Todavía puede enmendarse Casado

…si después de la Convención no se dedica a sestear lo que resta de legislatura; porque a fin de cuentas parece decirse el candidato del PP que de aquí a 2023 todo lo que haga Sánchez o pase en España o deje pasar el nefasto presidente del Gobierno le va a restar crédito político, autoridad moral y músculo electoral a la hora de encarar las próximas Generales.

O sea, como si lo estupefaciente -sobre todo después de 150.000 muertos como balance desastroso del Ejecutivo actual durante la pandemia de Covid- no fuera constatar que ahí sigue el Dr.Sánchez haciendo lo que le da la gana, en vez de haber sido procesado junto a varios de sus ministros por los distintos desmanes ilegales, anticonstitucionales y, en ocasiones, directamente criminales que han perpetrado en comandita socialistas y comunistas desde el mismo día en que se hicieron con el Poder.

Como aún no se puede decir que Pablo Casado haya ganado nada por sí mismo, salvo tal vez Madrid por la elección de los dos candidatos al Ayuntamiento y a la Comunidad -Martínez Almeida y Díaz Ayuso-, resultaría inexplicable que fiara a su carisma el resultado en las próximas elecciones andaluzas, pongamos por caso, cuando en las últimas fue la acertada campaña de Bonilla la que salvó los muebles pese a perder escaños, pese a lo cual no sería presidente de la Junta si no fuera por el apoyo de Cs… y de Vox.

Una cuestión esta del apoyo externo de Vox que, lejos de haber sido resuelta durante la convención, va a seguir presente en el ánimo y las expectativas de los votantes, también y en primer lugar en Andalucía, para trasvasarse después a lugares como Madrid, donde asimismo tocan elecciones en un par de años, antes o después de que el PP con Pablo Casado afronte de veras la precampaña electoral que lo enfrentará a Pedro Sánchez por la Presidencia del Gobierno.

Así que no es el momento de lanzar propuestas sin ton ni son, ni de pasar revista a las propias filas en aquellos lugares donde se encuentran perfectamente adiestradas y en forma para las batallas que se avecinan; pero haría bien en trabajar discretamente, en este no tan largo tiempo de que dispone antes de la crucial cita electoral, en todo sitio donde apenas disponga de fuerzas para tratar de articular una opción que se crea merecedora de voto, o de lo contrario echará a faltar escaños decisivos en el recuento de la noche electoral.

Esto no se logra, obviamente, invitando a ex de Cs a engrosar las listas electorales, ni metiéndose con el discurso de Vox en la figura prominente de su líder, Santiago Abascal, ni arengando meramente por la libertad y la igualdad de todos los españoles en partes del país donde hay que disimular el más mínimo patriotismo. De hecho, haría bien en acudir una y otra vez a todas esas comunidades donde no por casualidad ha evitado poner un pie en su recorrido convencional: País Vasco y Cataluña, significativamente.

Tal vez así lograra recuperar, aunque sólo fuera como imagen creíble, la definición del voto al PP en cualquiera de ambas comunidades como “útil” -que va a servir en realidad para algo-. Algo que ni esta convención ni los gestos (cambiantes y contradictorios) del PP en la última década pueden garantizar como cierto en 2023, aunque Casado haga promesas de cambio que nada podrían alterar en lo sustancial la grave situación sociopolítica que todavía a día de hoy se vive en estas regiones.  

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Convencionales siempre

…estos señoritos del PP, que han sumado a su tradicional capacidad para la organización de saraos -en ocasiones vanamente interesada (recuérdese de qué va lo de “la Gürtel”)- la sofisticada vacua cursilería de los incorporados desde Cs, quienes, evidentemente, viniendo de donde vienen, sólo creen en las encuestas y el márketin soft; o sea: para qué hablar con la gente si ya disponemos de estadísticas, estadísticos y estadístiques.

Fue precisamente esta “falta de calle” un factor decisivo en el derrumbe de Cs y en la desaparición de UPyD, cosa que no caracteriza al PP en Galicia desde los tiempos de Fraga, ni por lo general al de Castilla y León, ni desde luego al de Madrid desde tiempos de Álvarez del Manzano en adelante, con Esperanza Aguirre y ahora Isabel Díaz Ayuso y Martínez-Almeida. Por el contrario, en Andalucía fueron siempre vistos como señoritos, y en Cataluña, desde la defenestración de Vidal-Quadras, como inanes.

