Mondragón o ETA en su contexto

…no es sólo el símbolo de la rendición de la sociedad vasca ante los criminales abertzales, sino de la Nación toda, en cuanto que es el apoyo de Bildu el que permite gobernar (es un decir) al psicopático Dr.Sánchez, años después de consumado el “proceso de paz” -o negociado político con terroristas- iniciado por Zapatero y preservado por Rajoy.

Lo cierto es que la ETA sigue muy presente en la sociedad vasca a través de lo que podríamos denominar su kultur kampf (todo un imaginario propio, sincrético y excluyente a la vez) no menos que por medio de sus organizaciones “sociales” pantalla, como las de presos, abogados, escritores y otros asociados del mundillo cultural euskaldún, más el Gara y la EiTB (radios y TV).

Así las cosas, pretender que los actos del fin de semana han representado triunfo o victoria alguna por parte de las víctimas del terrorismo o de partidos políticos como Vox y PP es hacerse trampas al solitario una vez más -y van…-. Pues los que se quedan en la plaza son los proetarras y los que abandonan el campo (sin apenas representantes en la provincia) los otros.

Y no es de ahora este absoluto abandono de la sociedad, de la misma situación vasca después del genuino proceso de “cancelación” que supuso liquidar la resistencia militantemente democrática de los hombres y mujeres del PSOE y del PP (UPN) en Vascongadas y Navarra. Pero es lo que se determinó después de la mayoría absoluta del PP en el 2000 por parte del nuevo PSOE de Zapatero.

Ahora que “El Pollo” Carvajal está a punto de piar algo sospecho que tal vez puedan aclararse las nunca inciertas relaciones entre la misma ETA, el régimen bolivariano de Chávez (vinculado a Irán no menos que a Cuba) y las FARC colombianas, relaciones más que estrechas y bien documentadas desde hace décadas. Algo que el Gobierno Rajoy tampoco deseó esclarecer.

Entre tanto, Podemos (sucursal europea del “Socialismo del Siglo XXI” bolivariano) ha llegado al Poder en España de manos del PSOE sanchista que mandó a un tal ministro Ábalos a recoger cuarenta maletas traídas a Barajas por Delcy Rodríguez -a quien la UE tenía prohibido pisar suelo de cualquier país miembro por «crímenes contra los derechos humanos»- antes de partir de nuevo con destino ¿Gaza? ¿Moscú? Pues no: Doha, capital de Qatar (aliado de Irán).

En este contexto, los homenajes a criminales terroristas en algunos municipios vascos nos acercan a la realidad que está a punto de imponerse en más de media Hispanoamérica; y, si nos parece una anomalía allí, qué no tendríamos que pensar de lo que pasa por estos lares. Sin embargo, ninguna mención por parte de los heroicos festivaleros del Cine, para variar: que ellos no se meten en política (ejem).

CUANDO AMBAS PARTES SON DE PARTE

Y, si hace al caso, será “sin partidismos”, “sin odio ni rencor”, a lo Maixabel Lasa, cargo con Ibarretxe como directora de Atención a las Víctimas -cargo en el que siguió después con el López apoyado por el PP, dicho sea de paso-, luego pantalla para el lehendakari que pactó un Frente Abertzale de exclusión con la ETA y demás excrecencias del tronco común aranista, el conocido como “Pacto de Estella” que les iba a traer “la Paz” a los abertzales justo después de la Independentzia.

Pero en el PNV pensaron que Ibarretxe estaba loco (recuérdese) y le montaron una Universidad lejos de aquí (recuérdese también, porque la seguimos pagando), mientras que al Joseba Azkarraga que también fue cargo con Ibarretxe como consejero, así como miembro del “consejo tripartito” o reservado amatorio de Ibarretxe (PNV), Azkarraga (EA) y Madrazo (IU), le dieron un cargo en la todopoderosa constructora Amenábar cuando aquél fue desahuciado, y otro en la red de presos de ETA (Sare), para compensar, y tan contento.

