaverina que desprenden sus pactos, todos ellos encaminados al asesinato de los principios constitucionales y de la misma Nación que se supone que ordenan, todo ello para encaramarse al Poder como última ratio, todo ello de la mano de los enemigos de España, de sus gentes y de la democracia.

Ojalá 2022 sea la tumba del Sanchismo.

La sociedad dividida

…es el modelo que consagra el Izquierdismo ideológico cuando se encuentra en el Poder, prevaliéndose de todos los recursos públicos y yugulando parte de los privados con el fin de hacer ver a los propios que todo es necesario en pos de la victoria sobre los otros, pues se trata de victoria o muerte (políticamente hablando), victoria o derrota, pero en todos los órdenes de la vida.

Porque para la casta política la lucha por el Poder es la Vida, y a esa visión del mundo deben someterse los gobernados en todo tiempo y lugar, pues de ahí viene su presunción de legitimidad, de cierta infalibilidad, de necesidad misma para que la Política pueda simplemente existir, no digamos ya un sistema democrático como tal, con su pugna entre las distintas facciones o formaciones de representantes en una sociedad plural.

Pero, ¿es que esto es así? ¿No es la corrupción moral de los partidos la que se extiende por todo el Estado en que se han enquistado desde los inicios del régimen del 78? ¿No es su omnipresencia la que asfixia el Presupuesto, a las empresas y a los particulares? ¿No es su falta de escrúpulos y su evasión de responsabilidades las que tienen la Hacienda a punto de quebrar, comenzando por el insostenible sistema público de pensiones?

Partidos ahora mismo que no acatan la Ley, partidos que proceden del terrorismo, al que en su día sirvieron de pantalla, todos ellos socios en el Gobierno de un partido de historial criminal como el PSOE, que durante un tiempo se presumió liberado de las ataduras de su pasado revolucionario y antidemocrático, básicamente durante los años de Felipe González al frente del partido y del Gobierno de España.

Mas después sólo ha mantenido ciertas trazas de liberalismo democrático para disimular en tiempos de oposición, como en el caso de Zapatero y luego de Sánchez, ambos implicados hasta el cuello, a la hora de la verdad, en otorgar soluciones “de prestigio” a los problemas rarunos de los separatistas de la ETA, ERC, Junts, las CUP y demás ralea -como en el 34, al PSOE todo aliado extremista le parece poco, habiendo fijado ya el objetivo a batir como enemigo.

Por eso ahora, como prácticamente desde el momento en que Pedro Sánchez asaltó el Poder mediante la moción de censura -con el apoyo ya entonces de Podemos, ERC y Bildu-, sólo queda recordar una vez más a las formaciones de oposición, PP y Vox sobre todo, que así como sólo de manera conjunta podrán constituirse en alternativa y echar al Doctor Fraude de La Moncloa, para el Frente de la Izquierda ambos representan un todo que hay que dividir y finalmente liquidar.

Que impere la unidad, entonces; y a por ellos.

Las ideologías furiosas

…son impulsadas en todo tiempo y lugar por aquellos megalómanos que, como el Diablo, cuando se aburren mucho se ponen a pensar en cómo perjudicar al hombre corriente, al que ven pasar todos los días por delante y al que no soportan, en su afán poco común por salvar a la Humanidad de sí misma y atribuirse después el mérito.

Que la llamada “cumbre climática” haya deparado al fin el reconocimiento de la energía nuclear como “verde” no debiera sorprender a nadie, pues entre nosotros lo sostiene el joven economista nonagenario Juan Velarde desde hace medio siglo, o más: barata, limpia y segura, lo que necesita precisamente un país como España con su alta demanda energética tanto en temporada de verano como durante el invierno.

Que los crímenes de índole sexual aumenten exponencialmente a la producción legislativa -dislocada, frívola, inútil- de la Izquierda sobre la materia tampoco es de extrañar, porque lejos de tratar de contener el derrame de gasolina lanzan alegremente sobre el vertido sus cerillas encendidas de ilusión y pretendidas buenas intenciones, que desde luego para nada aseguran la protección física de las maltratadas o de las mujeres en general ante las agresiones violentas.

Que la reinserción, precisamente, de criminales sexuales se quiera conjugar con la criminalización del “heteropatriarcado”, como la ocultación de abusos a menores en centros dependientes de administraciones en manos de los autodenominados “progresistas” se realiza en nombre de la salvaguarda de no se sabe bien qué protección de datos, da otra buena muestra de cómo la ideología perniciosa de los que se proclaman “conscientes” engendra monstruos.

 Que toda la zarrapastrosa negociación presupuestaria, con los privilegios a flor de piel en las manos petitorias de los jefes y chamanes tribalistas de las “nacionalidades y regiones”, se resuelva finalmente con la aprobación de leyes que nos vetan nuestros acreedores, a modo de improbables soluciones que en realidad empeorarían los problemas, da buena cuenta de la desfachatez insólita del primer presidente que ha hecho del Gobierno un ente inútil para gobernar.

Pero es que, a fin de cuentas, ni los recitales de la memoria básicamente antifranquista, revanchista, falsaria, o los de la memoria “sobre el conflicto” desencadenado por los terroristas abertzales apadrinados por la Iglesia y el PNV, ni las componendas de buena sociedad parlamentaria en la que el partido del Gobierno ha incurrido con los golpistas de ERC y de Junts, llegando hasta los inconstitucionales indultos que ahora de nuevo salen a la palestra…

Nada de lo que ha realizado el Gobierno Sánchez en comandita con Podemos ha sido bueno para España y para los españoles, sino todo lo contrario, aunque lo traten de encubrir con mentiras, sobornos a los medios y al “mundo de la Cultura”, ayudas presuntamente directas a los necesitados y demás morralla fascistoide. Todo ha ido encaminado a enquistarse en el Poder y desde ahí destruir cualquier alternativa a su política de saqueo y corrupción.