No del todo en balde, Cs fue fundado estrictamente para darle el relevo en el discurso al bienhumorado Alejo, quien se dedicó a los asuntos europeos antes de su traspiés como candidato de Vox y su postrer paso en falso al solicitar el voto para Cs. Después de su intervención en la presente convención contra las tesis de Edurne Uriarte -ex del ministro Wert, convencido de la necesidad de “españolizar” a los niños catalanes-, yo creo que lo suyo, consecuente como es él, es que Vidal-Quadras pida el voto para Vox ¡y la disolución de la UE!

Pero peor es lo de sacar a pasear a Mari Mar Blanco, sempiterna colocada del PP por la cuota vasca, que nunca ha valido como representante público, ni siquiera de las víctimas del terrorismo, y que (recuérdese) vino a ser la nueva coartada o escudo moral tras el que guarecerse los que liquidaron a María San Gil -los Alonso y Oyarzábal y Maroto (estos dos, ahí siguen), Sémper y demás enanitos-, todos ellos a las órdenes del memo primordial, Mariano Rajoy.

Por esto, y estando tan reciente el escarnio último de la ETA a las víctimas del terrorismo en Mondragón, conviene insistir en que abrir convenciones con Rajoy, o posar delante del rótulo de una calle de Valladolid (aunque se llame “Avenida de Miguel Ángel Blanco”), poco puede hacer por Pablo Casado si lo que desea es allegarse a los desencantados con la política antiterrorista del PP en sus últimos gobiernos, que además coinciden a grandes rasgos (si no son los mismos) con los que jamás perdonarán al PP lo que dejó crecer en Cataluña hasta el 1-0.

Como da la casualidad de que la demente chusma que ocupa la Generalidad de Cataluña no se ha movido un ápice desde dicha fecha de 2017 hasta ahora, que han pasado cuatro años de delirio institucionalizado, uno tendría que hacer muchos esfuerzos para interpretar el rechazo del “populismo” como rechazo total y absoluto a pactar con partidos como los sucesores de CiU y el mismo PNV, “socios fiables” de Rajoy según Rajoy, el bobo de solemnidad que perdió dos veces consecutivas las Generales contra el pérfido oligofrénico de José Luis Rodríguez Zapatero.

Vamos, que Casado lo tiene fácil para disputarle a Vox la primogenitura en la única Derecha que puede ser -la que se oponga radicalmente a este deprimente estado de cosas que amenaza con desintegrar el Estado y la Nación-, ya que basta con hacer literalmente lo justo contrario de lo que diga (y de lo que hizo) Mariano Rajoy en lugares como País Vasco y Cataluña para lograr crecer en las encuestas y, con una adecuada presencia de líderes locales tanto como nacionales, volver con fuerza a participar en el discurso y en el mismo espacio público.

Cosa inimaginable a día de hoy, donde la marginalidad del PP en ambas comunidades veta de entrada su acceso a una gran mayoría, por supuesto a la mayoría absoluta, y refuerza paradójicamente al siempre tapado Feijóo, que reivindica lo suyo como clave del éxito -no tan lejana a ciertos de sus postulados se halla Díaz Ayuso, por cierto- como si la defensa cerrada de la unidad de España y de la igualdad de todos los españoles fuera el motivo del fracaso electoral.

Se equivoca Feijóo, pero a su favor. No es el caso de Casado, que si se deja tentar por los gurús de la mercadotecnia y los sondeos volverá a perder la oportunidad de constituir Gobierno; para él, la definitiva. Y todavía le (nos) queda por ver cómo ha de acabar de enredarlo el otro ex presidente de su partido, José María Aznar. ¿Para qué demonios, a fin de cuentas, necesitaba Pablo Casado esta convención? Da la impresión de que ni él lo sabe.

Aburre tanto lo de Cataluña

…que al lector de periódicos le da a estas alturas por pinzar las páginas diarias dedicadas al asunto, donde salen todos esos tipos feos y vulgares -Aragonès o Borràs, Puigdemont o Puigneró, Jordi tal o Jordi para cual, Junqueras et al-, y pasarlas en conjunto para seguir con la realidad de la actualidad diaria en vez de con los disparates artificiosos de los saqueadores separatistas.

La cuestión al cabo es que esta gente que tanto pretende pintar no tiene un chavo propio que gastarse en nada, que malvive financiada por el Gobierno (éste como el anterior) desde la quiebra de la comunidad autónoma catalana en 2012 -con el sinvergüenza Artur(o) Mas al frente de la Generalidad, testaferro de Pujol con herencia también dudosa pero no en Andorra, sino en Liechtenstein-.