Puertas giratorias, dicen. Y tambores giratorios, y puestos rotatorios, y gestos irrisorios como el de un Urkullu llamando recientemente a la juventud local a respetar unos “valores” -¡a «la Autoridad»!- cuando no ha habido como el PNV fuerza tan dada a desestabilizar la sociedad vasca (y en consecuencia la política española) desde hace un siglo largo.

Ya desde los furibundos escritos antiespañoles del “Padre de la Patria Vasca” Sabino Arana, enfermo mental y resentido social contra la sociedad vasca realmente existente en sus días, pasando por sus dislates durante el resto de la Restauración hasta los protagonizados durante la II República -golpe de Estado revolucionario de 1934 mediante- y culminando en las décadas de Arzalluz a Ibarretxe, que a buen seguro hoy día muchos jeltzales preferirían que no se las recordasen.

EL FIN DE TODO ESTO

Pero aquí estamos, en el año 21 del siglo XXI, con el PNV en el gobierno vasco apoyado en un PSE que dirige la familia López-Gil-Mendía, después de unas elecciones a las que no acudió la mitad de los vascos, presuponiéndose hegemónicos todavía y durante mucho tiempo aunque tengan a la ETA enfrente, con sus “compañeros de viaje” de Podemos y pronto, quién sabe, con los recurrentes “tontos útiles” del socialismo vasco de su parte.

Así que lo más probable es que finalmente todo esto del “conflicto vasco” acabe por consunción, entre la endogamia y la esterilidad, con los avejentados terroristas de vuelta en casa, muchos de ellos con enfermedades crónicas físicas y mentales, y los programas de inserción laboral perfectamente en el euskera batueco (o “euskañol”) de nuestros días -para que se entienda, claro-.

Esta semana ha muerto Joseba Arregui, alguien capaz de imaginar La Nación Vasca posible -título de uno de sus libros- en un arduo desarrollo intelectual que excede lo político para adentrarse prácticamente en lo teológico, sin abandonar en ningún momento la lógica argumentativa racional, quien no perdió de vista jamás la relevancia política de las víctimas de ETA señaladas precisamente por los terroristas para aterrorizar a la sociedad y doblegar al Estado.

Quedan, como en el caso de Mikel Azurmendi, sus obras y el recuerdo de su persona y testimonio, como el de otros veteranos como “Teo” Uriarte, Jon Juaristi, Raúl Guerra Garrido… Pero lo cierto es que de estas tierras parece haber desertado el Estado y sus autoproclamados “servidores públicos”, con las excepciones de rigor -la Guardia Civil, básicamente-, hace ya unas décadas.

Y ahora es que sorprende que Mondragón existe, como Alsasua, y allí se vota mucho a la ETA… aunque no mate.

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La mala memoria del PNV

…le impide tal vez renunciar a sus siglas EAJ -Eusko Alderdi JELtzaileak, o Partido Vasco de los Partidarios de JEL (Hell!), “Jaungoikoa ‘ta Lege Zarrak”, esto es: “Partidarios de Dios y las Leyes Viejas”- aunque estén manchadas de sangre por su participación en el genuino golpe de Estado de 1934 contra el legítimo gobierno de la II República, o bien después en sus chekas particulares durante la Guerra Civil, o por hacer la vista gorda, un tal Telesforo Monzón, durante los asesinatos masivos en las sacas de las cárceles y los buques-prisión custodiados por el partido de Aguirre, ahora de Urkullu, Ortúzar y demás verracos meapilas descendientes directos de los vencedores del bando nacional de Franco allá por 1939, si bien la paz llegó antes para los vascos (incluidos los abertzales) habida cuenta de que las autoridades de “Euzkadi” rindieron Bilbao a los sublevados para no tener que perder hasta la camisa.

Uno comprende que estos hombres y mujeres del PNV no rindan exaltado culto al Caudillo después de todo lo que le deben -es como la célebre sentencia: “No sé por qué me odian tanto, les habré hecho algún favor”-, pero de ahí a aprobar una Ley de Memoria que les excluye, por ejemplo, de purgar como partido su pasado conspiratorio junto con sus primo-hermanos carlistas con entrenamientos paramilitares de “mendigoixales” en la Italia fascista de Mussolini durante el bienio azañista…

De traición en traición, a los gobiernos de la Restauración y a los de la República y a los del mismo Frente Popular que hasta les había aprobado el Estatuto, el PNV se presenta cada nuevo día como sin mácula alguna de ningún tipo; y, a pesar de que suelo insistir en que la Historia como tal les es completamente ajena a los abertzales por voluntaria y voluntariosa ignorancia -esto es: por desmemoria a voluntad-, cabría pedirles al menos un poco de respeto por sus propios muertos, ya que no son capaces de mostrar ninguno por los ajenos.