De ahí la necesidad, cada vez más urgente, de someter todo pensamiento crítico a las falsas verdades de las ideologías furiosas, para sofocar la rebelión intelectual y social, política, a todo este desfasado estado de cosas. Nunca como ahora se había mentido tanto y con tal descarnado cinismo a los ciudadanos sobre la situación, sobre los problemas reales y los retos asumibles, sobre la esencia misma de la vida en sociedad, sobre la convivencia y la democracia.

Y con semejante proyecto de sustitución total de lo Real por la Causa ideológica pretenderá una vez más el demediado líder del PP, Pablo Casado, llegar a pactos de Estado “por el futuro de España” -¡el futuro!, la recurrente promesa de las ideologías que, precisamente, surgieron para denunciar por engañosas las teleologías religiosas y sus promesas de una mejor vida más allá de la muerte-.

Estos “progresistas”, al cabo, nos prometen la penuria en vida y la redención futura, nos certifican la ignorancia de nuestros hijos y sus limitadísimas oportunidades laborales y vitales, mientras se dedican esencialmente, en cuerpo y alma, y como siempre han hecho, a la sustracción de todo lo que aún producen los más afortunados y libres, para llevárselo crudo y seguir presumiendo de conciencia social. Ellos son incorregibles, pero ¿y nosotros?

Atrapados en “un tiempo nuevo” permanente

…por lo menos desde 2004, los españoles no parecemos querer superar el actual marco de relaciones anquilosadas entre partidos, gran empresa, sindicatos, lobis varios de presión… y los propios ciudadanos, quienes como Caín están dispuestos a vender su primogenitura democrática -¿a quién cabe atribuir la Soberanía Nacional?- por un plato de lentejas que no sólo carece de sacramentos (como en un menú escolar cualquiera), sino que apenas tiene lentejas.

A cambio, el Gobierno Sánchez (gafe, nefasto, horribilis) ofrece récords de gasto público en los Presupuestos, precisamente en el momento de mayor endeudamiento público de la historia de España, con todos los indicadores económicos lanzando avisos preocupantes desde hace ya años -paro crónico y juvenil, inflación, encarecimiento de la energía y de la vivienda, insostenibilidad de las pensiones- sin que ello no parezca preocupar más que a una minoría.

Por el contrario, la ruina de la administración catalana asumida por el Gobierno sin ponerles límites a los que la han provocado, más la extensión de la política degradante (característica de la Generalidad y aledaños desde hace décadas) al conjunto de la Nación, sólo puede deparar un futuro a medio plazo, más que incierto, de pura carestía por falta de inversión, de empleo, de oportunidades reales de medro y progreso para la mayoría de los españoles.

Con los medios de comunicación y la Universidad sometidos al Poder político y económico, ante el que se arrastra miserablemente “el mundo de la Cultura” -y servilmente, además, cuando se trata de un Poder “repartidor” que patrimonializa la Izquierda-, los ciudadanos tienen difícil expresar su descontento porque se han quedado sin intermediarios -partidos, sindicatos, asociaciones empresariales, medios, universidades…-, todos en obscena coyunda como receptores netos de fondos públicos.

Con unas élites tan frívolas como nihilistas, que tanto parecen despreciar a “la gente” o Pueblo Español que es verdadero titular de la Soberanía -no Sánchez, ni el Parlamento ni el Rey-, todavía hay quienes motejan de “populismo” el más mínimo y tímido gesto de regeneración democrática, que nunca fue lo de Podemos sino lo de UPyD, Cs y, ahora mismo, lo de Vox, mientras el PP pareció renunciar de entrada a ello ya en tiempos de Aznar, pactando con el principal corruptor patrio Jordi Pujol mientras decidía “pasar página” a los años criminales del PSOE felipista.

Con un sistema educativo orientado a la liquidación del esfuerzo y de la misma transmisión de conocimientos, los partidos y demás acólitos mencionados del establishment se disponen, una vez más, a practicar el Saqueo Institucionalizado que les ha procurado la hegemonía total sobre la sociedad española sin apenas oposición intelectual, básicamente mediante el recurso al Soborno Público y gracias al control cada vez mayor sobre todo tipo de información crítica fiable.

Lo llamarán “tiempo nuevo” o “nueva normalidad” aprovechando que parece remitir la epidemia de coronavirus, pero aparenta más bien tratarse de los últimos días del mundo conocido y no por los ardores apocalípticos de los agendados para 2030 y 2050, sino porque cuesta imaginar que puedan mantenerse en el Poder los gobernantes más inútiles y delirantes que ha conocido España en su larguísima historia.

Hasta que los echemos, sin embargo, van a aprovechar para llevarse hasta los ceniceros -como han hecho siempre en el pasado-, sobre si todo si el PP se dedica hasta 2023 a deshojar la margarita de si gobernará con Vox o no si con éstos les dieran los números… Cuando para nada debiera ser ésta la cuestión, sino qué están dispuestos a cambiar una vez que alcancen (si lo alcanzan) el Gobierno.

Para más de lo mismo, no acabarán de tener ya más el apoyo electoral suficiente, precisamente porque ahora existe Vox para denunciar su inacción -y ésta es, sin duda, la mayor virtud del partido de Abascal-. A ver si son capaces de asumirlo de una vez y actuar en consecuencia.