Basta por tanto con cortarles el grifo, ¡pero a todos! Pues políticos, jerarcas empresariales -de la Banca a la Edición de libros y prensa, del “mundo de la Cultura” a las asociaciones y plataformas relacionadas con las causas “de género”, ecologistas, antirracistas…-, avisados del ámbito privado (conseguidores) y público (subvenciones) se trate de sindicatos, universidades, autónomos (pocos) y comerciantes (casi ninguno), todos, como digo, viven del Soborno Institucionalizado.

La respuesta a los permanentes desmanes de la clase dirigente de Cataluña y a las decenas de miles de parásitos que financia -dentro y, por cierto, también fuera de la región- no puede consistir en consecuencia más que en la suspensión de la autonomía, el cierre de todos los medios públicos y la liquidación de cualquier tipo de ayuda a los privados, la intervención de los claustros universitarios para su regeneración democrática, etc.

Todo lo contrario a lo que propusieron ante la crisis de 2017 los partidos Ciudadanos y PSOE, con el acongojado PP de Mariano Rajoy en el Gobierno absolutamente paralizado ante los acontecimientos contundentes que deparó la realidad del 1 de octubre, pese a que los hechos más graves sucedieron a principios de septiembre y ni entonces fueron capaces de responder conjunta y rotundamente los tres partidos citados.

No son en cualquier caso futuribles que se me ocurre imaginar aprovechando que es domingo, sino el programa estricto que deberá desarrollar el nuevo Gobierno que suceda al fatídico Dr.Sánchez, puesto que si algo se puede aseverar a estas alturas de la mala película del “proceso” es que NADA HA CAMBIADO desde el golpe de Estado perpetrado por el disfraz de la corrupta CiU (¿JxCat, PDeCAT?), ERC y CUP, formaciones todas ellas que han de ser ilegalizadas.

Uno comprende que a Pablo Casado (PP) se le puede hacer muy cuesta arriba cumplir las proclamas por las que alcanzó el cargo que actualmente ostenta en el PP; como se comprende asimismo que a Santiago Abascal (Vox), un recién llegado a la política actual -más por la bisoñez de muchos de los miembros de su partido que por su propia trayectoria-, le sobrevendría a buen seguro un ataque de “moderación” de verse finalmente en La Moncloa.

Pero los unos por los otros, los hotros por los hunos, lo único cierto es que La Alternativa a Sánchez no podrá, de querer ser vista como dicha “alternativa”, dejar las cosas como están en casi ningún ámbito, y menos que en ninguno en lo que refiere a Cataluña, región española desde hace más de 2.000 años que se ha convertido por el contrario en el mayor semillero de enemigos fanáticos de la Nación por el racismo de unos, la irresponsabilidad culpable y frívola de otros y las cesiones de mera conveniencia por parte de los de más allá (“¡Matrit!”).

Yo creo que ya va siendo hora de que se acabe esto, de que de una vez por todas cambie la situación -a ser posible a mejor, ¡pero que al menos algo cambie!-; porque “lo de Cataluña” ya sólo genera un aburrimiento infinito entre propios y extraños, sumado a la desconfianza, el resentimiento (que no la envidia ya, desde luego) y el creciente desprecio por todo lo catalán. No lo merecen nuestros compatriotas, tan reiteradamente abandonados por el Poder como en la CAV: ojalá así lo entiendan los llamados a liderar el cambio en toda España.

Mondragón o ETA en su contexto

…no es sólo el símbolo de la rendición de la sociedad vasca ante los criminales abertzales, sino de la Nación toda, en cuanto que es el apoyo de Bildu el que permite gobernar (es un decir) al psicopático Dr.Sánchez, años después de consumado el “proceso de paz” -o negociado político con terroristas- iniciado por Zapatero y preservado por Rajoy.

Lo cierto es que la ETA sigue muy presente en la sociedad vasca a través de lo que podríamos denominar su kultur kampf (todo un imaginario propio, sincrético y excluyente a la vez) no menos que por medio de sus organizaciones “sociales” pantalla, como las de presos, abogados, escritores y otros asociados del mundillo cultural euskaldún, más el Gara y la EiTB (radios y TV).

Así las cosas, pretender que los actos del fin de semana han representado triunfo o victoria alguna por parte de las víctimas del terrorismo o de partidos políticos como Vox y PP es hacerse trampas al solitario una vez más -y van…-. Pues los que se quedan en la plaza son los proetarras y los que abandonan el campo (sin apenas representantes en la provincia) los otros.

Y no es de ahora este absoluto abandono de la sociedad, de la misma situación vasca después del genuino proceso de “cancelación” que supuso liquidar la resistencia militantemente democrática de los hombres y mujeres del PSOE y del PP (UPN) en Vascongadas y Navarra. Pero es lo que se determinó después de la mayoría absoluta del PP en el 2000 por parte del nuevo PSOE de Zapatero.