Muertos ajenos al PNV pero a quienes se lo deben todo, desde la conservación de la misma vida y las propiedades, pasando por su presunta “legitimidad histórica” entre nosotros los vascos, a todo su poder y hegemonía actual; y en este caso sí voy a meter en el mismo saco a todas sus víctimas propiciatorias, a todos sus chivos expiatorios: carlistas y falangistas, anarquistas y republicanos, miembros de partidos como la UCD, el PSOE, el PP, UPN; servidores públicos de las FSE y de la Administración de Justicia, y los mismos etarras que fueron convertidos por la clerigalla abertzale -antes integrista católica cuando Franco, recuérdese porque el ejemplo preclaro es el maldito obisparra Setién- a la religión del Odio creada por Arana Goiri’tar Sabin, ese pobre enfermo mental.

A todos los que han sido sacrificados en el altar de la Sacrosanta Patria de la Pasta y los Intereses de estos señoritos bizkaitarras que no escarmientan jamás en cabeza ajena cabe finalmente olvidar, si no se les puede en la mayoría de los casos perdonar: han sido desalmados, precisamente; los curitas vascos crearon demonios buscando recrear al mítico “buen vasco religioso y noble y hombre de palabra”.

Y es muy dudoso que en lo futuro vayan a aprender a cómo no ser traidores, divisores, perennemente guerracivilistas en su política de facción de jauntxos reunidos en la anteiglesia de su idealizada Aldea euskadiana. Hasta que no se den la vuelta las tornas, una vez más, y nos los encontremos de nuevo con otra chaqueta: como cuando Franco veraneaba en San Sebastián y se aparecían por el Puerto con sus boinas azules a hacerle toda clase de homenajes y reverencias. En rigor, siguen siendo los mismos desde los años setenta, si no antes: son los que viniendo del anterior régimen vieron que debían jurar la ikurriña y la farsa de los fueros o serían asesinados como tantos de sus compañeros.

La lista es larga, y no se salva prácticamente ninguno: básicamente porque, de no haber apoyado a Franco -¿no fue el naviero Ramón de la Sota quien le compraba a los ingleses la gasolina y demás para el Generalísimo del Ejército Nacional?-, no hubieran medrado después de la manera en que lo hicieron, comenzando por el felizmente extinto Javier Arzalluz -alguien de quien los propios jefes etarras en los tiempos más duros del terrorismo llegaron a pensar que prefería que siguieran asesinando-. ¿Pero acaso no eran casi todos los primeros jefes de la ETA hijos de la alta y no tan alta burguesía vasca educados en colegios de la Iglesia Católica?

A ver cuándo la ETaB retransmite algo al respecto… Para ir haciendo memoria, vaya.

Quién defiende la igualdad entre los españoles

…es la única cuestión que debiera esclarecer ahora mismo -ahora que casi todos los partidos han entrado en un proceso de autodestrucción incomprensible para el común- quien todavía se considere patriota (patriota español, insisto, por si alguno no se aclara a estas alturas de siglo).

Por descontado que no se es «esencialista» por amar a la Patria en sí, el mismo terruño que nos viera nacer, pero entonces cabe agregar que sólo quienes se preocupan por sus conciudadanos pueden (y deben) dárselas entonces de patriotas y demócratas a la vez; “patriotas democráticos” o “demócratas patrióticos”, que en ningún caso es el caso de PSOE o Podemos, ni por lo uno ni por lo otro.