Ahora que “El Pollo” Carvajal está a punto de piar algo sospecho que tal vez puedan aclararse las nunca inciertas relaciones entre la misma ETA, el régimen bolivariano de Chávez (vinculado a Irán no menos que a Cuba) y las FARC colombianas, relaciones más que estrechas y bien documentadas desde hace décadas. Algo que el Gobierno Rajoy tampoco deseó esclarecer.

Entre tanto, Podemos (sucursal europea del “Socialismo del Siglo XXI” bolivariano) ha llegado al Poder en España de manos del PSOE sanchista que mandó a un tal ministro Ábalos a recoger cuarenta maletas traídas a Barajas por Delcy Rodríguez -a quien la UE tenía prohibido pisar suelo de cualquier país miembro por «crímenes contra los derechos humanos»- antes de partir de nuevo con destino ¿Gaza? ¿Moscú? Pues no: Doha, capital de Qatar (aliado de Irán).

En este contexto, los homenajes a criminales terroristas en algunos municipios vascos nos acercan a la realidad que está a punto de imponerse en más de media Hispanoamérica; y, si nos parece una anomalía allí, qué no tendríamos que pensar de lo que pasa por estos lares. Sin embargo, ninguna mención por parte de los heroicos festivaleros del Cine, para variar: que ellos no se meten en política (ejem).

CUANDO AMBAS PARTES SON DE PARTE

Y, si hace al caso, será “sin partidismos”, “sin odio ni rencor”, a lo Maixabel Lasa, cargo con Ibarretxe como directora de Atención a las Víctimas -cargo en el que siguió después con el López apoyado por el PP, dicho sea de paso-, luego pantalla para el lehendakari que pactó un Frente Abertzale de exclusión con la ETA y demás excrecencias del tronco común aranista, el conocido como “Pacto de Estella” que les iba a traer “la Paz” a los abertzales justo después de la Independentzia.

Pero en el PNV pensaron que Ibarretxe estaba loco (recuérdese) y le montaron una Universidad lejos de aquí (recuérdese también, porque la seguimos pagando), mientras que al Joseba Azkarraga que también fue cargo con Ibarretxe como consejero, así como miembro del “consejo tripartito” o reservado amatorio de Ibarretxe (PNV), Azkarraga (EA) y Madrazo (IU), le dieron un cargo en la todopoderosa constructora Amenábar cuando aquél fue desahuciado, y otro en la red de presos de ETA (Sare), para compensar, y tan contento.

Puertas giratorias, dicen. Y tambores giratorios, y puestos rotatorios, y gestos irrisorios como el de un Urkullu llamando recientemente a la juventud local a respetar unos “valores” -¡a «la Autoridad»!- cuando no ha habido como el PNV fuerza tan dada a desestabilizar la sociedad vasca (y en consecuencia la política española) desde hace un siglo largo.

Ya desde los furibundos escritos antiespañoles del “Padre de la Patria Vasca” Sabino Arana, enfermo mental y resentido social contra la sociedad vasca realmente existente en sus días, pasando por sus dislates durante el resto de la Restauración hasta los protagonizados durante la II República -golpe de Estado revolucionario de 1934 mediante- y culminando en las décadas de Arzalluz a Ibarretxe, que a buen seguro hoy día muchos jeltzales preferirían que no se las recordasen.

EL FIN DE TODO ESTO

Pero aquí estamos, en el año 21 del siglo XXI, con el PNV en el gobierno vasco apoyado en un PSE que dirige la familia López-Gil-Mendía, después de unas elecciones a las que no acudió la mitad de los vascos, presuponiéndose hegemónicos todavía y durante mucho tiempo aunque tengan a la ETA enfrente, con sus “compañeros de viaje” de Podemos y pronto, quién sabe, con los recurrentes “tontos útiles” del socialismo vasco de su parte.

Así que lo más probable es que finalmente todo esto del “conflicto vasco” acabe por consunción, entre la endogamia y la esterilidad, con los avejentados terroristas de vuelta en casa, muchos de ellos con enfermedades crónicas físicas y mentales, y los programas de inserción laboral perfectamente en el euskera batueco (o “euskañol”) de nuestros días -para que se entienda, claro-.

Esta semana ha muerto Joseba Arregui, alguien capaz de imaginar La Nación Vasca posible -título de uno de sus libros- en un arduo desarrollo intelectual que excede lo político para adentrarse prácticamente en lo teológico, sin abandonar en ningún momento la lógica argumentativa racional, quien no perdió de vista jamás la relevancia política de las víctimas de ETA señaladas precisamente por los terroristas para aterrorizar a la sociedad y doblegar al Estado.

Quedan, como en el caso de Mikel Azurmendi, sus obras y el recuerdo de su persona y testimonio, como el de otros veteranos como “Teo” Uriarte, Jon Juaristi, Raúl Guerra Garrido… Pero lo cierto es que de estas tierras parece haber desertado el Estado y sus autoproclamados “servidores públicos”, con las excepciones de rigor -la Guardia Civil, básicamente-, hace ya unas décadas.

Y ahora es que sorprende que Mondragón existe, como Alsasua, y allí se vota mucho a la ETA… aunque no mate.

Por no hablar de Cataluña

…ni mucho menos del País Vasco (o de Valencia, o de Baleares, ¡o de Galicia!), el PP de Pablo Casado se ha puesto a hablar de Madrid, donde arrasa… Díaz Ayuso, del PP -¿del “PP de Pablo Casado”? Esta es la cuestión… para Pablo Casado, pero no para los demás dirigentes, militantes y simpatizantes de la formación-. ¿De veras vuelve la caza de brujas rajoyana al PP?

Hay una mayoría clara de ciudadanos españoles dispuestos -casi diría que preparados a conciencia, a lo Savater- a votar por las candidaturas de PP y Vox para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa y poder con ello retomar, aun a trancas y barrancas, la senda de las reformas democráticas de la que la Nación -“concepto discutido y discutible”- fue desviada por el perverso Zapatero desde 2004.

Entre dichas reformas, por descontado, el nuevo Gobierno debiera resolver con arreglo a la Constitución la elección de los jueces, el establecimiento de un sistema educativo nacional digno de este nombre y exigente en pos de la excelencia, la implantación de una tarjeta sanitaria para todos los españoles de uso en cualquier lugar del territorio nacional…

Pero en el PP no parecen del todo dispuestos a hacerse cargo de semejante responsabilidad -decisiva para el porvenir de España y de los españoles en las próximas dos o tres décadas-, y de ahí su constante distanciamiento de las posturas de Vox, no hace tanto defendidas con ilusión y hasta coraje por buena parte de los simpatizantes, militantes y dirigentes del PP.

A estas alturas de la legislatura (y del embrollo) que comanda el psicopático mádelman que se pretende Presidente, reiterar que Casado sólo alcanzará el Gobierno con el apoyo de Vox -porque de lo contrario, de apoyarse en un PSOE de Sánchez semiderrotado, llevaría a la definitiva quiebra moral (¡y política también!) al PP- no sirve, en rigor, de nada.

En el PP debieran ser perfectamente conscientes de ello, habida cuenta de la situación estrictamente política en comunidades como Andalucía, Castilla y León y Murcia -donde sus gobernantes dependen del apoyo de la formación de Santiago Abascal- no menos que en otras como el País Vasco o Cataluña, donde los “populares” se encuentran al borde de la extinción.

Más aún, de atender a las encuestas que tanta coartada habitual les proporcionan para no hacer nada a los gerifaltes de Génova, los ciudadanos dan por descontado esa mayoría de PP y Vox, que además entienden que debe alcanzar el rango de absoluta para, precisamente, llevar a cabo sin dilación y con firmeza las reformas democráticas antedichas y otras tantas en consonancia con ellas.

Y algunos, por no hablar de “lo de Cataluña”, barajando los nombres de una Camins o de un Martínez-Almeida para presidir el partido de Isabel Díaz Ayuso. Déjà vu?

Tome Sánchez por la senda constitucional

…y es más que probable que muchos hayan de seguirle, si no la mayoría de los que vienen apoyándolo a excepción hecha de los separatistas y los izquierdistas retrasados (comunistas en sus varias tribus); pero qué duda cabe que sería apreciable que el presidente del Gobierno se ajustara a la Ley y dejara de injuriar todos los días a los principales poderes del Estado.

De hecho, no necesitamos someternos a los dictados de la Constitución quienes defendemos la igualdad de todos los españoles ante la Ley, si bien considerado no somos más que una minoría incordiona, por lo que lo de veras meritorio sería ver a un líder del PSOE en la presidencia del Gobierno acatando la Ley incluso después de haber sido expulsado del Poder.

Porque de nuevo con el PSOE con mando y plaza constatamos una vez más que ni saben ganar, ni mucho menos perder; que siempre que son reemplazados se refugian extramuros del sistema para preparar la próxima jugada -el próximo golpe- parapetados no ya detrás de la Ley que se disponen a socavar, sino de ese ente informe de relaciones públicas generado en los años del Poder.