Para los socios del actual desGobierno España importa poco -les importa sólo el Estado, ¡el botín y su reparto vía Presupuestos!-, y menos aún la Nación, a no ser como obstáculo principal a sus conjuras y maquinaciones con quienes quieren destruirla para así controlar mejor los pedazos restantes: de los catalanistas a los abertzales, pasando por los caciques regionalistas procedentes de los otrora dos grandes partidos “nacionales” (PSOE y PP), cuando no directamente del régimen anterior, caso de un tal Revilla o de dirigentes del PAR, CC…

En este afán de crear nacioncillas a escala, con sus parlamentos y televisiones y modelos educativos “diferenciados” en los contenidos y en la misma lengua, “Euskadi” (©Sabino Arana) es el modelo más extremo, con la imposición más antidemocrática de las pergeñadas por los “Padres de la Constitución” al conjunto de los españoles, singularmente a los habitantes de las provincias vascas -que para más escarnio gozan de una hacienda foral propia, pero sometida al “Gobierno Vasco”, vulgo PNV-.

Desde el Poder central fue que se entregó la Policía, el dinero, la TV, la bandera y el himno, con el resto de símbolos vascos y la Educación (euskaldunización forzosa, en resumidas cuentas) a una administración creada a imagen y semejanza de ese partido de contubernios que es más un movimiento reaccionario de masas que otra cosa, dirigido siempre (eso sí) por una decena de “cráneos privilegiados” o «burukides» que desde la tribuna o la sombra lo deciden y controlan todo -algunos de ellos ostentan a manera de título lo de «JELtzales» («seguidores de Dios y la Ley Vieja») ¡en pleno 2021!-.

Con el tiempo -y la inestimable contribución del Gobierno de Aznar y, a la postre, la de sus “barones autonómicos” en Valencia, Galicia, Baleares y Andalucía-, el fenómeno se ha extendido a otras regiones, agravándose de manera acelerada con la ejecutoria de Zapatero luego continuada por Rajoy hasta alcanzar las cotas delirantes de hoy, cuando cerca de la mitad de los españoles ya no puede estudiar en la lengua nacional y oficial, o es castigada por ello como se sanciona el empleo del español en esas férreas administraciones autonómicas, o se multa incluso a ciudadanos en su actividad privada por no someterse a las regulaciones discriminatorias (netamente anticonstitucionales) por razones lingüísticas e incluso racistas.  

Por todo lo anterior me parece claro que esta situación es producto de un fenómeno que no es sólo antinacional, sino antidemocrático, pero a quienes debe quedar más claro es a los españoles que todavía dudan sobre qué opción política podría representar mejor la alternativa radical a este estado de cosas degradado e insoportable (para empezar, financieramente insoportable). Básicamente, porque defender la Nación (reunión de libres e iguales) es defender la democracia, como defender una democracia pasa por defender la Nación contra sus enemigos tanto externos como internos, aunque tanto “constitucionalista” se ponga estupendo al respecto.

Precisamente el gran fracaso del “Estado español” (y “nacional-católico”) franquista fue su incapacidad para nacionalizar a las élites disgregadoras, a las que su rancia ideología suministró involuntariamente argumentos para socavar los fundamentos de la Nación -concepto liberal y democrático, después de todo, en España como en Francia como en los Estados Unidos de América-. De aquellos polvos mitológicos -que si el «iberismo» o «lo vasco es el alcaloide de lo español», que si la «monarquía hispánica» de los Austrias protegió las (presuntas) libertades forales y regionales-, servidos por lo general por eruditos eclesiásticos (muchos de ellos vascos, cuando no catalanes) reconvertidos en propagandistas del régimen, vinieron después las excrecencias identitarias en que chapoteamos hoy día.

En pleno primer cuarto del siglo XXI, los españoles queremos vivir definitivamente con libertad en nuestra propia patria (como españoles y como ciudadanos) y encima somos amplia mayoría tanto en términos nacionales como en cada región por separado -incluidas provincias vascas y Cataluña, ¡entérense bien, políticos!-, pero luego resulta que para la Izquierda española esto es lo “fascista”, ¿será entonces “lucha patriótica y democrática” únicamente lo de los golpistas catalanistas, lo de los terroristas de la ETA? A otro perro con ese hueso: en la hora actual sólo nos queda Vox.