En consecuencia no solamente se trata de que la Oposición a este corrupto y degradado estado de cosas pueda ganar unas elecciones, pues de lo que hablamos es del fortalecimiento de unas instituciones capaces de hacerse respetar por los ciudadanos -el Pueblo-, dignas por tanto de sobrevivir y susceptibles de poder encarar a cualquier arribista con ínfulas caudillistas, tal que nuestro Señor Presidente Pedro Sánchez.

Un peligro para la Nación en primer término, para el sistema democrático desde incluso antes, y por tanto para esa vaga acepción del Pueblo o la Nación que conocemos por “sociedad española” y que evidentemente no puede seguir existiendo si se produce la quiebra del Estado seguida de la desintegración nacional.

Ésa es la tarea insoslayable que urge emprender a la Oposición, que para empezar se reduce a PP y Vox -por si queda en el campo de los opositores a Sánchez alguna duda-, y pasa por el bloqueo de la acción del Ejecutivo en todos los frentes no menos que por la exhibición de una verdadera alternativa compartida por ambos partidos.

El tiempo repartirá razones entre unos y otros, pero desde ya conviene ir preparando el terreno de La Alternativa a Sánchez.

Un Gobierno de la Mentira

…o que no titubea a la hora de recurrir a la mentira como uno de sus recursos fundamentales para sostenerse corre el riesgo cierto de ser percibido como una mentira de Gobierno, puro simulacro, después de algún tiempo en que su mentirosa acción política ha quedado al descubierto como tal en uno otro trance, en este o en otro momento.

Y ello pese al denodado esfuerzo por aparentar -la producción y proyección de eslóganes y  futuros seriados para cada cual- que el Gobierno tiene un programa de progreso para el bienestar generalizado de los ciudadanos, cuando obviamente los damnificados se multiplican por las cesiones constantes que debe hacer un individuo a todos sus acreedores políticos para retener el Poder…

Así con Sánchez y su ministra de Sanidad ahora que por fin parecen querer coordinar las medidas para enfrentar la pandemia de Covid19, a unas alturas en que ya no se les necesita ni se les demanda apenas nada por parte de los ciudadanos y/o de los gobiernos regionales: que simplemente deje hacer; que el Gobierno no se inmiscuya en ningún ámbito; que nos deje en paz por favor.

Es lógico en consecuencia el tono desabrido del Gobierno Sánchez, desde el punto de vista de que la percepción generalizada entre los españoles es que la vacunación transcurre a su ritmo pero sin pausa, gracias no al Gobierno sino a su pesar -su confusionismo, su inhibición y su intervención a partes iguales, pero siempre a destiempo, mal, de manera tan improvisada como intempestiva-.

Por lo que ya no queda sino llegar a septiembre, mirar en derredor los decrecientes estragos del “virus chino” y tratar de recomenzar la vida normal con el nuevo curso, que se prevé aciago para los más aunque el Gobierno ya prepare nuevos escándalos (propios y ajenos), crisis políticas y persecuciones a los disidentes como no se vieron en siglos por estos lares.

A fin de cuentas, hablamos de esa banda de bribones liderada por un tal Sánchez, armario de luna y tonto con ventanas a la calle que en cualquier película clásica de cine negro no pasaría de segundo o tercer escolta-matón del peligroso capo de turno. Pero aquí resulta que no sale Edward G.Robinson, sino Ábalos, o Redondo, y ambos como subalternos, lo cual es decididamente como para echarse a temblar.

Como recordatorio, baste indicar que el susodicho presidente del Gobierno se pasó por el Memorial de las Víctimas del Terrorismo y visitó la recreación del “zulo” de Ortega Lara, presidente a su vez de un partido como Vox al que Sánchez considera peor que a los representantes de sus secuestradores, gracias a los cuales se hizo con el Poder este mentiroso patológico.  

Sin embargo nada de esto podría importar ya -¡a estas alturas de junio!- cuando los españoles nos hemos vuelto a ir de vacaciones (como el año pasado por estas mismas fechas) sin que nada más importe. ¿O será tal vez que llevamos más de cuarenta años de “vacaciones democráticas” pagadas a escote o por el Estado?

La clave del despotismo de Sánchez (y de la casta política en general) radica exactamente ahí: en el escapismo voluntario de los ciudadanos.

La política de baja estofa

…del Ejecutivo Sánchez obra al fin en su contra, hasta el punto de que pospuesta -más que resuelta- la crisis pandémica no han cesado de aflorar todos esos casos con los que nos entreteníamos en vísperas del confinamiento forzoso: de Villarejo a Delcy y su mafia narcobolivariana, y de los separatistas catalanes que apoyan al Gobierno a la misma ETA.

Así aparece ahora desnudo el Presidente y su consiglieri de ideas redondas, recibiendo los insultos y golpes de los que hasta anteayer callaban, con el inaudito esfuerzo de autodefensa que supone tener que ser apoyados por el ex presidente -y prácticamente ex ciudadano- José Luis Rodríguez Zapatero, ministro plenipotenciario de Venezuela para Asuntos Europeos.

Y ante los propios compañeros de partido, los periodistas caídos del guindo perenne del “constitucionalismo” del PSOE, jueces y empresarios, amas de casa y pensionistas y desempleados y agricultores y pequeños comerciantes, la farsa de este Gobierno simulacro no puede durar mucho más si no fuera por la informe situación de los que se encuentran en frente.

Ahora van de nuevo PP, Vox y Cs a concentrarse en Colón, pero no porque lo hayan concertado como hasta cierto punto sucedió en la anterior cita en Madrid, sino porque los convoca una Unión 78 que de nuevo es el impulso activista de los consabidos Díez y Savater y otros como ellos -esto es: la Izquierda (o el PSOE que pudiere ser algún día) “constitucionalista”-.

Y entonces, ¿ya va a servir para algo? Esto es: ¿saldrá articulada de semejante encuentro una alternativa con una estrategia clara para echar a Sánchez y su camarilla del Poder? Obviamente, se busca relanzar la contestación contra el Ejecutivo que pareció suspenderse después de las dos citas electorales consecutivas de 2019, pero ¿qué se sigue de ello?

Escribí en su momento a cuenta del acto de Colón que las manifestaciones de domingo servían básicamente para exhibir músculo político, como genuina demostración de fuerza y poder político por parte de una oposición en funciones de alternativa al Gobierno; pero bastó la convocatoria de elecciones para que Casado, el primero, y Rivera y Abascal después fuesen única y exclusivamente a lo suyo.

Las consecuencias quedaron patentes apenas medio año después de «la foto de Colón», pero ahora que el papel que puede jugar Cs es nimio, convendría al menos que de esta nueva reunión en la Capital que espero que sea masiva surgiera el “espíritu de concordia” que tanto reivindican los autoproclamados “constitucionalistas” y que el Dr. Sánchez no ha dudado en tergiversar -para variar- y en apropiarse para sus espurios fines.

A fin de cuentas, Savater ya apadrinó en su día la entente Redondo Terreros-Mayor Oreja (precisamente Redondo y Oreja, nada menos), como María San Gil puede ser reivindicada por PP y Vox aunque no haya querido proseguir su carrera en ninguno de ambos, puede que para acabar convocando a un acto el próximo 13 de junio al que debieran ir de la mano Casado y Abascal.

Gobernará la alternativa radical a Sánchez

…y su banda de acólitos y familiares, pues que se ha convertido el ínclito en el perfecto indicador de todas las políticas que no ha de seguir una Nación democrática, libre y moderna como quisiera ser España -o como a los españoles les gustaría que fuera (les gustaría ser a ellos como parte de la Nación)-, y esto es lo que debiera asumir desde ya el PP de Pablo Casado.

No se trata de poner parches en la errática “política económica” de los sucesivos gobiernos desde Aznar, ni tampoco de restablecer hipocresías de corto alcance en “política exterior” o menos aún en “política interior”, tres ámbitos del máximo interés para todos los ciudadanos que recaban algo más que “gestión” administrativa desde los aparatos del Estado.

De ahí los entrecomillados, dado que España (la Nación Española) carece ahora mismo de independencia en su política económica no porque forme parte de la UE y del sistema monetario del Euro, o no sólo, sino por su incontrolado endeudamiento, su disparatado sistema administrativo y la hiperabundancia de enchufados y comisionistas de lo público.

Tampoco posee una nítida política exterior desde Franco, pese a las gestas y gestos de González y Aznar, antaño, atisbando cuál podría ser la adecuada ubicación de España en el concierto internacional: todavía Gibraltar ocupado por los británicos, las bases USA sin aparentes contrapartidas, el papel subalterno en la UE, en la OTAN…

Y qué decir de la política interior de un país que tiene a peligrosos separatistas que vienen de dar un golpe de Estado dirigiendo la formación del gobierno de una de sus regiones más pobladas, los unos desde la cárcel y los otros desde su refugio en uno de esos países con los que se supone que España mantiene una estrecha alianza de defensa y cooperación mutuas.

O cuando el Estado transfiere la potestad de excarcelar a terroristas asesinos de compatriotas, a los que debidamente se procurará trabajo y vivienda a cambio de nada, a aquellos que se han valido de ETA para imponer una hegemonía “abertzale” que es en todo contraria a la Constitución -a cualquier constitución democrática-, a la Nación y al mismo buen gusto.

Luego resulta que no se puede defender las fronteras atacadas por Marruecos porque se trata de una “crisis migratoria”, a la que tampoco se piensa poner freno yendo a las raíces de la misma, pero es lo normal cuando el Ejecutivo tiembla a la hora de hacer cumplir las (demoradas) sentencias del Tribunal Constitucional en el seno de la propia Administración.

Que no piense por ello Casado o su más reducido círculo de asesores que podrá sumar para ganar a Sánchez y gobernar si no se aplica desde ya a la tarea de presentar una radical alternativa nacional al “proyecto 2050” del caudillo del PSOE, que vendrá de la mano de Vox o no será, porque las ocasiones las pintan calvas y la hora demanda la enmienda a la totalidad.

Los españoles estamos cansados de las zarandajas “autonómicas”, coartada para el saqueo institucionalizado, la intimidación permanente y la limitación de nuestros derechos y libertades; como del papel innecesariamente subsidiario de España respecto a potencias vecinas que luego no son tales, por sus propios e inveterados errores políticos y morales.

Tal vez sea de nuevo ilusionismo pretender que con una sociedad tan maleable y maleada como la española, heterodirigida desde hace décadas por la propaganda oficial y pastoreada con facilidad por el establishment “progresista”, se pueda hablar en nombre de los españoles pretendiendo que anhelan más libertad y autogobierno en su país, y una digna política exterior.

Pero como otros esbozan sus sueños pesadillescos para los demás (¡asombrosamente kafkianos!), sus descarnadas ansias de Poder y sólo puro Poder, algunos todavía queremos prestar juramento de fidelidad a una serie de ideas y principios liberales y patrióticos -o sea: democráticos- aunque nos encontremos para variar solos en el camino; muy solos.

España a deshoras

…tiene estas cosas: que como en cualquier otro periodo de su historia, al coger un momento aislado, da la impresión de que todo está sumido en el caos y la desintegración… cuando en rigor no deja de llamarse España esto que tenemos entre manos los españoles de la hora presente -la única genuinamente vigente-, como desde hace tres milenios.

Precisamente podríamos conmemorar este 2021 los cinco siglos (o medio milenio) de la definitiva reunificación política del Reino (vulgo Estado) de España, aún presente hoy y más aún vigente contra el marasmo dizque “republicano” que conforman -o deforman, más bien- los enemigos todos de España y su constitución tradicional, renovada como legado desde el Cádiz de 1812 para todos los españoles de la actualidad.

En vez de ello, parece reiterativo mentar que el Gobierno que padecemos es puro simulacro, que Sánchez es un presidente enfeudado a socios tan viles como los narcobolivarianos que patrocinan Podemos, las excrecencias fanatizadas del corrupto Pujolismo (de ERC a las CUP) y el partido de la ETA, Bildu-Sortu, con el PNV haciendo de pasante de toda esa siniestra mafia.

Frente a semejante “bloque de investidura”, el PP demediado de Pablo Casado no se ha de recuperar de su falta de liderazgo hasta que no liquide los restos de desafección (y desánimo) hacia España y la Nación Española de su propia formación en regiones como Baleares, Galicia, Valencia, País Vasco y Cataluña, donde hace mucho que se conjura el identitarismo regionalista como una suerte de compensación por el complejo “españolista” de sus miembros.

Sentimientos contradictorios -considerados como tales por sus propios tenedores- que no se dan en los votantes de Vox, convencidos de que España es la que es -la que siempre ha sido- aunque los españoles podamos ser (todavía y de aquí en adelante) de muchas maneras distintas; eso que no ven ni los separatistas ni los empáticos apátridas “terceristas” o “centristas” de la hora, como tampoco los extremistas de la Izquierda que se muestran tan incapaces de defender la España liberal como una España del futuro cohesionada y solidaria.

A la mayoría de nuestros dirigentes políticos y pensadores de mayor fuste del último siglo y medio da la impresión, al menos al tomar casos aislados de nuestra historia -en ocasiones puntuales-, que la realidad de España y la de los españoles, que le es consustancial, le ha pillado a deshoras, con el pie cambiado, “fuera de onda”; cuando a juzgar por el trecho recorrido debiera parecer claro que al final todo tornará a lo mismo de siempre: un acontecer pesado, tal vez cojitranco, con repentinos vuelos de ingenio, que es lo propio nuestro.

Pese a todos los hechos turbulentos, y todas las disensiones internas. Un suceder estático.